No
hay nada que me ponga de peor humor que un día de compras. Bueno, miento. Que
cayera un meteorito en mi casa probablemente me enfurecería aún más. Es sólo
una forma de hablar. Sea como sea, yo en las tiendas me estreso. Tanta gente
con las manos cargadas de bolsas, adolescentes esqueléticas que parecen a punto
de llorar porque la talla 34 no les cierra, dependientas que por lo visto
cobran dependiendo del número de veces que te preguntan si necesitas algo… Aunque
lo que más detestaba cuando tenía dieciséis años era que por muchas cosas que
me probara, ninguna me quedaba bien. No para Steph, claro. Según ella, todo me
estaba estupendo. Pero yo no lo veía así. Parecerá absurdo, pero para mí
vestirme era un problema. Claro que llega un punto en el que, como no te gusta
nada, da igual lo que te pongas.
A
lo que yo iba. Steph y yo ya estábamos subidas en el autobús de vuelta a casa.
Si me paro a pensarlo, ella llevaba las manos cargadas de bolsas, era bastante
delgada por aquella época, y no se comportaba como la idea que yo tenía de
adolescente atormentada porque se le había ido la pintura de labios. Pero a
Steph la conocía, y a ellas no. Steph no se preocupaba por esas cosas, y estaba
segura de que ellas sí.
Como
iba diciendo, mi amiga ya había encontrado una cámara de fotos que le gustara lo
suficiente, y también dos faldas, una camiseta, unas botas y un paquete con
diez pares de pendientes. Yo llevaba una pequeña bolsa color gris dentro de mi
mochila, con un jersey azul oscuro que Steph había conseguido que me comprase
porque era ancho y permitía imaginar que tenía unos cuantos kilos menos que en
la realidad. Ni faldas, ni vestidos. Mi madre no se iba a llevar una alegría,
pero de todos modos, con mis propias preocupaciones tenía suficiente como para
pensar también en las reacciones que podrían tener sobre ella mis actos. Con
las que tendrían sobre mí creía que ya era suficiente.
-Me
han dicho que son cinco chicos los que vienen–comentó Steph de repente.
-¿Qué?
–la miré, sin entender a qué se refería.
Mi
amiga puso cara de fastidio, como si hubiera esperado otra reacción por mi
parte ante aquella exclusiva que acababa de compartir conmigo.
-Lo
que te he dicho antes de que va a venir gente nueva a nuestra clase –bufó justo
cuando paraba el autobús.
-¿Y
quién te ha…? Bueno, da igual –señalé la puerta, pues era su parada.
-Ya,
me voy, mañana hablamos –se despidió de mí recuperando su usual efusividad y se
bajó del autobús un instante antes de que se cerrara la puerta.
Unas
paradas más tarde, al llegar a casa, intenté hacer el menor ruido posible, pero
no sirvió de mucho porque mi madre estaba en la cocina, y ésta queda al lado de
la entrada, de modo que escuchó la puerta cerrarse.
-¿Qué
tal la tarde? –preguntó mientras salía de la cocina secándose las manos con un
trapo.
-Bien
–mascullé.
-¿Has
comprado algo? –ignoró abiertamente mi mala respuesta.
-Nada
que pueda ser de tu agrado.
Intenté
subir las escaleras pero mi madre, que debía haber adivinado mis intenciones,
me cortó el paso.
-Podrías
enseñármelo –sugirió.
-Lo
verás en cuanto que me lo ponga.
-No
deberías hablarle así a tu madre –intervino mi padre, que pasaba por allí.
No
le respondí.
-No
sé por qué te comportas así –tuve la sensación de que el suspiro de mi madre
fue más bien premeditado, y contuve mis ganas de poner los ojos en blanco.
-Yo
tampoco –respondí, y me colé entre ella y la pared para subir las escaleras.
