#Imagina de Harry PARTE 21 (ÚLTIMA PARTE)

[Pulsad en los títulos de las canciones cuando aparezca, os llevarán al enlace de YouTube para que las escuchéis mientras leéis. Disfrutad de la última parte :3]

No entiendes nada. No entiendes por qué Harry ha ido esa mañana a tu instituto, pero no eres tonta, y sabes que si ha ido precisamente allí, es por algo relacionado contigo. ¿Qué querría? ¿Recordarte que no te quiere en su vida? Es absurdo que te dijera que no lo buscaras cuando ahora resulta que ha sido él quien ha ido buscándote a ti.

“Hay ciertas cosas de las que quizás no te das cuenta”, te dijo.

Sí, de eso estás segura. Por ejemplo, no te diste cuenta de que fingía. De que no te quería. Claro que él seguramente se refería a otra cosa esta mañana, pero ¿a qué? Parecía muy preocupado en excusarse, en hacerte creer que la situación te beneficia. ¿Cómo iba a poder beneficiarte estar lejos de la persona a la que amas? Ese tipo, el del bar, te hizo daño. Pero no fue nada comparado con el daño que te hace cada día pensar en Harry y saber que nada fue cierto. Parecía tan real…

Tu reproductor de música decide ser cruel contigo, y empieza a sonar una canción titulada "Impossible". Es preciosa, pero hace que las lágrimas resbalen por tus mejillas mientras recuerdas esos instantes de felicidad en los que pensabas que lo que estabas viviendo era real.

“-¿Te pongo nerviosa? –ríe de nuevo.

-No –dices de forma muy poco convincente.

-Ah, mejor. No querría… ponerte nerviosa –acerca su cara a la tuya, hasta que quedan a unos milímetros.”

“-Si me necesitas, pregunta por mí. Soy Harry –dice, justo antes de que salgas.

-Si me necesitas tú, moléstate en averiguar cómo me llamo o dónde encontrarme –sales de la cocina y vuelves a la mesa.”

“Acerca mucho su cara a la tuya, tanto que vuestros labios casi se rozan.

-¿Preparada? –susurra.

-¿Para la hora más aburrida de mi vida? –consigues articular, con algo de sarcasmo.

-Esa la acabas de pasar con tu cita, bombón –dice, en tono seductor.”

“-No me llames así –bufas.

-¿Cómo? ¿Bombón? –te mira, sonriente- Bombón. Bombón, bombón, bombón.

-¡DIOS! ¡ERES DESESPERANTE!

-Pero te encanto –se encoge de hombros.”

“-Bombón… -sus labios rozan levemente tu piel.

-¿Hhm? –no eres capaz ni siquiera de articular una palabra.

-¿Puedo... besarte? –pregunta con voz baja y sensual.”

“-Eres un gilipollas.

-Y tú una inmadura.

-Dios, Styles, te odio.

-Pues tú a mí me gustas bastante.”

“-Esa faldita corta –acaricia tu pierna; su voz se ha vuelto seductora-, la camisa por fuera –sube la mano por tu cintura-, la corbata floja, con el último botón de la camisa desabrochado… -lleva la mano por tu costado hasta que baja un dedo por tu escote.”

“-Pues me gusta estar contigo –te acaricia suavemente una mejilla con su mano, y te besa.

-Y a mí estar contigo –sonríes en sus labios-.”

“-Eres una celosa.

-No lo soy –frunces el ceño.

Harry te abraza por la cintura y te besa.

-Sí que lo eres. No te preocupes, me tienes para ti solita –te vuelve a besar.”

“-¿Tienes hambre? –preguntas, levantándote del sillón.

-De algunas cosas más que de otras –escuchas su voz pícara detrás de ti.

-Styles, lo tuyo es grave –niegas con la cabeza.

-¿El qué? ¿Mi atractivo natural?

 -No, tu problema mental –ríes y abres el horno.”

“-Harry… -murmuras en sus labios.

-¿Qué? –te mira fijamente.

-Hagámoslo –te escuchas decir.”

“-¿Bombón?

-¿Sí?

-Te quiero.”

