jueves, 27 de junio de 2013

ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo quince.

24 de diciembre; al mediodía.

-¿Estás seguro de tus amigos no me odian? –pregunto.
-¿Por qué iban a odiarte?

Zayn me mira de reojo mientras recoloca una bola del árbol de Navidad que se ha caído. Anoche, cuando volvimos a casa, pusimos todos juntos el gran abeto en el salón, y lo decoramos con bolas de colores y luces.

-Porque por mi culpa, Alison se siente mal… -bufo, y cruzo las piernas al estilo indio sentada en el sofá.
-En todo caso sería mi culpa, pero Alison se siente mal porque no quiso darse cuenta de que yo no sentía lo mismo, no por ti.
-Pero si yo no hubiera aparecido…
-Antes de que tú aparecieras yo tampoco la quería a ella. La única diferencia es que antes no quería a nadie y ahora te quiero a ti –se sienta a mi lado en el sofá.

Aún me resulta extraño escucharle decir que me quiere.

-Aun así…
-Aun así nada. A Becky le ha encantado enterarse, yo creo que ya te quiere a ti más que a mí –ríe-. Y los demás sólo están un poco sorprendidos, y quizás alguno que otro un poco molesto conmigo por no haberles comentado nada, pero se les pasará.
-Bueno…
-No le des más vueltas –me sonríe-. ¿Quieres ver una película?
-Había pensado que, como papá, Marga y Violet han salido, podrías acompañarme a comprarles algún regalo de Navidad para darles una sorpresa mañana –miro a Zayn mordiéndome el labio.
-Tienes al chófer sobreexplotado, my darling –bromea.
-Es su trabajo –protesto.
-Ya lo sé, tonta –me roba un beso.
-Entonces, ¿me acompañas?
-¡Pues claro! ¿Y si con tu simpatía natural enamoras a algún joven londinense y decides fugarte con él? –la palabra simpatía la dice irónicamente.
-Qué gracioso eres –respondo, con sarcasmo.
-Vas empezando a conocerme –ríe.
-Además, ¿para qué querría yo fugarme con un londinense si ya tengo a un…? –paro un momento- ¿De dónde eres?
-Ya tienes a un Bradford bad boy –se da un leve tirón del cuello de su camiseta, chuleando.

Pongo los ojos en blanco.

-Así que eres de Bradford… ¿Cuándo piensas llevarme? –sonrío.
-Cuando tú me lleves a Madrid –me muerde el labio inferior.

Teniéndolo tan cerca, puedo mirar fijamente a sus ojos, puedo perderme en ellos y soñar con que me quedo así para siempre. Pero lo que acabamos de decir me ha hecho darme cuenta de que cuando las vacaciones acaben, tendré que volver a España, y él seguirá en Inglaterra. ¿Qué pasará entonces? Un escalofrío me recorre la espalda.

-¿Estás bien? –pregunta Zayn, mirándome con preocupación.
-Sí, sí –miento-. ¿Vamos a por esos regalos o no?

Finjo una sonrisa y parece que se lo cree. Salir de compras me vendrá bien para intentar quitarme esos pensamientos de la cabeza.

24 de diciembre; por la tarde.

Zayn me mira con los hombros caídos, casi suplicante.

-¿Todavía no se te ha ocurrido nada?
-No, y así no me ayudas –resoplo.
-Pues es que no sé qué le puedes comprar…
-Tú eres un hombre, ¿qué te gustaría que te regalaran?
-¿No habíamos quedado en que tu padre era el único hombre de la casa y yo aún era un jovencito? –pone una media sonrisa.

Yo río levemente.