Me
metí en mi cuarto y cerré la puerta. Mi respuesta fue totalmente cierta, porque
la mayoría de las veces durante mi adolescencia no sabía qué era lo que me
hacía reaccionar así. Quiero decir, sí sabía que mirarme al espejo, por
ejemplo, me irritaba, pero no sabía por qué a veces, sin ningún motivo
aparente, sin haber estado pensando en nada potencialmente desagradable, me
ponía de mal humor. Ni tampoco comprendía por qué trataba así a mis padres. Era
sólo que… tenía la sensación constante de que yo para ellos no era más que una
decepción, una carga, algo que no era lo que ellos esperaban que fuera. Ahora
creo que lo que me ocurría era que pensaba que ellos esperaban de mí lo que yo
querría ser. Pensaba que no era buena para ellos porque yo no me veía lo
suficientemente buena. Visto con perspectiva, mis padres nunca me dijeron que
yo no fuera la hija que ellos querían, si acaso intentaban que compartiera un
poco más mis asuntos con ellos, pero por entonces yo estaba demasiado ocupada
con mis problemas de adolescente. Cualquiera que ya haya pasado por esa etapa
podrá, seguramente, entenderme.
Aquella
noche, durante la cena, sólo abrí la boca para que pudiera entrar en ella el
puré de patatas, pero la conversación fue, como de costumbre, entre mis padres.
Mientras me lavaba los dientes –de espaldas al espejo del baño, por supuesto-,
no pude evitar pensar en los supuestos cinco chicos nuevos que Steph decía que
vendrían a nuestra clase. Cuando estás baja de autoestima, lo que más necesitas
es un chico que te haga sentir que te equivocas y no estás tan mal –porque de
una amiga nunca puedes fiarte de que no diga las cosas sólo porque es tu amiga
y quiere verte feliz-, pero a la vez es para ti la perspectiva más
inalcanzable. Mis compañeros, y digo compañeros
por llamarlos de alguna manera, de clase, estaban todos descartados. Todos
me caían demasiado mal. Pero quizás, si de verdad venían esos chicos nuevos…
Dejé que mi mente vagara por algunas de las películas de romance que había
visto, imaginándome escenas perfectas bajo una puesta de sol, pero al girarme
para enjuagarme la boca el espejo volví a la realidad. Hice una mueca irónica y
me fui a la cama, pensando que al menos, al día siguiente, no notaría miradas
de burla en mi nuca, pues estas estarían fijas en la novedad.
…
En
el autobús de camino al instituto, Steph estaba verdaderamente contenta. Por lo
visto, a ella madrugar le sentaba estupendamente, no como a mí, que tenía unas
ojeras que me llegaban hasta los tobillos y la cara pálida cual muerto
viviente.
-¡Te
has puesto tu jersey nuevo! –exclamó, al entrever el cuello bajo mi chaquetón.
-Sabía
que si no lo hacía estarías todo el rato protestando porque la ropa nueva se
estrena al día siguiente de comprarla –acabé la frase intentando imitar su voz,
para tratar de ocultar que en realidad lo había hecho porque… intentaba ir
menos desagradable a la vista que de costumbre.
Steph
soltó una risilla nerviosa.
-¿Estás
bien? –pregunté, sabiendo lo que le pasaba.
-¡Totalmente!
–dio un saltito para acompañar sus palabras.
-Ya
lo noto –sonreí.
-El
primer día de un trimestre siempre es tan emocionante… -adoptó una expresión
soñadora.
-Porque
viene carne fresca –alcé una ceja.
-Ah
–hizo un gesto de desagrado con la mano-. Le quitas el romanticismo a todo.
Mira, son cinco. Uno de ellos se enamorará perdidamente de mí nada más verme e
intentará conseguirme por todos los medios, pero yo ya me habré enamorado de
otro, que al principio se fingirá desinteresado pero al final confesará que
también está loco por mí. A ti te quedan tres para hacer con ellos lo que
quieras.
No
pude sino reírme.
-Estás
loca –logré decir entre las carcajadas.
-Si
tres son demasiados para ti sola…
-¡Calla!
–le di un golpe en el brazo.
