miércoles, 30 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 6


Te quedas petrificada ante lo que Niall te acaba de decir. Te das la vuelta y alzas tus ojos hasta que se encuentran con los suyos. No te importa que vea las lágrimas que hay en tus ojos, de todos modos, de repente han dejado de caer.
Te mira suplicante, probablemente porque le creas. ¿Será verdad lo que te acaba de decir? ¿Qué se supone que tienes que hacer ahora? Ya eres plenamente consciente de lo que Niall significa para ti, de que Zayn te atrajo durante los primeros días que estuviste en el instituto, pero el no haber tenido contacto con él ni una sola vez más, ha hecho que eso se desvanezca. Y algo crezca en tu interior relacionado con el chico de pelo rubio y ojos celestes que está esperando a que le digas algo.
-Niall, yo… voy al baño –es lo único que puedes decir.
Necesitas pensar. No en lo que tú sientes, sino en lo que él dice que siente, en lo que se pueden convertir vuestros sentimientos si realmente son los mismos. Quizás tienes miedo. Miedo de querer, y que no te quieran. O de que te quieran, y decepcionar a quien lo hace. En realidad, tienes miedo de todo.
Él suelta tu muñeca, y parece que te va a dejar marchar, pero justo después parece pensárselo mejor, te sujeta sin emplear demasiada fuerza por la cintura y te acerca un poco a él, tras lo cual sujeta delicadamente con una mano tu barbilla, y posa sus labios en los tuyos.
Guau.
Eso no lo esperabas.
Ni siquiera sabes qué tienes que hacer. Sí, es la primera vez que alguien te besa. Pero sientes sus cálidos labios sobre los tuyos, y por un momento, el temor a que Niall piense que no correspondes a su beso porque él no te interesa en absoluto supera a la inexperiencia, y, despacio, acomodas tu boca con la suya.
Incluso te gusta esa sensación. Así que le besas.
Él presiona dulcemente tu labio inferior con los suyos, y luego separa un poco su cara de la tuya.
Sonríe, y tú, inevitablemente lo haces también. Y te sonrojas.
-¿Qué ocurre? –se muerde el labio.
-Bueno… -dudas.
De repente, todos tus miedos han desaparecido. Todas tus dudas se han esfumado. Ese beso te ha sentado demasiado bien. Ahora parece como que estés en una nube, todo a tu alrededor es surreal, excepto el rostro de Niall mirándote con expectación. Te llevas un dedo a tus labios, donde un momento atrás han estado los suyos.
-Lo siento –murmuras.
-¿Qué sientes? –se asusta.
-Siento… no saber besar –suspiras.
-¿Que no sabes besar? –parece sorprendido, pero luego ríe- ¡Venga ya! Eso no me ha parecido no saber besar…
Te sonrojas aún más, pensando en qué será lo que has hecho y qué será lo que se suele hacer.
-Es que… ha sido mi… primer beso –apartas la mirada.
-¡¿Qué?! –exclama, pero luego carraspea y se controla un poco- ¿Nunca antes has besado a nadie?
-Quizás lo que debería decir es que nunca antes me ha besado a mí, ¿no? Es bastante diferente –bufas.
-Deberías habérmelo dicho.
-Ah, sí, claro, sería algo así: “oye Niall, esta tarde nos vemos en el instituto para ensayar, que sepas que te invito yo a merendar, y por cierto, nunca me han besado”, ¿no? –dices irónicamente.
El chico rompe a reír, y tú le lanzas una mirada asesina.
-Vale, vale, ya me pongo serio. Pero es que… jo, no sé, no es justo que tu primer beso haya sido así –resopla.
-¿Y cómo se supone que debería haber sido? –te parece muy raro que estéis manteniendo esta conversación, y más aún que diga que el beso debería haber sido diferente, cuando para ti ha sido… buah, perfecto.
-Debería haber sido así…
Niall te atrae de nuevo hacia sí, ahora con un poquito de más fuerza, de manera que vuestros cuerpos chocan. Te mira durante un segundo, en el que acaricia tu espalda con una de sus manos, hasta subir por tu cuello y terminar posándola en tu mejilla. Coloca con dulzura sus labios en los tuyos de nuevo, y ahora tú reaccionas al instante, simplemente imitando lo que él hace, dejándote llevar, sólo sintiendo. Llevas una mano al pelo del chico, y la otra la dejas descansando en su pecho. Te besa durante lo que te parecen horas, que desearías que no acabasen nunca. Despacio, muy despacio. Luego te da un besito, otro, y otro. Y en un gesto atrevido, roza tu labio inferior con la punta de su lengua, provocándote que un millón de pequeñas descargas eléctricas recorran tu cuerpo en todas las direcciones.
Es él el que finalmente se separa de ti, y te da un leve beso en la nariz antes de mirarte fijamente.
-Algo así debería ser un primer beso –sonríe.
-Bueno, supongo que podremos fingir que este ha sido el primero. Nadie tiene por qué enterarse de que no es así –guiñas un ojo.
La historia de Martha, el baile, Zayn, y el resto del mundo ha desaparecido por completo, no están allí. Sólo estáis vosotros dos. Y no necesitas más, porque de repente de asalta la certeza de que Niall no ha mentido, de que realmente le gustas. Tal vez los besos sean capaces de expresar cosas para las que no se han inventado palabras.
-Ya puedes ir al baño, si quieres –Niall no ha dejado de sonreír.
Tú niegas con la cabeza, divertida. Bajas la mirada, y te vas a dar la vuelta para irte, pero antes de hacerlo, le das un besito en los labios a Niall. Sí, es real. Todo lo que acaba de pasar es real. Y no desearías que hubiera sido de otro modo. 


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domingo, 27 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 5


