Hay
gente que cuando está nerviosa agarra un mechón de su pelo y no deja de darle
vueltas alrededor de un dedo, alargarlo y aplastarlo sin descanso. Hay otras
personas que la toman con el borde de su camiseta, o con un pobre hilo suelto
que acaba mareado, o con una pulsera o un anillo. Así, es muy fácil reconocer
cuando todas esas personas están nerviosas. Yo, sin embargo, no solía hacer
ninguna de esas cosas. En primer lugar, porque muchas veces llevaba el pelo
recogido, así que el mechón quedaba descartado. Además, tampoco es que
normalmente llevara pulseras o anillos que ponerme y quitarme en momentos de
tensión. En segundo lugar, había aprendido que es mejor no dejar que los demás
sepan cuándo estás nervioso. Si saben que lo estás, también saben que con no
demasiado esfuerzo serán capaces de hacerte perder los estribos, y creedme, eso
parece el hobbie de muchos de los alumnos de los institutos. Aunque tal vez ya
lo sepáis por vosotros mismos.
Por
lo tanto, con el tiempo fui aprendiendo a evitar que la gente se diera cuenta
de mi nerviosismo. Claro está, Steph, por ejemplo, me conocía demasiado bien
como para no notar mi estado de ánimo, pero que ella lo supiera no me
preocupaba.
A
lo que iba. Cuando Niall y yo volvimos a donde estaban todos, yo sostenía el
libro de “Arte del latte” con tanta
fuerza que los nudillos se me habían quedado blancos. Aparte de eso, no había
indicio alguno de todo lo que estaba pasando por mi cerebro en esos momentos.
Sé
que es difícil de entender si os digo que Niall irradia tranquilidad, y que al
estar a su lado es como si el mundo fuera perfecto, precioso y maravilloso, y
no hubiera nada que temer. Puede que no lo comprendáis, pero ya desde aquel primer
día sentí eso, así que no se trata simplemente de amor, no es algo que sólo yo
tenga la sensación de que él transmite, sino que es algo que todo el mundo
nota.
De
modo que estuve tranquila hasta que la mesa con el resto de chicos entró en mi
campo de visión. Entonces empecé a ponerme nerviosa. ¿Y si ellos no pensaban lo
mismo que Niall? ¿Y si en realidad no querían que volviera?
-¡Habéis
vuelto! Sinceramente, Horan, pensaba que te habías perdido –dijo Harry.
-¿A
dónde había ido, por cierto? –Louis le señaló, desconcertado, y no sé si es que
realmente lo estaba o quería que yo supiera qué había dicho su amigo para ir a
buscarme.
-A
traerla de vuelta sana y salva –Niall adoptó un tono teatral.
Mientras
tanto, Steph me miró de forma significativa. Fue como si quisiera saber si ya
estaba mejor, pero a la vez había algo más en sus ojos.
-Vaya,
¿te gusta la cocina? –preguntó Zayn, y tardé un poco en darme cuenta de que se
estaba dirigiendo directamente a mí.
-Sí,
bastante –mentí, y logré imprimirle a mi voz algo más de convicción que
habitualmente.
-Hace
unos pasteles muy ricos –intervino Steph, ocultando una sonrisa divertida.
-Alguna
vez deberíais probarlos –corroboré, pero en mi vida había hecho un pastel.
Supongo
que todos notaron que no estaba diciendo la verdad, pero igual que Niall había
hecho un poco antes, no dijeron nada.
-Les
estaba contando lo de la excursión a Londres –me explicó Stephanie mientras nos
sentábamos.
No
dejé el libro en la mesa porque necesitaba seguir agarrándome a algo, si bien
la tensión estaba empezando a atenuarse.
-Ya
sé que venís precisamente de Londres, pero seguro que nos lo pasamos bien
–sonrió de forma encantadora.
-¿Qué
excursión es esa? –Niall acercó sus labios a mi oído para preguntarme sin
interrumpir a mi amiga, y yo sentí que me recorría un escalofrío.
-No
sé exactamente cuándo es, pero son dos noches en Londres, una excursión con el
instituto –expliqué, sintiendo el roce del brazo de Niall en mi brazo.
-Ah,
puede estar bien –esbozó una bonita sonrisa.
