Empezar la
mañana con el sonido del despertador nunca te ha puesto de un humor
especialmente bueno, y esta vez no va a ser distinto. Sobre todo porque lo que
has soñado durante la noche tampoco ayuda. Louis besándote no es una imagen que
estés acostumbrada a tener tras tus pupilas.
Te levantas de
la cama sacándote con furia la camiseta de tu amigo y la tiras a una esquina
del dormitorio donde no entre en tu campo de visión al menos por un rato. Te
das la vuelta para coger algo que ponerte de tu armario, y te encuentras con
Louis mirándote fijamente con las cejas alzadas desde su cuarto. Entonces
reparas en que te has quedado en ropa interior, y cierras a toda velocidad la
cortina de tu ventana, impidiendo así que siga observándote con esa media
sonrisa divertida que se adivinaba en sus labios. Él te ha visto en ropa
interior muchas veces, pero no en los últimos años, y supones que tu cuerpo
debe haber cambiado desde la última vez. Además, eso tampoco ayuda a que te
sientas mejor con lo que te está pasando.
Rebuscas en el
armario hasta que encuentras una sudadera y tus vaqueros preferidos. Sacas unas
botas bien calentitas de su cajeta y te las pones también. Te recoges el pelo
en una sencilla trenza y te miras al espejo, sin estar muy segura de cómo vas a
afrontar el día.
Mientras
preparas tu mochila, te sientes una egoísta. Deberías estar preocupada por
Louis y por cómo se encontrará después de haber cortado con su novia, y no por
tus confundidos sentimientos.
Sales de tu
cuarto con un suspiro.
-¿Todo bien?
-pregunta tu padre, que precisamente pasa al lado en ese instante.
-Sí -mientes-.
Todo bien. Es sólo que tengo sueño.
-Si te fueras
antes a dormir... -camináis juntos por el pasillo.
-Me voy tan
pronto como puedo -te defiendes.
Él sonríe, pero
no te dice nada más.
-¿Tostadas?
-No, gracias.
Sacas la caja
de cereales y la pones sobre la mesa. Tu padre, mientras tanto, coge pan para
sus tostadas. Estás llenando dos tazas de leche cuando escuchas la voz de tu
padre, con un tono algo divertido.
-¿Estuvo anoche
Louis en tu cuarto?
El cartón de
leche resbala de entre tus dedos y te apresuras a levantarlo antes de que todo
el suelo de la cocina se empape del líquido. Sin embargo, la mesa sí que se ha
manchado. Te agachas para coger una bayeta del armarito de debajo del
fregadero, evitando mirar a tu padre.
-Sí –contestas,
sonrojándote.
-Siempe me ha
sorprendido lo bien que os lleváis –reflexiona él.
Alzas
tímidamente la cabeza y miras a tu padre.
-Entonces no te…
¿importa?
Él suelta una
ligera carcajada.
-No, a menos
que me enterase de que entre vosotros dos hay algo más que amistad. Entonces…
-se pasa un dedo por el cuello, como si se lo estuviera cortando, y tú te das
cuenta de que has heredado ese gesto de él.
-Tranquilo, no
hay nada –mascullas al tiempo que limpias la mesa.
-¿Segura? –la tostadora
da un pitido y tú pegas un respingo.
-Totalmente –ocultas
un suspiro-. Lleva conmigo desde antes de lo de mamá, es como… como mi hermano.
-Me resulta
curioso –dice él, echando distraídamente la leche en las tazas mientras tú
lavas la bayeta- que mamá siempre me decía que cuando creciérais, acabaríais
juntos.
-Pues parece
que se equivocó.
-Lo cierto es
que no solía equivocarse–una sonrisa melancólica se dibuja en sus labios.
-Papá…
-Louis es un
buen chico –te acaricia la mejilla con ternura-. Pero como alguna vez yo entre
a tu cuarto y os pille haciendo algo que no debáis… ¡se le cae el pelo!