“-Sabes que todo lo que te he dicho es cierto, ¿verdad? ¿Sabes que te quiero? ¿Y que anoche me hiciste la persona más feliz del mundo? Aunque ya lo soy cada vez que estoy contigo…”

Sonríes, entre lágrimas. Para ti fue real. Pero quizás era demasiado… perfecto.

¿Por qué te dijo aquello la noche antes de romper contigo? Te repitió varias veces que te quería, que todo lo que te había dicho eso era cierto. ¿Por qué, si no lo era? Una tenue vocecita en tu interior te dice que aquellas palabras sonaron mucho más reales que las de “Follamos, y ya no necesito nada de ti”, pero estás convencida de que eso es simplemente lo que te gustaría que fuera, y no lo que es.

La misma vocecita te susurra: “¿Y si ha roto contigo para que no vuelvan a hacerte daño? ¿Y si esta mañana ha ido al instituto para decírtelo? O al menos para que te des cuenta…”

Pero tú sacudes la cabeza. Eso es imposible. No puedes empeñarte en creer cosas que no son ciertas. Lo que la vocecita de tu cabeza te dice suena a película, y lo que Harry te dijo hace ya once días sonó a vida real. Las cosas son así. Te duele, pero no puedes engañarte a ti misma. Tienes que superarlo. Seguir adelante. Olvidarle. Olvidar todos esos momentos que te hacen sonreír al pensar en lo feliz que eras sin ser consciente de ello, y llorar al darte cuenta de que jamás volverás a experimentar esas sensaciones al lado de Harry.

~~~

Tres meses después...

-¡Vamos, lenta! –exclama Julia, que te espera al lado de la puerta.

-¡¿Quieres esperar un segundo?! –le reprochas.

Se te ha desatado el cordón del botín y te lo estás atando, apoyada en el primer escalón de la escalera. Notas el sol tocando la piel de tu cara, y disfrutas por un momento de la agradable sensación del buen tiempo que tan poco frecuentemente se deja ver por Inglaterra.

-Hija mía, llevas ya media hora con eso –se queja tu amiga.

-¡Vaya una exagerada!

Estáis en la puerta de vuestro instituto. Es sábado, pero tenéis que ir a echar la matrícula para el año que viene. El último año de instituto. No puedes creer que acabe de empezar el verano, pero allí estáis. Tu amiga espera con la puerta abierta. Ves que asoma la cabeza para mirar si hay cola.

-¡Tía, tía, tía! ¡VAMOS, DATE PRISA! –suelta de repente.

-¿Qué pasa?

-Ufff, no tienes ni idea de lo bueno que está el tío que está echando la matrícula ahora mismo –abre mucho los ojos.

-¡Eres una pedazo de salida! ¡Pero que tienes novio! –dices, riendo.

-¿Y qué? Ni que no me pudiera alegrar la vista de vez en cuando… -se encoge de hombros.

Caminas hacia donde está tu amiga y le das un beso en la mejilla.

-Estás loca –sonríes.

-Pero me amas –sonríe también.

-¡Por supuesto! Tu locura es lo que más me gusta de ti –ahora tú sostienes la puerta para que ella pase-. Venga, alegrémonos la vista.

Entráis en la zona de secretaría, y tus ojos tardan un poco en acostumbrarse a la diferencia de luminosidad que hay dentro del instituto.

-Venía a entregar mi matrícula de ciclo formativo de mecánica –escuchas una voz masculina, y parpadeas un par de veces, a ver si por fin vas empezando a distinguir algo más que sombras.

-Muy bien, ¿es para el primer año? –pregunta la mujer de secretaría.

-Sí.

-¿Me dices tu nombre, por favor?

A la vez que eres capaz de ver con normalidad, escuchas la respuesta.

-Harry Styles.

No puedes creerlo. No puedes creer que a dos metros de ti esté Harry. ¿Cuánto tiempo llevas sin verlo? ¿3 meses? Sí, unos tres meses. Londres es una ciudad lo bastante grande como para que sea casi imposible cruzarte con alguien por la calle. Y ahora Harry está ahí. ¿Seguro que es él? Bueno, la información te ha llegado por dos sentidos. El oído y la vista. Y quizás haya más Harry Style’s en el mundo, pero dudas que el resto de los que haya tengan esos rizos color castaño claro, esa curva característica de su espalda, ese tatuaje de un barco en el brazo. Sí, Julia tenía razón. El tío que hay está realmente bueno. Además es guapo. Ah, y te rompió el corazón. Interesante detalle para mencionar.