Me
limité a asentir con la cabeza, pues cualquier otra cosa me habría resultado
imposible. Como comprenderéis, no estaba muy acostumbrada a recibir una sonrisa
cálida por parte de un chico. Para ser sinceros, de nadie en general, pero
menos todavía de un chico guapo. También debéis entender que eso para mí ya era
más de lo que podría imaginar. A primera vista, nadie se fijaba en alguien como
yo. Y, en la mayoría de los casos, tampoco nadie esperaba lo suficiente como
para conocerme y poder decidir si mi interior le parecía lo bastante atractivo
como para compensar. En realidad, o eres despampanantemente guapa o la mayoría
de la gente no se fija en ti. Claro está, eso me hacía sentir aún peor conmigo
misma, pero por lo menos antes los chicos de mi instituto me caían tan mal –por
todo lo que me habían dicho o hecho, pero también por lo que no me habían
dicho-, que ya no me afectaba lo que ellos pensaran de mí, había aprendido a
vivir con la esperanza de que algún día llegara alguien que me quisiera pero
también con la consciencia de que eso no pasaría en mi instituto. Ahora pienso
que más que por lo que mis compañeros opinaban de mí, era por lo que yo pensaba
que ellos opinaban de mí. Como decía, por lo menos antes de la llegada de
Louis, Harry, Liam, Zayn y Niall ya no tenía esa como una de mis preocupaciones
primordiales. Pero al sentir esa atracción incomprensible por Niall, mi cerebro
volvió a recordarme amablemente cómo era yo, y cómo eran las personas en
general.
-…
nada que ver con las cosas que vosotros hiciérais mientras vivíais allí –estaba
diciendo Steph-. ¿Vendréis?
-Habría
que pensarlo… -murmuró Liam.
-¿Pensarlo?
–Louis hizo un gesto con la mano para restarle importancia.
-¡Claro
que iremos! –Harry asintió enérgicamente con la cabeza.
-Harold
no podría resistirse a una excursión al centro de la cultura inglesa –bromeó
Zayn.
-Será
una buena oportunidad para que conozcáis a otra gente de la clase –intervine,
porque era exactamente lo que pensaba.
Steph
me lanzó una mirada de advertencia, como si estuviera vendiéndole a algún
comprador de pocamonta las presas que había conseguido ella solita con su
esfuerzo.
-Supongo
que vuestros padres os tendrán que firmar una autorización… -mi amiga retomó
las cuestiones más prácticas.
-Pues
eso puede ser un problema –Niall hizo una mueca de disgusto.
-¿Qué
pasa? –pregunté a la vez que le miraba de reojo, pero por algún motivo esta vez
no me sorprendió que me saliera de forma natural el dirigirme a él.
-Que
mis padres están en Irlanda –señaló una fina pulsera que llevaba en su muñeca
derecha con los colores de la bandera de su país.
-Bah,
seguro que se puede resolver si hablas con el director –dijo Steph en tono
tranquilizador.
Ante
ese comentario, los hombros de Niall se tensaron. Fue un movimiento sutil, pero
lo estaba observando y ese cambio no me pasó desapercibido. Algo en las
palabras de Steph no le había agradado.
-Creo
que va siendo hora de levantar el campamento –Louis señaló su reloj-. Ya son
casi las seis y media, y todavía tenemos que prepararnos la cena.
-Tienes
razón –asintió Liam.
Quizás,
por las intervenciones que lleva hasta el momento, penséis que Liam era un
chico serio y responsable, y eso os haga desembocar en el adjetivo aburrido. Al contrario, Liam no es ni
serio ni aburrido, aunque en lo de responsable sí he de admitir que es uno de
los que más mantiene la cabeza en su sitio. Lo que ocurre es que cuando no
conoce a la gente, le pasa algo parecido a lo que a mí, aunque a menor escala.
No le resulta fácil dejarse ver tal como es, se cohíbe, se pone nervioso. Pero
el tiempo me demostró que Liam era perfectamente capaz de hacer locuras si era
necesario. Y también si no lo era.
No
me planteé el motivo por el cual, casualmente, Niall se quedó algo más rezagado
mientras salíamos de la biblioteca, más o menos a mi altura. Yo estaba, de
hecho, observando con cierto aire de melancolía y, lo admito, un poco de
envidia sana, cómo Steph se mostraba relajada, sociable y encantada con los
cuatro chicos que caminaban a su lado, con los que incluso creo que bromeaba de
vez en cuando, o al menos eso daban a entender sus risas.
Niall
señaló la bolsita que sostenía contra mi pecho, dentro de la que estaba el
libro.
-Al
final lo has alquilado.
-Eso
era lo que tenía intención de hacer desde un principio –pensé en algo ingenioso
que decir, pero no se me ocurrió nada.
-¿Te
gusta leer? –preguntó, en tono conciliador.
-Mucho
–admití.
-A
mí también me gusta. ¿Cuál es tu libro favorito?
-La
verdad es que no tengo uno –hice una pausa cautelosa-. Pero hace poco leí El niño con el pijama de rayas y me
gustó bastante.
