No estás
acostumbrada a volver sola a casa, de modo que por una vez agradeces que la
parada de autobús quede sólo a una manzana de distancia de tu edificio. Te has
quedado un rato en el parque simplemente mirando a tu alrededor y pensando en
cualquier cosa, por lo que ahora ha empezado a oscurecer. La cena seguramente
esté hecha, aunque después del trozo de pizza no tienes hambre.
Sacas las
llaves de tu mochila y abres la puerta del edificio. Subes en el ascensor los
cuatro pisos que separan tu casa del suelo y entras a casa.
-Ya he vuelto
-dices.
-Hola -tu padre
sale de su estudio para saludarte-. ¿Qué tal ese trabajo de Arte?
-En blanco
-suspiras.
-¿Por qué? -tu
padre ladea la cabeza en un gesto que según Louis tú haces de forma idéntica.
-Papá, no sé,
no sabía por dónde empezar.
-Bueno, no te
preocupes, ya saldrá -se acerca a ti y te da un beso en la frente-. ¿Quieres
cenar?
-La verdad es
que no tengo hambre -reconoces-. He comido pizza en el parque.
-Qué pena,
porque había pensado preparar lasaña. La haré mañana, supongo.
-Gracias -sonríes
y caminas a lo largo del pasillo-. Me voy a hacer deberes.
-Que te sea
leve -tu padre sonríe y vuelve a meterse en su estudio.
Tú entras en tu
cuarto y te sientas en el escritorio para hacer la tarea. Todavía te resulta
raro que Louis y tú ya casi nunca hagáis los deberes juntos. Desde que empezó a
salir con Veronica hace cuatro meses tiene que dividir su tiempo entre las dos,
y no es que os estéis distanciando, pero algo ha cambiado.
Pones tu pesado
libro de Literatura en la mesa y lo abres por unas página que contiene un
extenso fragmento de Romeo y Julieta. Apoyas el codo en el escritorio y la
cabeza en tu mano, tras lo que empiezas a leer.
"Bajo el balcón de Julieta. (Romeo entra sin
ser visto en el palacio de los Capuleto. Julieta aparece en una ventana)
Romeo:- ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de
aquella ventana? ¡Es el Oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y
mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento porque tú, su
doncella, la has aventajado en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su
tocado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son sino bufones los que lo
usan, ¡Deséchalo! ¡Es mi vida, es mi amor el que aparece!… Habla… más nada se
escucha; pero, ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!…Soy demasiado
atrevido. No es a mí a quien habla. Las más resplandecientes estrellas de todo
el cielo, teniendo algún quehacer ruegan a sus ojos que brillen en sus esferas
hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el firmamento y las estrellas
en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos astros, como la
luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celestial
unos rayos tan claros a través de la región etérea, que cantarían las aves
creyendo llegada la aurora!… ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh!
¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano
para poder tocar esa mejilla!"
Un golpe sordo
te despierta con un sobresalto. Levantas la cabeza del libro, siendo poco a
poco consciente de que te has quedado dormida.
Otro golpe.
Frunces el ceño
y miras a la ventana, de donde viene el sonido. Sin embargo, no te sorprende
para nada encontrarte a Louis mirándote con una sonrisa en los labios.
Es muy normal
que salte desde su ventana hasta la escalera de incencios de tu edificio y
entre a tu cuarto por tu ventana. Lleva haciéndolo desde que érais muy
pequeños, desde… Sacudes la cabeza; no quieres pensar en ello. Es curioso que
cuando teníais diez años no te preocupara que saltara el metro que separa su
bloque del tuyo, y ahora que sus piernas son más largas, no puedas evitar
sentir tu estómago encogerse un poquito al pensar en lo que puede pasar si se
cae.
Abres la
ventana rápidamente al ver a Louis tiritar por el frío del anochecer
londinense, y él salta desde la escalera de incendios hasta el suelo de tu
dormitorio, como tantas veces ha hecho ya.
