Las
bibliotecas –o al menos las que se precien- suelen tener dos zonas, como
mínimo. Una de ellas para que la gente pueda dedicar tranquilamente un rato a
la lectura, o para que los estudiantes hagan deberes o trabajos. La otra es esa
parte cerrada a cal y canto en la que sólo entran aquellos que necesitan
estudio intensivo, los que van a encerrarse y a pasar horas sin levantar la
vista de sus libros. Allí, probablemente una mosca es asesinada por numerosos
pares de ojos por molestar con el sonido de sus alas al moverse. Claro está, que
la palabra biblioteca va cogida de la
mano de la palabra silencio; la única
concesión es que en la primera zona que he dicho las inofensivas moscas no
suelen ser ajusticiadas por el simple hecho de volar. Sin embargo, en toda
biblioteca –se precie o no-, están esas zonas en las que la gente se dedica a
hablar y, al parecer, hacer el mayor ruido posible, como si disfrutaran por
estar incumpliendo las normas, y lo hicieran única y exclusivamente por eso.
Son zonas que conoces sólo si has estado muchas veces en esa biblioteca, puntos
muertos que los bibliotecarios parecen haber olvidado.
En
fin, toda esta perorata viene porque Steph y yo solíamos ser de las que iban a
la zona 1, en la que hablar todavía no era delito, pero que si lo hacías
demasiado alto tardabas menos de un segundo en recibir shhhh’s desde varias direcciones. En cambio, esta vez mi amiga usó
su amplio conocimiento de todo lo que nos rodea y nos encontró una de esas
mesas situadas tras una columna y oculta por completo por un entramado de
estanterías que parecía perfecta para hacer de todo menos usar libros. No os
confundáis, no es que yo tuviera ganas de pasarme la tarde estudiando. Pero
pienso que tiene la misma lógica ir a una biblioteca para charlar que ir a una
tienda de ropa a pedir una taza de té.
Por
la disposición de nuestra mesa (circular), inevitablemente yo tenía que quedar
al lado de alguno de los chicos, porque por desgracia Steph no podía dividirse
en dos y poner cada una de sus mitades a mi izquierda y mi derecha. No me pasó
inadvertido el hecho de que Niall fuera, casualmente, el que quedó a mi lado,
básicamente porque cuando lo vi sentarse el corazón me dio un vuelco. La
emoción se me pasó al instante, claro, cuando pensé que estaría sentado ahí
porque no le habría quedado más remedio o que estaría maldiciendo para sus
adentros por no estar al lado de Steph.
-Veo
que no os habéis perdido –Steph inauguró la conversación.
Habíamos
quedado con los chicos en la puerta de la biblioteca, y para cuando hubimos
llegado, ellos ya estaban allí esperándonos.
-No
es tan difícil coger un autobús –Louis puso los ojos en blanco.
-Bueno,
no me culpes, no sé qué sois capaces de hacer –dijo mi amiga en tono
provocativo.
Harry
soltó una risa que no tenía intenciones de ser silenciosa, e inmediatamente se
tapó la boca con las manos.
-Tranquilo,
no pasa nada –Steph hizo un gesto de irrelevancia-. Este sitio es grande y el
mostrador de los bibliotecarios queda en el otro extremo del edificio –señaló
en una dirección-. No pueden oírte.
No
sé si dijo eso porque lo suponía o de verdad estaba segura de que no aparecería
alguien a echarnos por ruidosos, pero si alguna vez lo había comprobado, yo
tenía muy claro que no había sido en mi presencia. Así que me decanto por la
primera opción. Más que nada porque cada vez que Steph iba a alguna parte,
aunque fuera a comprar el pan, me pedía que la acompañara, con el fin de que yo
pasara menos tiempo encerrada en casa, eso sin duda.
-Está
bien, preguntad –Steph abrió los brazos, como poniéndose a disposición de los
chicos.
Se
produjo un breve silencio en que ellos intercambiaron unas cuantas miradas,
pero no dijeron nada.
-¿No
hay nada que queráis saber? –Stephanie se mostró confundida- Entonces, ¿a qué
hemos venido aquí?
-Pues
claro que queremos saber cosas –se apresuró a contestar Liam-. Pero no sabemos
qué queremos saber porque no sabemos qué tenemos que saber.
Recuerdo
que parpadeé un par de veces, buscándole lógica a sus palabras, que acababan de
sonar como un trabalenguas.
-Ah,
ya entiendo –mi amiga esbozó una sonrisa.