No
sé quién habría corrido la noticia, pero cuando llegamos a nuestra aula todo el
mundo estaba hablando de lo mismo. Había una expectación casi palpable en el
ambiente, pero a mí ya se me habían quitado las ganas de saber nada sobre esos
cinco chicos. Pensándolo bien, estando al lado de Stephanie ninguno podría
llegar a fijarse en mí jamás. Seguramente no sólo dos, sino los cinco se
enamorarían de ella. Pobres ilusas el resto de las chicas que, impacientes,
botaban en sus asientos.
Todavía
quedaban cinco minutos antes de que tocara el timbre que anunciaba que todo el
mundo tenía que estar en clase pues el profesor llegaría de un momento a otro,
cuando Amber, una chica que parecía recortada directamente de una película en
la que tuviera el papel de rubia sexy y mala con el resto del universo, se
colocó delante de la mesa del profesor.
-¡Buenos
días! –exclamó, para captar nuestra atención.
Ni
siquiera me molesté en mirarla. Había murmurado y reído tantas veces mientras
yo pasaba por su lado que el desagrado que sentía hacia ella casi rozaba el
odio.
-Todos
os estaréis preguntando si es verdad que van a venir chicos nuevos a nuestra
clase… ¡Pues yo tengo la respuesta! Y la respuesta es que sí –esperó un momento
a que la gente cuchicheara-. Son cinco, y han venido porque…
-Ejem.
El
carraspeo del profesor Roberts hizo que el colorete de las mejillas de Amber se
acentuara un poco más debido a su sonrojo, y rápidamente volvió a su sitio. No
lo habría admitido, pero yo sentía curiosidad por ese asunto, y me fastidió un
poco que justo la cortaran ahí, aunque también tuvo su parte buena que Amber se
quedara sin el momento de protagonismo que con total seguridad había estado
esperando tras revelarnos, con su gran bondad, aquel misterio. Claro que para
ella ese asunto no pudo suponer ninguna clase de misterio porque su padre era
el director del instituto.
-Bueno,
muchachos –el profesor Roberts habló en dirección a la puerta-. Parece que ya
sois los protagonistas antes de haber llegado siquiera. Pasad, pasad, no comen –sonrió
de forma amistosa.
Unos
rizos asomaron por la puerta, y luego un par de ojos claros nos miraron con
curiosidad. Después de este, otras cuatro cabezas echaron un vistazo al ambiente
y decidieron que era cierto que no comíamos, porque al final los cinco
anunciados chicos entraron en la clase. Todos parecían tímidos excepto uno, que
miraba a su alrededor como si conociera de toda la vida ese lugar y a las
personas que nos encontrábamos dentro.
Es
extraño que me cueste recordar el momento en que los conocí, y sin embargo sepa
con exactitud qué palabras le dije a Steph cuando estábamos en el autobús, pero
es así. Creo que me quedé tan impresionada que me conformaría con no haber
abierto la boca mientras los cinco jóvenes hacían su aparición. Sé que pensé
que yo, que siempre había dicho que los chicos guapos sólo salían en las
películas –y en las fotos retocadas-, había estado equivocada toda mi vida,
porque sí que existían. Tal vez no fueran realmente tan guapos como yo los
estaba viendo, pero me resultaron tan simpáticos que lo uno se sumó a lo otro y
no podía creer que aquello fuera verdad.
Louis
fue el primero en presentarse, pues era el único que no parecía ni un poco
nervioso, y ahora entiendo que eso de la timidez nunca ha ido con él. Hizo
alguna clase de broma que provocó una risa general en la clase, aunque estoy
segura de que las niñas estaban demasiado embobadas y los niños demasiado
celosos como para haberla escuchado.
Después
Harry, el dueño de aquellos rizos que habíamos visto antes; Liam, que recuerdo
que dio la impresión de ser el más formal de todos pero que después se demostró
tan alocado como los demás; y Zayn, del cual sólo sé que me fijé en su camisa
subida hasta los codos y su antebrazo lleno de tatuajes. O a lo mejor ni
siquiera me di cuenta y eso pasó más tarde. No estoy segura, ni tampoco del
orden en que se presentaron.
