martes, 26 de marzo de 2013

#Imagina de Harry PARTE 13


Estás sentada en la cama de Harry con las piernas cruzadas. Te asaltan las dudas. No sabes muy bien cómo va esto. Sí has estado con chicos anteriormente, pero nunca habías llegado a sentir lo que sientes con Harry, ni tampoco habías llegado tan lejos a como lo has hecho con él. Puede sonar estúpido, pero para ti, el simple hecho de quitarte la camiseta, ya es llegar lejos. 


Escuchas a Harry hablar con el tipo del bar, aunque no sabes qué se están diciendo, pues ahora hablan en voz relativamente baja. 


Te tocas inconscientemente un pecho, pensando que ahí ha estado la mano de Harry hace unos minutos, y te parece algo bastante... extraño. Aunque no te ha desagradado su contacto; al contrario, te ha producido sensaciones hasta el momento desconocidas.


-Vaya, bombón, has retomado la cosa sin mí, ¿eh? -Harry abre la puerta del dormitorio; por lo visto el tipo ya se ha ido.
-¿Qué? -ladeas la cabeza y entonces te das cuenta de que tú mano sigue en tu pecho- ¿Me ves con cara de... eso?
-Mmm... -niega con la cabeza- ¿Por qué te da tanta vergüenza hablar de sexo? -se sienta a tu lado en la cama.
-¡No me da vergüenza hablar de sexo! 
-Pues no da esa sensación... 
-En fin, tu amiguito se ha ido ya, ¿no? -cambias de tema.
-No me llevo bien con él -suspira-. Mi único amiguito está aquí abajo, bombón. Éste nunca me falla -se señala los pantalones.
-Eres un cerdo -le das un leve golpe en el pecho.
-¡Era sólo una broma!
-Seguro -ironizas.
-Sí -sonríe.
-¿Qué te puede pasar si te pillan? La policía, digo -preguntas.


Harry se tumba en la cama y tú haces lo mismo, a su lado.


-¿Haciendo qué?
-Lo sabes perfectamente. Robando del desguace -te suena mal decirlo, pero tienes que hacerlo; es la verdad.
-Pues no lo sé. Creo que me tienen ya fichado por alguna que otra cosilla... Una multa, seguro. Y luego... bueno, si simplemente me pillan robando, imagino que nada más, pero si me cogen vendiendo las piezas, supongo que me meterán en la cárcel unos meses -te mira.


Tú suspiras con tristeza.


-¿Qué pasa? ¿Te incomoda hablar de esto? No deberías haberte enterado, quizás, pero por otro lado... Debes saber quién es el hombre al que besas, ¿no?


Pues sí, parece un hombre a pesar de sus sólo diecinueve años, teniendo que buscarse una forma de mantenerse y vivir.


-No me incomoda. Me apena -murmuras.
-Sí, bueno, la historia del niñito huérfano también me la debería haber ahorrado. Pero no tengo otra forma de hacer las cosas -se incorpora-. En fin, tengo que ser tu esclavo, ¿no?

-¿Qué? –preguntas, sin comprender.
-He perdido la apuesta -sonríe.
-Lo cual no parece apenarte demasiado -observas.
-Tal vez me apetezca hacer todo lo que me digas durante un día -te guiña un ojo.
-Puede que no te guste lo que te pida -dices, incorporándote también.
-Dudo que algo que venga de ti no me vaya a gustar, bombón -te abraza por la cintura para pegarte a él.
-Nunca se sabe -te encoges de hombros.
-Vale, pues empieza.
-No, no, no, no. Yo quiero mis veinticuatro horas completas, que me las he ganado -ríes levemente.
-¿Entonces?
-Hay que esperarse hasta el fin de semana, cuando no tenga que dormir ni ir al instituto.
-¿No piensas dormir, bombón? -pregunta Harry en tono travieso.
-No te hagas ilusiones, Styles.
-Ya veremos lo que pasa... -sonríe ampliamente.
-Ya lo veremos.


Te levantas de la cama y caminas hasta el baño.


-¿A dónde vas? -pregunta él.
-A comerme un bocadillo, ¡no te digo! Pues si entro al baño, será para usarlo -pones los ojos en blanco.
-Vale, vale, tú como si estuvieras en tu casa -escuchas su voz a la vez que cierras la puerta.


Te sientas encima de la tapa del váter. ¿Dónde te estás metiendo? ¡Harry ha hablado incluso de la cárcel! Pero todo cambia cuando hablas con él, cuando discutís de broma, cuando te toca. Por eso necesitas un segundo para pensar si realmente lo que estás haciendo es lo mejor. Te asusta un poco toda esa vida de Harry, pero contigo cambia tanto... 

Tu mirada se ilumina de repente. Ya sabes algo que le vas a pedir a Harry ese fin de semana, cuando tenga que hacer lo que le pidas. Sonríes. Tal vez no acepte, pero con ese pensamiento ya te ves capaz de seguir a su lado, al menos mientras él quiera. 


Tiras de la cisterna aunque ni siquiera has levantado la tapa del váter, pues se supone que cuando alguien entra al baño, es para hacer algo que conlleva eso, tirar de la cadena, no para pasarse un rato pensando. 


Abres el grifo del lavabo para echarte algo de agua en la cara cuando se escucha un crujido como de un hierro, y empieza a salir agua hacia arriba.


-Mierda -murmuras, y abres la puerta del baño-. ¡Styles, ven!
-¡Coño! -exclama Harry cuando ve el agua saliendo de esa forma del grifo- ¿Pero qué has hecho?