-¿Tenía o no tenía razón? –te pregunta tu amiga, sacándote de tu ensimismamiento.

-La tenías –sonríes débilmente.

Es como si todo hubiera vuelto a caerte encima de nuevo. Como si esos débiles muros que has construido durante estos tres meses y que te mantenían alejada de los recuerdos hubieran sufrido el suave toque de una pluma y hubieran caído al suelo en una millonésima porción del tiempo que has tardado en ponerlos en pie.

-¿Estás bien? –Julia ladea la cabeza.

-Sí, sí –ahora intentas sonreír de forma más convincente.

-Vale. Oye, ¿te quedas un momento con mis papeles? Necesito ir al cuarto de baño, ya sabes, urgencias de chicas –te guiña un ojo.

-Claro.

Coges sus papeles y la observas alejarse. Vuelves a mirar al frente, donde Harry sigue hablando con la mujer. Con no ponerte a llorar en ese mismo instante tienes suficiente, así que dedicas todos tus esfuerzos a ello. Él no se ha dado cuenta de que estás allí, claro, está de espaldas.

-Bien, pues ya está. Te esperamos aquí el curso próximo, disfruta del verano, que si no lo haces dentro de poco te darás cuenta de que se te ha ido la vida sin haberla aprovechado –le dice la mujer a Harry.

“Qué filosófica es esta mujer”, piensas.

-Gracias, eso haré –el joven se da la vuelta con una sonrisa en los labios…

…y entonces se da cuenta de que estás ahí. Sus ojos se abren de forma desmesurada y su labio inferior se separa levemente de su labio superior. Está claro que no esperaba encontrarte allí. Se pasa los dedos por el pelo y notas que su respiración se acelera. La tuya va el doble de rápido que de costumbre desde el momento en el que le has visto.

Harry susurra tu nombre y tú te estremeces. Sí, sigue produciendo el mismo efecto sobre ti, no importa el tiempo que pase. Pero… ahora nada es igual. Alzas tus ojos y vuestras miradas se encuentran. Sientes como si no hubiera pasado el tiempo, como si aún estuvierais juntos y ahora lo siguiente fuera besaros. Pero no es así. ¿Qué se supone que toca en este caso?

-Hola –murmuras.

-Hola –sonríe levemente.

-¿Qué haces aquí? –preguntas, pero no a modo de reproche.

-Me he matriculado en un ciclo formativo. He… dejado mi antiguo trabajo. No el de camarero, claro. Ese lo necesito para poder comer y demás. El otro. Y… pensé que podía empezar a estudiar… algo.

Notas que está nervioso. Te parece que el Harry que tienes delante no es el que solías conocer.

-Vaya, me… me alegro mucho –tú estás aún más nerviosa que él, pero es cierto que te alegras.

-Gracias.

Se hace un silencio incómodo. Es como si fuerais dos desconocidos que se ven forzados a hablar porque comparten ascensor.

-No lo entendiste, ¿verdad? –pregunta de repente en voz baja, y suena apenado.

-¿El qué?

-Lo que quise decirte… Esperaba que lo entendieras, pero supongo que te dejé las cosas demasiado claras como para que pudieras comprenderlo.

-Styles, ahora es cuando no te comprendo. ¿De qué hablas? –frunces el ceño, deseando entender.

-Quizás ni siquiera te acuerdes. Esa mañana, en el instituto. Te pedí que lo entendieras… Pero creo que no lo hiciste.

-Dijiste que en realidad era mejor para mí que no estuviéramos juntos –recuerdas, y a él se le ilumina el rostro al comprobar que lo haces-. Pero no sé qué tengo que entender.

-¿De verdad no te das cuenta? Intenté hacerlo bien. Pero como las cosas a mi manera no funcionaron, estoy probando a hacerlas a la tuya –señala a su alrededor.

Entonces, empiezas a encajar las piezas.

“-¿Estás bien? –preguntas instantáneamente.

-Sería yo el que debería preguntarte eso a ti, ¿no crees? ¿Cómo estás?