-Ah,
nunca lo he leído. Hay también una película, ¿no?
-Sí,
pero no tiene comparación –protesté, porque no me gusta nada que la gente
piense que ver la película basada en un libro puede sustituir leerse dicho
libro.
-Ya,
seguro que es mucho peor.
-Puedo
prestártelo, si quieres. El libro, digo –miré al suelo.
-Me
gustaría bastante.
Niall
me dio un suave golpecito con su hombro en mi hombro, que no llegué a
comprender.
-Deberíamos
volver a quedar algún día.
Durante
un feliz instante, pensé que se refería a nosotros dos solos, pero esa
felicidad se esfumó cuando pensé que, primero, no aguantaría ni dos minutos de
una pieza estando a solas con un chico, y segundo, que se refería a todos
nosotros, en conjunto.
-Sí,
estaría bien.
-Así
a lo mejor se te pasaba la vergüenza –no lo vi, pero sé que sonrió.
-No
es vergüenza –me quejé.
Niall
no pudo contestarme, porque llegamos a donde estaban los demás, que esperaban en
la parada de autobús. Teníamos una parte del trayecto en común, pero los chicos
se tuvieron que bajar primero, sonriéndonos y agradeciéndonos una tarde
agradable. En cuanto salieron del autobús, Steph me miró rebosante de alegría,
y luego con un deje de picardía.
-No
me hace falta preguntarte cuál de ellos te gusta más –sonrió.
-Ah
–giré la cara, avergonzada.
-No
pasa nada, yo también creo que es el más guapo –me guiñó un ojo.
Genial,
ahora mis posibilidades se reducían del cero a los números negativos.
-Mujer,
no me mires así. En general, me ha gustado más Harry –se abrazó a la barra del
autobús con un aire romántico.
-Tranquila,
puedes ir a por todos ellos, si quieres. Te adoran.
-Se
han preocupado bastante cuando te has levantado y te has ido –me dijo con algo
así como un tono de reproche.
-No
lo creo.
-Niall
ha ido a buscarte.
-Le
dolería el culo de llevar tanto rato sentado.
-¡Cómo
eres! –Steph puso los ojos en blanco.
Negué
con la cabeza. No hay nada peor que una amiga dándote esperanzas de algo que es
imposible. Básicamente, porque al final te lo acabas creyendo, y yo no quería
creer que Niall podía haber puesto especial atención en mí cuando estaba claro
que no era así. Era materialmente imposible que fuera así.
-¿Qué
te apuestas a que en el viaje a Londres pasa algo entre vosotros?
-Un
millón de libras a que no.
-Pero…
La
interrumpí.
-Cierto,
no tienes un millón de libras. ¿O sí?
-Ojalá
–suspiró, y luego me miró como si se le hubiera ocurrido algo muchísimo mejor-.
Te compras un vestido. Y te lo pones. Y si sí pasa algo, me compro la prenda de
ropa que tú quieras y la llevo puesta un día al instituto.
-Ah,
no. No, no, no.
-¿Por
qué no? Si de todos modos, según tú, no podría pasar nada entre vosotros –me dijo,
con ese tono que se usa cuando quieres que alguien se confíe.
-Vale,
está bien –acepté, porque sabía que yo estaba en lo cierto.
-Trato
hecho.
Steph
me dio la mano con solemnidad. No sé muy bien por qué hizo esa apuesta conmigo,
si ella también debía saber que jamás pasaría nada entre Niall y yo, y menos en
el viaje a Londres, para el que quedaba menos de un mes, según tenía entendido.
Claro que por extraña que fuera la prenda que le hiciera comprarse y ponerse,
tampoco iba a perder la reputación que le precedía en el instituto. En todo
caso, la gente se reiría con ella, y se interesaría por involucrarse en el
chiste. Yo, en cambio… Un vestido. ¿Cuánto hacía que no me ponía uno? Tampoco
importaba mucho. Estaba segura, no, segurísima, de que por una vez yo tenía
razón.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Aquí, @Rachelforever99 dando comienzo al comentario kilométrico.
ResponderEliminarEn primer lugar, me gustaría volver a darte las gracias por escribir un #Imagina con este tipo de chica, me siento muy, muy identificada con ella y es que, por mucho que no quiera aceptarlo, parece que te has basado en mí para hacerla. Aunque no estoy segura de ella, ya que hay un montonazo de chicas con baja autoestima en sólo este país, pienso que a tus 17 o 18 años, ya habrás pasado por esa etapa de "no me quiero, nadie me quiere, no me gusto y no le gustaré a nadie. Odio todo de mí, la gente me rechaza, soy una inútil" y muchísima etc. Pues, yo ahora mismo estoy en esa etapa en la que, sí, me doy cuenta de que todos pasamos por eso y que, esto a mí se me pasará como muchos dicen, pero realmente no lo creo.