-Brrr –se frota
los brazos con las manos.
Tú cierras la
ventana y te sientas en tu cama mientras él camina de arriba abajo por toda la
habitación. Está claro que algo va mal. Esas arrugas que han aparecido en su
frente, y las manos apolladas en las caderas, con los brazos en jarras, no
significan nada bueno.
Sin embargo,
como le conoces perfectamente, sabes que no va a necesitar que le preguntes
para decirte qué ocurre. De modo que esperas.
-Esto es
increíble –suelta Louis de repente, y se deja caer en la silla de tu
escritorio.
Sonríes para
tus adentros pensando que lo ha hecho como si estuviera en su propia casa.
-La próxima
vez, por favor, avísame de que estar en una relación significa ser un esclavo.
Notas tus cejas
alzarse y te echas hacia atrás en la cama para que tu espalda quede apoyada en
la pared. Te abrazas las rodillas dobladas y apoyas la barbilla en ellas.
-¿Qué ha pasado
con Veronica? –preguntas.
-Más bien qué
no ha pasado –él suspira.
-Vamos, Lou –le
instas a hablar.
Él comienza a
hacer girar la silla en la que está sentado, como si eso le disminuyera los
nervios. Su mirada se encuentra con la tuya de forma intermitente, pero eso no
te impide darte cuenta del brillo de sus ojos, claramente dolidos.
-Es que no lo
entiendo. Ahora no puedo tener vida. Miento, sí puedo tenerla siempre y cuando
ella lo apruebe. Y no es justo, porque yo a ella no le digo lo que tiene que
hacer. La veo hablando con un tío dos años mayor que ella y no le digo nada, ni
una mala cara, aunque por dentro me joda. Pero no se lo digo. Parece que sea su
juguete. Tengo que hacer lo que ella dice, porque si no, se enfada conmigo, y
no creo que una relación se base en…
-Tomlinson.
Se queda
completamente mudo, mirándote con los ojos muy abiertos. Lo llamas por su
apellido muy pocas veces, a pesar de que mucha gente sí que lo llama así. A ti
te suena serio, prefieres mil veces decirle Lou, o Tommo, o cualquier cosa que
se te venga a la cabeza. Pero de vez en cuando tienes que llamarle así para que
se dé cuenta de que sigues ahí.
-Louis
–suavizas el tono-. Una relación se basa en el amor que sienten dos personas la
una por la otra.
-Ah, ojalá
fuera tan sencillo –para de darse impulso y la silla deja de girar.
-Veronica actúa
de esa forma porque te quiere, y cada segundo que no pasas a su lado, le duele.
Tu amigo se
lleva el dedo índice a los labios y comienza a morderse la uña.
-¿Cuántas veces
te he dicho que no hagas eso? –le reprendes.
-Muchas. Pero
no puedo evitarlo. Estoy nervioso.
-Oye, sé que
Veronica se enfada mucho contigo, pero se nota que te quiere, y eso es lo única
que importa, ¿no?
Louis clava sus
ojos azules en los tuyos.
-Eso no siempre
es suficiente –exhala otro suspiro.
Tú deshaces el
abrazo en que tenías envueltas tus piernas y te deslizas hasta el borde de la
cama. Acaricias con dulzura la rodilla de Louis, consciente de que lo está
pasando mal. Aunque no es precisamente como si no hubieráis pasado por esto ya
decenas de veces. Ella se enfada con él por algo que hace, él acepta la
reprimenda y luego va desesperadamente a tu casa con ganas de arrancarse todo
el pelo que tiene en la cabeza. Y siempre es lo mismo. Escucharle despotricar y
recordarle que está con Veronica porque la quiere, si bien a veces te preguntas
si de tanto tener que repetírselo no habrá acabado queriéndola por eso y no
porque lo haga de verdad.