Han pasado ya cinco semanas desde que llegaste al nuevo instituto. Niall se ha convertido en tu mejor amigo, aunque Louis, Liam y Harry también te caen de maravilla. Por suerte, NIall aún no ha descubierto que eres rica. Por otro lado, está Zayn. No has vuelto a hablar con él ni una sola vez, pero tampoco puedes evitar descubrirte pensando en él de vez en cuando. Cada vez que le ves besando a su novia, la animadora esa bastante simple, se te hace un nudo en el estómago. ¿Es normal que te guste una persona con la que sólo has hablado una vez? Por lo visto, para ti, sí.
Esa tarde has quedado con Niall para tocar la guitarra. No es que se te dé demasiado bien, pero al menos ya eres capaz de tocar algunos acordes.
Como siempre, Charles te lleva al instituto, y tú encuentras a Niall ya en el auditorio, tocando su guitarra.
Los sonidos que es capaz de hacer siguen dejándote sorprendida, pero ya habéis alcanzado la suficiente confianza como para interrumpirle mientras toca.
-¿Otra vez has empezado sin mí? –te acercas a él.
-Ya ves, es que no he podido resistirme –te sigue la broma y se finge arrepentido.
-Bueno, por esta vez te perdono…
-Gracias, gracias –asiente con la cabeza varias veces.
Los dos rompéis a reír.
-Venga, que hoy vas a empezar a tocar canciones fáciles –sonríe Niall.
-¿Canciones fáciles? ¡Si tocar los acordes me parece difícil! No puede haber ninguna canción fácil –bufas.
-Ya verás como sí, todo es empezar –te anima.
-Para ti será fácil, pero para mí no…
-Venga, ¿merendamos antes? –pregunta Niall.
Lo de merendar antes de poneros a tocar se ha convertido ya en algo que hacéis todas las tardes.
-Sí, mejor –suspiras.
-Pues que sepas que para el poco tiempo que llevamos, lo haces muy bien.
-Já. No me mientas porque sea tu amiga, no hace falta –sonríes.
-No lo hago –resopla.
-¡Hoy invito yo! –exclamas de repente, y echas a correr hacia la máquina.
-¡Ni se te ocurra!
Niall corre detrás de ti a toda velocidad, por lo que te alcanza justo antes de que llegues a la máquina. Te atrapa por la cintura y te levanta del suelo, pero tropieza, y os caéis. Es Niall el que choca contra el suelo, pero involuntariamente rueda sobre sí mismo, y quedáis tú tumbada y él apoyado sobre ti. Su rostro está a escasos centímetros del tuyo. Notas el fresco aliento que sale de sus labios y roza los tuyos. Y otra vez el mismo escalofrío que cuando vuestras manos rozaron cinco semanas atrás. Excepto porque ahora el contacto entre vuestros cuerpos es casi absoluto. La pierna de Niall rozando la tuya, sus brazos tocando uno cada lado de tu torno, su pecho apoyado en el tuyo. Sus ojos se posan en los tuyos, y sientes un impulso eléctrico recorrer tu cuerpo. El rostro perfecto de tu amigo se acerca poco a poco al tuyo, pero no sabes si eres tú la que está salvando la distancia o es él. ¿Vais a besaros? ¿Vas a besar a tu amigo? ¿Es que realmente es para ti algo más que amistad? ¿Y qué pasa con Zayn?
“Biiiip, biiiip”.
Niall emite un leve gruñido de fastidio, pero se aparta y se sienta en el suelo.
-Mi móvil –aclara.
Saca su teléfono del bolsillo y responde.
-¿Sí? Ah… ho… hola, Martha. Sí, claro, bueno, te lo dije, ¿no? Pues entonces iré contigo al baile, claro… Hasta luego.
¿Qué baile? ¿Quién es Martha? Sacudes la cabeza. ¿Qué más te da? Sientes una punzada de algo que no identificas demasiado bien en el pecho. Te levantas del suelo, y entonces sientes el impulso de pedirle a Niall una explicación. Pero no tienes ningún derecho a hacer eso, ¿o sí? En ese momento te das cuenta de qué es lo que sientes. ¡Son celos! No, no, imposible. ¿Por qué sentir celos? Probablemente por lo mismo por lo que has sentido que ibas a besar a Niall un minuto antes. Quizás has estado ciega todo este tiempo, y quien te gustaba no era Zayn…
-Hacéis… baile en el instituto, claro –comentas.
Niall te mira con el ceño fruncido.
-¡Lo siento! No debería meterme, es sólo que… lo he escuchado, y bueno… -balbuceas.
-No, tranquila –sonríe levemente-. Sí, hacemos baile.
-Ah. Podrías… -no sigues.
-¿Podría?
“Podrías haberme dicho que se hacía, incluso quizás podrías haberme pedido que fuera tu pareja, ya que no conozco a casi nadie en este instituto. No sé, no había sido tan raro, ¿no? Vamos, que has estado a punto de besarme hace un momento”, te dan ganas de decirle. Pero no lo haces.
-Nada, que podrías haberme dicho que se hacía –apartas la mirada.
-Lo sé, se me ha olvidado, ni siquiera recordaba que Martha me pidió que fuera con ella el primer día de clase…
Hay un silencio incómodo, ninguno de los dos sabéis qué decir.
El darte cuenta de que quizás es Niall el que te gusta y no Zayn, de que probablemente tu amigo sea para ti algo más que un amigo te ha dejado con una sensación de surrealismo que te impide pensar demasiado bien.
-Y… ¿cuándo es? –preguntas.
-La semana que viene –él aparta la mirada.
Te encojes de hombros.
-No iré.
-¿Por qué no? –ahora sí te mira.
-¿Por qué sí? –alzas las cejas.
Parece quedarse con ganas de decirte algo.
-Oye, voy un segundo al cuarto de baño, ¿sí? –te das la vuelta y comienzas a andar.
No sabes por qué, pero las lágrimas empiezan a salir de tus ojos antes de que ni siquiera tú hayas salido del auditorio. Te recriminas ser una persona tan débil, pero el darte cuenta de lo que realmente sientes te ha afectado más de lo que creías. Y estás confusa por lo que ha pasado cuando los dos estabais en el suelo. ¿Es que no le importas? ¿Es que está jugando contigo, riéndose de ti? Primero voy a besarte, pero luego voy al baile con otra.
Escuchas unos pasos apresurados detrás de ti, y notas que alguien te toma de la muñeca.
-Espera –la voz de Niall suena preocupada.
Tú no te das la vuelta, no quieres que vea que estás llorando.
-Supongo que no te servirá de nada que te diga esto, pero… -toma aire- Yo iba a pedirte que vinieras conmigo al baile. Ni siquiera recordaba que le había dicho a esa chica que iría con ella. Y te lo digo muy en serio –vacilante, acerca sus labios a tu oído, desde detrás de ti-. Sonará absurdo pero… me gustas. Mucho.


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sábado, 26 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 4


