martes, 2 de julio de 2013

ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo dieciséis.

25 de diciembre; por la mañana.

Alguien toca a la puerta de mi dormitorio con ímpetu, sacándome de mis sueños. Abro los ojos despacio, y entonces escucho la voz de Violet que, desde fuera, me insta a levantarme.

-¡Tenemos que bajar a ver el árbol!

Ah, es verdad. Hoy es Navidad. Me levanto de la cama y me miro en el espejo. Vaya unas ojeras. Ayer me acosté demasiado tarde preparándolo todo, y el trasnochar me ha pasado factura. A la vista está. Al menos hablé un rato con mamá y le conté un poco –sin profundizar demasiado- cómo va la cosa con Zayn.

-¡Vamos, vamos! –exclama la pequeña.

Me restriego un poco los ojos intentando despertarme completamente, me hago un rápido moño totalmente informal y salgo de mi cuarto en pijama, probablemente pareciendo un zombi.

-Buenos días –Violet me recibe con una sonrisa feliz, y no puedo evitar sonreír yo también.
-Buenos días. ¿Crees que podré lavarme la cara? –le pregunto.
-Venga, pero rápido –mira mis ojeras-. ¡Vaya pinta!
-Gracias –río levemente.

Voy al baño y en tiempo récord me lavo la cara, me enjuago la boca y hago pis. Al menos mis mejillas han cogido algo de color.

Salgo y la impaciente Violet me coge de la mano y tira de mí escaleras abajo tan rápido que tengo la sensación de que me voy a caer de un momento a otro. Al llegar al salón, me encuentro que ya están todos allí, seguramente esperándome: papá, Marga e incluso Zayn. ¡Zayn! Ahora me arrepiento de no haberme echado un poco de maquillaje para intentar disimular los surcos morados que enmarcan mis ojos.

-Buenos días –digo, sonriendo con algo de vergüenza.
-¡Buenos días y feliz Navidad! –papá parece rebosante de alegría.
-Igualmente –frunzo el ceño-. Qué contento estás, ¿no?
-Bueno, tengo aquí a mis dos pequeñas –nos señala a Violet y a mí-. ¿Qué más podría pedir?
-Papá, ya no soy pequeña –protesto.
-Para mí siempre lo serás.
-Qué dramático.

Marga ríe, y Zayn me mira ocultando una sonrisa. Ladeo un poco la cabeza y él se encoge levemente de hombros.

-¿Vamos con los regalos o no? –se queja Violet.
-Sí, venga, pequeñaja, abre tú el primero, a ver qué te ha traído Papá Noel –dice Zayn.
-Este año hay muchos paquetes –comenta ella, buscando alguno con su nombre.
-Claro, porque tenemos un miembro más en la familia –responde Margaret, agachándose al lado de su hija para ayudarla a encontrar sus regalos-. Mira, ¡en este pone “Violet”!

La pequeña atrapa un paquete considerablemente grande envuelto en papel de regalo rosa. Emocionada, rasga el papel para ver lo que hay dentro.

-¡Una bici! ¡Una bici! ¡SÍÍÍÍÍÍÍ! –empieza a saltar de emoción.

Todos empezamos a abrir los paquetes con nuestros nombres. Marga se encuentra con un bonito collar de perlas –claramente de parte de papá-, una colección de libros y unos zapatos de tacón. Para papá hay una cámara fotográfica –regalo de Margaret, seguro-, una gabardina y unas botellas de aceite de oliva. Al ver las botellas, miro a Zayn y él sonríe. Así que es de su parte… Un regalo bastante original, la verdad. Zayn, por su parte, recibe un par de jerséis, unos discos de música y unas pulseras.

-¡Mira, mamá! ¡Rapunzel! ¡La que yo quería! –Violet grita al abrir otro de sus paquetes y encontrarse a la muñeca de una de sus princesas favoritas.

Sonrío; no esperaba que mi regalo le hiciera tanta ilusión. Es tan fácil acertar con los niños pequeños… Esperemos que con los mayores sea lo mismo.

-Por aquí hay algunos paquetes con tu nombre –me dice Marga de repente.
-Oh, vaya, pues… a ver –me acerco y cojo un paquete no demasiado grande envuelto en papel de regalo rojo.

Todos me miran expectantes, hasta Violet deja de intentar abrir la caja de la muñeca y me presta atención. Cuando logro dejar al descubierto el regalo, casi me da un ataque.

-Un… iPad –no puedo creer que de verdad eso vaya a ser mío.
-Se ve que has sido muy buena este año –comenta Zayn.
-Guau –Violet se asoma en mi hombro y mira la caja.

Miro a papá y a Marga y casi se me escapa una lágrima.

-Grac… -entonces me doy cuenta de que, con Violet delante, no debo decir nada; ¿por qué tendría que darle las gracias a ellos si los regalos los trae Papá Noel?