Pero
creo que en el momento en que Niall abrió la boca, mi mente hizo desaparecer
todo lo demás. Su acento irlandés siempre me ha resultado especialmente tierno,
y sus vivos ojos azules escudriñándolo todo me cautivaron desde el primer
momento. He de admitir que es difícil decidir, al menos al ver a esos cinco
inseparables amigos juntos, cuál de ellos resulta más atrayente, y tampoco es
que yo me enamorase de él ese día. Aunque, siendo sincera, los rubios siempre
han sido mi debilidad.
Sonará
raro, pero mientras miraba a los chicos presentarse, se me olvidó que yo era
casi invisible. No pensé en que nadie podría jamás fijarse en mí, ni noté los
kilos de sobra ceñirse a mi cintura. Casi llegué a creer que podrían llegar a
ser mis amigos, que a lo mejor ellos no me miraban por encima del hombro.
Miré
a Steph y ella estaba igual que yo debía verme. Con los ojos brillantes,
puestos en nuestros nuevos compañeros, una sonrisa ladeada en el rostro y la
mente probablemente imaginando cosas muy lejos de allí. Entonces recordé que
los cinco estarían ya enamorados de ella y de su expresión distante, que
supongo que le daba un aire que los chicos llaman interesante, y mi momento de
alegría explotó como un globo al que le clavan una aguja.
Steph
me dio un codazo en las costillas, haciendo parecer real mi metáfora de la
aguja.
-¿Has
visto lo guapos que son? –me preguntó en voz baja.
-No
estoy ciega.
-Mmm,
me va a costar elegir, pero creo que para mí el rubio y el de los tatuajes.
-Eh,
déjame escoger algo a mí también –protesté.
Me
lanzó una mirada cómplice.
-¿Con
que te gustan los tatuajes? Vale, te lo cambio –rió por lo bajo.
Yo
sonreí.
-Seguro
que para mañana los tienes encandilados.
-No,
me da la sensación de que estos van a ser más difíciles.
-¿Y
eso?
-No
sé… Seguro que saben que son guapos. Además, también saben que son la novedad y
que todos van a estar pendientes de ellos durante un tiempo.
-Bah,
tú puedes con eso.
-Puede
que sí o puede que no… pero me gustan los retos –les lanzó una mirada
desafiante que no sé si alguno de ellos vio.
-Shhh
–nos mandó callar una chica que había sentada delante de nosotras.
Stephanie
hizo un gesto pidiendo disculpas y volvió a centrarse en lo que estaba diciendo
el profesor, de modo que yo hice lo mismo.
-…
aquí hasta final de curso, aunque yo no voy a explicar el motivo, porque de
todos modos estoy seguro de que la señorita Amber estará encantada de hacerlo
en cuanto acabe la clase. Mientras tanto, podéis sentaros –miró a los nuevos y
les señaló unos sitios libres al fondo de la clase.
Los
chicos, obedientes, hicieron lo que el profesor les decía y fueron a sentarse.
No sé si es cierto o no lo es, y no creo que ya lo llegue a saber nunca, porque
ninguno de ellos ha querido confirmármelo o negármelo cada vez que les he
preguntado, pero mientras pasaban por el pasillo entre las mesas y todos
estábamos mirándolos, estoy tan segura de que Niall me dirigió una sonrisa a mí
y sólo a mí, que si no fuera porque
aquello era tan absurdo como decir que mi piel era de color verde, habría
podido apostar un dedo a que lo hizo.
[Espero que el capítulo os haya gustado, y sé que ha habido poca acción pero eso tiene que ocurrir en los primeros capítulos de una novela para que os vayáis situando. Si os parece que hay demasiada reflexión, ponédmelo en un comentario. Si creéis que está bien así, ponédmelo en un comentario. Si querríais que en mitad del capítulo Niall hubiera bailado una danza hindú, ponédmelo en un comentario. Lo que estoy pidiendo es que me digáis todo lo que opináis y lo que cambiaríais y lo que no, porque esto aún está empezando y puedo adaptarlo a vuestros gustos. Si no, también me podéis mencionar en twitter, o las dos cosas, y por favor, seleccionad abajo en las opciones lo que os ha parecido. En cualquier caso, por favor, os pido que no dejéis de darle una oportunidad a esta novela. Gracias.