Desde el coche, observas alejarse el instituto.
-¿Qué tal el día, señorita? –te pregunta el chófer.
-Charles, te he pedido mil veces que no me llames así –protestas-. Y además, creía que ya habías dejado de hacerlo.
El conductor señala con la cabeza el asiento del copiloto del coche, y, para tu sorpresa, te das cuenta de que tu madre está sentada ahí.
-¡Mamá! –exclamas; no suele ir a recogerte a ningún sitio, siempre está ocupada.
Ella se gira y te mira.
-¿Cómo te ha ido, cariño?
-Bueno, bien.
-¿Has hecho amigas?
-Amigos –dices con timidez.
Tu madre frunce el ceño.
-Y esta tarde tengo que venir al instituto porque tengo que aprender a tocar la guitarra y me van a enseñar…
Ella suspira, pero asiente.
-¿La traerás, Charles?
-Por supuesto.
Tú quieres protestar, preferirías ir andando, no quieres arriesgarte a que Niall te vea dentro de ese pedazo de coche. Aunque tu casa está a más de media hora del instituto…
-Gracias –acabas diciendo.
Después de comer te cambias de ropa. Te pones unos shorts y una blusa con un estampado de flores muy pequeñas. Te recoges el pelo en una cola, aunque te caen algunos mechones alrededor de la cara.
-¡Me voy! –gritas al salir, pero tus padres no están en casa, así que los únicos que te escuchan son la gente del servicio, que está ordenando todas las cosas de la mudanza.
-Vaya, viene muy guapa –Charles te sonríe cuando entras en el coche.
-Charles, ya no está mi madre. Puedes tutearme, ¿recuerdas? –te cruzas de brazos.
-Tienes razón.
Tú sonríes.
-Y gracias –te sonrojas.
Por algún motivo, sientes que tu seguridad aumenta al decirte que vas guapa. ¿Por qué será? Sólo vas a ver a Niall, tu amigo… Si fuera Zayn a quien vas a ver, a lo mejor lo entenderías…
Le pides a Charles que aparque una calle antes del instituto, y él accede. Caminas hasta la puerta, pero no te encuentras a Niall. Mejor, así seguro que no te ha visto. No sabes dónde están los sitios allí, por lo que le preguntas a la mujer de conserjería, y te indica el camino que tienes que seguir hasta el auditorio.
Conforme te vas acercando, escuchas un sonido precioso. Es una guitarra, de eso no hay duda. Y quien sea que la esté tocando lo hace realmente bien. Piensas que a lo mejor ya han cogido el auditorio y Niall y tú os tenéis que ir a empezar a practicar a otro sitio. Sin embargo, te acercas a ver. Para tu sorpresa, ves a Niall sentado en un taburete, muy concentrado, tocando la guitarra. Más que tocarla, sus dedos parecen acariciar las cuerdas. Te quedas así, pasmada, escuchando la maravillosa melodía, y a la vez observando la dulce expresión de concentración de su rostro. Te das cuenta de que no sólo sus ojos celestes son preciosos, sino que todo él lo es. ¿Por qué no te has dado antes? A lo mejor es que estabas tan eclipsada con Zayn que no has sido capaz de ver que Niall es casi igual de guapo que él. O igual.
Te quedas embobada hasta que termina la canción, y entonces Niall ve que estás allí, mirándole.
-Lo siento, no me había dado cuenta de que habías llegado –se disculpa, levantándose del taburete.
Tú aún estás como en otro mundo.
-Guau… Eso ha sido… buf, increíble –señalas la guitarra.
-Gracias –sonríe-. Llevo muchos años tocando…
-Ya, tranquilo, sé que yo nunca voy a ser capaz de hacer… eso –ríes.
-¿Quién te dice que no?
-Que soy nula para aprender a tocar instrumentos, te lo dije esta mañana.
-Eso ya lo veremos –Niall acerca un segundo taburete al suyo.
-Ay Dios… Espero que tengas mucha paciencia –frunces el ceño.
-¡No seas tonta! –te mira con reproche.
-Lo soy un poco, pero es que es verdad… ¿Por qué no merendamos o algo antes de ponernos con esto? –te muerdes el labio.
Niall ríe.
-Retrasar el momento no va a hacer que nunca llegue.
-Ya, pero me da tiempo a prepararme un poco más… psicológicamente y eso.
No sabes por qué, pero te notas nerviosa. Y tienes algo de miedo de que Niall vea que eres malísima tocando.
-Pero en realidad no puedo resistirme si se trata de comer… -él sonríe.
-¿Es que te gusta comer? –preguntas, también sonriendo, aunque con algo de nerviosismo.
-Me encanta. Podría decirse que es uno de mis hobbies –deja su guitarra con cuidado en el suelo.
Tú rompes a reír.
-Bueno, pues habrá que ir a merendar, ¿no? –dices, contenta.
-Sí, sí, pero no te creas que tenemos que perder demasiado tiempo, que hay aquí en el instituto una máquina de estas que suelta zumos, batidos, bollería y demás –pone una sonrisa de medio lado.
-Oh, vaya… -suspiras- Espero que la máquina esté muy, muuuuuy lejos –sonríes inocentemente.
Prefieres cuando estáis bromeando, porque sientes que si dices algo inapropiado, él se lo va a tomar como una broma y no se va a enfadar contigo. Pero, ¿por qué te preocupa tanto que se enfade contigo? Probablemente porque es uno de tus únicos amigos aquí… ¿no?
-Pues está justo ahí –Niall señala una máquina que queda a unos diez metros.
-Jo –suspiras.
Vais hasta la máquina.
-¿Qué quieres tú? –pregunta él.
-Yo un batido de chocolate y… -miras a ver qué hay- una palmera también de chocolate. Sí, soy adicta al chocolate –ríes.
-Lo mío es peor, soy adicto a la comida en general –te imita, y mete dinero en la máquina.
-¡Eh! ¡No vale! –protestas.
-¿El qué?
-No te voy a dejar que me invites –entrecierras los ojos.
-Pues ya he metido el dinero –sonríe triunfal.
-Entonces yo te invito a ti–pones los brazos en jarras.
-Sería muy poco caballeroso si te dejara hacer eso –argumenta Niall.
Si él supiera que no te cuesta nada invitarle, que podrías haberle invitado todas las tardes del año a merendar a un Starbucks –con lo caros que son- y tus padres ni siquiera se darían cuenta de que les falta ese dinero… Pero eso no se lo puedes decir, claro.
-Bueno, haz lo que quieras –bufas.
Él coge un batido y dos cañas de chocolate. Cuando ves lo grandes que son, Niall se encoje de hombros como diciendo: “ya te he dicho que soy un tragón”.
Tú sonríes, y os sentáis a comeros las cosas en el suelo del escenario.
Dejáis la bollería en el suelo mientras abrís vuestros batidos, y cuando vais a coger tú tu palmera y él su caña, vuestras manos se rozan. Alzas la vista y ves que Niall te mira con esos ojos tan bonitos y penetrantes. Pero no aparta la mano. Sientes su cálida piel sobre la tuya, y un estremecimiento te recorre la espalda. Te sonrojas, y eres tú la que, finalmente, aparta la mano para coger tu palmera. Eso que has sentido ha sido muy raro… Miras a Niall, y durante un segundo a quien ves es a Zayn. Sin embargo, esa extraña sensación que has experimentado cuando has rozado a Niall está ahí…


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jueves, 24 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 3


