miércoles, 13 de marzo de 2013

#Imagina de Harry PARTE 8


Al igual que el propio Mike, Julia se sorprende bastante cuando le dices que has vuelto a quedar con él. Te mira con los ojos entrecerrados, y tú simplemente sonríes y dices:


-Bueno, lo he pensado mejor.


De nuevo no hace preguntas, porque sabe que tú misma acabarás por contárselo.


Cuando entras a tu dormitorio te tiras en la cama y te derrumbas. De alguna forma, un chico al que solo conoces desde hace dos días y que es un chulo ha conseguido hacer crecer algo tan poderoso en ti como para tenerte llorando durante una larga hora.
Al final, te acabas quedando dormida, y te despiertas a las cinco de la mañana sin nada de sueño, el pelo revuelto y la ropa que llevaste ayer.
-Perfecto-ironizas.
Te metes en la ducha y dejas que el agua caliente resbale por tu piel, intentando no pensar en nada. Te lavas el pelo y sales del baño liada en una toalla una hora después. La verdad es que te ha sentado bastante bien esa ducha. Te miras en el espejo de tu dormitorio durante un momento. Quizás no seas tan voluminosa como Deborah, ni tus ojos sean tan grandes como los suyos, ni tu pelo sea tan salvaje y atractivo, pero tampoco estás tan mal, ¿no? Te gustaría saber cómo te ven los chicos, si a sus ojos eres guapa o no.
Sacudes la cabeza levemente y vuelves al cuarto de baño. Es domingo, así que tienes toda la mañana para hacer lo que sea. Deberías estudiar, pero no te ves capaz de concentrarte. Decides pasarte la plancha para alisar tu pelo ondulado; siempre has pensado que el pelo liso te queda mejor, y esa tarde quieres ir a la cita lo más guapa que puedas. Tu actitud es infantil, y lo sabes, pero estás lo suficientemente dolida con Harry como para que eso no te importe. 


El resto de la mañana lo dedicas a leer un libro que te regalaron hace poco, pues Julia ha salido con su novio y no sabes qué hacer. Un rato antes de la hora de la cita, abres tu armario y sacas la ropa que te vas a poner. Una falda alta de pequeñas flores, un cinturón negro, una camiseta blanca, un chaleco vaquero y unas sandalias. Siempre te gustó ese conjunto. Coges unas cuantas pulseras y te las colocas en la muñeca. 
Miras el reloj. 
Aún tienes tiempo, falta media hora y el restaurante está a diez minutos de tu casa. Dudas un momento en si echarte maquillaje, pero finalmente decides que mejor no. Simplemente te pones algo de rímel en las pestañas para hacerlas un poco más largas.  
Te vuelves a mirar en el espejo. Pareces otra. No sueles arreglarte tanto, y el pelo liso te hace sentirte rara, diferente. Pero, por una vez, te gusta cómo vas.
Coges tu bolso y te vas de la casa un poco antes de lo necesario; quieres llegar allí antes que Mike, aunque estás segura de que llegarías antes que él incluso si salieras diez minutos tarde.
Empujas la puerta del restaurante. Mike no está allí, obviamente. Te sientas exactamente en la misma mesa en que te sentaste la otra vez que, por suerte, está libre. Así seguro que os atiende Harry, que es lo que quieres. Apoyas los codos en la mesa y la barbilla en tus manos, y esperas.
Dos minutos después, aparece Harry vestido de camarero. Al verte, abre los ojos como platos, parpadea un par de veces y luego sonríe levemente. Silba y se acerca a ti, para seguidamente sentarse en la silla de enfrente a la tuya.
-Guau, bombón, estás…-silba.

Tú simplemente alzas las cejas.

-Vaya… -sigue sorprendido- Bueno, y… ¿qué? ¿Me echabas de menos y por eso has venido a verme?

Ocultas una sonrisa triunfal, y justo en ese instante, ves cómo la puerta se abre y Mike entra en el local.

-No precisamente –te encoges de hombros-. He quedado.
-¿Has quedado? –Harry frunce el ceño.
-Sí, Styles, q-u-e-d-a-d-o. ¿Sabes lo que significa? Y mi cita viene ya, está justo ahí, así que te agradecería que nos dejaras un poco de espacio –señalas a Mike, cuyos ojos miran por todo el restaurante para ver dónde estás.
-¿Estás de coña? ¿De verdad has vuelto a quedar con ese imbécil? –suelta una risa que suena nerviosa.
-Estoy muy en serio, mírale, ahí le tienes. Por favor, estás ocupando su silla –alzas levemente la barbilla.