Ana]
Querida Ana:
ResponderEliminarUn segundo capítulo muy chochichi, nos ha encantado. Que esq esta novela es asdfghjklxoxon y para nosotras siguela tal y como va sobre la nota del final... Nos gusta asi;) oh, y porfa porfa porfa que Niall baile una danza hindu Majasumalapelikan y ole pliss. Eso siempre queda miy sersi seeeep :). Bueno q este imagina mola mil, como tu, sigue escribiendo así de bien, bombon! Pd: a mi tmbn me han atraido siempre los rubios sisisi.
Aaaaaana el capítulo está genial así, me ha encantado. Además, creo que si ya hubiera habido "acción" en el segundo capítulo hubiese sucedido todo demasiado rápido y puede que le quitara un poco de realismo. Y bueno, lo dicho, perfecto, me gusta mucho. Besos.
ResponderEliminar-@havetofixit
Hola Ana
ResponderEliminarHay algo que no entiendo, ¿Cómo tiene esto tan pocos comentarios? Es genial la novela, que lo sepas. Sinceramente, me siento algo identificada, con el no verme conforme muchas veces, pensar que no le gustaré a nadie (no solo a un chico, porque eso no es lo que me preocupa ahora mismo). Pero la novela es genial, todo es genial, tu manera de escribir, también es genial. Y bueno, si no agrada a todo el mundo, tranquila, son sus consecuencias de ser una buena escritora.
Atentamente, una anónima para que sonrías :-)) <3
Hola Ana.
ResponderEliminarCreo que aunque este es el imagina mas diferente a todos podría ser el que mas me guste y el que en mi opinión podria ser mas realista o mas parecido a la historia de un libro. Creo que aquí hay mas parte de la protagonista, mas de sus pensamientos y me gusta porque da la oportunidad de entender como piensa. Es una chica a la que muchas de nosotras nos hemos parecido alguna vez y por eso creo que me gusta, porque se nota que tiene problemas individuales. Es decir, es como lo que has puesto de que en ese momento lo que mejor le vendria seria un chico que le dijera algo desde la sinceridad pero a la vez es la posibilidad mas remota. Yo he pensado asi mil veces y aunque sea indirectamente da la esperanza de una posibilidad mas real que cualquiera. Asique resumiendo: me gusta que haya reflexiones y me gusta como has decidido que sea la chica y su modo de ver las cosas.
Atentamente: una chica encantada de leer este imagina.
Hola, Ana!
ResponderEliminarSé que me habías echado de menos, pero he venido a decirte que... HE VUELTO Y NO PIENSO IRME JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS! (Feel like Prim (Estudiar historia de España es malo pero como hay que aprobar...))
Ahora pongámonos serios, venga. Pedazo capítulo te has marcado, Ana, en serio. Son unos capítulos geniales, en serio, casi tanto como tú.
Esta es una de las pocas novelas que me hacen meterme totalmente en la mente de la protagonista, porque en algunos aspectos me siento identificada con ella. Sigue así, llegarás lejos, muy lejos.
Y bueno, dado que ya es la 1 menos 5 de la mañana y toca felicitar a Zayn... me voy despidiendo diciéndote lo de siempre, que no cammbies ni permitas que nadie te haga hacerlo, vales mucho.
Te quiero muchísimo, Ana.
María
Holaa!! Me encantó el capi, en serio. Me gustaría que hubiese un poco más de acción, pero te entiendo, porque primero hay que presentar a los personajes y eso, pero si puedes poner algo más entretenido a la vez que presentas todo, sería perfecto.
ResponderEliminarBueeno, creo que me voy, que es la 1:04 AM y tengo un sueño... Sube pronto. Besoos xx
Me encanta la protagonista y su personalidad me recuerda mucho a mi misma cuando iba al instituto, no me parece que haya demasiado reflexion para nada, me da la sensacion de que estoy leyengo un libro y no un imagina y eso es genial. Ana eres una escritora genial.
