miércoles, 22 de enero de 2014

EN UN INSTANTE - Capítulo 4.

Las bibliotecas –o al menos las que se precien- suelen tener dos zonas, como mínimo. Una de ellas para que la gente pueda dedicar tranquilamente un rato a la lectura, o para que los estudiantes hagan deberes o trabajos. La otra es esa parte cerrada a cal y canto en la que sólo entran aquellos que necesitan estudio intensivo, los que van a encerrarse y a pasar horas sin levantar la vista de sus libros. Allí, probablemente una mosca es asesinada por numerosos pares de ojos por molestar con el sonido de sus alas al moverse. Claro está, que la palabra biblioteca va cogida de la mano de la palabra silencio; la única concesión es que en la primera zona que he dicho las inofensivas moscas no suelen ser ajusticiadas por el simple hecho de volar. Sin embargo, en toda biblioteca –se precie o no-, están esas zonas en las que la gente se dedica a hablar y, al parecer, hacer el mayor ruido posible, como si disfrutaran por estar incumpliendo las normas, y lo hicieran única y exclusivamente por eso. Son zonas que conoces sólo si has estado muchas veces en esa biblioteca, puntos muertos que los bibliotecarios parecen haber olvidado.

En fin, toda esta perorata viene porque Steph y yo solíamos ser de las que iban a la zona 1, en la que hablar todavía no era delito, pero que si lo hacías demasiado alto tardabas menos de un segundo en recibir shhhh’s desde varias direcciones. En cambio, esta vez mi amiga usó su amplio conocimiento de todo lo que nos rodea y nos encontró una de esas mesas situadas tras una columna y oculta por completo por un entramado de estanterías que parecía perfecta para hacer de todo menos usar libros. No os confundáis, no es que yo tuviera ganas de pasarme la tarde estudiando. Pero pienso que tiene la misma lógica ir a una biblioteca para charlar que ir a una tienda de ropa a pedir una taza de té.

Por la disposición de nuestra mesa (circular), inevitablemente yo tenía que quedar al lado de alguno de los chicos, porque por desgracia Steph no podía dividirse en dos y poner cada una de sus mitades a mi izquierda y mi derecha. No me pasó inadvertido el hecho de que Niall fuera, casualmente, el que quedó a mi lado, básicamente porque cuando lo vi sentarse el corazón me dio un vuelco. La emoción se me pasó al instante, claro, cuando pensé que estaría sentado ahí porque no le habría quedado más remedio o que estaría maldiciendo para sus adentros por no estar al lado de Steph.

-Veo que no os habéis perdido –Steph inauguró la conversación.

Habíamos quedado con los chicos en la puerta de la biblioteca, y para cuando hubimos llegado, ellos ya estaban allí esperándonos.

-No es tan difícil coger un autobús –Louis puso los ojos en blanco.
-Bueno, no me culpes, no sé qué sois capaces de hacer –dijo mi amiga en tono provocativo.

Harry soltó una risa que no tenía intenciones de ser silenciosa, e inmediatamente se tapó la boca con las manos.

-Tranquilo, no pasa nada –Steph hizo un gesto de irrelevancia-. Este sitio es grande y el mostrador de los bibliotecarios queda en el otro extremo del edificio –señaló en una dirección-. No pueden oírte.

No sé si dijo eso porque lo suponía o de verdad estaba segura de que no aparecería alguien a echarnos por ruidosos, pero si alguna vez lo había comprobado, yo tenía muy claro que no había sido en mi presencia. Así que me decanto por la primera opción. Más que nada porque cada vez que Steph iba a alguna parte, aunque fuera a comprar el pan, me pedía que la acompañara, con el fin de que yo pasara menos tiempo encerrada en casa, eso sin duda.

-Está bien, preguntad –Steph abrió los brazos, como poniéndose a disposición de los chicos.

Se produjo un breve silencio en que ellos intercambiaron unas cuantas miradas, pero no dijeron nada.

-¿No hay nada que queráis saber? –Stephanie se mostró confundida- Entonces, ¿a qué hemos venido aquí?
-Pues claro que queremos saber cosas –se apresuró a contestar Liam-. Pero no sabemos qué queremos saber porque no sabemos qué tenemos que saber.

Recuerdo que parpadeé un par de veces, buscándole lógica a sus palabras, que acababan de sonar como un trabalenguas.

-Ah, ya entiendo –mi amiga esbozó una sonrisa.