-¡Yo qué sé, ha empezado a salir sola! –dices.
-Claro, el grifo ha cobrado vida –intenta taparlo con las manos, pero no lo consigue.
-¡Y yo qué sé!

Le das una toalla para que la ponga en la salida del agua, pero tampoco le sirve demasiado. El suelo está cada vez más mojado, y vuestra ropa parece recién sacada de la lavadora. No puedes evitar darte cuenta de los marcados abdominales de Harry debido a la camiseta empapada. Sonríes y te muerdes el labio. Él se da cuenta, y se queda parado.

-¿Mi casa está inundándose y no haces nada por evitarlo? –reprocha, aunque sabes que está bromeando.
-Es que hay algo mucho más interesante ahora mismo… -te encoges de hombros.
-¿El qu…? –se interrumpe al ver cómo desplazas tu mirada por su torso- Ajá, ya entiendo.

Sonríes inocentemente.

-Pues tu camiseta está igual, bombón –alza las cejas.

Te miras el cuerpo y ves perfectamente tu piel y tu sujetador de encaje a través de la camisa del uniforme. Sorprendentemente, no te sonrojas.

-Bueno.
-¿Bueno? ¿Pero tú quién eres? ¡SOCORRO, ME LA HAN CAMBIADO! –ríe.
-¿Qué pasa? –te cruzas de brazos.
-No te pegan estas cosas –comenta.
-A lo mejor es que no me conoces lo suficiente –le guiñas un ojo.

Entonces pones la mano en un lado del grifo, para que el agua salga en dirección a Harry y le dé en la cara.

-¿Pero qué…? –con los ojos cerrados, te busca a tientas con las manos para que dejes de mojarle.

Tú ríes, y él te atrapa por la cintura, de manera que el agua vuelve a salir hacia arriba. Comienza a hacerte cosquillas, y te retuerces sobre ti misma, intentando que te suelte.

-¡Styles, para! –dices, riendo.
-No parece que quieras que pare –mueve sus dedos por todo tu vientre para hacerte reír.
-¡Pues sí quiero!

Con todo el movimiento, caéis al suelo mojado, Harry encima de ti, sin dejar de hacerte cosquillas e intentando no apoyarse en ti con todo su peso. Giras por el suelo, pero no consigues zafarte de él. Te incorporas, aunque él tira de ti para que caigas de nuevo al suelo. Tumbada bocarriba, con la respiración entrecortada y el agua todavía cayendo sobre vosotros, descansas un momento.

-¿Ya no vas a luchar más? –Harry te besa en el cuello.
-Eres agotador –dices, sonriente.
-Lo sé –continúa con el rostro hundido en tu pelo mojado, besando tu piel-. Pero te encanto, bombón.
-Eso no te lo voy a decir –sonríes, y acaricias su espalda por encima de la tela empapada.
-Yo sé que sí –te da un beso en la mejilla, y luego otro en los labios.

En ese momento, Harry mira hacia la derecha y ve una pequeña llave metálica de paso del agua.

-¡Pues claro! –la gira y el agua deja de salir del grifo roto.
-Eso no te arregla el grifo –comentas.
-Claro que no, lo vas a arreglar tú –sonríe.
-¿Yo? Já, la llevas clara.
-¡Tú lo has roto! –protesta.
-Pues llama a un fontanero que te lo arregle –alzas una ceja.
-Prefiero que lo hagas tú –acaricia tu costado.
-Yo no.
-¡¿Es que no te das cuenta de que es simplemente una excusa para que vengas a verme también mañana?! –exclama, exasperado.

Tú sonríes de oreja a oreja.

-En ese caso… quizás te ayude a arreglarlo. Aunque puede acabar peor de lo que ya está…
-Correré el riesgo –él también sonríe, y te besa.
-Pero de fregar el suelo te encargas tú, que ya eres un experto con el suelo de mi instituto –ríes, y te levantas.
-Primero mejor me pongo algo de ropa seca, aunque sé que te gusto más así –pone esa mirada suya de arrogante-. Si quieres, puedo meter tu ropa también en la secadora, no tardará demasiado –guiña un ojo.
-Ya te gustaría –ríes.
-En fin, como quieras, resfríate, así no podrás salir de tu casa en una semana… –sale del baño.
-¡Vale, espera! –gritas, para que te oiga.
-¿Sí? –asoma la cabeza por la puerta.
-Seca también mi ropa… -pides.
-Ajá… -hace un gesto con la mano para que termines la frase.
-¡Por favor!
-Mucho mejor así –sonríe.

Apartas la cabeza de Harry de la puerta y la cierras, para quitarte el uniforme, lo cual es bastante absurdo porque luego vas a tener que salir, pero prefieres quitártelo sin que te observe. Suspiras. Al final siempre consigue lo que se propone. 



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]

8 comentarios:

  1. I loveeeeeeee iiiiiiiiittttttt

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  2. Genial como siempre, soy smokingsmiler xXx

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  3. PER-FEC-TO!! ME ENCANTAAA!!!

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  4. Me encanta me encanta me encantaaaa!!!! Sigueloo por favooooor me a gustado muchisimo es perfectooo!!! :))

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  5. Me encanto!!!! Siguela por favor!!!

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  6. Joooo, escribes genial. Me encanta!! Sigue cuando puedas por favor :))) Es perfecta

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  7. Podrias seguirlo mañana? Diios!

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Motivos para sonreír.