-¡Papá! –le reprochas,
pero también sonríes.
Él se encoge de
hombros y se sienta en su silla a tomarse su desayuno. Tú te colocas enfrente,
dándole pequeños sorbitos desganados a tu leche. Louis es una parte de tu vida,
igual que tu ojo derecho es una parte de tu cuerpo, o igual que el gran mueble
de la entrada de tu casa lleva ahí desde antes de que tú nacieras. Y nunca
antes habías sentido eso tan extraño al pensar en él, o al pronunciar su
nombre.
El portero automático
suena de repente, haciéndote rebotar en la silla. Estás demasiado susceptible,
y Louis lo va a notar como no te relajes.
-Hablando del
rey de Roma –dice tu padre, alzando las cejas.
-Ya no
estábamos hablando de él –contestas, metiendo tu taza en el lavavajillas.
El hombre
vuelve a poner esa sonrisa misteriosa y tú haces girar tus ojos.
-Me voy –le das
un beso en la cabeza y sales de la cocina.
-Adiós –se despide
él justo antes de que cierres la puerta de la casa tras de ti.
Bajas los
escalones del edificio tan despacio como te es posible, pero el momento tiene
que acabar por llegar. Bueno, al menos tienes una cosa totalmente clara: a
Louis no le puedes decir absolutamente nada. Además, seguramente es sólo que
estás confundida, se te pasará en un par de días. Esperas.
Abres la puerta
del edificio y ahí está él, mirándote con una sonrisa torcida en los labios,
las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros y un jersey ajustándose a la
perfección a su torso. Tiene las mejillas y la punta de la nariz de un tono rosáceo,
tal vez por el frío.
El corazón te
da un vuelco, y tú luchas por hacerlo frenar… sin éxito. Apartas la mirada y
Louis suelta una carcajada.
-Muy guapa esta
mañana –comenta.
Debe haber
pensado que estás así porque te ha visto en ropa interior. Eso es bueno, ¿no?
Así por lo menos no hará preguntas.
-Muy gracioso –sueltas
un bufido y por tus labios se escapa ese humillo característico de las mañanas
de frío londinenses.
-Lo digo en
serio –su voz suena repentinamente formal.
-¿Gracias? –le diriges
una fugaz mirada vibrante, ya que estás tiritando.
-¿Tienes frío?
-Un poco –admites,
sintiendo que los pulmones van a congelársete en breve.
Justo después
de decirlo te arrepientes de haberlo hecho, pues él te rodea los hombros con un
brazo y te atrae hacia sí. El fuerte aroma a cítrico que desprende te hace
sentir mareada durante un momento, pero logras recuperarte, y la verdad es que
el calor de su cuerpo te hace dejar de tiritar.
-¿Qué tal has
pasado la noche? –preguntas, con la cara oculta en su pecho.
Notas sus
músculos tensarse.
-Mejor de lo
que esperaba –dice finalmente.
-¿Vas a hablar
con ella hoy? –esperas que tu voz no suene desesperada.
-No lo sé –toma
aire y lo suelta todo de golpe-. Creo que no es a mí a quien le corresponde ir
a disculparse.
-¿Y si ella te
busca qué vas a…?
Te interrumpe.
-No tengo ni la
menor idea. Anoche estaba tan cansado que nada más tirarme en la cama me quedé
frito.
Te sorprende
que lo esté llevando tan bien, pero no tienes nadie con quien comparar cómo se
suele sentir la gente después de una ruptura. Te llevas bien con un par de
chicas de tu clase, pero las dos llevan más de un año felices con sus novios, y
que tú sepas no habían estado con nadie antes, de modo que no les puedes
preguntar. Y amigos de sexo masculino… sólo tienes a Louis, cuya primera novia
oficial ha sido esta. Quién sabe, quizás sí sea normal estar así.