Papá asiente con la cabeza, como sabiendo en lo que estaba pensando, y mueve sus labios para que pronuncien un “de nada”.

-Mira, aquí hay otro con tu nombre –señala la pequeña.
-A ver… -lo cojo.

Éste es bastante más pequeño que el anterior, con forma de cajita. Parece algo de joyería. Al abrirlo, me encuentro con una pulsera preciosa con cuentas de cosas británicas: una minúscula taza de té con la Union Jack –la bandera de Reino Unido-, un pequeño autobús plateado y rojo, todo de colores plata, azules y rojos.

Miro a Zayn, pero él niega con la cabeza; no, no es de su parte. ¿Será que no me ha comprado nada?

-Me parece que ése también tiene tu nombre –dice él, sonriendo con picardía.

Mientras lo abro, pienso en qué puede ser. Parece ropa. ¿No será…? No, imposible. Sin embargo, conforme voy destapando el papel de regalo, mis sospechas se confirman. Ante mis ojos aparece un precioso vestido floral azul estampado en rosa. Me sonrojo al pensar en lo que pasó en el probador de aquella tienda mientras tenía el vestido puesto. Alzo la vista hasta Zayn y sonrío mordiéndome el labio inferior. “No tendrías que haberlo hecho… pero es un detalle maravilloso”, intento que le digan mis ojos. Me recorren unas increíbles ganas de besarlo, pero la significativa mirada entre papá y Margaret me hace recuperar la compostura.

-Zayn, Zayn, ¡ayúdame, que no puedo! –pide Violet, acercándose al chico; no es capaz de sacar la muñeca de su caja.
-Ven, vamos a por unas tijeras –coge a la pequeña de la mano y la saca del salón, tal vez dejándome la ocasión de que le dé sus regalos a papá y a Marga.

Cojo una bolsa que anoche dejé detrás del sofá.

-Papá Noel tiene algo más para vosotros –sonrío-. Por cierto, dadle las gracias de mi parte por mis regalos.
-Bueno, las gracias del vestido a lo mejor se las tiene que comunicar otra persona… -deja caer Marga, y ambas reímos levemente.
-Me encargaré de que ese señor con traje rojo y barba blanca también reciba las gracias por eso.
-Bien –sonríe.

Les tiendo la bolsa, y sacan los dos regalos que hay dentro.

-Tú primero –le dice mi padre a su mujer.
-Está bien –intrigada, lo abre.
-No sé si te gustarán, en fin, puedes cambiarlos si quier…
-Ven aquí –deja la cajita con los pendientes color lila en el brazo del sofá y me atrapa entre sus brazos-. Pues claro que me gustan, no los cambiaría por nada del mundo.
-Me alegro –digo, emocionada; de todas las nuevas mujeres que papá podría haber encontrado, creo que Marga fue la mejor.
-Gracias –sonríe, y se pone los pendientes-. ¿Me quedan bien?
-Genial –comenta mi padre.
-Ahora te toca a ti.
-A ver…

Creo que yo estoy más emocionada que él. Me costó un buen rato montar el álbum, y me da miedo que no le guste.

-Vaya –dice, al sacarlo del papel de regalo, y lo abre.

En la foto de la primera página, salgo yo con unos dos meses, en brazos de papá, que con diecisiete años menos que ahora, sonríe a la cámara. Así, sucesivamente, van avanzando las páginas y yo voy creciendo con ellas, en todas las fotos con papá a mi lado, y en algunas me he permitido poner también a mamá. Incluso al pie o al lado de algunas fotos hay anotaciones del tipo “¿te acuerdas de esto?” o “menudo chapuzón”, al lado de unas imágenes en la piscina.

La última foto del álbum es una que Marga se empeñó en hacernos el día que llegué de Madrid, estas vacaciones. Y en la última página, en la que ya no hay ninguna imagen, me puse cursi y escribí, en grande y en el centro: “te quiero, papá”.

Al alzar la vista a la cara de mi padre, veo que está llorando. Creo que jamás le había visto llorar, o al menos no lo recuerdo, pero sé que no voy a olvidar esa imagen de las lágrimas que ahora resbalan por sus mejillas mientras cierra el álbum. Incluso Marga tiene los ojos llorosos.

-Gracias, pequeña –papá deja el álbum cuidadosamente a un lado y me abraza con todas sus fuerzas.
-Te quiero.

Me aprieto contra él y dejo que también a mí se me escapen algunas lágrimas.

-Vaya… -escucho la voz de Zayn a mis espaldas.

Me separo de papá y veo que él y Violet ya han logrado sacar a la muñeca de la caja.

-Perdón por la interrupción –frunce el ceño.
-No importa –sonrío y me paso el dorso de la mano por los ojos.
-¡Ya tengo a Rapunzel! –la pequeña se acerca corriendo a papá y Marga- Y luego vamos a salir a montar en bici.
-¡Claro! –Marga coge a su hija en brazos y la abraza- Ah… en la bolsa todavía queda algo.