La mañana pasa volando. Durante el almuerzo, los tres amigos de Niall se muestran realmente simpáticos contigo. Te hablan un poco de la dinámica del instituto, y te cuentan algunas cosas sobre ellos para que puedas conocerles mejor.
-Adoramos cantar-comenta Louis-. Siempre estamos haciéndolo, así que no te asustes si nos ves un día de estos cantando por los pasillos...
-Eso sería muy... High School Musical -bromeas.
Ellos ríen.
-Exacto. Excepto que nosotros no montamos coreografías porque no sabemos bailar... –se lamenta Zayn.
-¡A mí me encanta bailar! –exclamas.
Es la verdad. Siempre que puedes, te pones música y bailas por toda tu casa. Cualquier tipo de baile, lo que sea. Es lo que haces para desahogarte, generalmente cada vez que te tienes que despedir de tus amigos porque te vas a vivir a otra ciudad.
-Deberíamos montar un grupo, nosotros cantamos y tú bailas –comenta Liam, riendo.
-A los chicos se les olvida el pequeño detalle de que hace varios días que no cantamos, y yo no creo que vaya a volver a hacerlo –dice Niall con voz sombría.
-¿Por qué? –ladeas la cabeza, extrañada.
-Es algo bastante largo de contar…
-No, no es tan largo –interviene Harry-. ¿Ves a ese chico de ahí?
Él señala hacia alguien que está sentado, comiendo también, a dos mesas de la vuestra, rodeado de bastantes chicas vestidas de animadora. Te fijas y ves que es Zayn. ¿Zayn? Le observas durante unos segundos moverse, reír al escuchar algo que le dicen. Es un chico de los que sólo hay en las películas… Miras a Harry para ver si de verdad está señalando hacia allí.
-Ese… ¿ese?
-Sí, sí, ese. Zayn Malik –asiente Harry.
-¡Harry! –Niall parece enfadado.
-¿Qué?
-Déjalo.
-¿Por qué no se lo debería contar, eh?
-Zayn era nuestro amigo, cantábamos juntos, se echó novia, pasó de nosotros, y fin del grupo y de la historia –dice Niall.
Ves que el resto de los chicos lo miran con reproche. Supones que hay algo más, pero no vas a preguntar. No quieres perder a los únicos amigos que has hecho.
La comida pasa sin nada más remarcable, al igual que el resto de la mañana. Niall vuelve a recuperar su buen humor un rato después, y tú te alegras de ello.
A la salida del instituto, Niall les comenta a los chicos lo que te propuso antes de quedar esa tarde para conocerles mejor, y llamar también a sus otros amigos, a los que no habéis podido ver durante la mañana porque no os han coincidido las clases.
-¡Niall, esta tarde tenemos partido de fútbol! –responde Louis, como diciendo lo más obvio del mundo.
Él se da una palmada en la frente.
-¡Es verdad! Se me había olvidado –suspira.
-¿También jugáis al fútbol? –preguntas.
-Nosotros y el resto de nuestros amigos sí. Niall no –Liam lo mira alzando las cejas.
El aludido va a decir algo, pero Harry le da una palmada algo más fuerte de lo normal en la espalda, y le habla como quien trata con niños pequeños.
-Así que hoy no va a poder ser… Pero podéis ir empezando a mirar lo de la guitarra, y mañana, por ejemplo, quedamos –sonríe ampliamente.
Están tramando algo, se les nota, pero una vez más tampoco dices nada.
-Pues quizás sí que podríamos… Cuanto antes aprendas, mejor. ¿Qué te parece? –Niall te mira.
-Genial –sonríes.
No tienes deberes que hacer, y aunque no vayas a conocer a nadie nuevo, al menos puedes ir entablando mayor amistad con Niall, y de paso, vais empezando con lo de música.
-¿Dónde quieres que quedemos?
-Bueno, chicos, nosotros nos vamos yendo ya, que tenemos que comer pronto para el partido. Hasta mañana –los amigos de Niall sonríen, y tú te despides con la mano.
Los ves alejarse mientras piensas una respuesta.
-La verdad es que no lo sé… Mi casa está llena de cajas por la mudanza –suspiras.
-Podemos venir aquí al instituto. En la clase de música tienen un montón de guitarras, y hay como una sala de actuaciones, ahí podemos ensayar, si quieres.
-Me parece bien.
-Tendré suerte si no rompo algún instrumento –frunces el ceño.
Niall ríe.
-Si no me has roto la cabeza con el golpe que me has dado con la puerta de la taquilla, dudo que rompas una guitarra –bromea.
-Ja, ja –ríes irónicamente-. Muy gracioso. Sé que en realidad no te he dado tan fuerte.
-Eso es lo que te he hecho creer, pero me va a salir un chichón así de grande –hizo un gesto con las manos queriendo decir cómo de grande iba a ser.
-Ya veremos si te sale o no –ríes, ahora de verdad.
-¿Te vas a casa andando? –te pregunta Niall.
-Bueno, en realidad… vienen ahora mismo a por mí en coche –esquivas responder a la pregunta.
-Ah, bueno, pues nada, hasta esta tarde a las…
-¿Cinco?
-Vale, hasta esta tarde a las cinco –Niall te hace un gesto de despedida con la mano y se marcha.
Tú le dices adiós, y vas hacia un coche negro bastante lujoso que está esperando en la acera de enfrente del instituto. Es cierto lo que le has dicho a Niall. Vienen a recogerte. Lo que no le has querido decir es que en realidad, quien viene a por ti es un chófer contratado por tus padres. Que el coche no es una limusina porque no quieres llamar la atención. Que tus padres son ricos. ¿Qué adjetivo había dicho Niall delante del “rico” que había empleado refiriéndose a Zayn? Ah, sí. “Asquerosamente” ricos. Pues así son tus padres. Eso es, supuestamente, la parte buena de su trabajo. Aunque tú preferirías no tener ese dinero, y vivir siempre en la misma ciudad. De hecho, odias a la mayoría de la gente rica, que cree que son mejores que los demás porque los algunos se lo dicen, sólo esperando arañar algo de su dinero. En definitiva, Niall no puede saber que eres rica. Seguramente pensaría que eres una creída más como todos. Y no quieres que piense eso. Por algún motivo, algo en tu interior te pide que actúes de forma que Niall no se aleje de tu lado. Pero, por mucho que desees que eso no ocurra, como vuestra amistad vaya en aumento, se acabará enterando. Y cómo reaccionará, eso es impredecible.


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martes, 22 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 2


Niall se da cuenta de que estás mirando a Zayn, y te da un golpecito en el hombro.
-¿Sabes quién es? –pregunta.
Niegas con la cabeza.
-Es hijo del director. Rico. Asquerosamente rico. Supongo que es el más popular del instituto. Y su novia no se queda atrás.
Te muerdes la parte interna del labio, fingiendo que no te importa demasiado.
-Ah, pues antes me he chocado con él y parecía majo…
-¿Es que vas dándole golpes a todo el mundo? –pregunta Niall, riendo.
-Bueno… -te encoges de hombros, y sonríes.
-No creas. Es simpático con todas las chicas guapas, da igual que tenga novia o no.
Tú ladeas la cabeza. ¿Te acaba de decir que eres guapa? Sonríes de nuevo. En cualquier caso, no crees que Zayn haya pensado que lo eres.
-Pues no sé… ¿No te cae bien? –miras a tu nuevo amigo.
-No demasiado.
No preguntas, pero intuyes que ocurre algo por lo que no se llevan bien.
Al ver que todo el mundo ha entrado ya a clase, el profesor llama al orden.
Miras como Zayn se sienta, pero te obligas a ti misma a apartar la vista, aunque desearías no hacerlo. Es… buf, guapísimo. Que Niall diga que es simplemente un típico popular que trata bien a todas las chicas guapas porque es un insensible o algo así no significa que tú lo creas. De hecho, no lo crees, pero no quieres contradecir a tu único amigo, por lo que no discutes más.
-¡Chicos, chicos, silencio! –le pide el profesor a los amigos de Niall, que siguen parloteando.
Ellos se callan, y entonces el hombre te señala.
-Quería anunciaros que tenemos en nuestra clase a una nueva compañera –tu cara se pone como un tomate.
Te pide que te pongas en pie y te presentes. Tú dices tu nombre y te sientas cuanto antes. Todos te miran, y te parece ver que Zayn te sonríe. No, debes estar loca. Es imposible que te haya sonreído. Lo del aparcamiento fue simplemente que te chocaste con él, y él intentó que te dieras cuenta de que no era nada. Punto. Era precisamente eso. Nada.
-Como has llegado a mitad de curso, no sabes nada de lo que estamos haciendo en clase –el profesor suspira-. Verás, tus compañeros tuvieron, a principio de curso, que elegir un instrumento musical y tienen que aprender a tocarlo para final de curso. Sin embargo, tú tienes menos tiempo que ellos para hacerlo… Así que he decidido que un compañero tuyo que sí toca ya un instrumento, te ayude a aprender. A él le subiría la nota, y tú podrías aprender para final de curso, igual que tus compañeros, ¿qué te parece?
No te has enterado muy bien de lo que te ha dicho, pero para no hacerte notar más todavía el primer día de clase, asientes.
-Sí, me parece bien –sonríes, insegura.
-Niall, ¿te importaría enseñarle a nuestra nueva compañera a tocar la guitarra? –suelta el profesor de golpe.
-Claro que no –él sonríe.
Tú te quedas realmente sorprendida. ¿Niall te va a enseñar a tocar la guitarra? Vaya, al menos ya le conoces, y parece simpático. Pero, ¿es que Zayn no toca ningún instrumento? Si tuviera que enseñarte él, sería perfecto. Pero nada nunca es perfecto. Excepto el propio Zayn, claro.
La clase comienza, pero tú no haces caso de lo que el profesor dice. Tu mente está bien lejos. O cerca. Más concretamente, dos filas más atrás, y tres asientos hacia la derecha. Justo en el sitio del chico moreno de ojos marrones. ¡Ah, lo tuyo se está volviendo una obsesión! Siempre te pasa igual. Te enamoras de los chicos nada más verlos, y luego lo pasas fatal, porque ninguno te corresponde.
Toca el timbre y sales de clase. Caminas al lado de Niall camino a las taquillas.
-¿Así que tocas la guitarra? –comentas.
-Sí –sonríe.
-¿Y yo tengo que aprender? –tuerces el gesto.
-En efecto.
-¿Y tú me vas a enseñar?
-Sí.
-Tengo la impresión de que me acabarás lanzando la guitarra a la cabeza –suspiras.
Niall ríe.
-¿Por qué?
-Porque soy nefasta para esas cosas, se me da fatal aprender a tocar instrumentos –bufas.
-¿Y por qué estás en clase de música? –él ríe.
-Porque me gusta la música, pero no sé tocar ningún instrumento –te cruzas de brazos.
-Ya verás que no es tan difícil. Y será divertido aprender, no soy tan malo enseñando…
Llegáis a las taquillas y guardáis las cosas en ellas.
-No, pero yo soy mala aprendiendo –sonríes.
-No lo creo –cierra su taquilla.
-Qué depresión, llego aquí y ya me mandan algo tan difícil –te llevas una mano a la frente.
-Va, no es para tanto, yo te voy a ayudar…
-Ya, bueno… Y encima no conozco a nadie aquí –resoplas.
Niall se cruza de brazos.
-Vaya, me acabo de enterar de que mis padres me llamaron “Nadie” de segundo nombre –alza una ceja.
Tú rompes a reír. Es un chico realmente gracioso.
-A mis amigos es que no les has hecho mucho caso, pero luego a la hora del almuerzo les conocerás mejor –sonríe.
Tú suspiras.
-Lo siento, no sé, estaba distraída…
-Con Zayn –ladea la cabeza.
-No –protestas.
-Ya –saca sus cosas de la siguiente clase y tú le imitas.
-Bueno, en cualquier caso, si quieres, podemos quedar esta tarde para que te presente al resto de mis amigos, ¿te parece bien?
Asientes con la cabeza. No estará mal conocer a gente nueva. Quizás eso te ayude a sacarte a Zayn de la cabeza. Niall te mira con sus brillantes ojos celestes, y te das cuenta de que ese chico te cae realmente bien.