-Sí, bueno, tú que eres un jovencito… ¿qué le puedo regalar a mi padre? –suspiro.
-Yo sería feliz con un nuevo tatuaje –se encoge de hombros.
-¡Pues menudo regalo! –protesto- Además, ya tienes bastantes tatuajes.
-¿No te gustaría que me hiciera uno nuevo? –ladea la cabeza.
-Depende de qué te lo hicieras. Si te pusieras mi nombre…
-¿De verdad te gustan esas cosas? –hace una mueca.
-No. Si te pusieras mi nombre te mataría –río-. Por eso digo que depende.
-Bueno, centrémonos en lo de tu padre.
-¿Estás cansado?
-No –dice, aunque sé que está harto de estar en el centro comercial.
-Mentiroso –entrecierro los ojos-. Lo siento…
-No sientas nada, me gusta hacer cosas contigo –me atrapa por la cintura-. Incluso hacer compras aburridas.
-Gracias –ironizo.
-De nada –me guiña un ojo.
-¡Ya sé lo que voy a comprar! –exclamo.

Zayn se lleva tal susto ante mi efusividad que da un saltito y me suelta.

-¿Qué? –pregunta con alivio.
-Le voy a comprar un álbum de fotos y lo voy a llenar con fotos que tengo con él de cuando era pequeña.
-No está mal. ¿Crees que le gustará?
-Él es fotógrafo. Espero que sepa apreciarlo –me encojo de hombros.
-Seguro que aunque le regalaras un papel que dijera “papá, te quiero” le haría ilusión.
-Así son los padres. Cualquier cosa que les regales les gusta, eso es lo bueno –sonrío.
-Pues para ser “cualquier cosa” has tardado un rato en decidirlo –se mete conmigo.
-Qué poco irónico eres –niego con la cabeza.
-Tan poco como tú.

Ambos reímos.

-Vamos a comprar el álbum antes de que cierren las tiendas –lo cojo de la mano para tirar de él.
-¿Y de dónde vas a sacar las fotos de cuando eras pequeña?
-Le pediré a mi mamá que me las envíe por e-mail.
-Chica lista.
-Vas empezando a conocerme –imito lo que él me dijo esta mañana.
-Qué graciosa estás tú hoy, eh.
-Se me ha pegado de ti, my darling –digo.

Zayn rompe a reír, y entonces yo veo un vestido precioso en el escaparate de una de las tiendas. Y eso que yo no soy muy de vestidos, pero ése…

-Mira eso –digo, dejando de andar.
-¿El qué? –aún está riendo.
-Ese vestido, el cortito azul con flores rosas.
-¿Te gusta? –me mira.
-Mucho –bajo la vista como una niña pequeña-. ¿Puedo pasar a probármelo? Sólo probármelo, no llevo dinero suficiente para comprármelo, pero me hace ilusión vérmelo puesto… Porfa…
-Vaaaaaale –sonríe y ahora es él quien tira de mí hasta el interior de la tienda.

Me acerco a la dependienta y le pido un vestido como ése de mi talla. La joven me lo trae a los pocos minutos y me señala amablemente el probador.

-Gracias –sonrío.
-Seguro que te queda genial –dice Zayn, sentándose en unos sillones que hay en la zona de los probadores y dejando las bolsas con los regalos en el suelo.
-Bueno, ya veremos. Es bonito, pero…
-Pero nada. El vestido es bonito, tú eres bonita… es la combinación perfecta, ya verás.

Le saco la lengua a Zayn antes de entrar al probador y ponérmelo. Me miro al espejo y la verdad es que dentro de lo que cabe creo que no me queda tan mal. Sin previo aviso, la cortina del probador se abre y Zayn asoma la cabeza.

-¡Eh! –protesto.
-Pero mírate, estás preciosa –busca mis ojos en mi reflejo del espejo.
-¿Tú no sabes que no se debe entrar en los probadores cuando hay gente dentro? ¿Y si me hubiera estado cambiando? –digo, sonrojándome
-Pues mejor para mí –sonríe mordiéndose la lengua.
-Tonto –le pongo la mano en la cabeza para que la saque, pero en lugar de eso, no sé cómo, consigue meterse entero en el probador.
-¿Te he dicho ya lo bien que te queda? –pregunta con voz seductora.
-Sí, me lo acabas de decir –pego la espalda a la pared del probador.
-Bien –se acerca a mí y apoya las manos a ambos lados de mi cabeza, también en la pared.
-Zayn…
-¿Qué? –pega su cuerpo totalmente al mío.
-No es lugar para…

No soy capaz de seguir cuando noto sus labios recorrer mi cuello. Besa toda la línea de mi mandíbula y pasa su lengua húmeda por mi labio inferior.