Durante
un rato, estuvimos –o quizás sería mejor decir Steph estuvo porque lo único que yo hice fue intervenir para
confirmar o rectificar algunas cosas que decía ella- explicándoles a los chicos
en qué consistía cada asignatura, cómo eran los profesores, qué debías y no
debías hacer en los pasillos del instituto, y qué gente, desde nuestro punto de
vista, era recomendable y quién no lo era. Parece increíble lo mucho que
cambian las cosas de un instituto a otro, pero es como si fueran dos mundos
diferentes con sus propias leyes internas y su propia jerarquía. Y nunca está
de más que alguien te avise sobre ello antes de que te coman los de la parte
alta de la pirámide.
Louis
se recostó en su silla, aparentemente exhausto ante tanta información. Harry le
dio un pequeño empujón a la silla, pero su amigo consiguió recuperar el
equilibro antes de caerse hacia atrás. Ambos rieron y se miraron con
complicidad.
-Bueno,
no es justo que yo lleve una hora hablando y vosotros no hayáis abierto la boca
–Steph se cruzó de brazos-. Ya es hora de que nos digáis algo sobre vosotros.
-Soy
Louis, encantado.
-Payaso
–Zayn le dio una colleja.
-¡Ay!
–protestó el otro.
Niall
soltó una carcajada y tuve que reírme. Hay risas que se pegan, risas normales y
risas que hacen gracia por sí solas. La de Niall es de las contagiosas, así que
aunque no quieras, aunque te estés muriendo de vergüenza y preocupación, te
ríes al escucharla.
-Lo
digo en serio –repuso Steph con una sonrisa en los labios.
-Vale,
pues…
-No
hace falta que sea algo como el motivo súpersecreto
por el que habéis venido a la ciudad, puede ser algo tipo cuántos hermanos
tenéis, eh –les instó a hablar.
-No
es un motivo súpersecreto –rebatió
Niall.
-Es
cierto, sólo es secreto.
Steph
arrugó la nariz.
-Yo
te lo digo –intervine, al ver que seguían callados-. Son cinco chicos que se
llevan tan bien que parecen hermanos, a los que les gusta tanto cantar que
tienen un grupo, pero no admiten que van en serio porque les da miedo que no
funcione, y que han venido por algo relacionado con ese grupo suyo de nombre
desconocido, pero no nos cuentan el qué por lo que te acabo de decir.
-Vaya
–Niall asintió ligeramente con la cabeza.
Me
ruboricé al instante, o tal vez ya lo estaba mientras hablaba. Había sido como
si sólo estuviera diciéndoselo a Steph y ellos no estuvieran delante, pero
cuando terminé de hablar y los vi mirándome con los ojos sutilmente abiertos,
sentí que no debería haber dicho ni pío. La mejor forma de caer bien a unos
adolescentes difícilmente es haciendo un análisis psicológico de su situación
como grupo.
-Pues
yo tengo… una, dos… tres, cuatro… -Louis contó con los dedos- Cuatro hermanas.
Me
quedó perfectamente claro que los chicos no tenían ninguna intención de hablar
del tema, con lo cual deduje que había dado en el clavo. Los entendía. Cuando
tienes sueños o aspiraciones que son tan difíciles de conseguir que te dices
una y otra vez que no las lograrás –aunque en tu fuero interno esperes que sí lo
harás- lo que menos quieres es hablarle a alguien de ellas, porque si no
después el fracaso será doble.
Empezaron
a decir los hermanos que tenían, sus colores y comidas favoritas, y poco a poco
fueron hablando más y nos contaron que habían alquilado un piso para vivir los
cinco y que seguramente se quedarían en la ciudad al menos hasta que acabara el
curso.
Os
aseguro que con la única intervención destacable que había hecho en toda la
tarde ya pensaba que había destrozado cualquier posibilidad de que los chicos
no me vieran como el bicho raro que me consideraban todos los demás -o tal vez
que me consideraba yo a mí misma-, así que en cuanto tuve la oportunidad, le di
un suave toque a Steph en el brazo para captar su atención.
-Oye,
voy a por el libro que te dije que quería.
Murmuré,
aunque sabía que los chicos me estaban escuchando. Precisamente lo hacía por
eso. Stephanie era perfectamente consciente de que sentía que había metido la
pata, y de que en ningún momento le había dicho que me apeteciera leer algún
libro en concreto. Simplemente, quería quitarme del medio por un rato.
-Vale,
estaremos aquí –me contestó, y en sus ojos leí una mezcla de reproche, por
desaparecer, y comprensión.
Noté
seis pares de ojos clavados en mí mientras me levantaba de mi silla y echaba a
andar por uno de los pasillos, sin rumbo fijo.