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lunes, 21 de enero de 2013

#Imagina de Nialler


Miras a tu alrededor. Todo lo que ves es nuevo. Tus padres se han tenido que mudar, una vez más, y como de costumbre, eres la nueva en un instituto enorme en el que ni siquiera merece la pena hacer amigos, porque te tendrás que ir de allí en unos pocos meses. ¿Sería posible que odiaras más el trabajo de tus padres? ¿Por qué tienen que ser representantes de deportistas, que están siempre yendo de aquí para allá? Y tú te ves arrastrada por ellos. Suspiras, y te diriges a la entrada del instituto. Hay un montón de coches aparcados en la puerta, y sin darte cuenta, te chocas con un chico que hay sentado en el capó de un lujoso descapotable rojo. 
–L… lo siento –farfullas. 
Lo miras, y ves que te sonríe. Vaya, es… guau. Es quizás el chico más guapo que hayas visto en toda tu vida. No, quizás no. Lo es. 
–No pasa nada –sigue sonriendo. 
Lleva una mecha rubia en el flequillo, y tiene unos ojos marrones que quitan la respiración. 
-¿Hola? –escuchas que pregunta.
–Eh, ¿sí? –estabas embobada mirándolo, y te sonrojas. 
–Digo que si eres nueva por aquí –no deja de sonreír amistosamente en ningún momento.
 ¿Ese coche será suyo? 
–Em, sí, sí, soy nueva… 
-Me lo parecía. Encantado, soy Zayn Ma… -te tiende la mano, pero no puedes estrechársela, porque un grupo de chicas vestidas de animadoras se interponen entre vosotros. 
-¡Hola, amor! –exclama una de ellas, y le besa prolongadamente en los labios. 
Por supuesto, tiene novia. Todos los chicos increíbles la tienen. La supuesta novia se da la vuelta y te mira con desprecio. Es guapísima. Tus posibilidades se han visto reducidas a cero. No tendrías nada que hacer contra esa chica. 
-¿Y esta? –te señala y hace una pompa con el chicle que está mascando. 
Piensas que seguramente, el prototipo de novia guapa pero imbécil de las películas americanas surgió de esa chica. 
–Es nueva –responde Zayn, empleando un tono menos despectivo que el de la chica. 
–Ah –se da la vuelta para que te vayas. 
Suspiras de nuevo. Parecía un chico simpático… En fin, tiene pinta de ser popular, y los tipos populares jamás se fijan en chicas como tú. Te vas, y él se despide levemente con la mano. Mientras entras al instituto, te descubres pensando en la maravillosa sonrisa de Zayn. Te das un manotazo en la frente. “Estúpida enamoradiza”, te dices a ti misma, “ni se te ocurra pensar en él, que ya sabes lo que acaba pasando siempre”. Te diriges hacia la zona en la que la tarde anterior, en la visita que hiciste para echar los papeles, te enseñaron que estaban las taquillas. Vas hacia la que te han asignado, pones la clave, y al abrir la puerta, sientes que le has dado a algo o a alguien. 
-¡Ay! –escuchas que dicen. 
–Oh, vaya, yo… lo siento –cierras la puerta y ves a un chico rubio frotándose la cabeza con la mano-. ¿Te he hecho mucho daño? –preguntas. 
–No demasiado, pero si vas a ser mi vecina de taquilla, espero que esto no pase muy a menudo, porque me vas a dejar sin neuronas –bromea. 
Tú rompes a reír. 
–Intentaré que no ocurra demasiado –dices. 
–Gracias –te tiende la mano, y a él si se la puedes estrechar-. Soy Niall, un placer. 
–Igualmente –sonríes y le dices tu nombre. 
Tiene unos ojos azules preciosos, pero que, por algún motivo, te hacen pensar en los marrones de Zayn. Sacudes la cabeza. 
-¿Estás bien? –pregunta él, divertido. 
–Eh, sí, claro. 
-¿Eres nueva? –ladea la cabeza.
Tú asientes. 
–Pues ve cogiendo tus cosas, que las clases van a empezar ya –saca unos libros de su taquilla y la cierra. 
–Ah, es verdad –tú miras tu horario. 
Tienes música. Coges el libro, la libreta, y también cierras tu taquilla. 
-¿Tienes idea de dónde está el aula de música? –le preguntas a Niall. 
Él te mira, sorprendido. 
-¿Tienes música ahora? ¡Yo también! Anda, ven conmigo –sonríe francamente, y tú te pones a su lado, y le sigues. 
Llegáis a la clase, que está bastante cerca, y él se sienta en la segunda fila, aprovechando que todavía no ha llegado casi nadie. 
–Si quieres, puedes sentarte aquí –señala el asiento de su lado. 
-¿No te sientas con tus amigos? –preguntas, temiendo molestar. 
–Sí, pero ellos son muy sociables, te caerán bien –se encoje de hombros. 
Como si no te sientas con él te vas a quedar sola, decides hacerlo. Niall va a preguntarte algo, pero entonces entran tres chicos haciendo bastante ruido, riendo, bromeando entre ellos. 
–Chicos, venid –los llama Niall. 
Ellos van hacia vosotros, y te miran con curiosidad. 
–Es nueva –dice el que por ahora es tu único amigo-. Ellos son Louis, Harry y Liam –los va señalando uno por uno, y luego dice tu nombre. 
Te saludan, sonrientes, y comienzan a hablarte todos a la vez. Sin embargo, tú no eres capaz de escuchar ni una palabra de lo que dicen. Sin querer, has mirado a la puerta, y acabas de ver cómo pasa por ella el chico al que has conocido en la entrada, Zayn. Es como si una luz iluminara su cuerpo cuando camina. Es la imagen de la perfección. Y va a estar en clase de música contigo. Esto puede ponerse muy interesante… o puede volverse un infierno para ti. 