La mujer de papá me mira con una sonrisa cómplice. Sí, ha adivinado que lo que queda ahí dentro es para Zayn.

-Cierto, voy a dejarlo en su sitio –sonrío yo también-. ¿Me acompañas, Zayn?
-Por supuesto –sale tras de mí del salón-. ¿No quieres volver a ponerte ese vestido tan sexy? –dice, cuando ya no pueden oírnos.
-Todo a su momento –río-. Ahora toca otra cosa.
-¿Qué? –parece interesado.
-Papá Noel me ha dicho que no has sido bueno este año…
-Será que he sido bueno –hace una mueca.
-No, que no lo has sido. Pero aun así, ha decidido darte un pequeño regalito.
-¿No quedamos ya en que ya había recibido el mejor regalo posible? –me abraza por la cintura.
-Bueno, éste tampoco es nada del otro mundo… -saco de la bolsa lo que queda.
-Déjame ver…

Es claramente un papel envuelto en papel de regalo, y eso lo intriga aún más. Cuando, con cuidado, despega el papel, se encuentra un folio escrito a mano por mí en el que pone:

“Vale por un tatuaje en cualquier establecimiento.
Letra pequeña: el usuario receptor del vale podrá ser vetado a la hora de escoger el tatuaje y el lugar del mismo por el usuario dador del vale”

Zayn suelta una carcajada.

-Muy original.
-Gracias. No te olvides de la letra pequeña –río.
-Que tú vas a elegir el tatuaje y el sitio, ¿no? –sonríe.
-No exactamente. Es sólo que si no me gusta lo que tú elijas, no te dejo que te lo hagas.
-Ah, vale, interesante aclaración –ladea una sonrisa-. Pues tendré que usar el vale cuanto antes.
-Claro –me muerdo el labio y Zayn me roba un beso.
-Tengo algo más para ti –dice, en mis labios.
-¿Qué?

Saca algo pequeño de su bolsillo y me lo tiende. Es una de estas típicas bolas de cristal que al moverlas parece que nieva dentro. En su interior hay una miniatura del London Eye.

-Para que no se te olviden algunos momentos especiales –susurra.
-Tranquilo, no iba a olvidarlos de todos modos –sonrío-. Pero gracias.

Voy a besarle, pero él se aparta un poco.

-Es Navidad –se encoge de hombros.
-¿Y? –alzo las cejas.
-Los besos no se dan de cualquier forma –niega con la cabeza.
-¿Y cómo se dan? –pregunto, divertida.
-Bajo el muérdago –sonríe.
-Ah, claro… Pues vayamos al muérdago para que puedas besarme en condiciones –río.

Antes de que pueda dar un paso hacia la puerta, papá viene hacia nosotros con pasos acelerados y el teléfono en la mano.

-¿Qué ocurre? –pregunto, separándome un poco de Zayn; viene totalmente pálido.
-Es tu madre… -jadea.
-¿Qué? –le insto, con creciente preocupación.

-Está en el hospital… muy grave. 

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

9 comentarios:

  1. Ay, Dios. Qué bonito todo. Bueno, excepto la última parte, claro está. ¿Qué ha pasado? Hm. Siguiente cuando puedas, necesito resolver algunas dudas. ‹з

    ResponderEliminar
  2. Que bonito¡¡¡ de verdad ¡¡ Que habra pasado ?¡¡¡ Necesito saberlo ya ¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  3. asdasdasdas Te juro Me ENCANTO! La Ultima Parte Me Dio Cosita. Que Le Paso?!!!!!!!!!!?!?!?!?!? SIGUELA!!! PLEASE!

    ResponderEliminar
  4. SÍGUELA, SÍGUELA, SÍGUELA! Dios, pensaba yo "esto se acaba aquí, ¿por qué? Jo, no quiero" Y leo el final y me he quedado "AY DIOS, QUE SIGUE, QUE SIGUE" y bueno, me he emocionado mucho. asdfghjkl<3. ¡Me encanta!

    ResponderEliminar
  5. AHHH QUE ME DA, QUE ME DA! Pobre madre..... Y Zayn es tan ajsbaksbakabsna! Me encanta tu forma de escribir, cuando puedas la continuas ;)

    ResponderEliminar
  6. Asfagshr me encantaaa!!! La ultima parte me dejo con mucha intriga que le habra pasado a la madre? Siguela pronto porfiis besiiis!!!

    ResponderEliminar
  7. Quieres matarme???, dioss siguelaaaa plis!!!! Jajaj no puedeo esperar mas


    . Jejejje besos de una directioner.... mariola

    ResponderEliminar
  8. ou cmo te gustan los dramas siempre tiene que pasar algo jdoer que pesa

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.