A
lo mejor es difícil comprenderme si vosotros sois de los que os sentís a gusto
en presencia de desconocidos. En ese caso, sois del “bando Steph”. Pero si os
ha pasado eso de que cuando estáis conociendo a alguien, y ese alguien (o álguienes) os empieza a caer bien, justo
en ese momento decís algo totalmente inoportuno que seguramente haga que esa
posible amistad deje de serlo, sabréis a lo que me refiero. En ese caso sois “de
mi bando”. Sé que eran estupideces, porque sólo había sido un comentario, pero
con dieciséis años, veía un grano de arena como si fuera el Everest.
En
un momento determinado me paré y me puse a mirar los lomos de los libros, sin
verlos realmente, para que si alguien me estaba viendo no tuviera la sensación
de que había ido a la biblioteca a darme un paseo. Siempre me han gustado los
libros. Quizás esa era una de las cosas que me hacían sentirme diferente con
respecto a los demás. Mientras que la mayoría salía los sábados por la noche,
yo me quedaba siempre en casa, y leía tumbada en la cama hasta que los ojos se
me cerraban por el cansancio. De modo que tal vez una biblioteca no sería un
mal sitio para mí para pasear, después de todo. Al menos me sentiría más cómoda
que entre personas.
Hablando
de personas, y pasando de mis pensamientos -que no estoy segura pero
probablemente fueran los mismos que tenía en aquel momento- a la acción de la
historia, a pesar de estar abstraída, noté un leve toque en mi hombro y una
respiración cálida hacer moverse el pelo que quedaba alrededor de mi oreja,
provocándome un cosquilleo. Me giré, sobresaltada, y mi sobresalto fue aún
mayor cuando me encontré cara a cara con Niall, tan cerca que podría haberme
visto reflejada en sus pupilas. Di dos pasos hacia atrás, hasta que me choqué
contra la estantería, y él hizo un gesto que no supe distinguir, pero ahora sé
que es la cara que pone cuando intenta ocultar una sonrisa divertida.
-¿Has
encontrado tu libro? –me preguntó.
-Em,
no, esto… tiene que estar por aquí –me di la vuelta de nuevo y pasé las manos
por los libros, haciendo como si buscara para ocultar mi nerviosismo.
-Debe
interesarte mucho la cocina, supongo –oí su voz a menos distancia de la que yo
había intentado poner entre nosotros.
-¿Por
qué lo dices? –dejé de buscar.
-Porque
esta es la sección de cocina –no se molestó en ocultar una risa.
-Ah.
Noté
el rubor escalar sin ninguna clase de dificultad por mis mejillas, y cogí el
primer libro que vi. Lo aferré con fuerza y volví a girarme para intentar no
parecer grosera con Niall.
-“Arte del latte: Cómo dibujar sobre la
superficie del café” –leyó Niall.
Su
mirada se cruzó con la mía durante un instante, y pensé que las mejillas se me
iban a desintegrar por el calor.
-¿No
te resulta algo muy interesante? –pregunté, intentando que mi tono sonara
creíble.
-Nunca
he intentado aprender sobre ello –él sabía que yo no había ido a por ese libro,
pero decidió dejarlo estar.
-Puedes
cogerlo cuando lo lea –compuse un intento de sonrirsa.
Niall,
que ahora sólo estaba a un paso de mí, ladeó la cabeza y se me quedó mirando
durante unos segundos. Yo bajé la vista, intimidada pero no molesta.
-¿Puedo
hacerte una pregunta?
-Ya
la estás haciendo.
-Otra
–su tono de voz parecía debatirse entre la diversión y la curiosidad.
-Puedes
hacerla.
-¿De
qué tienes miedo?
Su
pregunta me pilló tan desprevenida que alcé automáticamente los ojos para
encontrarme con su expresión, ahora seria. Al principio no entendí por qué me
preguntaba eso, pero luego empezaron a ocurrírseme posibles respuestas,
enumeraciones bastante largas de cosas que me aterraban.
-¿Por
qué lo preguntas? –dije, en su lugar.
-Porque
parece que tuvieras miedo de nosotros.
-No
tengo miedo de vosotros.
-De
la gente.
-No
necesariamente.
-De
la reacción de la gente con respecto a ti.
-Tal
vez.
-De
lo que nosotros pensemos de ti.
Mi
silencio le dio el sí que estaba buscando. No pretendía haberme sincerado con
él, a fin de cuentas no le conocía de nada, pero no pude evitarlo. Tengo cierta
debilidad a ser así cuando un chico me llama la atención, y aparte de eso se me
da fatal mentir.
-¿He
empezado a caerte mal? –fue lo siguiente que me preguntó.
-No
–respondí, sin comprender.
-Entonces,
¿por qué piensas que has hecho mal al decir lo que piensas de nosotros? Estás
en lo cierto, de hecho.
Volví
a quedarme callada. Aquel chico me dejaba sin palabras, y no sólo por esos ojos
increíbles que tenía.