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miércoles, 9 de enero de 2013

#Imagina de Niall PARTE 2


Niall se deja caer encima de ti, pero aún sujeta parte de su peso con los codos. Está exhausto –los dos lo estáis-, después de haber compartido vuestro amor de forma física. Tú notas muy agradable ese leve peso sobre tu cuerpo, y le besas la piel del hombro. Niall se echa a un lado y se pone de costado, mirándote, con el codo apoyado en la almohada y su cabeza descansando sobre su mano. Te mira con ternura.
-Cielo…
-¿Sí?
-Estás preciosa así, con el pelo revuelto, los ojos brillantes y esa sonrisa en los labios.
Tú te pegas a él y le das un besito en el pecho.
-Niall Horan, tú sabes hacer que me sienta bien –ríes levemente.
-Lo mismo digo, amor –busca tus labios con los suyos y te besa.
Os quedáis un ratito así, en la cama, simplemente disfrutando de la mutua compañía, pero luego te acuerdas de que estás en un crucero y de que hay mucho por ver.
-¡Arriba! –exclamas de repente, y Niall se sobresalta.
-¿Qué, qué pasa? –mira a su alrededor, como buscando algo.
-Nada, pero creo que deberíamos, no sé, entrar a alguno de los locales del barco en lugar de quedarnos aquí toda la tarde –comentas, levantándote y poniéndote una bata para taparte un poco; no es que te dé vergüenza ir desnuda delante de Niall, es que nunca se sabe si alguien tocará a la puerta o qué puede pasar.
-Tienes razón –él también se levanta, y se asoma a la ventanita redonda que hay en la pared-. Pero ya no es por la tarde, ya es de noche.
-Vaya… ¿Y si cenamos y luego nos vamos a una discoteca? ¿Tienes hambre?
-¡¿De verdad me estás preguntando eso a mí?! –ríe, y tú lo imitas.
-Tienes razón, a veces se me olvida que tu estómago es un pozo sin fondo –le das un par de golpes suaves en la barriga, y Niall te atrapa por la cintura.
-No importa que tengas mala memoria, así me voy acostumbrando para cuando seamos viejecitos y ninguno de los dos nos acordemos de nada –te dice en voz baja.
-Espero que entonces no comas tanto como ahora –bromeas.
-Intentaré no volverme un barrigón, no sea que deje de gustarte –te besa fugazmente.
-Me gustarías aunque tuvieras el pelo verde, Niall.
-¿Me lo tinto? –sonríe como un niño pequeño.
-¡No! Lo prefiero rubio –le pasas una mano alborotándole el pelo y él te estrecha contra sí.
-Anda, vamos a comer, que ahora que me lo has dicho me muero de hambre –pide.
Os ponéis algo de ropa y vais al restaurante. Como es buffet libre, Niall se coge como tres platos de comida y los devora enteros.
-¿Tú eres humano, o eres algún tipo de alienígena diseñado para comer? –bromeas.
-Creo que soy una mezcla –ríe, y se mete un trozo de pizza en la boca.
Tú niegas con la cabeza, divertida, y te terminas tu ensalada de pasta. Observas a Niall mientras termina de comer, y una sonrisa se dibuja en tus labios. No crees que nadie sea capaz de entender lo mucho que le quieres. Él se da cuenta de que le estás mirando, y sonríe también.
-Ya he terminado, tranquila –bebe un sorbo de agua y se levanta de la mesa.
-¿Quieres que vayamos a una discoteca? –le preguntas.
-Y al fin del mundo si  me lo pides –te coge de la mano y juntos entráis a la que mejor pinta tiene.
Os dirigís a la pista de baile, y empezáis a bailar la canción que está sonando, muy pegados el uno al otro. A pesar de ser una discoteca, la música no es excesivamente alta y no está demasiado llena de gente. Lo prefieres así. Niall coloca sus manos en tu cintura, y tú te pasas las tuyas por el pelo; él siempre te dijo que le gustaba que hicieras eso.
-¿Quieres beber algo? –dice en tu oído para que le escuches.
Asientes con la cabeza.
-Una coca-cola –sonríes.
Niall se va a la barra a por las bebidas, y mientras está esperando para pedirlas, se te acerca un chico más o menos de tu edad realmente guapo, con unos ojos verdes y unas pestañas muy grandes y bonitas.
-Hola –dice, amistosamente.
-Buenas –respondes.
-¿Estás sola por aquí? –pregunta, con tono amable.
El chico se ha acercado a ti para poder hablarte, y lleva sus labios a tu oído cada vez que te dice algo.
-La verdad es que no… -dices, a la vez que ves a Niall ir hacia vosotros.
Supones que ha malentendido la situación, porque le resbalan las dos copas de las manos al veros. Quizás la imagen de ese chico tan pegado a ti para hablarte pueda verse sospechosa desde fuera. Niall se va rápidamente de la discoteca.
-Oye, lo siento, tengo que irme –te excusas ante el chico que probablemente no tenía ninguna mala intención y sales corriendo detrás de Niall.
-¡Niall! ¡Nialler! –gritas, y al ver que no se detiene, aumentas el ritmo de tus pasos hasta que lo alcanzas.
Te pones delante de él y lo paras colocándole una mano en el pecho.
-¡Niall, para! ¿Qué haces? –preguntas.
-Ah, no sé, ¿qué hacías tú? –dice en tono molesto.
-El chico sólo quería entablar conversación conmigo –bufas.
-No parecía eso.
-Las apariencias engañan.
-Depende… -resopla.
-Niall, no seas infantil –lo coges de la barbilla y le obligas a mirarte, como él hace muchas veces contigo.
-Es que ese chico…
-¿Qué pasa con ese chico?
-Que era como muy… guapo, ¿no? Quiero decir, yo no entiendo mucho de cuándo consideráis a alguien guapo, pero creo que él lo era… -intenta escapar de tu mirada.
Tú ríes levemente.
-Era guapo, pero…
-¿Pero?-te apremia él.
-Pero tú lo eres más.
Sonríes, y él parece relajarse.
-No sabía que eras tan celoso –comentas.
-No son celos… o sí. No sé, es que parecía… otra cosa, y me he asustado de verdad.
-Niall, te quiero. Eso no lo dudes nunca, por favor –acercas tu rostro al de él, y Niall te roba un beso.
-Y yo, amor. Lo siento, soy idiota –suspira.
-Pero eres mi idiota –ríes y le besas, ahora de forma más prolongada.
-Y si tú me dejas, quiero serlo para siempre.
-Claro, hasta cuando seamos viejecitos, yo no tenga memoria y tú estés barrigón de tanto comer, serás mi idiota. Y te querré –los dos sonreís.
-¿Quieres que entremos o prefieres pasear por la cubierta? –te pregunta.
-Pasear, la verdad.
-Pues vamos –te regala una sonrisa radiante.
Niall pasa su brazo por tus hombros y tú te pegas a él. En realidad, te ha gustado un poco ese arranque de celos. Demuestra que le importas mucho. Aunque él se encarga de decírtelo en todo momento, como ahora mismo, que pega su boca a tu oído y te susurra.
-Te amo. 