Durante un rato, estuvimos –o quizás sería mejor decir Steph estuvo porque lo único que yo hice fue intervenir para confirmar o rectificar algunas cosas que decía ella- explicándoles a los chicos en qué consistía cada asignatura, cómo eran los profesores, qué debías y no debías hacer en los pasillos del instituto, y qué gente, desde nuestro punto de vista, era recomendable y quién no lo era. Parece increíble lo mucho que cambian las cosas de un instituto a otro, pero es como si fueran dos mundos diferentes con sus propias leyes internas y su propia jerarquía. Y nunca está de más que alguien te avise sobre ello antes de que te coman los de la parte alta de la pirámide.

Louis se recostó en su silla, aparentemente exhausto ante tanta información. Harry le dio un pequeño empujón a la silla, pero su amigo consiguió recuperar el equilibro antes de caerse hacia atrás. Ambos rieron y se miraron con complicidad.

-Bueno, no es justo que yo lleve una hora hablando y vosotros no hayáis abierto la boca –Steph se cruzó de brazos-. Ya es hora de que nos digáis algo sobre vosotros.
-Soy Louis, encantado.
-Payaso –Zayn le dio una colleja.
-¡Ay! –protestó el otro.

Niall soltó una carcajada y tuve que reírme. Hay risas que se pegan, risas normales y risas que hacen gracia por sí solas. La de Niall es de las contagiosas, así que aunque no quieras, aunque te estés muriendo de vergüenza y preocupación, te ríes al escucharla.

-Lo digo en serio –repuso Steph con una sonrisa en los labios.
-Vale, pues…
-No hace falta que sea algo como el motivo súpersecreto por el que habéis venido a la ciudad, puede ser algo tipo cuántos hermanos tenéis, eh –les instó a hablar.
-No es un motivo súpersecreto –rebatió Niall.
-Es cierto, sólo es secreto.

Steph arrugó la nariz.

-Yo te lo digo –intervine, al ver que seguían callados-. Son cinco chicos que se llevan tan bien que parecen hermanos, a los que les gusta tanto cantar que tienen un grupo, pero no admiten que van en serio porque les da miedo que no funcione, y que han venido por algo relacionado con ese grupo suyo de nombre desconocido, pero no nos cuentan el qué por lo que te acabo de decir.
-Vaya –Niall asintió ligeramente con la cabeza.

Me ruboricé al instante, o tal vez ya lo estaba mientras hablaba. Había sido como si sólo estuviera diciéndoselo a Steph y ellos no estuvieran delante, pero cuando terminé de hablar y los vi mirándome con los ojos sutilmente abiertos, sentí que no debería haber dicho ni pío. La mejor forma de caer bien a unos adolescentes difícilmente es haciendo un análisis psicológico de su situación como grupo.

-Pues yo tengo… una, dos… tres, cuatro… -Louis contó con los dedos- Cuatro hermanas.

Me quedó perfectamente claro que los chicos no tenían ninguna intención de hablar del tema, con lo cual deduje que había dado en el clavo. Los entendía. Cuando tienes sueños o aspiraciones que son tan difíciles de conseguir que te dices una y otra vez que no las lograrás –aunque en tu fuero interno esperes que sí lo harás- lo que menos quieres es hablarle a alguien de ellas, porque si no después el fracaso será doble.

Empezaron a decir los hermanos que tenían, sus colores y comidas favoritas, y poco a poco fueron hablando más y nos contaron que habían alquilado un piso para vivir los cinco y que seguramente se quedarían en la ciudad al menos hasta que acabara el curso.

Os aseguro que con la única intervención destacable que había hecho en toda la tarde ya pensaba que había destrozado cualquier posibilidad de que los chicos no me vieran como el bicho raro que me consideraban todos los demás -o tal vez que me consideraba yo a mí misma-, así que en cuanto tuve la oportunidad, le di un suave toque a Steph en el brazo para captar su atención.

-Oye, voy a por el libro que te dije que quería.

Murmuré, aunque sabía que los chicos me estaban escuchando. Precisamente lo hacía por eso. Stephanie era perfectamente consciente de que sentía que había metido la pata, y de que en ningún momento le había dicho que me apeteciera leer algún libro en concreto. Simplemente, quería quitarme del medio por un rato.

-Vale, estaremos aquí –me contestó, y en sus ojos leí una mezcla de reproche, por desaparecer, y comprensión.

Noté seis pares de ojos clavados en mí mientras me levantaba de mi silla y echaba a andar por uno de los pasillos, sin rumbo fijo.

