Estás
sentada en la cama de Harry con las piernas cruzadas. Te asaltan las dudas. No
sabes muy bien cómo va esto. Sí has estado con chicos anteriormente, pero nunca
habías llegado a sentir lo que sientes con Harry, ni tampoco habías llegado tan
lejos a como lo has hecho con él. Puede sonar estúpido, pero para ti, el simple
hecho de quitarte la camiseta, ya es llegar lejos.
Escuchas
a Harry hablar con el tipo del bar, aunque no sabes qué se están diciendo, pues
ahora hablan en voz relativamente baja.
Te
tocas inconscientemente un pecho, pensando que ahí ha estado la mano de Harry
hace unos minutos, y te parece algo bastante... extraño. Aunque no te ha
desagradado su contacto; al contrario, te ha producido sensaciones hasta el
momento desconocidas.
-Vaya,
bombón, has retomado la cosa sin mí, ¿eh? -Harry abre la puerta del dormitorio;
por lo visto el tipo ya se ha ido.
-¿Qué? -ladeas la cabeza y entonces te das cuenta de que tú mano sigue en tu
pecho- ¿Me ves con cara de... eso?
-Mmm... -niega con la cabeza- ¿Por qué te da tanta vergüenza hablar de sexo?
-se sienta a tu lado en la cama.
-¡No me da vergüenza hablar de sexo!
-Pues no da esa sensación...
-En fin, tu amiguito se ha ido ya, ¿no? -cambias de tema.
-No me llevo bien con él -suspira-. Mi único amiguito está aquí abajo, bombón.
Éste nunca me falla -se señala los pantalones.
-Eres un cerdo -le das un leve golpe en el pecho.
-¡Era sólo una broma!
-Seguro -ironizas.
-Sí -sonríe.
-¿Qué te puede pasar si te pillan? La policía, digo -preguntas.
Harry
se tumba en la cama y tú haces lo mismo, a su lado.
-¿Haciendo
qué?
-Lo sabes perfectamente. Robando del desguace -te suena mal decirlo, pero
tienes que hacerlo; es la verdad.
-Pues no lo sé. Creo que me tienen ya fichado por alguna que otra cosilla...
Una multa, seguro. Y luego... bueno, si simplemente me pillan robando, imagino
que nada más, pero si me cogen vendiendo las piezas, supongo que me meterán en
la cárcel unos meses -te mira.
Tú
suspiras con tristeza.
-¿Qué
pasa? ¿Te incomoda hablar de esto? No deberías haberte enterado, quizás, pero
por otro lado... Debes saber quién es el hombre al que besas, ¿no?
Pues
sí, parece un hombre a pesar de sus sólo diecinueve años, teniendo que buscarse
una forma de mantenerse y vivir.
-No
me incomoda. Me apena -murmuras.
-Sí, bueno, la historia del niñito huérfano también me la debería haber
ahorrado. Pero no tengo otra forma de hacer las cosas -se incorpora-. En fin,
tengo que ser tu esclavo, ¿no?
-¿Qué?
–preguntas, sin comprender.
-He perdido la
apuesta -sonríe.
-Lo cual no parece
apenarte demasiado -observas.
-Tal vez me
apetezca hacer todo lo que me digas durante un día -te guiña un ojo.
-Puede que no te
guste lo que te pida -dices, incorporándote también.
-Dudo que algo que
venga de ti no me vaya a gustar, bombón -te abraza por la cintura para pegarte
a él.
-Nunca se sabe -te
encoges de hombros.
-Vale, pues empieza.
-No, no, no, no. Yo
quiero mis veinticuatro horas completas, que me las he ganado -ríes levemente.
-¿Entonces?
-Hay que esperarse
hasta el fin de semana, cuando no tenga que dormir ni ir al instituto.
-¿No piensas
dormir, bombón? -pregunta Harry en tono travieso.
-No te hagas
ilusiones, Styles.
-Ya veremos lo que
pasa... -sonríe ampliamente.
-Ya lo veremos.
Te
levantas de la cama y caminas hasta el baño.
-¿A
dónde vas? -pregunta él.
-A comerme un
bocadillo, ¡no te digo! Pues si entro al baño, será para usarlo -pones los ojos
en blanco.
-Vale, vale, tú
como si estuvieras en tu casa -escuchas su voz a la vez que cierras la puerta.
Te
sientas encima de la tapa del váter. ¿Dónde te estás metiendo? ¡Harry ha
hablado incluso de la cárcel! Pero todo cambia cuando hablas con él, cuando
discutís de broma, cuando te toca. Por eso necesitas un segundo para pensar si
realmente lo que estás haciendo es lo mejor. Te asusta un poco toda esa vida de
Harry, pero contigo cambia tanto...
Tu mirada se
ilumina de repente. Ya sabes algo que le vas a pedir a Harry ese fin de semana,
cuando tenga que hacer lo que le pidas. Sonríes. Tal vez no acepte, pero con
ese pensamiento ya te ves capaz de seguir a su lado, al menos mientras él
quiera.
Tiras de la
cisterna aunque ni siquiera has levantado la tapa del váter, pues se supone que
cuando alguien entra al baño, es para hacer algo que conlleva eso, tirar de la
cadena, no para pasarse un rato pensando.
Abres el grifo del
lavabo para echarte algo de agua en la cara cuando se escucha un crujido como
de un hierro, y empieza a salir agua hacia arriba.
-Mierda -murmuras,
y abres la puerta del baño-. ¡Styles, ven!
-¡Coño! -exclama
Harry cuando ve el agua saliendo de esa forma del grifo- ¿Pero qué has hecho?