Llegáis a la
parada justo cuando el autobús aparece por el final de la calle, y os
resguardáis del aire helado bajo el pequeño techo de cristal que sirve para
proteger los paneles con los horarios.
En cuanto subís
al autobús, te separas de Louis, esperando que él no note tu incomodidad. O
excesiva comodidad, depende de por dónde se mire. Ladea la cabeza y tú te
encoges de hombros.
-No quiero
seguir robándote calor corporal, ya no tengo frío –sonríes falsamente.
Louis
entrecierra los ojos, pero no te dice nada. Supones que tiene preocupaciones
mayores que el hecho de creer que tú te hayas levantado con el pie izquierdo
esa mañana. Ah, si él supiera.
-Hoy tenemos
que terminar el trabajo de Arte –es Lou el que rompe el silencio.
-Es verdad –miras
al suelo, intentado inventarte alguna excusa para no poder ir con él.
-Vamos después
de clase –no es ni una pregunta ni una afirmación, sino una sugerencia.
Asientes con la
cabeza, sin haber encontrado nada para evitar tener que pasar toda la tarde a
su lado. No es que no quieras estar con él –quieres, quizás demasiado-, es que
se te hace bastante difícil pensar en qué demonios te está pasando si te quedas
embobada en sus ojos cada vez que él no te está mirando.
“Tranquilízate”, te dices a ti misma.
-Sigo notándote
rara –comenta Louis.
“Mierda”.
-No es…
En ese preciso
instante, el autobús se para en la puerta de vuestro instituto. Aliviada, sales
tan rápido como puedes sin que parezca que te persigue un psicópata con un
cuchillo, y Louis te sigue sin preguntar más.
Su brazo vuelve
a rodearte por los hombros, y lo miras, formulando una pregunta con los ojos.
-Has vuelto a
tiritar –se limita a responder él, y es cierto que lo estabas haciendo.
-¿No crees que
esto puede empeorar tu situación con Veronica si ella nos ve?
Te aprieta más
contra sí.
-No tiene nada
de malo intentar quitarle el frío a una amiga –su voz suena levemente afligida.
Louis te dice
algo más, pero no eres capaz de escucharle. La palabra amiga no deja de resonar en tu cabeza con un eco que resulta casi
doloroso.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Ana, Ana, Ana, ¿no sabes que es malo dejar los imaginas así, arriesgándote a llevar a la muerte a una inocente lectora como yo? Ya veo que no, porque de ser así, no hubieras dejado el imagina como lo has dejado.
ResponderEliminarEn primer lugar, Louis tiene esa habilidad de ser tan asdfghjkl sin siquiera proponérselo, pero se está pasando un poquitillo de la raya, que a este paso un día de estos acabo violándolo en medio de la calle, porque ya no es normal... Que si abrazo por aquí, que si caricia por allá... ¿PERO NO ENTIENDE LOS FEELS QUE ME CREA YA SOLO CON QUE ESTÉ CERCA DE MÍ QUE ENCIMA TIENE QUE HACER ESO? En fin... lo dicho, que un día de estos apareceré en las noticias con el título "Mari viola a Louis por no poder aguantar su maldita adorabilidad" y seré conocida mundialmente y Harry se enamorará de mi y formaremos una happy family y a nuestra segunda hija la llamaremos Ana, en honor a ti (porque el señorito Styles quiere ponerle a la primera Darcy ya sabes como es respecto a ese tema) y tú serás su madrina, pinky promise jajaja
Y la tal Verónica esa, sinceramente, tengo ganas de que nos vea a Louis y a mi abrazados para que se de cuenta de que si a una persona le das a elegir entre tú y otra, va a irse con la que no le da a elegir, y eso es así desde la época de los Velocirraptors JAJAJA
No tengo demasiado claro de si voy a ser el primer comentario, pero cuando empecé a escribirlo si lo era, pero como tardo bastante en escribirlo dado que intento que sea asdfghjkl (no tanto como tú, pero había que intentarlo) pues ya ves...