Harry hace una mueca, pero se levanta y se va de allí negando con la cabeza. Cuando él se está alejando, Mike se da por fin cuenta de dónde estás y ocupa la silla en que un minuto antes se sentaba Harry.

-Perdón por haberte hecho esperar –se disculpa.
-No pasa nada –dices, dibujando una sonrisa que realmente no sientes.

En realidad, querrías que fuera Harry el que estuviera sentado delante de ti. Desearías que fuera él diciéndote cosas para molestarte y llamándote “bombón”, y no Mike hablándote sobre lo que sea que esté diciendo de los peces payaso.

-¿Y cómo es que fuiste al zoo? –escuchas que pregunta en algún momento.
-Eh, pues…

Te interrumpe antes de que puedas responder.

-Porque no creo que fueras sólo para verme –ríe.
-La verdad es que sí que fui sólo para eso –te encoges de hombros-. No tenía tu teléfono.
-Ah, vaya –eso parece complacerle.

Entonces se da cuenta de que aún no han venido a servir vuestra mesa, y le hace un gesto a Harry, que está limpiando una mesa vacía con tal de no tener que ir a atenderos.

-Queremos pedir –Mike se dirige directamente a él.

Harry para de limpiar y le mira, alzando una ceja. Sin decir nada, camina con parsimonia hacia vuestra mesa.

-¿Qué desean los señores? –pregunta con retintín, sacando su bloc para apuntar los pedidos.

Mike va a hablar pero él le interrumpe.

-Y lamento decirle que hoy no tenemos surtido de quesos con olivas, ni lubina con patatas a lo pobre, tampoco solomillo de ternera con salsa a las finas hierbas, ni vino del ochenta y cinco.

Tanto tú como Mike os quedáis con la boca abierta. Eso es exactamente lo que tu cita pidió el otro día, y Harry… ¿se acuerda? Es extraño.

-Pollo con patatas fritas sí que tenemos –dice, recordando lo que tú pediste.

Por primera vez, te mira.

-Pues yo quiero eso –no eres capaz de sostenerle la mirada y la bajas hacia la carta.
-Eh… Lo mismo para mí –Mike frunce el ceño.
-¿Y de beber?
-Agua –dices.
-Enseguida lo tienen aquí –se va.

Mike pone los ojos en blanco.

-Vaya un camarero más imbécil. No entiendo por qué has querido venir aquí. ¿Y no decías que ibas a probar un plato nuevo? Porque has pedido exactamente el mismo que…

Te das cuenta de que Harry os está mirando y acercas mucho tu rostro al de Mike. Él se queda callado y te mira fijamente. Te odias a ti misma por lo que vas a hacer, te odias mucho, pero finalmente lo haces. Antes de que él pueda reaccionar, juntas durante un segundo tus labios con los de Mike, y le das un corto beso. Él parece desconcertado, pero acaba correspondiéndote. Sin embargo, sus labios te parecen fríos, no te transmiten nada, ni siquiera un leve estremecimiento. Nada. No se parece ni mucho menos a lo que sentiste cuando Harry te besó.

Separas tu cara de la de él, y con el rabillo del ojo te das cuenta de que Harry os mira con los ojos abiertos como platos. Mike va a decir algo, pero tú le pones un dedo en los labios.

-Necesito ir al baño, ahora mismo vuelvo –te levantas, dejándole con la palabra en la boca.

Definitivamente, Mike tiene que ser tonto. ¿Todavía no se ha dado cuenta de por qué querías ir a ese restaurante? ¿Ni siquiera lo sospecha?
Bueno, sea como sea, eres consciente de que Harry se ha puesto nervioso y de que no le ha gustado nada que quedaras con Mike. Al menos eso es algo bueno, ¿no?

Entras en el baño y te echas un poco de agua en la cara, cuidando no darte en los ojos para que no se te vaya el rímel. Te secas con unas toallas que tienen allí, y entonces escuchas un carraspeo proveniente de la puerta del aseo.

Miras hacia allí y ves a Harry apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una sonrisa irónica en los labios. Parece sacado de algún anuncio de ropa; es uno de estos chicos guapos que piensas que sólo existen en la televisión. Y está ahí, a tres pasos.