-¿Para…? –pregunta, acariciando mi pierna con una mano.

No respondo, tan solo suelto un suspiro. Zayn lleva su mano hasta la parte interna de mi muslo, descubierto gracias al vestido, y lo acaricia suavemente. Me doy cuenta de que nunca me ha visto con tan poca ropa, ya que siempre he llevado pantalones y manga larga. Echo la cabeza hacia atrás, incapaz de decir o hacer nada más. Él me da un tierno beso en los labios tras lo cual vuelve a bajar sus besos por todo mi cuello, hasta que llega al escote del vestido. La parte superior es como un corsé que hace que mis pechos suban un poco, y una parte de ellos queda al descubierto. Zayn me mira a los ojos durante un segundo, y supongo que en ellos no ve nada que le pida que pare –de hecho, no quiero que lo haga-, pues sus labios rozan esa piel de mis pechos que queda al aire, y besa todo mi escote. Su mano sigue acariciando mi pierna, y en un momento determinado roza mi braguita, haciendo que un calor desconocido hasta entonces para mí surja desde mi centro y me recorra todo el cuerpo. Deseando sentir más, introduzco mis manos debajo de la camiseta de Zayn y acaricio su torso. Siento sus fuertes músculos en tensión bajo mis dedos, y escucho nuestras respiraciones entrecortadas.

De repente, me asalta el miedo de que él quiera ir aún más lejos cuando yo soy una total inexperta con todo esto, así que me separo un poco de él. Ya hemos avanzado lo suficiente por hoy.

Zayn me mira, interrogante, pero al igual que antes ha visto que podía seguir, ahora se da cuenta de que es momento de parar, y lo acepta sin decir nada.

-Deberías comprarte ese vestido –comenta.
-No llevo suficiente dinero encima –digo, mirando la etiqueta-. Y de todos modos, es demasiado caro.
-En fin, como quieras –abre la cortina y sale del probador-. Te espero aquí fuera.

Me quito el vestido, aún sintiendo el acelerado latido de mi corazón martillear en mis oídos, y, después de haberme puesto la ropa, respiro hondo un par de veces antes de salir. Guau. Lo que acaba de pasar ha sido… simplemente no creo que haya palabras para definirlo.

Salgo del probador y dejo el vestido en una mesa con ropa que la gente se ha probado pero ha decidido no comprarse.

-Vamos, que cierran a las cinco y media y necesito el álbum –digo mientras salimos de la tienda.
-Sí, tenemos que darnos prisa.

Cuando ya hemos caminado unos minutos, me fijo en que no llevamos las bolsas con los regalos.

-¡Zayn! –exclamo.
-¿Qué? –me mira, asustado.
-¡Los regalos!
-¡Oh! –se da una palmada en la frente- Mierda, me los he dejado en la tienda.
-Vamos a por ellos –empiezo a caminar de vuelta.
-No, espera, mejor yo voy a por ellos y tú mientras compra el álbum, porque son las cinco y cuarto –propone.
-Sí, tienes razón, nos vemos aquí en unos minutos –digo, y me doy la vuelta otra vez para comprar el regalo de papá.

_
Pasado un rato, ya estamos sentados, como es típico, en el pasillo de mi cuarto, Zayn apoyado en una pared y yo en la otra.

-¡Mañana viene Papá Noel, mañana viene Papá Noel! –Violet corretea delante de nosotros emocionada.
-¡Es verdad! –asiento.

La pequeña se sienta en mis piernas y veo que Zayn nos mira con ternura.

