jueves, 26 de marzo de 2015

"Who's gonna be the first to say goodbye?"

Zayn se ha ido. Sé que hace tiempo dije que ya no soy directioner y que no quería involucrarme en los fandoms, pero Zayn se ha ido. Y no se trata de que vaya a dramatizar o a describir un mar de lágrimas o algo así. No, simplemente creo que es el fin de una era, y como siempre, me apetecía escribir. No voy a hablar de lo mucho que se le echará de menos, de que cada vez que haya una foto o un vídeo del grupo, faltará una persona más al lado de los cuatro, o de lo extrañas que van a ser sus canciones cuando… ¿quién hará las notas altas? Liam, supongo. Pero no, voy a hablar de que comprendo a Zayn. Bueno, realmente no porque nunca he tenido millones de seguidores de todo el mundo, ni un estadio lleno de gente cantando a coro conmigo, ni un montón de dinero suficiente para vivir cinco vidas sin tener que trabajar, ni a todas las revistas del mundo pendientes de hasta mi último movimiento, ni a gente cuestionando el amor que siento hacia mi pareja, ni desconocidos parándome por la calle a cada dos pasos que doy para hacerse una foto conmigo. Poco a poco suena menos bonito, eh. Sinceramente, no sé por qué Zayn se ha ido ni necesito saber sus motivos. Lo que sé es que tanto él como el resto empezaron demasiado jóvenes a tener responsabilidades, tuvieron –como toda estrella juvenil- que dejar rápidamente atrás toda su adolescencia para convertirse en algo que, perdonadme que lo diga, tal vez ni siquiera ellos estaban seguros de querer. No soy famosa y no sé lo que es la fama, pero tampoco quiero saberlo, porque estoy segura de que no es agradable. Imaginad sólo los rumores y las críticas. Tiene que gustarte mucho lo que haces para que al final del día merezca la pena. Y eso nunca pareció ser lo que Zayn quería. Canta bien, sin duda. Le gusta cantar, seguramente. Pero sólo recordad a aquel chico al que Simon Cowell tuvo que convencer para que saliera a bailar, y pensad si Zayn alguna vez ha querido eso. Soy afortunada porque puedo decir que fui a dos de sus conciertos cuando todavía eran One Direction, pero lo triste es que también puedo decir que en ninguno de los dos vi a Zayn como se suponía que debía estar. Se suponía que debía estar animado, disfrutando, porque si ni siquiera en los conciertos lo pasas bien, ¿cuándo vas a hacerlo? Pero no, estaba apagado y cantaba sus partes porque, bueno, era lo que tenía que hacer. Pero no creo que la fama sea soportable simplemente por hacer lo que tienes que hacer. Tienes que hacer lo que quieres hacer. Y está claro que Zayn prefiere dibujar, estar con su familia, con sus amigos, con su novia, prefiere salir, prefiere disfrutar de la juventud que ha perdido. Y lo entiendo. Imaginad lo que es no tener ni un segundo para uno mismo. Tener que vestir, actuar, hablar, incluso cantar como te digan que lo hagas. Puede parecer irónico, pero estoy segura de que Zayn quiere más de su vida, quiere dar más de sí, pero no de cara al público sino a sí mismo, quiere algo más auténtico, más real, supongo que quiere empezar a vivir, y es lo que va a hacer. Y me alegro por él. Me alegro porque en el fondo todos sabemos que lo necesitaba, que llevaba mucho tiempo en que se notaba que no estaba a gusto en su situación, y sé que a partir de ahora será más feliz. Es muy triste, sí, porque One Direction me acompañó durante mi adolescencia y ya nada será lo mismo, ha sido como ver caer una de esas cosas que se mantenían imperturbables en mi vida, pero siempre hemos dicho –y yo también, sea o no directioner- que apoyarles es estar ahí sin importar las decisiones que tomen, que si alguna vez te ha importado esa persona lo que querrás será su felicidad. Pues bien, estoy convencida de que Zayn estará mejor a partir de ahora, y sí, le apoyo en su decisión, pase lo que pase, siempre. 

3 comentarios:

  1. Necesitaba leer algo como esto. Pienso lo mismo que tú.

    ResponderEliminar
  2. Tia estoy super de acuerdo contiigo y ereees la mejor.
    Eres la Puta amaa de todo ♚

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.