Puede
que no os creáis lo siguiente que hice, pero lo hice. Intentando que no
pareciera demasiado descarado, separé mi mano de la de Niall. Qué estúpida, pensaréis. Y sí,
probablemente lo fuese, pero permitidme que os recuerde lo poco acostumbrada
que estaba a esa clase de contacto. En realidad, ni siquiera sabía qué tipo de
contacto era ese, de modo que la situación me resultaba aún peor. Os pondré un
ejemplo que quizás os ayude más a entender lo que me pasaba. Si una persona
lleva mucho tiempo sin comer –y me refiero a días- y se le pone delante una
mesa repleta de comida, nuestro primer pensamiento podría ser que empezaría a
comer y no pararía hasta acabar con cada plato de la mesa. Sin embargo, nuestro
amigo a dieta no podría hacerlo. Así de sencillo, no podría. Aunque intentara
comer con voracidad, a los pocos instantes se daría cuenta de que su cuerpo no
podría asimilar tal diferencia de repente, y tendría que parar de engullir,
seguramente sin haberse acabado ni el primer plato. Si su cuerpo lleva días sin
alimentarse, no puede pretender pegarse un atracón sin más. Tiene que ir poco a
poco, para volver a acostumbrarse. Pues igual que el señor de nuestro ejemplo,
yo no podía comerme toda la comida de una vez. Con la canción emotiva ya había
tenido una dosis más que aceptable de… cambios.
Niall
me lanzó una mirada interrogativa, como si no comprendiera por qué separaba mi
mano de la suya, pero me limité a exhalar un pequeño suspiro que no sé si él
vio.
-No
deberías haber dejado de cantar –fue lo primero que me dijo Steph cuando
salimos a su encuentro.
-No
deberías decir que no sabes cantar –la corrigió Louis.
-Me
he enamorado de vosotros dos –Harry nos sonrió con sinceridad.
-¿Puedo
vender la grabación de la canción? Porfa, sé que me haría rico –bromeó Zayn.
-Sencillamente
maravilloso –sentenció Liam.
Como
podéis imaginar, un par de zonas de color rojo ya se habían colocado en mis
mejillas, ya que no estaba acostumbrada a tanta atención positiva hacia mi
persona.
-Gracias
–musité-. Pero no ha sido para…
-Calla
–me cortó Steph.
-¿Estás
segura de que no quieres vender la canción? –volvió a preguntar Zayn, sonriendo.
-No
creo que tuviera muchas ventas –contesté con sinceridad.
-¡Pues
yo creo que sí!
-No
es justo –protesté débilmente-. Vosotros también habéis cantado, lo habéis
hecho fenomenal, y no nos habéis dejado felicitaros como es debido.
-En
otro momento –Louis le quitó importancia con un gesto de la mano-. Hoy lo
importante era que te atrevieras tú a hacerlo.
Miré
a Niall de forma ligeramente acusatoria, porque cuando él me invitó a ir al
estudio, supuestamente no había sido con la intención de que yo cantara si no
con la de que viera –o más bien escuchara- cómo lo hacían ellos. Quizás fuera
un poco de ambas, porque me extrañaba que se hubieran tomado tantas molestias
sólo para que yo cantase.
Estuvimos
un rato más allí, escuchando la grabación de los chicos y hablando de cosas
varias. Bueno, como podréis imaginar, yo no hablé mucho, pero escuché, y
escuchando es como más cosas se aprenden. Sí es cierto que les pedí que me
gustaría tener la grabación de la canción que habíamos cantado Niall y yo, más
que nada porque quería escucharla en mi casa para ver cómo lo había hecho
realmente, ya que no me creí que dijeran con sinceridad lo de que cantaba tan
bien, y porque quería tener una parte de ese momento que había compartido con
Niall. Así, cogieron un CD virgen que había por allí y me grabaron la canción. Guardé
el CD en mi mochila como si fuera un tesoro, y pasé el resto de tarde mirando
de reojo a Niall cuando sabía que él tenía los ojos en otra parte.
…
Al
regresar a casa, tenía un humor cuando menos agradable. Habían pasado bastantes
cosas esa tarde. Me había gustado mucho cantar junto a Niall, y el propio hecho
de cantar también me había reconfortado. De hecho, estaba tarareando A thousand years cuando abrí la puerta
de mi casa.
Automáticamente,
me callé, para poder subir a mi cuarto antes de que mis padres iniciaran alguna
tentativa de hablar conmigo. Sin embargo, eso no habría servido de nada, pues
estaban esperando en un pequeño sillón que había en la entrada de casa. Y sus
miradas no eran precisamente amistosas.