ResponderEliminarHola Ana... soy "lulhee" ... pero se me bloqueo el correo y por eso te lo dejo anonimo .... en fin ¿sabes? Me siento reidentificada con esta chica (yo tambien tengo kilos demas) el punto es que me ha parecido PER-FECT jajajaja.... es bueno que hagas un imagina asi con una chica de baja autoestima ... me encanta no creo que debas cambiarlo mucho solo me gustaria que sthep saliera con Harry
ResponderEliminarBesos hermosa
P.D. me recontra alegra que seas una de esas escritoras que les gusta el contacto con sus lectoras... no te conozco pero te considero una amiga
Besos
Holaaa! Teee quiero decir qe he leido todos tu imaginas y estoy enamorada de ellos.....es que siemplemente son hermosos,! Me encanta como escribes, tus novelas son simplemente Per-Fects <33 Soy una gran fan de tus historias....porfavor siguela prontoooo! Mee encanto eso de que Rayita es como nosotras, por que es cierto que a veces nos sentimos inseguras y no estamos conformes con nosotras mismas, por eso simpplemente presiento y se que esta historia va a ser genial como todas las otras que has escrito, encerio eres mi idola, por que expresas lo que en realidad sentimos muchas de nosotras y eso lo admiro y aprecio mucho, por que no todos nos entienden en la adolescencia y es lindo saber que hay chicas que sienten lo mismo y existe la posibilidad que podamos estar "unidas" jaskasjls me emocione :')
ResponderEliminarPD: Yo tambien tengo un blog, estoy recien empezando pero es que me gustaria subir una novela mia y bueno...ojala funcione, te agradeceria mucho si alguna vez te pasaras y otras chicas tambien lo hagan......(http://romiinadanitzanovelas.blogspot.com/) Estoy necesitando chicas para Niall, Zayn, Liam y Louis para mi primera novela de Harry por si alguien esta interesada....Ahii me dejan un comentario ;) Byeeee
Besos :)) Siguelaa Prontooo porfavorr <33
Me gusta mucho mas que otros,tiene mucho matetial,y las reflexiones que utilizas no estan nada mal,me gusta que por esa razon sea mas largo.
ResponderEliminarTambién queria decirte que me encanta como estas utilizando la primera persona y,que si sigues así,sera unp de mis Imaginas favoritos.
BESIIITOOOS :)
Hola ana :)
ResponderEliminarSinceramente, no me ha gustado. Hay muchas cosas que no entiendo en este Imagina. La narración es muy rara. Y parece que les concociera de toda la vida... cuando les acaba de conocer. Por ejemplo, dice: "Su acento irlandés siempre me ha encantado" o sabe como son ellos. Y la trama está muy vista :/
A mi me han encantado todos y cada uno de tus imaginas, pero este creo que no me lo voy a leer. Lo he intentado pero.. no me convence. El siguiente imagina que hagas volveré a leerlo, te lo prometo. Y lo siento. La personalidad de la protagonista es un tanto extraña.
Besos <3 y hasta el siguiente imagina.
Tengo bastantes cosas que comentar de este capítulo, deseaba que acabase para decírtelas y a la vez quería que fuese interminable porque realmente lo estaba disfrutando. Lo primero es decirte que ahora que sabemos algo más de la protagonista, he de decir que me siento muy identificada con ella, te digo de verdad que soy igual. Ella es insegura de sí misma, no le gusta su físico, se siente poca cosa, no lo lleva bien con sus padres y -supongo que por lo que piensa sobre que puede hacerse amiga de ellos- se ilusiona fácilmente. Lo segundo que quiero decirte es que me encanta esa habilidad que tienes para narrar sin hacer alusión ni una sola vez al nombre de la protagonista, yo sería incapaz. Lo tercero es que me gusta que la protagonista de su opinión sobre lo que ve, dice o hace, eso nos deja más claro a todos como es su personalidad y su forma de pensar. Lo cuarto: si no me equivoco, creo que esta es la primera vez que los cinco chicos salen juntos en un imagina, ¿no? Esto es otra causa por la que esta historia es diferente a otras que has escrito, y eso me encanta. Bueno, no me alargo más, voy corriendo a leer el siguiente capítulo.
ResponderEliminar