Frunces el ceño.

-Mejor… Lo superaré.”

Recuerdas cuando Harry fue a verte la mañana en que rompió contigo. Antes de nada, te preguntó cómo estabas. El día anterior te habían acosado sexualmente, así que él se aseguró antes de decirte nada de que estuvieras mejor, de que estuvieras segura de que ibas a superarlo. Después no sólo cortó con lo vuestro, sino que fue cruel, se ensañó, te hizo odiarle, te dijo explícitamente que no fueras a buscarle.

“No vuelvas a pasar por el restaurante, anda. Ni por mi casa. Y menos por el bar, ¿lo entiendes?”

Mencionó el bar, no quería que fueras allí. Luchó por activa y por pasiva para dejarte tan sumamente destrozada que no quisieras volver a saber de él. Y luego en la biblioteca del instituto, insistió en que en realidad aquello te beneficiaba. ¡No se estaba excusando! Estaba intentando que te dieras cuenta de que lo había hecho por ti. Para evitar que algo como lo que te hizo el tipo del bar pudiera pasar. Lo estaba haciendo por tu bien.

Piensas en lo que le dijiste la última vez que le viste:

“-Styles, si no lo fuera, no me habrías dejado. Habrías intentado que lo que haces y la gente con la que te relacionas no me pusiera en peligro. Habrías cambiado aquello que, según tú, nos impedía seguir juntos. Así que no me digas que no es una excusa.”

Y de repente comprendes por qué acaba de echar una matrícula para estudiar un ciclo formativo. Eres consciente de por qué te acaba de decir que ha dejado su otro trabajo, su trabajo ilegal. Todo es para hacer las cosas bien. Para cambiar aquello que os impedía seguir juntos.

Miras a los ojos de Harry. No ha dicho nada, pero está sonriendo levemente, por lo que sabes que él se ha dado cuenta de lo que está pasando por tu cabeza.

-¿Lo entiendes ya, bombón? –pregunta.

Tú asientes con la cabeza.

-¿Por qué no me lo dijiste? Podríamos haberlo hablado…

-No, no podíamos. ¿De verdad crees que si lo hubiéramos hablado habría sido capaz de alejarme de ti? La única forma de conseguirlo era haciéndote odiarme…

Sorprendentemente, ves algo que jamás habrías esperado. Una gotita transparente recorre la mejilla izquierda de Harry, y tras ella surgen dos más.

-¿Styles?

-¿Sí?

-¿Puedo besarte?

Ambos sois plenamente conscientes de que así fue como él te pidió que os dierais vuestro primer beso, excepto que ahora eres tú la que lo pides. ¿Qué más da que hayan pasado esos tres meses? Por mucho que intentaras negarlo, le quieres. Nunca has dejado de quererle. Y ves en su rostro que él sigue queriéndote, que tampoco dejó de hacerlo.

Él te estrecha con fuerza entre sus brazos y estampa sus labios contra los tuyos. Demasiado tiempo sin haberlo hecho. Demasiados sentimientos reprimidos, demasiadas ganas de decir “te quiero”.  Llevas tus manos a su pelo como tanto te gusta hacer, y él toma tu rostro entre las suyas, para besarte con apremio, como si por simplemente soltarte fueras a desvanecerte. Sus cálidos labios siguen encajando a la perfección con los tuyos.

-Styles, Styles –dices, riendo y llorando a la vez.

-¿Qué? –te mira, preocupado.

-¡Me vas a asfixiar! –ríes.

-Lo siento –afloja un poco la presión que sus brazos ejercen alrededor de tu torso, y sigue besándote.

-¿Crees que estar contigo puede seguir siendo peligroso para mí? –preguntas en un susurro.

-Creo que que no estés conmigo puede ser peligroso para mí, bombón –responde, y te da otro leve beso en los labios-. ¿Me perdonarás?

-¿Perdonarte? ¿Por qué iba a tener que perdonarte? Tú hiciste lo que creías correcto, Harry. Yo fui lo suficientemente tonta como para creerte.

-Pues no vuelvas a creerme nunca más, por favor –suspira, pero sonríe.

-No lo haré –sonríes también-. Por cierto…

-¿Qué?

-No irás a volverte un aburrido ahora que vas a empezar a estudiar, ¿verdad?