-¿Qué
os ha dicho Steph? –suspiré, pensando que mi amiga se había ido de la lengua y
les había contado lo que me había hecho escapar.
-Nada,
tu amiga es digna de tu confianza –sonrió.
-¿Entonces?
-Yo
también puedo ser un buen observador.
La
sonrisa aún estaba en su rostro cuando señaló ligeramente con la cabeza en la
dirección en que supuse que estaría la mesa donde estaban los demás. Y no sé
muy bien por qué motivo, yo sonreí también, y le seguí, como si de repente una
pieza que llevaba mucho tiempo suelta acabase de encajar en su parte del
puzzle.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Holaa!! Me encantó el capítulo, en serio :)
ResponderEliminarEspero que la sigas pronto, porque es genial y no aguantaré mucho tiempo sin leer :$
Besoos
Me encantaaaaaa super interesante! Sube pronto porfis porfis porfis porfis porfisssss y por cierto eso de aburrido nada eh! Te quiero mucho Ana! P.D. sube mas a menudo! (No quiero para nada molestarte si no puedes lo entiendo perfectamente, intente hacer un imagina y no sabia seguirlo así que... bueno :) ) <3
ResponderEliminarSoy la misma de antes xD, quería decirte que me identifico totalmente con ella pues yo soy exactamente igual incluso en lo de que se le da mal mentir... y por si todavía no te habías enterado ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! I LOVE IT!
ResponderEliminarasdfghjkl OMGGGG me encantaaaaa
ResponderEliminarAy, Ay, Ay.... que me da jajajajaj Ana esta es la primera vez que comento un imagina tuyo, aunque sigo tus imaginas desde antes de que crearas este blog :), me acuerdo de una vez que me escribiste un imagina cortito por que una amiga te lo pidio de favor :) y me encantó y desde ese día y hasta al final leeré tus imaginas, por que son realmente asombrosos :) Att: Samantha :)
ResponderEliminarAyayaya, quee fuerte nos ha parcido el capitulo. Las bibiotecas son muy interesantes.. je, je, je.... Nos encanta este imagina en serio, esque es simplemente perfecti :') bueno, el único fallo quel le vemos Esq niall es demasiado adorable para my body y después de leer pues asdfghjklxoxon y no reaccionamos, que tiene demasiada biomasa. bss, guapa escribes suuuuper bien, el latte 4ever
ResponderEliminarDiooos cada dia mas enganchada estoy! Porfavor siguelaaaaaa!!
ResponderEliminarMe muero de amor al leer tus Imaginas.
ResponderEliminarY Niall es...hehehehehehehehe...
SIGUELO PRONTO PORFAVOR :'(
Ana soy yo lulhee ¿como estas? Espero que bien
ResponderEliminary solo dire dos palabras:
LO AME
En serio chica me gustaria conocerte eres grandiosa escribiendo. Me ha gustado que sea Niall el que se anime a que sean amigos (pero tu a mi no me engañas, yo se que muchas cosas pasaran MUCHAS) volviendo al tema, pues me agrada lo qie estas haciendo con este imagina por que es totalmente diferente y nos ofrece una perspectiva unica de nuestra querida protagonista... siguelo asi esta perfecto como esta hasta ahora y me gusta que te tomes tu tiempo de subir por que asi nos mantienes a todas intrigadas y el imagina dura mas tiempo :).
Y cambiando subitamente de tema ¿recuerdas lo que dije sobre esperare bajo el muerdago? Bueno como el cap pasado no pude dexirte mucho te lo dire en este cap. Me gustaria que les dieras una segunda oportunidad "my darling" y a Zayn como se las diste a Harry y a bombon ..... solo digo pues :).... pero si ya tenias otros planes para el imagina de zayn tambien quiero leerolo hago constar que solo es una sugerencia :) sabes que cualquier imagina o idea que tengas y subas te vamos a apoyar (y estoy segura que hablo en nombre de varias)
Besos :)
P.D. sigue llevando el imagina asi, descriptivo y reflexivo por que ya me enamore de el ;)
Hmmm... Esto empieza a coger color. Niall y la protagonista comienzan a establecer una cierta 'confianza'. Como ya he dicho en otros comentarios, me siento muy identificada con la protagonista. Le da miedo lo que la gente piense de ella, el poder llegar a caerles mal. Sí, definitivamente me considero de ese bando. Bueno, puede que con esta atrevida suposición que haré a continuación me equivoque, pero parece que Niall se siente algo atraído por la protagonista; digamos que los dos tienen una ligera atracción mutúa. Bueno, no creo que sea fácil que los dos estén juntos, pero eso ya se verá. Me muero por descubrir las tramas por las que tendrán que pasar para llegar a ser una pareja.
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