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martes, 8 de enero de 2013

#Imagina de Niall


Dejáis las maletas en vuestro camarote t te tiras en la cama a ver si es cómoda. Para tu sorpresa, es realmente blandita.
-¡Ven, Nialler, túmbate! –exclamas.
Él se lanza a tu lado de un salto.
-¡Qué cómoda! –luego ríe con picardía- Tendremos que usarla bastante, ¿no?
-Claro, pero primero vamos a dar una vuelta por el barco.
Te levantas y tiras de Niall de la mano para que se levante también, y él lo hace, pero cuando está de pie, coge tu cintura con la otra mano de manera que quedas enroscada en sus brazos, con tu espalda tocando su pecho, como en los bailes típicos latinos.
Niall te besa el cuello sensualmente.
-¡Estamos en un crucero y lo único que quieres ver es la cama!-dices, riendo.
-No estaría mal, la verdad, pero sólo si es contigo –él también ríe.
-Pues no, vamos a salir a que nos dé el aire –te separas de él, aunque te requiere bastante fuerza de voluntad.
-Está bien –acepta finalmente Niall.
Te roba un beso y cuando estáis saliendo del camarote, te da un cachete en el trasero. Tú lo miras y él sonríe inocentemente.
-Tonto –dices, riendo.
-Guapa.
-Mentiroso.
-Te quiero.
-Y yo.
Busca tu mano con la suya y juntos os vais a dar una vuelta por el barco.
Después de dar una vuelta por las tiendas, salones, restaurantes, piscinas, y demás, os dirigís a la cubierta simplemente para pasear. Por allí no dejan de pasar camareros con bandejas llenas de bebidas, y al cruzaros con uno, Niall coge una flor natural que tiene una de las bandejas en el centro, como decoración, ante la mirada sorprendida del camarero.
Niall te recoge parte del pelo detrás de la oreja y te coloca allí la flor.
-Preciosa –murmura.
Tú le besas.
-¿Por qué eres tan increíble? – le preguntas.
-Se me habrá contagiado de ti –te da un fugaz beso en el cuello.
-No lo creo –te apoyas en la barandilla del barco, de espaldas al mar.
-Yo sí –Niall se acerca a ti y te abraza por la cintura.
Te das la vuelta y miras el agua.
-¿Qué pasaría si me cayera al mar? –preguntas, de broma.
-Que me tiraría contigo –apoya la barbilla en tu hombro.
-Seguramente no conseguirías salvarme y moriríamos ahogados –dices en tono solemne, aunque la conversación es en broma.
-Sería una muerte muy dulce…
Le interrumpes.
-Sería salada, el agua del mar es salada –ríes.
-Si pudiera elegir como morir, desearía que fuera a tu lado –te besa la mejilla, como distraídamente, quizás para él no sea una broma esa conversación-. Y si tú murieras, preferiría hacerlo yo también. No podría vivir sin ti.
Tú te giras de nuevo y vuelves a besar sus labios cálidos, ahora de forma más prolongada, dejando que él te acaricie y acariciándole tú a él mientras.
-¿Ves? En la cama no habría posibilidad de que nos ahogásemos –ahora Niall también bromea.
-Tienes toda la razón, es un sitio realmente seguro –dices.
-Aunque a veces temo que me dé un ataque al corazón.
-Pero si no solemos…
-Ya, pero sólo con mirarte, los latidos me van el doble de rápido. Pero me pasa siempre, cada vez que te veo, no sólo en la cama –sonríe, y coloca tu mano, la que está entrelazada a la suya, en su pecho, en el lugar del corazón-. ¿Lo sientes?
Asientes con la cabeza. Es verdad, late bastante deprisa.
-Late por ti –besa la palma de tu mano.
-Niall.
-¿Sí?
-¿Nos vamos al camarote? –preguntas con una sonrisa pícara en los labios.
Él te alza un poco por la cintura, contento.
-Eso no se pregunta, amor –ríe.
Y juntos os vais a vuestro camarote, donde compartís y hacéis ese amor que os profesáis el uno al otro. 