-Hola
–murmuré, al ver que ellos no decían nada.
-Tenemos
que hablar contigo –contestó mi padre, sin preámbulos.
Solté
un fuerte resoplido de descontento. No me gustaba hablar con mis padres porque
normalmente no me gustaba lo que tenían que decirme.
-¿Qué
pasa? –mi voz debió sonar bastante cansina.
-Hemos
estado en tu instituto.
-Me
parece estupendo.
-Déjate
de ironías. Esto es serio –espetó mi madre.
-Oh,
perdón –imité una absurda reverencia.
Mi
padre se puso en pie y me miró fijamente a los ojos, enfurecido.
-Esto
tiene que cambiar.
Ni
siquiera me limité a preguntar a qué se refería, porque sabía que lo acabaría
soltando él solito.
-Los
estudiantes tenéis una única responsabilidad, sólo una. Vuestro deber es tener
un buen rendimiento en el estudio, y tú no lo tienes.
-No
he suspendido ni una sola asignatura –me defendí.
-¡Eso
no es un buen rendimiento!
-Además,
los profesores dicen que casi no te relacionas con tus compañeros –intervino mi
madre.
-¡¿Y
eso qué más da?! –ahora la que estaba enfadada era yo.
-Que
deberías hacerlo.
-¿Por
qué debería hacerlo? Yo no os digo a vosotros lo que tenéis que hacer, ni con
quién tenéis que llevaros bien y con quién no.
-Precisamente
por eso tú eres la hija y nosotros los padres –replicó mi madre con frialdad.
-Pues
yo no puedo cambiarme, soy así, y punto.
-¡Ése
es el problema! –exclamó mi madre- Te conformas con lo que sea, no buscas más,
no tienes ambiciones, la mediocridad te resulta suficiente y eso NO debería ser
así.
Aquello
terminó con los pocos restos que quedaban de mi buen humor. Sé que mis padres
estaban intentando alentarme a superarme, querían que mis resultados académicos
y mis relaciones sociales mejorasen, pero sinceramente, ni creo ahora ni en ese
momento creí que ésa fuera la forma. Decirle a tu hija adolescente que es
mediocre difícilmente va a ayudarla a algo, en todo caso puede acabar
hundiéndola más. Claro que tampoco les había dado otras opciones anteriores a
esa para hablar conmigo, de modo que cuando vieron la oportunidad, no midieron
sus palabras y simplemente descargaron toda su frustración contra mí, igual que
yo hice con ellos.
-¡Vaya,
perdonad si no soy perfecta! Perdonadme por haber nacido así, por no ser ni
inteligente ni guapa, y perdonadme si os molesta que no tenga casi amigos,
seguro que para vosotros es mucho más problemático que para mí, ¿a que sí?
Seguro que sí. A fin de cuentas, vuestra hija es una vergüenza para vosotros,
pero para ella misma no, ¿verdad? Claro que no, ella sólo tiene que convivir
consigo misma –ironicé, aunque sabía que mis propias palabras me estaban
haciendo más daño a mí que a ellos-. Lo siento, ¿pero sabéis qué? Igual que
vosotros no habéis elegido tener a una hija mediocre, yo tampoco he elegido
tener a unos padres que parecen el manual
de perfección, todo el rato recordándome cómo debería ser y cómo no soy.
Mis
padres se quedaron boquiabiertos, y yo me quedé resollando después de mi
discurso espontáneo. Como siempre me pasa, cuando se enciende la mecha dentro
de mí ya no hay forma de pararlo, ni siquiera aunque yo misma lo intente, y
acabo diciendo más de lo que querría decir. Siendo sincera, no me paré a pensar
si a mis padres podría afectarles todo lo que les acababa de decir, no tuve en
cuenta sus sentimientos porque tenía la sensación de que ellos tampoco estaban
teniendo en cuenta los míos.
-No…
-mi padre iba a decir algo, pero cambió de opinión.
-Habíamos
pensado que quizás cambiar de instituto podría venirte bien –soltó mi madre,
ignorando por completo todo lo que yo acababa de decirles.
Ahora
la boquiabierta fui yo. Después de haber expresado todo lo que sentía, ellos me
decían que querían que cambiara de instituto. No, eso sí que no. De todos
modos, estaba demasiado sorprendida como para decir nada, así que me marché
rápidamente escaleras arriba. No podían cambiarme de instituto. No, ahora no.
No es que tuviera especial cariño a ese lugar, ni al 99% de sus estudiantes. Pero
Steph, mi única amiga, estaba allí. Los chicos estaban allí. Niall estaba allí.
Si me cambiaban de instituto, sería aún peor. Me quedaría completamente sola.
