Notas cómo el
color de tu cara desaparece, tal y como si una jeringuilla enorme hubiera
extraído toda la sangre de tu rostro y luego la hubiera tirado por el sumidero.
Oyes que Harry te dice algo, pero no eres consciente de qué, y te empieza a
costar enfocar con precisión sus ojos, que te miran como si acabaran de ver a
un fantasma.
-¿Q… qué?
–balbuceas al teléfono.
-¿Cómo que “qué”? Ya lo has oído, vuelve con Jake
ahora mismo –su voz suena autoritaria.
-Papá, yo no…
-no consigues que salgan las palabras.
-¡No intentes
decirme que es mentira porque sé que te has escapado con ese delincuente!
-¡No es un
delincuente! –exclamas, pero justo al decirlo te das cuenta de que has cometido
un error, no deberías haber abordado el asunto de ese modo.
-¡CLARO QUE LO
ES! Si no lo fuera, no te habría dejado irte con él –dice, enfadado.
-Harry y yo no
nos…
Tu padre te
interrumpe.
-Sabía que no
debía permitir que siguieras con él, se notaba demasiado que serías capaz de
hacer cualquier cosa que él te pidiera, pero no pensé que llegarías a esto –su
voz se ha vuelto casi un susurro, y parece hablar más para sí mismo que para
ti.
Te preguntas si
es cierto que serías capaz de hacer cualquier cosa que Styles te pidiera
mientras lo miras contemplarte con arrugas de preocupación en la frente, semi
ocultas por sus rizos. No, cualquier cosa no, pero probablemente casi cualquier
cosa.
-Papá,
escúchame –tomas aire-. No me he escapado con Harry. Sigo en Guildford. No he
escuchado las llamadas porque el móvil estaba en silencio. Podéis venir a
comprobarlo, de hecho os iba a llamar porque necesito que vengáis.
Después de que
dejes de hablar, el hombre parece reflexionar durante un momento, pues sólo se
esucha su respiración algo agitada.
-Cielo –te
desubica un poco que de repente sea tu madre la que hable, pero de todos modos
es lo que tu padre siempre hace cuando no sabe si creerte o no; llama a la
psicóloga de la familia.
-Mamá –suenas
suplicante.
-¿Dónde estás?
Ya se ha puesto
en modo hagamos preguntas sencillas para
lograr sonsacarle la verdad. Sin embargo, en este caso la verdad te
beneficia a ti, así que te dispones a contestar con sinceridad a todo.
-En un hotel,
no recuerdo el nombre. Pero en Guildford –te apresuras a añadir.
-¿Y Harry?
Suspiras.
-¿Ahora mismo?
Justo a mi lado.
Él te estrecha
la mano, que no sabes exactamente cuándo ha comenzado a sostener entre las
suyas.
-¿Habéis pasado
allí la noche?
-Sí, hemos dormido aquí –especificas, en un vano
intento de apaciguar las cosas.
-¿Por qué no
estás en casa, con Jake? –pregunta con suspicacia.
-Es por eso por
lo que precisamente os iba a llamar.
-Pues habla
–ordena.
Resoplas,
consciente de que tus padres están muy enfadados contigo. ¿Pero por qué tienen
que hacer caso a lo que Jake les diga? Puede llegar a ser un chico
extremadamente encantador, pero… ¿le creen más que a su propia hija? Aunque es
cierto que lo de las siete llamadas perdidas no ayuda mucho en tu defensa. Quizás
los teléfonos móviles no fueran tan buen invento, después de todo.
-Esto… -de
repente no sabes cómo decirlo.
-Estoy
esperando –apremia ella.
-Está bien,
está bien –diriges una fugaz mirada a Harry-. Anoche Jake intentó… hacerme
daño.
-¿Qué? Cariño,
¿cómo iba Jake a intentar hacerte daño? –a pesar de ello, notas cierta duda en
su voz.
Juegas nerviosamente
con los dedos de Harry, pensando en cuánto contarle exactamente. Todo no, por
supuesto.
-A ver, ayer
Harry vino a verme –comienzas.
-Pero no era
fin de semana.
-Lo sé, pero
tenía la tarde libre y no sé, decidió venir un rato –intentas que suene real.
-Bueno –no
parece del todo convencida.
-Él estaba en
el portal esperando a que yo bajara, aunque Jake no lo sabía.
-¿No se lo
habías dicho?
-Mamá, no le
tengo que decir cada cosa que hago –contestas con impaciencia.
-Vale, sigue.
-Cuando iba a
salir de la casa, Jake… me besó.
No vas a
decirle que te quitaste la camiseta para enseñarle la mancha de la espalda, y
que eso debió despertar sus… ansias, porque además a Harry tampoco se lo has
dicho.