Tú no odias a
su novia, no puedes odiar a alguien que, aunque no siempre, muchas veces hace
feliz a Louis. Sin embargo… sí que te gustaría decirle un par de cosas.
-Sí que lo es –defiendes
tu postura.
-No, no lo es.
A lo mejor en El Diario de Noa lo
sea, pero si esa historia hubiera pasado en la realidad, Allie no habría vuelto
con Noa. Había demasiadas cosas en el otro lado de la balanza, y el amor no
siempre puede con todo lo demás.
-Pero Louis…
-Es normal que
no lo entiendas –te interrumpe él-. Nunca has tenido una relación y no sabes
cómo son, pero créeme, no tienen nada que ver con las películas.
Por algún
motivo, su comentario te ofende. Retiras la mano de su rodilla y alzas la
barbilla.
-Y si no lo
entiendo, ¿por qué siempre que os peleáis vienes a hablar conmigo?
Él apoya la
espalda con impotencia en el respaldo de la silla.
-Oh, venga ya. No
lo he dicho para que te enfades.
-De hecho no sé
por qué lo has dicho, si sabes perfectamente que no creo que las relaciones
sean como las de las películas –apartas la mirada.
-Lo siento –se
disculpa-. A lo mejor, después de todo, soy yo el que querría que fueran así.
-Sinceramente,
creo que estas cosas deberías hablarlas con ella. También conmigo, si quieres,
pero sobre todo con ella. Porque si Veronica no sabe que te molesta que actúe
así, va a seguir haciéndolo.
-A todo el
mundo le molesta que lo controlen de esta forma.
-Pero, ¿qué ha
pasado?
Vuelves a
adoptar un tono más tranquilo. Sabes que tu amigo está pasándolo mal, así que
tampoco le va a beneficiar mucho que tú también te enfades con él.
-He llegado
tarde a nuestra cita y se ha molestado.
-¿Sólo eso?
–alzas una ceja con escepticismo.
Louis se encoge
de hombros en un gesto ambiguo.
-Te repito que
creo que deberías hablar con ella.
-Ya tampoco
tiene mucho sentido –se mira las manos, que ahora descansan en su regazo.
-¿Por qué?
Justo cuando
haces la pregunta, te das cuenta, si bien de todos modos él te responde.
-Porque lo
hemos dejado.
-¡¿Que habéis
qué?! –abres los ojos como platos.
-Roto.
-Louis, ya sé
lo que significa dejarlo –bufas-. Pero
no lo entiendo…
-No hay mucho
que entender.
-No puede haber
sido sólo porque has llegado tarde –pones de nuevo tu mano en su rodilla.
-Da igual.
-No, no da
igual.
-De verdad, no
importa –evita mirarte.
-Louis William
Tomlinson, dime por qué habéis cortado.
Él alza
lentamente los ojos de sus manos, y los clava en los tuyos. Los ves tristes,
melancólicos, algo así como si de repente tu amigo hubiera envejecido veinte
años. Y sus mismos ojos te lo dicen, pero él pronuncia las palabras,
acompañándolas de un suspiro.
-Por ti.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
me encanta ,me encantaaaaaaaa es genial y el final muy bonitooooooooooooooooo . bssss guapaa
ResponderEliminarbieeen por fin han cortadooo oooo es muy romanticoooooooo
ResponderEliminarDIOS ANA DIOS ANA DIOS ANA DIOS ANA DIOS ANA DIOS ANA QUE NO RESPIRO. QUE ME MUERO. TE LO DIGO EN SERIO. NO PUEDO CON MI VIDA. AL CAPÍTULO NO LE PUEDO DAR UN 10 PORQUE NO SE MERECE TAN POCO. OMG.
ResponderEliminarMe esta encantado!!!! Lo has cortado en lo mejor, no puedo esperar al siguiente!!!! Me encanta que este sea completamente diferente a los demas.