-¡Yo
qué sé, ha empezado a salir sola! –dices.
-Claro,
el grifo ha cobrado vida –intenta taparlo con las manos, pero no lo consigue.
-¡Y
yo qué sé!
Le
das una toalla para que la ponga en la salida del agua, pero tampoco le sirve
demasiado. El suelo está cada vez más mojado, y vuestra ropa parece recién
sacada de la lavadora. No puedes evitar darte cuenta de los marcados
abdominales de Harry debido a la camiseta empapada. Sonríes y te muerdes el
labio. Él se da cuenta, y se queda parado.
-¿Mi
casa está inundándose y no haces nada por evitarlo? –reprocha, aunque sabes que
está bromeando.
-Es
que hay algo mucho más interesante ahora mismo… -te encoges de hombros.
-¿El
qu…? –se interrumpe al ver cómo desplazas tu mirada por su torso- Ajá, ya
entiendo.
Sonríes
inocentemente.
-Pues
tu camiseta está igual, bombón –alza las cejas.
Te
miras el cuerpo y ves perfectamente tu piel y tu sujetador de encaje a través
de la camisa del uniforme. Sorprendentemente, no te sonrojas.
-Bueno.
-¿Bueno?
¿Pero tú quién eres? ¡SOCORRO, ME LA HAN CAMBIADO! –ríe.
-¿Qué
pasa? –te cruzas de brazos.
-No
te pegan estas cosas –comenta.
-A
lo mejor es que no me conoces lo suficiente –le guiñas un ojo.
Entonces
pones la mano en un lado del grifo, para que el agua salga en dirección a Harry
y le dé en la cara.
-¿Pero
qué…? –con los ojos cerrados, te busca a tientas con las manos para que dejes
de mojarle.
Tú
ríes, y él te atrapa por la cintura, de manera que el agua vuelve a salir hacia
arriba. Comienza a hacerte cosquillas, y te retuerces sobre ti misma,
intentando que te suelte.
-¡Styles,
para! –dices, riendo.
-No
parece que quieras que pare –mueve sus dedos por todo tu vientre para hacerte
reír.
-¡Pues
sí quiero!
Con
todo el movimiento, caéis al suelo mojado, Harry encima de ti, sin dejar de
hacerte cosquillas e intentando no apoyarse en ti con todo su peso. Giras por
el suelo, pero no consigues zafarte de él. Te incorporas, aunque él tira de ti
para que caigas de nuevo al suelo. Tumbada bocarriba, con la respiración
entrecortada y el agua todavía cayendo sobre vosotros, descansas un momento.
-¿Ya
no vas a luchar más? –Harry te besa en el cuello.
-Eres
agotador –dices, sonriente.
-Lo
sé –continúa con el rostro hundido en tu pelo mojado, besando tu piel-. Pero te
encanto, bombón.
-Eso
no te lo voy a decir –sonríes, y acaricias su espalda por encima de la tela
empapada.
-Yo
sé que sí –te da un beso en la mejilla, y luego otro en los labios.
En
ese momento, Harry mira hacia la derecha y ve una pequeña llave metálica de
paso del agua.
-¡Pues
claro! –la gira y el agua deja de salir del grifo roto.
-Eso
no te arregla el grifo –comentas.
-Claro
que no, lo vas a arreglar tú –sonríe.
-¿Yo?
Já, la llevas clara.
-¡Tú
lo has roto! –protesta.
-Pues
llama a un fontanero que te lo arregle –alzas una ceja.
-Prefiero
que lo hagas tú –acaricia tu costado.
-Yo
no.
-¡¿Es
que no te das cuenta de que es simplemente una excusa para que vengas a verme también
mañana?! –exclama, exasperado.
Tú
sonríes de oreja a oreja.
-En
ese caso… quizás te ayude a
arreglarlo. Aunque puede acabar peor de lo que ya está…
-Correré
el riesgo –él también sonríe, y te besa.
-Pero
de fregar el suelo te encargas tú, que ya eres un experto con el suelo de mi
instituto –ríes, y te levantas.
-Primero
mejor me pongo algo de ropa seca, aunque sé que te gusto más así –pone esa
mirada suya de arrogante-. Si quieres, puedo meter tu ropa también en la
secadora, no tardará demasiado –guiña un ojo.
-Ya
te gustaría –ríes.
-En
fin, como quieras, resfríate, así no podrás salir de tu casa en una semana… –sale
del baño.
-¡Vale,
espera! –gritas, para que te oiga.
-¿Sí?
–asoma la cabeza por la puerta.
-Seca
también mi ropa… -pides.
-Ajá…
-hace un gesto con la mano para que termines la frase.
-¡Por
favor!
-Mucho
mejor así –sonríe.
Apartas
la cabeza de Harry de la puerta y la cierras, para quitarte el uniforme, lo
cual es bastante absurdo porque luego vas a tener que salir, pero prefieres
quitártelo sin que te observe. Suspiras. Al final siempre consigue lo que se
propone.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]
I loveeeeeeee iiiiiiiiittttttt
ResponderEliminarMe encanta x)
ResponderEliminarGenial como siempre, soy smokingsmiler xXx
ResponderEliminarPER-FEC-TO!! ME ENCANTAAA!!!
ResponderEliminarMe encanta me encanta me encantaaaa!!!! Sigueloo por favooooor me a gustado muchisimo es perfectooo!!! :))
ResponderEliminarMe encanto!!!! Siguela por favor!!!
ResponderEliminarJoooo, escribes genial. Me encanta!! Sigue cuando puedas por favor :))) Es perfecta
ResponderEliminarPodrias seguirlo mañana? Diios!
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