-¿Te has portado bien este año? –le pregunto.
-¡Sí!
-Entonces Papá Noel te traerá muchas cosas.
-¡Bieeeeen! –me da un abrazo.
-¿No crees que deberías irte a dormir, pequeñaja? –le dice Zayn.
-Pero no tengo sueño… -protesta.
-Cuanto antes te vayas a dormir, antes llegará mañana –asegura él.
-¡Entonces sí! Buenas noches –me da un beso y va corriendo a darle otro a Zayn.
-Que descanses, princesa –la despido con la mano.

Ambos la miramos marcharse a su dormitorio.

-¿Has preparado ya tu álbum? –pregunta Zayn.
-No. Ahora quiero hablar un rato con mi madre por Skype, y entonces le pediré las fotos. Hoy es un día especial en España, y la echo bastante de menos… -suspiro.
-Lo entiendo –se cambia de sitio y se sienta a mi lado.
-¿Y tú, has sido bueno este año?
-De vez en cuando… -ríe.
-Entonces Papá Noel no te traerá nada –sonrío.
-Papá Noel ya me ha traído algo –me besa-. Y por lo que es, creo que he sido la persona más buena del planeta.
-Pues yo no sé qué le he hecho para que me haya traído este castigo –bromeo.
-Qué agradable tú –hace una mueca.
-Que es broma, tonto –apoyo mi cabeza en su hombro.

Nos quedamos un rato en silencio, pero un silencio cómodo, en el que sólo se escuchan nuestras respiraciones pausadas.

-Bueno, buenas noches, que Papá Noel tiene que preparar cosas para mañana –dice de pronto Zayn.

Sonrío.

-Pero si tú no celebras la Navidad.
-Ya, pero lo de hacerse regalitos nunca está mal –se encoje de hombros.
-Entiendo… Pero bueno, tienes razón, que encima en España es una hora más tarde que aquí y yo también tengo que preparar cosas. Buenas noches –le doy un beso en la mejilla.
-¿Qué clase de beso de buenas noches es ése? –protesta.
-¿Qué esperabas?
-Algo así –pega sus labios a los míos y me besa con pasión.
-Me lo apunto –río.
-Bien.
-Buenas noches –me levanto, y él hace lo mismo.
-Que sueñes conmigo –sonríe.
-Soñaré contigo y con tu enorme ego –entro en mi dormitorio sintiendo un par de ojos clavados en mi espalda.


Aún tengo bastantes cosas que preparar para mañana. En parte entiendo lo impaciente que se siente Violet, pues yo también querría poder irme a dormir para ver qué sorpresas me esperan al día siguiente debajo del árbol. Porque intuyo que habrá alguna que otra cosa que no me espero. 


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

10 comentarios:

  1. Me encanta! espero el siguiente! :)

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  2. Me encanta! No tardes en subir el siguiente, no puedo esperar.... Eres una gran escritora, que no se te olvide. :)

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  3. que bonito !!!!! es genial el imagina y como escribes !!! :) bssss

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  4. Precioso como siempre :)

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  5. Aaahhh vas a matarme. Es tan afajavahsgsbavajabahababwba

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  6. Zayn le ha comprado el vestido. Lo se. Zayn es un monoso :') siguela cari

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  7. adsadsadasd Q Quieres ------matarme? Demaciada Perfeccion!!!
    Siguela Cuanto antes!!! Please!!
    =)

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  8. Dios mio me encantaaa!!! Casi muero con la parte del probador *__* siguela cuanto antes porfiiiss!!

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  9. Uhhhhhh la parte del probador jijijijijijiiji.... Y... ZAYN HA COMPRADO EL VESTIDOOOOO!!! LO SE, NO VREO QUE HAYA DEJADO LAS BOLSAS "olvidadas" jejejej
    SUBE YA OTRO MI ARMAAAAA

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  10. Oooh dios mio 0.0 he muertoo,es PERFECTOOOOO!!
    NECESITO QUE SUBAS OTRO CAPITULOOOO POOR FAAA NO AGUANTO MAAS

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Motivos para sonreír.