ResponderEliminarPD: Mi padre me dice siempre que te sea leve cuando tego que estudiar y me ha hecho mucha ilusion cuando lo he leido. ;)
ANA (primer apellido) (segundo apellido)!!!!
ResponderEliminarPERO COMO ERES CAPAZ DE DEJARLO ASÍ E IRTE DE ROSITAS? NO PUEDES HACERME ESTO, ANA, NO PUEDES, DESPUÉS DE TODOS LOS IMAGINAS QUE LLEVAMOS JUNTAS NO PUEDES HACERME ESTO NOOOOOOO *Se tira del pelo desesperadamente*.
So... ¿Louis ha roto con su controladora novia por mi? mwahahahaha se ha dado cuenta de que me ama y no puede vivir sin mi y ha dicho venga, a por Mari que me voy, que le den a Verónica, ¿no? Pues debes saber que me encanta como está transcurriendo la historia aunque solamente lleve un par de partes, pero si ya empieza de esta manera, significa que va a ser super asdfghjkl hasta el final y eso es genial, créeme, TÚ eres genial.
Pues nada, te diré como en todos los comentarios que te dejo, que eres genial, que no cambies nunca, que te quiero mucho y que si necesitas un hombro (o twitter) donde apoyarte, HERE I AM! (solo me falta el cartelito luminoso con flechas apuntando hacia mi jajajaja)
Y no tengo la menor idea de qué más contarte, y como tengo un dolor de cabeza que parece que me va a estallar, te mando muchos besos y muchos abrazos y me despido de ti.
Te quiero, Ana.
Mari <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3 <3
ANA LE ESTO POR FAVOR ^^)
ResponderEliminarHolaa, me encanta como escribes y la imaginación que tienes. Ya son muchos imaginas y siempre tienes ideas nuevas para hacernos soñar. Supongo que tu sueño será ser escritora y me encantaría que supieras que ya lo estás consiguiendo por que realmente lo mereces. Yo también estoy haciendo un blog, he empezado hace poquito y tengo algunos imaginas. Me encantaria que visitadas mi blog aunque con que hayas leido mi.comentario estoy más que satisfecha, gracias. Sigue asi, me inspiras a escribir :) Te dejo la dirección de mi blog, pero si no te apetece entrar no te preocupes me doy por más que contenta al saber que vas a leer esto. http://thehighestplaceofall.blogspot.com.es/?m=1
Hola Ana :3 Una palabra: asdfghjklñ. Dios me encanta. Mi obsesión con tus imaginas no es normal jaja Espero que la sigas pronto ;) (@_mysexymalik)
ResponderEliminarVale..Me he enamorado.SIGUIENTE YA,PORFIS! *-*
ResponderEliminarMe encantó el que hicistecon Harry y este tiene pinta de estae tan bien o mejor que el anterior. El proximo capitulo rapido porfa!!! Xoxox
ResponderEliminardios siguelaaa ¡¡¡ ya porfavor muero ¡¡¡¡ es perfecta ¡¡¡¡ estoy deseando leer el siguiente ¡¡¡ <3. ¡¡¡
ResponderEliminardioooos q boniitooo:')
ResponderEliminar¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Aquí @Rachelforever99 nena, ts.
ResponderEliminarNo sólo has utilizado un pequeño trozo de la historia de Romeo y Julieta, cosa que amo con todo mi ser, si no que has acabado de matarme con ese "Por ti" de Louis y asdfghjklñ *-*
Jodida Verónica, ¿por qué le hace eso a Louis? Será guarra, de todas maneras no creo que Louis estuviese enamorado de ella, la quería sí, pero no tanto como a... mí (?) I think so, pero... no sé, tu eres la única que puede darle una vuelta a la historia o si nosotras te damos alguna idea, pero yo no quiero influir en esto, porque quiero sopraise, sopraise.
Cada día estoy peor, tía, necesito ayuda JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. ¿Ves? Me río sola y no sé de qué... En fin.
PD: Te quiero, teo.