lunes, 7 de enero de 2013

#Imagina de Zayn


Estás leyendo un libro con Zayn. Él está sentado en el sofá, y tú estás con la cabeza apoyada en sus piernas. Tú lees en voz alta, pues los dos estáis siguiendo el libro, y él, distraídamente, te peina el pelo con sus dedos.
–“Ahí fue cuando se dio cuenta de que…”-no puedes decir más, porque suena el teléfono de Zayn.
–Lo siento, cielo –se disculpa y responde-. Hola. Sí. Emm, ¿seguro? Bueno… está bien. Hasta luego…
-¿Qué pasa? –preguntas.
No parece demasiado entusiasmado con lo que sea que le hayan dicho.
–Nada, bueno, que hay una gala, y tenemos que actuar –Zayn aparta la mirada.
-¿Y qué tiene eso de malo? Te encanta salir a cantar –pones una mano en su mejilla y giras su cara para que te mire.
–Ya, pero van otros grupos también…
-¿Qué para por eso?
–Uno de ellos es Little Mix –dice muy rápido.
Tú bajas la mirada. Así que era eso… Una de las integrantes de Little Mix, Perrie, estuvo saliendo con Zayn durante un tiempo. Fue él quien cortó, pero Perrie no parece haberlo superado, y tú sientes que te odia, lo que probablemente sea cierto, y que ella desea volver con Zayn. Tal vez por eso, a ti no te cae demasiado bien, y en tu interior, te preguntas cómo es posible que, sabiendo que Perrie le quiere, y siendo ella tan guapa como es, tu novio te prefiera a ti. Él se ha dado cuenta de eso, aunque nunca lo hayáis hablado, y no le gusta cada vez que coincide con Little Mix porque sabe que tú lo pasas mal, temes que Zayn descubra que la prefiere a ella y no a ti. Te sientas en el sillón a su lado.
–No te preocupes, no pasa nada por eso –lo miras.
–Ya, pero… -le notas inseguro- ¿Por qué no vienes? –parece sentir que ha encontrado la solución.
-¿Yo? Ya sabes que cuando tengo clase no puedo… -tú sueles ir a los conciertos que dan cerca y a las cosas importantes, cuando son galas normalmente no vas.
Y menos te apetece ir a esta, no tienes ninguna gana de encontrarte a Perrie.
–Es mañana, y mañana es sábado. Por favor –te pide.
–Está bien –aceptas finalmente.
–Gracias, tesoro –une sus labios a los tuyos y el beso se prolonga durante varios minutos.
Esa noche te cuesta un poco dormir. Puede ser absurdo, pero estás preocupada. Sabes que Zayn no va a hacer nada que te pueda hacer daño, y además tú vas a estar allí, y quizás sea una preocupación absurda, pero encontrarte con Perrie (y que ella se encuentre con tu novio) te asusta un poco. A la mañana siguiente, Zayn se va temprano a ensayar con los chicos para la gala de esa noche, y tú te quedas en casa estudiando un poco, más para desviar tus pensamientos que para otra cosa. Por la tarde, cuando Zayn vuelve a casa, hacéis el amor. Tal vez sea su forma de asegurarte que te quiere.
Estáis tumbados en la cama, desnudos, tú apoyada en el pecho de él, y él dibujando formas en tu espalda con un dedo.
-Creo que tenemos que irnos ya –gruñe él.
Tú suspiras.
-¿Ya?
-Sí… -a Zayn le apetece tan poco como a ti.
-¿No podemos quedarnos aquí para siempre?
-Ojalá pudiéramos…
¿Cómo vas a querer irte, si allí, a su lado, después de lo que habéis hecho, eres la persona más feliz del mundo, y cuando estés en la gala no vas a estar a gusto? Bueno, cuando los chicos estén cantando sí, pero luego, cuando el en backstage Perrie te lance miradas asesinas a ti, y provocativas a Zayn…
Él se incorpora y tira de ti para que te levantes.
-Jo… -te quejas.
Te da un besito en los labios.
-Venga, que ya verás como esta vez Perrie no me va a volver a pedir que quedemos un día –te anima.
Tú te sonrojas, porque aunque ambos sabéis que eso es lo que os desagrada de la gala, nunca lo habíais expresado en voz alta.
-Es que está siempre…
-Lo sé, ya no sé cómo decirle que no quiero nada con ella. Pero no te preocupes, cielo, yo te quiero –te besa de nuevo.
Os vestís, aunque a él le van a hacer que se ponga la ropa que ellos le digan en cuanto lleguéis, y vais hasta el recinto donde va a ser la gala.
A Zayn los estilistas rápidamente se lo llevan para arreglarlo, y no puedes evitar reír cuando oyes que una de las peluqueras le dice: “¿Y esos pelos? Parece que hayas luchado contra un tigre.”, a lo que él te mira y te guiña un ojo.
Tú te quedas como en una sala de espera, aunque bastante elegante, con sillones muy cómodos, revistas, y una mesa con comida, que es donde esperáis los acompañantes de los que actúan. Ves llegar uno por uno a los chicos, que se paran a saludarte conforme van llegando.
-¡Hey, has venido, preciosa!-te dice Harry.
-¿Te tienen aquí sola esperando? Qué crueles –se queja Louis.
-¿Zayn te ha obligado a venir? Mira que sabe que no te gustan las galas… -comenta Liam.
-Voy a comer algo de ahí, ¿te apetecen unas patatas fritas? –dice Niall.
Todos te tratan como si fueras su hermana pequeña, una más de la familia, y tú siempre sonríes y les respondes como si ellos fueran tus hermanos mayores que cuidan de ti.
Pero a ellos también se los llevan los estilistas, y tú te quedas allí, esperando a que les terminen de arreglar. Pasan por allí gran cantidad de cantantes, pero como mucho alguno te saluda porque Zayn te haya presentado alguna vez, no es que suelas meterte en el mundillo de los famosos. Sin embargo, sí que te fijas cuando entran las chicas de Little Mix. No las odias, de hecho hasta te gustan algunas de sus canciones, y crees que son buenas chicas, pero Perrie… ella sí que no te cae bien.
A ellas no vienen a llevárselas tan rápido como a los demás, quizás porque ya no cabe más gente en las zonas de peluquería, maquillaje, y las cuatro se sientan en los sillones que hay enfrente del tuyo. Perrie no se corta y te mira con desdén. Tú coges una revista y finges que lees, pero notas sus ojos sobre ti. Para colmo, un momento después te das cuenta de que ella se ha sentado en el sillón que hay a tu lado. Las otras chicas del grupo la miran con desaprobación, pero ella no parece darse cuenta.
-¿Qué tal te va con Zayn?-pregunta Perrie, fingiéndose inocente.
-Muy bien, la verdad –respondes; no estás dispuesta a que te haga sentir mal.
-Seguro que estáis leyendo algún libro juntos, ¿verdad? Eso es muy típico de él.
No dejas que se te note la sorpresa.
-Piensas que le conoces mucho, ¿no? –preguntas, irónicamente.
-Bueno, he estado con él más tiempo del que vosotros lleváis juntos… -presume Perrie- Así que sí, le conozco bastante.
En ese momento, Zayn aparece por la puerta, ya listo para salir a actuar pero con cara de estar bastante enfadado.
-No, Perrie, tú no me conoces. Si me conocieras sabrías que molestando a la chica a la que amo no vas a conseguir que vuelva contigo –Zayn va hacia donde estás, te coge de la mano y te levanta para que quedes a su lado.
Perrie hace una mueca de fastidio.
-¿Es que no lo entiendes? Vale, comprendo que te doliera, nosotros tuvimos algo bonito mientras duró, pero se acabó, Perrie, ¡se acabó! Déjalo ya, porque para tu información, si la molestas a ella, es como si me estuvieras molestando a mí, así que no vas a conseguir nada con esto. ¡La amo, y nada va a cambiar eso!
Sin previo aviso, te planta un beso que alarga durante varios segundos.
Entonces salen el resto de los chicos y los estilistas se llevan a Little Mix, incluida Perrie, en la que crees adivinar lágrimas en los ojos. Ahora te da algo de pena. Lo ha hecho mal, pero tú tienes a Zayn, el chico más maravilloso del mundo, a tu lado y ella no.
-¿Crees que me he pasado?-pregunta él.
-No, tenía que darse cuenta de una vez de que lo vuestro no volverá –sentenció Harry.
Zayn te besa una vez más, con dulzura.
-Es la primera vez que has dicho que me amas –le dices en voz baja-. Muchas veces me has dicho que me quieres, pero no que me amas.
-Te amo, te amo, te amo –susurra él en tu oído.
Te toma la barbilla con una mano y te besa la puntita de la nariz, con lo que tú ríes. Esperáis en la sala hasta que les toca actuar, y cuando salen, tú los ves a través de unas pantallas. Son geniales. Y Zayn se ve guapísimo, aunque quizás las cámaras disminuyan un poco su perfección natural. En cualquier caso, sabes que es tuyo, que no te quiere, te ama. Y que está dispuesto a defenderte por encima de todas las cosas. Sonríes, y de repente te sientes la chica más feliz del mundo. 

Everything starts with a dream.

Buenas. Seré directa. Este blog tiene como fin que yo publique en él lo que escribo. Sí, soy una persona que adora escribir en su tiempo libre, y aquí dejaré mis escritos. Decir que, como directioner que soy, probablemente la mayoría tendrán a esos cinco chicos como personajes, y seguramente sea casi siempre en forma de #Imagina, un recurso que uso bastante por twitter. Espero que os guste lo que ponga, y si lo leéis, podéis dejar vuestra opinión tanto en comentarios aquí en el blog o en mi twitter a través de menciones. Gracias por haberos molestado en leer esto :-)