-¿Y? Eso no es
hacerte daño, aunque esté mal porque tengas novio, pero…
-Me aparté de
él –ignoras su comentario-, y le dije que eso estaba mal, que me soltara, pero
Jake no quería, me agarró, logré salir corriendo de la casa, él bajó las
escaleras detrás de mí, me tiró muy fuerte de la muñeca, intentó que me diera
la vuelta, intentó… -haces una pequeña pausa dramática- Pero Harry lo apartó de
mí y le dijo que volviera a la casa.
Tu madre no
dice nada, pero sabes que está estupefacta; no se escucha ninguna respiración
en el teléfono, hasta que de repente toma aire y te responde.
-Cielo, eso…
¿eso es cierto?
-¿Y por qué no
iba a serlo? –te fastidia que no te crea.
-Porque… Jake
nos ha dicho que te habías marchado, con Harry, sin intención de volver, y no
cogías el teléfono y… -parece totalmente anonadada.
-Si me hubiera
fugado no os habría llamado, ¿no crees?
-Pero…
-Mamá, necesito
que vengáis. Para eso os he llamado. No me atrevo a entrar ahí yo sola, ni
tampoco con Harry –el interpelado alza una ceja casi imperceptiblemente, porque
los dos sabéis que si fueras con él, Jake no te haría nada, pero le ignoras-. Y
no quiero seguir viviendo con Jake. ¿Y si volviera a pasar? Tengo que recoger
mis cosas… tenemos –te corriges.
-No entiendo
por qué no nos llamaste anoche –parece seguir albergando algunas dudas.
-Estaba cansada
y, ¿habríais venido? Era tarde. ¿Podéis venir, por favor?
-Sí, claro,
claro –suena nerviosa-. De todas formas no hemos ido hoy al trabajo, estábamos…
preocupados.
-Lo siento –te disculpas
con sinceridad.
-En una hora
estaremos allí, cielo. ¿Nos vemos en la casa?
-En el portal.
-Vale.
-Gracias, mamá –cuelgas
el teléfono.
Harry te pasa
una mano por los hombros y te atrae hacia sí. Tú reposas la cabeza en su pecho,
dejando que el calor de su cuerpo te invada, proporcionándote una sensación muy
reconfortante.
-¿Y bien? –pregunta,
aunque debe haberse hecho una idea de la conversación.
-Creo que me
creen –escuchas los pausados latidos de su corazón-. Pero el poder de
convicción de Jake sigue ahí.
Al entrelazar
tus dedos con los suyos, tus ojos se posan en sus nudillos, que están
recubiertos de sangre seca, preparándose para cicatrizar.
-¿Qué les vamos
a decir sobre eso?
Él lo entiende
sin necesidad de más explicaciones.
-Pues que Jake
se puso… violento –notas su leve encogimiento de hombros en tu mejilla.
-Está bien. En
fin, tenemos una hora –un profundo suspiro sale del fondo de tu garganta-. Si
me voy a otro piso será con chicas. O mejor, me podría ir a una residencia de
monjas. A lo mejor nadie intenta violarme allí.
Styles nota el ligero
sarcasmo en tu voz, pero a pesar de ello sus músculos se tensan. Te separa un
poco de él, para que quedéis frente a frente. Sus ojos se clavan en los tuyos,
traspasándote, penetrándote, mirando en tu interior como una persona que lee un
libro abierto.
-No todos los
hombres van a intentar violarte –dice, para tu asombro-. Has tenido la mala
suerte de encontrarte con dos que no eran precisamente santos.
-El karma está
yendo fuerte a por mí.
-No es el karma,
bombón, es que hay tíos que son así… -deja de mirarte de esa forma tan intensa
y baja sus ojos a vuestras manos, todavía entrelazadas.
-Pues…
Styles te
interrumpe.
-¿No te das
cuenta del efecto que causas a los hombres? –pregunta de repente.
Tú no puedes
evitar que tu mandíbula inferior se separe de la superior, dejándote sin duda
alguna una expresión de estupefacción.
-¿Qué pasa? –frunce
el ceño.
-Jake… -tus
ojos siguen abiertos como platos- Jake me dijo exactamente lo mismo.
-¿Qué? –ahora es
Harry el que parece desconcertado.
-Sí. Anoche,
justo antes de que bajara corriendo por las escaleras. Me dijo lo mismo. Pero
no entendí a qué se refería.
Styles hace una
mueca, como si el simple hecho de haber dicho lo mismo que Jake le produjera
náuseas, pero recompone el rostro y de repente esboza una sonrisa ladeada.