A lo mejor es difícil comprenderme si vosotros sois de los que os sentís a gusto en presencia de desconocidos. En ese caso, sois del “bando Steph”. Pero si os ha pasado eso de que cuando estáis conociendo a alguien, y ese alguien (o álguienes) os empieza a caer bien, justo en ese momento decís algo totalmente inoportuno que seguramente haga que esa posible amistad deje de serlo, sabréis a lo que me refiero. En ese caso sois “de mi bando”. Sé que eran estupideces, porque sólo había sido un comentario, pero con dieciséis años, veía un grano de arena como si fuera el Everest.

En un momento determinado me paré y me puse a mirar los lomos de los libros, sin verlos realmente, para que si alguien me estaba viendo no tuviera la sensación de que había ido a la biblioteca a darme un paseo. Siempre me han gustado los libros. Quizás esa era una de las cosas que me hacían sentirme diferente con respecto a los demás. Mientras que la mayoría salía los sábados por la noche, yo me quedaba siempre en casa, y leía tumbada en la cama hasta que los ojos se me cerraban por el cansancio. De modo que tal vez una biblioteca no sería un mal sitio para mí para pasear, después de todo. Al menos me sentiría más cómoda que entre personas.

Hablando de personas, y pasando de mis pensamientos -que no estoy segura pero probablemente fueran los mismos que tenía en aquel momento- a la acción de la historia, a pesar de estar abstraída, noté un leve toque en mi hombro y una respiración cálida hacer moverse el pelo que quedaba alrededor de mi oreja, provocándome un cosquilleo. Me giré, sobresaltada, y mi sobresalto fue aún mayor cuando me encontré cara a cara con Niall, tan cerca que podría haberme visto reflejada en sus pupilas. Di dos pasos hacia atrás, hasta que me choqué contra la estantería, y él hizo un gesto que no supe distinguir, pero ahora sé que es la cara que pone cuando intenta ocultar una sonrisa divertida.

-¿Has encontrado tu libro? –me preguntó.
-Em, no, esto… tiene que estar por aquí –me di la vuelta de nuevo y pasé las manos por los libros, haciendo como si buscara para ocultar mi nerviosismo.
-Debe interesarte mucho la cocina, supongo –oí su voz a menos distancia de la que yo había intentado poner entre nosotros.
-¿Por qué lo dices? –dejé de buscar.
-Porque esta es la sección de cocina –no se molestó en ocultar una risa.
-Ah.

Noté el rubor escalar sin ninguna clase de dificultad por mis mejillas, y cogí el primer libro que vi. Lo aferré con fuerza y volví a girarme para intentar no parecer grosera con Niall.

-“Arte del latte: Cómo dibujar sobre la superficie del café” –leyó Niall.

Su mirada se cruzó con la mía durante un instante, y pensé que las mejillas se me iban a desintegrar por el calor.

-¿No te resulta algo muy interesante? –pregunté, intentando que mi tono sonara creíble.
-Nunca he intentado aprender sobre ello –él sabía que yo no había ido a por ese libro, pero decidió dejarlo estar.
-Puedes cogerlo cuando lo lea –compuse un intento de sonrirsa.

Niall, que ahora sólo estaba a un paso de mí, ladeó la cabeza y se me quedó mirando durante unos segundos. Yo bajé la vista, intimidada pero no molesta.

-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Ya la estás haciendo.
-Otra –su tono de voz parecía debatirse entre la diversión y la curiosidad.
-Puedes hacerla.
-¿De qué tienes miedo?

Su pregunta me pilló tan desprevenida que alcé automáticamente los ojos para encontrarme con su expresión, ahora seria. Al principio no entendí por qué me preguntaba eso, pero luego empezaron a ocurrírseme posibles respuestas, enumeraciones bastante largas de cosas que me aterraban.

-¿Por qué lo preguntas? –dije, en su lugar.
-Porque parece que tuvieras miedo de nosotros.
-No tengo miedo de vosotros.
-De la gente.
-No necesariamente.
-De la reacción de la gente con respecto a ti.
-Tal vez.
-De lo que nosotros pensemos de ti.

Mi silencio le dio el sí que estaba buscando. No pretendía haberme sincerado con él, a fin de cuentas no le conocía de nada, pero no pude evitarlo. Tengo cierta debilidad a ser así cuando un chico me llama la atención, y aparte de eso se me da fatal mentir.

-¿He empezado a caerte mal? –fue lo siguiente que me preguntó.
-No –respondí, sin comprender.
-Entonces, ¿por qué piensas que has hecho mal al decir lo que piensas de nosotros? Estás en lo cierto, de hecho.

Volví a quedarme callada. Aquel chico me dejaba sin palabras, y no sólo por esos ojos increíbles que tenía.