-Lo estás pasando en grande en tu cita, ¿verdad? –dice, con sarcasmo.
-Ni te lo puedes imaginar.
-Cierto, creo que en mi vida me he podido aburrir tanto.
-Déjalo, Styles.
-¿Que deje qué?
-Lo que estás haciendo.
-No estoy haciendo nada.
-Sí, sí lo estás haciendo. No me dejas tener una cita tranquila pero tú luego puedes hacer lo que te dé la gana.
-Ah, vale, ya entiendo –suelta una carcajada-. Pues déjalo tú.
-¿Y qué tengo que dejar? –te cruzas de brazos.
-Esta cosa absurda que has montado. No pretenderás que me crea que realmente te apetece volver a quedar con ese payaso.
-Si he quedado con él será por algo.

Harry camina un paso hacia ti.

-Claro que es por algo. Porque eres una infantil –ladea la cabeza.

Tiene razón, lo eres.

-Es cierto. Pero al menos, como soy una infantil, una niña pequeña, no voy por ahí acostándome con gente.
-¡Ah! ¡Que eso es lo que piensas! –ahora ríe con ganas- Todo este jaleo es porque según tú me acosté con Deborah.
-Dime que no lo hiciste –intentas que no se note en tu voz la desesperación.
-¿Acaso se supone que te molestaría que lo hubiera hecho? ¡Acabas de besar a ese tío! –exclama.
-No compares, Styles.
-Sé que no has sentido nada al besarle.
-No cambies de tema –reprochas, y él se acerca un paso más.
-Sé que no has sentido nada porque sé cómo te pones cuando te besan y te gusta, y ahora no te has puesto así.
-¿Ah, sí? ¿Lo sabes?
-Lo sé –recorre ese paso que le falta para estar justo delante de ti, su cuerpo rozando el tuyo.
-Aún no me has dicho qué pasó con esa chica…

Tú vas a retroceder, pero él envuelve tu cintura con un brazo y no sólo impide que te alejes, sino que te pega aún más a él.

-Styles… -protestas.
-Te aseguro que él no te ha besado como te beso yo, bombón –susurra.

Así que realmente le ha molestado ese beso… Bien, eso es bueno.

Sin previo aviso, pega sus labios en los tuyos. Su boca suave se desliza sobre la tuya, y aunque al principio opones resistencia, acabas por abandonar y dejarte llevar. Es imposible negar que tiene razón cuando sus labios tocan los tuyos y vuestros cuerpos están tan pegados. Es imposible no sucumbir a esa gravedad que parece que te atrae hacia él aunque no quieras, aunque te haga daño, aunque pienses que ha estado con otra. Es imposible no besarle si él te besa.


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]    

12 comentarios:

  1. Asgaksjspajshdkagajdkaksjkskauwnxoqfkshaldhslshsksofjsowfkwoqdjskshskahslqjsfnxskjahskshsjsjejqpqowfjdbdlajdjdoshqlqjqoqjegvbcmdksosiwjsjshsjshshsjshsjshdjdjsjdkakqjfhsjwkqhsososvnxkaoaduirfpjcndisosjejdieowowjdjdosjspqpsjsoaosjs.Nada más que añadir.

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  2. ME ENCANTA!!!!! Es simplemente perfectooo! Siguienteee:)
    Se me ha puesto el pelo de gallinaaa LOL!!

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  3. Lo impresionante no es que escribas bien, sino que cada vez escribes mejor, ¿cómo se puede explicar eso? Cuando tu primer libro salga a la venta (que será número uno en ventas y todo eso) diré: "yo leía sus imaginas desde el principio". Me voy a sentir orgullosa y to´

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  4. P-E-R-F-E-C-T-O, deseando el siguiente!! Saludos desde España =)

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  5. ¡Geeenial! Me encnata como te ha quedado, espero que el siguiente esté igual o mejor que este:)

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  6. Mi pulso cardíaco se ha triplicado. Oh, dios mío. Afagshqjskskqjdhdjejwkejeiwkhdie eres genial :D

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  7. Me encantaaaa!!!!! Siguela por favor esta genial.<3

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  8. Diooos mio de mi vidaaa SALVAME! Waaaoo! Escribes genial, sube prontitoo please please!
    ASDFGHJKLÑZXYWHDLHSKFHSIEJ :) Lovely!

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  9. sdfghjkloiuytresdfghjkliuytrdfghjkjhygfdcvbnmkjhgfdbnmkjhgfvbnmnbvbnmnhgvbnlkjh PARTE 9 PLIIIIISSSS!!!!

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  10. me encantaaaa!!! continualo por favooooooor! amo tus imaginas!

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  11. Genial, que bien escribes, esperando la parte 9 ya!

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