So, querida Ana, voy a soltarte el rollo de siempre, que estoy aquí para lo que necesites, que no cambies nunca, que eres genial y todas esas cosas que te digo siempre.
Ah, y que TE QUIERO MUCHÍSIMO! <3
Mari :3
Odio leer tan rápido, parece que hace 5 minutos te veía poner los tweets de "En Llamas" y morir con Peeta. En fin, que odio leer tan rápido.
ResponderEliminarOlor a naranja, mmm, me encanta el olor a naranja. Pero el olor de fruta no, si no el fabricado (?) Idk. ¿Por qué Louis lo lleva también? ¿Es que a caso no la quería? Puede que sí, él mismo lo ha dicho, pero... ¿Estaba enamorado de ella? ¿Y esos sentimientos? ¿Qué ha pasado de repente? ¿Quizás el saber que Louis me elegiría antes a mí que a una chica con la que ha estado saliendo durante unos meses me ha hecho darme cuenta de lo que siento realmente por él? ¿He estado tapando estos sentimientos hasta ahora? ¿Han habido más veces en las que sintiera esto y no me hubiera dado cuenta? Demasiadas preguntas sin respuesta, es lo que pasa cuanto tú, señorita, tú escribes capítulos de este tipo. ¡Haces a mi cerebro pensar demasiado! ¡Lo colapsas de preguntas!
Me ha encantado de verdad, cada vez me gusta más y es que asdfghjklñ *_______________________* Me frustro con tus #Imagina's.
PD: Te quiero, teo.
PPD: No hace falta decir quién soy *guiño* *codazo* *guiño*
Me ha encantado lo haces super bien ¡¡¡ cada vez que leo me meto tanto en el imagina que parece que sea de verdad <3. Te deberian de dar un premio por escribir tan bien.
ResponderEliminarSiguela cuando puedas ¡¡ <3.
xo
Hola Ana :3 Como siempre, perfecto. Es increíble lo que haces con las palabras, chica :) Me ha encantado. Y espero que sigas pronto añsldkfhlkasjdfñlaksjgñlksjñalk <3 Besos (@_mysexymalik)
ResponderEliminarHola Ana,:)como siempre el imagina perfecto, sigue pronto porfa,no nos puedes dejar con esta intriga nos vas a matar jaja
ResponderEliminarBesos;)
Simplemte...Geenial.
ResponderEliminarEs... Es absolutamente increíble este imagina. Me está encantando. Tienes una forma de escribir que me encanta y no sé como explicarte lo mucho que me encanta tus Imaginas. Y éste, ¿que puedo decir? Es increíblemente perfecto, ojalá pasara esto en la realidad llámame loca o lo que sea, pero... es que no sé, me meto tanto en la historia que es como que deseas que pasara en la realidad. No sé si me entiendes. Ojalá.
ResponderEliminarAna, de verdad, increíble. Y no estoy exagerando, eh. De verdad. Sigue así.
Sincerely, @madlydeeply_
PD: te lo escribo aquí porque quería ponerte un text largo y así no mandarte uno por uno por twitter para no petarte mucho las interacciones idk. <3
¿Como me haces esto?
ResponderEliminarTe van acusar de asesinato,porque me vas a matar.
ENCIMA DE LO QUE QUIERO A LOUIS,HACES ESTE PERFECTO IMAGINA Y ME ENAMORAS MAS...
Bueno,que espero que en el proximo pase ya algo entre Louis y yo porque si no me dara algo.
Bueno,quiero darte animos para que sigas escribiendo,porque lo que haces es PERFECT.
Que CADA imagina lo leo con tantas ganas que cuando acaba muero un poquito.
Y que si hicieras un libro,el dia que saliera a la venta,me compro 10.
Bueno,espero que lo sigas pronto,BESOOS Y ABRASITOS :'3
alucinante no hay nada mejor te adoro directioner forever <3
ResponderEliminar