En segundo lugar, me gustaría decirte que eres una escritora de 11 en una escala del 1 al 5. En cada eso que escribes te superas más y más y es increíble como has ido mejorando poco a poco. Recuerdo que en los primeros Imagina's pequeños que me leía de ti, eran super increíbles y ahora me quedo asombrada con el salto que has dado. Aunque no lo creas, llevo mucho tiempo leyéndote aunque no te lo creas, sólo que hace poquito tiempo me he dado a conocer jeje.
En tercer y último lugar -que me estaba yendo del tema-, no tengo ni pajorela idea de lo que ocultan Niall and the potatoes AJAJAJAJAJAJA Valeno. En serio, me estoy quedando sin opciones porque no sé qué leches es y quiero saberlo, pero para saberlo tienes que subir más capítulos, pero tienes poco tiempo porque necesitas estudiar y entonces yo me estreso, me pongo a llorar en posición fetal, lloro sangre, me ahogo, me deshidrato, hiperventilo, muero pero luego subes nuevo eso y vuelta a empezar de cero.
Bueno, creo que ya te he dado mucho la vara, así que me despido aquí, Ana, eres increíble.
PD: Te quiero, teo <3
Me encanta este imagina‚ en serio‚ creo q con este muchas de nosotras nos sentimos identificadas. Es ge- NIALL jajajaja. Bssss guapaaa <3
ResponderEliminarMe encanta ♡
ResponderEliminarOH MY GAT.
ResponderEliminarNECESITO QUE PASE UN MES EN EL IMAGINA YA.
ESE VIAJE ES LO QUE NECESITO.
Sube pronto :'(
Como te ha dicho @rachelforever99 hemos visto como has ido mejorando con cada Imagina,y que cuando acabamos de leerlo nos volvemos lagarto-niñadelexorcista reptando por las paredes hasta que vuelves a subir.
Bueno,me despido,besooos :)
Hola!! Me encantó, en serio, y seguro que se va a tener que poner el vestido jajaja, lo veo venir. Quiero que llegue ya el viaje asdfghjklñ *-*
ResponderEliminarSigue pronto, por favor, y SI PUEDES, sígueme en Twitter y me avisas cuando ubal el siguiente :3 (@Marta_Arzola)
Muchos besos, sigue pronto xx
Ana .... no hay palabras preciosa, no hay palabras.
ResponderEliminarNo se que decir, creo que no existe un vocablo para expresar lo realista, tierno y conmovedor ques esta novela (es novela no imagina, los imaginas no tienen nombre y esta novela lo tiene)
¿Sabes? Cuando entre al blog y lei:
"En un Instante Capitulo 5" te juro que salte y baile cantando:
"Ana subio capitulo nuevo, ana subio capitulo nuevo"
Y y ...... lo lei toda emocionada y..
Cuando lei que Sthep le dijo:
"Supongo que no tendre que preguntarte quien te ha gustado mas"
Y cuando Sthep dijo que le habia gustado Harry .... con ese aire "ROMANTICO" estaba convulcionando en mi silla :)
Ha sido perfectisimo y me ha alegrado un monton que sigas mi sugerencia (aunque claro son solo sugerencias si vos teneis otros planes, tambien podeis ponerlos, despues de todo voz sos la escritora) y esa apuesta :) se que traera muchas cosas buenas ;)
Att.
Lulhee
P.D Yo tampoco me leido el niño con el piyama de rayas, y creo que despues de esto sera el libro que me lea :)
Besos y abrazos
Por que tienes que escribir tan bien? Me encanta <3
ResponderEliminarEstoy disfrutando muchísimo con este imagina, Ana, no sabes cuanto. Me haces sentirme muy identificada con la protagonista. En los imaginas hay que pensar que la protagonista eres tú misma, pero nunca había conseguido ponerle mi cara hasta ahora. Siempre me imaginaba a una chica guapísima, con el mejor cuerpo de todos y a la que todos suelen gustar, pero esta vez es a mí a quien veo. Esa seguridad que intenta Steph darle a la protagonista sobre que ocurrirá algo entre ella y Niall me hace también sentirme muy identificada, sobre todo por lo de la apuesta, me ha ocurrido algo muy similar. El vocabulario que empleas me encanta, es muy extenso y, a parte de disfrutar, aprendo. Todo el texto expresa equilibrio, todas sus ideas están ordenadas y no hay ningún momento en el que me pierda leyendo, como me pasa en los imaginas escritos por otras chicas. Y dicho esto, leeré el siguiente capítulo.
ResponderEliminar