-Bombón, hay
muchas chicas guapas en el mundo. En realidad, todas sois guapas por una cosa o
por otra.
Vas a
protestar, decirle que tú por más que te mires al espejo te ves normal, en
absoluto guapa, pero Harry te pone un dedo en los labios.
-Es
precisamente eso lo que te hace guapa, bombón –dice, como si leyera tus
pensamientos.
-¿El qué?
-Que no sabes
que lo eres.
Te quedas en
silencio un momento, intentando entenderlo. Es un poco paradójico, ¿no? Si no
sabes que eres guapa, entonces lo eres, pero lo que te hace serlo es que no
sabes que lo eres. Ah.
-Sí, tiene
sentido –sonríe otra vez.
-Lo dicho, a
una residencia de monjas –sin embargo, no logras evitar sonreír.
Harry coge tu
móvil y mira la hora.
-¿Qué? –ladeas la
cabeza.
-Tenemos cuarenta
y cinco minutos hasta que tus padres lleguen –contesta él.
-¿Y?
Su mirada se
vuelve pícara.
-Bueno, tenemos
tiempo de sobra para una ducha… -se revuelve el pelo, consciente de que ese
gesto te parece atractivo.
-Styles… -tu
voz suena como la de una madre que regaña a su hijo por comer demasiadas
golosinas.
-¿Sí? –esboza una
sonrisa angelical.
-Tú tienes un
problema.
-Es sólo para
que afrontes más relajada lo de volver a ver al ojitos azules y eso.
-Claro.
-Entonces…
-Anda, cállate
ya y vamos –te levantas de la cama y él te sigue a toda velocidad en dirección
al cuarto de baño.
En fin, el
resto de mañana no tiene pinta de ir a ser especialmente agradable, y, para qué
engañarte, echabas mucho de menos a Styles.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Hola Ana!! No se si te acordaras de mi,antes solia comentar siempre que leia tus maravillosos caps.Pero he estado y estoy en un momento un poco malo,no me sentia con muchas fuerzas de comentar tan solo leia el cap y me iba. Ahora la verdad me siento un poco mejor que antes y apartir de ahora intentare comentar siempre que pueda.
ResponderEliminarPD:el capitulo genial! Igual que todos los anteriores, sigue escribiendo asi de genial besitoss:)
Un capítulo genial, haber como continúa ^^
ResponderEliminarGracias, de nuevo, por escribir y sacarnos sonrísas con tus palabras.
Atentamente, una anónima para que sonrías :))
me ha encantado ¡¡¡ <3. siguela pronto mis amigas y yo estamos muy enganchadas¡¡¡
ResponderEliminarOMFG! OMFG! OMFG! OMFG! OOOMMMFFFGGG! *grito de fanática enloquecida* *sube por las paredes cual lagarto* *hace la croqueta* *se reboza en harina y huevo* *se fríe* *muere* *subes parte y resucita*
ResponderEliminar¿Quién soy? Te dejaré que lo adivines, sólo esta vez ;) {Espero que lo adivines y me pongas un tweet, *guiño* *codazo* *guiño*}
El cap... La pa... Esto, me ha encantado, de verdad, es completamente asdfghjkl no sé ni como explicarlo, porque siempre nos dejas sin palabras, es que escribes tan, tan, tan bien. Yo también quiero ser escritora, pero mis historias no son comparables a las tuyas. Tú... eres... like... asdfghjklñqwertyuiopzxcvbnm, do you know what I mean?
En fin, ¿cómo mis padres pueden no creerme? ¿Cómo son capaces de creer antes a un extraño, a una persona que conocen de muy poco, a un jodido ninfómano odioso, antes que a mí? Mis padres en este #Imagina, son completamente lo contrario a los míos en la realidad, y los prefiero tal y como son, que a estos. ¡Es que me indigno! ¡Me indigno!
Harry, tan compresivo, tan lindo. Pero claro, tiene que llegar y decir "vamos a la ducha" no sabes lo que me reí en esa parte, fue tan graciosa, pasar de un tema tan "preocupante", "lioso", a un momento tan erótico (?) Like... ok no me he pasado.
Espero con ansias el 29 y el 30. Aunque sabes que no quiero que se acabe, no, no, no, no, no, no, no. Ya no habrá más Harry y Bombón. Pero siempre quedará en nuestros corazones, memorias, almas. Porque Ana lo hace, porque Ana consigue eso con sus #Imaginas. <<<----- Me amas, lo sé *cara de suficiencia del wa*
Creo que ya sabes quién soy o no... Te he dado pistas, eh. Bueno, ya me voy.
PD: Te adoro, teo.
PPD: Mierda, ya sabes quién soy -.-"