-¿Qué os ha dicho Steph? –suspiré, pensando que mi amiga se había ido de la lengua y les había contado lo que me había hecho escapar.
-Nada, tu amiga es digna de tu confianza –sonrió.
-¿Entonces?
-Yo también puedo ser un buen observador.


La sonrisa aún estaba en su rostro cuando señaló ligeramente con la cabeza en la dirección en que supuse que estaría la mesa donde estaban los demás. Y no sé muy bien por qué motivo, yo sonreí también, y le seguí, como si de repente una pieza que llevaba mucho tiempo suelta acabase de encajar en su parte del puzzle. 


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10 comentarios:

  1. Holaa!! Me encantó el capítulo, en serio :)
    Espero que la sigas pronto, porque es genial y no aguantaré mucho tiempo sin leer :$
    Besoos

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  2. Me encantaaaaaa super interesante! Sube pronto porfis porfis porfis porfis porfisssss y por cierto eso de aburrido nada eh! Te quiero mucho Ana! P.D. sube mas a menudo! (No quiero para nada molestarte si no puedes lo entiendo perfectamente, intente hacer un imagina y no sabia seguirlo así que... bueno :) ) <3

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  3. Soy la misma de antes xD, quería decirte que me identifico totalmente con ella pues yo soy exactamente igual incluso en lo de que se le da mal mentir... y por si todavía no te habías enterado ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! I LOVE IT!

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  4. asdfghjkl OMGGGG me encantaaaaa

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  5. Ay, Ay, Ay.... que me da jajajajaj Ana esta es la primera vez que comento un imagina tuyo, aunque sigo tus imaginas desde antes de que crearas este blog :), me acuerdo de una vez que me escribiste un imagina cortito por que una amiga te lo pidio de favor :) y me encantó y desde ese día y hasta al final leeré tus imaginas, por que son realmente asombrosos :) Att: Samantha :)

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  6. Ayayaya, quee fuerte nos ha parcido el capitulo. Las bibiotecas son muy interesantes.. je, je, je.... Nos encanta este imagina en serio, esque es simplemente perfecti :') bueno, el único fallo quel le vemos Esq niall es demasiado adorable para my body y después de leer pues asdfghjklxoxon y no reaccionamos, que tiene demasiada biomasa. bss, guapa escribes suuuuper bien, el latte 4ever

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  7. Diooos cada dia mas enganchada estoy! Porfavor siguelaaaaaa!!

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  8. Me muero de amor al leer tus Imaginas.
    Y Niall es...hehehehehehehehe...
    SIGUELO PRONTO PORFAVOR :'(

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  9. Ana soy yo lulhee ¿como estas? Espero que bien
    y solo dire dos palabras:
    LO AME
    En serio chica me gustaria conocerte eres grandiosa escribiendo. Me ha gustado que sea Niall el que se anime a que sean amigos (pero tu a mi no me engañas, yo se que muchas cosas pasaran MUCHAS) volviendo al tema, pues me agrada lo qie estas haciendo con este imagina por que es totalmente diferente y nos ofrece una perspectiva unica de nuestra querida protagonista... siguelo asi esta perfecto como esta hasta ahora y me gusta que te tomes tu tiempo de subir por que asi nos mantienes a todas intrigadas y el imagina dura mas tiempo :).
    Y cambiando subitamente de tema ¿recuerdas lo que dije sobre esperare bajo el muerdago? Bueno como el cap pasado no pude dexirte mucho te lo dire en este cap. Me gustaria que les dieras una segunda oportunidad "my darling" y a Zayn como se las diste a Harry y a bombon ..... solo digo pues :).... pero si ya tenias otros planes para el imagina de zayn tambien quiero leerolo hago constar que solo es una sugerencia :) sabes que cualquier imagina o idea que tengas y subas te vamos a apoyar (y estoy segura que hablo en nombre de varias)

    Besos :)

    P.D. sigue llevando el imagina asi, descriptivo y reflexivo por que ya me enamore de el ;)

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  10. Hmmm... Esto empieza a coger color. Niall y la protagonista comienzan a establecer una cierta 'confianza'. Como ya he dicho en otros comentarios, me siento muy identificada con la protagonista. Le da miedo lo que la gente piense de ella, el poder llegar a caerles mal. Sí, definitivamente me considero de ese bando. Bueno, puede que con esta atrevida suposición que haré a continuación me equivoque, pero parece que Niall se siente algo atraído por la protagonista; digamos que los dos tienen una ligera atracción mutúa. Bueno, no creo que sea fácil que los dos estén juntos, pero eso ya se verá. Me muero por descubrir las tramas por las que tendrán que pasar para llegar a ser una pareja.

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Motivos para sonreír.