-Mi moto está esperando ahí fuera, si quieres comprobarlo… -te mira, pícaro.

-No, gracias, prefiero no comprobarlo de esa forma –ríes.

-Como quieras –se encoge de hombros.

Le miras y sonríes de oreja a oreja.

-No lo hagas muy a menudo, pero créeme ahora… -pide.

-Está bien, dime –sonríes.

-Te quiero.

Entrelazas tus manos alrededor de su cuello, y te pones un poco de puntillas para que vuestros ojos queden a la misma altura.

-Yo también te quiero –dices, en sus labios.

Te regala una de sus sonrisas con hoyuelos que tanto te encantan y, acto seguido, te vuelve a besar. No ha sido fácil llegar hasta allí, pero algo te dice que esta vez es la definitiva.

*-*-*-*-* 

El momento en que empezó todo… Sparks Fly

-Buenas, señorita, ¿ha decidido ya lo que va a tomar? –pregunta alguien con cierto tono de burla en la voz- ¿O acaso espera usted a una cita? –pregunta con descaro.

-Oh, Sherlock Holmes, discúlpeme. ¿Debo hacer una reverencia? –ironizas; estás de bastante mal humor.

-No estaría mal –dice.

-Obviamente estoy esperando, así que no, no he decidido qué quiero tomar –le miras.

-Ah, vaya un hombre, haciendo esperar a una dama… -suspira teatralmente y apoya un codo en la mesa- No debe estar muy interesado. Uy, no será tu novio, ¿no? –comienza sutilmente a tutearte.

-Afortunadamente, no –pones una sonrisa forzada.

-Al menos podría venir con flores, si es que se presenta. Siempre es una buena forma de arreglar las cosas.

-No me gustan las flores –bufas.

-¿Ah, no? Eso cambia las cosas… Y es raro. ¿Por qué no te gustan?

-¿Por qué no te vas a atender al resto de mesas, que esos seguro que sí saben qué pedir? –dices.

-Porque no me gusta ver a una dama sola…

-Hay damas que prefieren estar solas. ¿No sabes eso de “mejor sola que mal acompañada”?

-¿Insinúas que soy una mala compañía? –parece divertirse.

-Ah, no sé, tú sabrás qué entiendes. Por lo pronto, sé que eres un camarero al que no le gusta su trabajo.

-Uh, Sherlock Holmes, ¿desea una reverencia? –muestra una sonrisa con hoyuelos.

-Eres bastante prepotente, ¿te lo habían dicho alguna vez? –sabes que no deberías estar “discutiendo” o teniendo esa conversación con el camarero, pero no puedes evitarlo; te saca de tus casillas.

-Muchas veces –se levanta de la mesa-. ¿Sabes qué creo que deberías hacer?

-Yo sé lo que deberías hacer tú. Irte a la cocina y hacer tu trabajo.

-Bah, eso es aburrido –se pasa una mano por el pelo-. Deberías irte. Y cuando ese tío llegue, que no estés. Tranquila, no le diría que te has ido, y él se quedaría esperando igual que estás haciendo ahora tú.

-Quizás tú nunca te comprometas a nada, pero hay gente que sí lo hace.

-Aprendes a no comprometerte cuando los compromisos no dan buen resultado –dice secamente.

-Puede que no hayas encontrado los compromisos adecuados.

-Parece que tú sí. Supongo que ese tío de ahí es tu cita. Tuviste la oportunidad de escapar cuando te lo dije –se encoge de hombros y se aleja de tu mesa.

[¿Qué decir? Quiero daros las gracias por haberme apoyado tanto a lo largo de este #Imagina, por haberlo leído hasta el final, por haberos implicado tanto en la historia. He disfrutado muchísimo escribiéndolo y compartiéndolo con vosotras. Espero que no os haya decepcionado el final, que el balance general del #Imagina sea positivo, que os vayáis con un buen sabor de boca. Espero que me acompañéis también en los próximos #Imagina que haga, porque esto no se acaba aquí, ¡claro que no! Sólo acaba la historia de Harry y "bombón", pero vosotros podéis continuarla en vuestra imaginación. Gracias, de verdad, mil gracias. Os quiero muchísimo, más de lo que pensáis. 

PD: por favor, comentad, sé que soy una pesada, pero me gusta saber vuestra opinión sobre lo que escribo. Gracias <3]