Me
metí en mi cuarto y cerré la puerta con un fuerte golpe. Tremendamente
enfadada, iba a lanzar la mochila al escritorio, pero recordé justo a tiempo
que dentro iba el CD con la canción que había cantado con Niall, y lo saqué
para depositarlo con cuidado en un cajón de mi mesita de noche; en ese momento
no tenía ningunas ganas de escucharlo. No tenía ningunas ganas de nada.
Me
dejé caer en la cama. Yo ya sabía que era mediocre, pero no es lo mismo cuando
tú sabes una cosa que cuando te la dicen. Es cierto que a mucha gente la
mediocridad no le importa en absoluto, pero yo no era de esas, y de hecho
llevaba mucho tiempo construyendo un fino muro a mi alrededor para que eso no
me afectara. Pues acababan de destruir mi muro de papel con una bola de
demolición, e indefectiblemente yo me había llevado algunos golpes en el
proceso. Además de eso, estaba la propuesta de cambiarme de instituto. No lo
habían dicho como algo definitivo y sin remedio, pero era aún peor, era una
especie de amenaza, algo así como que o cambiaba de actitud y de notas o me iba
a otra parte. Rompí a llorar, y me puse el cojín en la cara para intentar
impedir que mis padres me escuchasen. En cualquier caso, yo ya estaba
acostumbrada a llorar en silencio.
Si
alguna vez os habéis peleado con vuestros padres, sabréis que es bastante
complicado ignorarse mutuamente durante mucho tiempo. Yo ya era experta en ese
campo, porque de todos modos la relación con mis padres siempre había sido muy
fría, pero una cosa es hablar con ellos justo lo necesario, y otra es intentar
no hablar absolutamente nada con ellos.
Pensé
en llamar a Steph, pero no serviría de nada. Me diría que me reconciliase con
mis padres, que seguro que no querían decir lo que yo había entendido, que
tenía que llevar una mejor relación con ellos, que lo del instituto era sólo un
toque de atención.
La
verdad, me asombra lo bien que Steph llevó su propia adolescencia. Siempre
parecía saber qué hacer, siempre tenía la solución a los problemas, siempre
llevaba una gran sonrisa en los labios. Pero yo nunca hacía caso de lo que ella
me decía, no al menos en lo referente a la relación con mis padres. Yo los veía
como mis enemigos, y aunque no debía hacerlo, lo hacía.
Esa
noche no cené, y al día siguiente intercambié tres palabras –contadas- con mi
madre; por suerte mi padre ya se había ido al trabajo. En el instituto, mi cara
debía ser de desolación, porque tanto los chicos como Steph me lanzaron miradas
preocupadas.
-¿Qué
ha pasado? –me preguntó Steph mientras sacábamos las cosas de nuestras
taquillas, aprovechando que los chicos ya se habían ido a clase.
-Nada
–mentí, y sabía que mi amiga sabía que lo estaba haciendo.
-Dímelo.
-Mis
padres –suspiré.
-¿Qué
ha sido esta vez?
-Aparte
de admitir que tienen una hija mediocre y hacer la pequeña amenaza de cambiarme
de instituto, nada en especial.
Mi
amiga me miró con verdadera alarma.
-¿Pero
qué has hecho?
-Nada
–me encogí de hombros-. Eso es lo mejor de todo.
-Algo
habrás hecho.
-No.
Vinieron al instituto, hablaron con los profesores, y se ve que no les gustan
mis notas.
-No
pueden cambiarte de instituto –dijo, con ojos asustados.
-Pueden
hacerlo.
-¿Sabes
lo que tienes que hacer?
-“Llevarme
mejor con mis padres” –imité la voz de Steph.
-Pues
sí. Al menos durante los días que estemos en Londres puede que se tranquilicen
las cosas en tu casa…
Cerramos
nuestras taquillas y caminamos en dirección a la clase.
-¿Londres?
-Sí,
Londres, la capital de Reino Unido, el Big Ben, ¿me sigues? –Steph me miró con
las cejas levantadas.
-¡Londres!
–exclamé.
-Exacto.
Veo que ya lo recuerdas.
Quizás
Steph estuviera bromeando, pero se me había olvidado por completo que quedaban
tan solo tres días para el esperado viaje a Londres. Bueno, en realidad era tan
esperado porque según mi amiga, en él pasaría algo entre Niall y yo.
Sinceramente, yo no tenía muchas esperanzas puestas en ello, y menos ahora con
lo desanimada que estaba. Claro, que también podía ser que de repente llegase a
mi casa esa tarde y mis padres me dijeran que estaba castigada sin ir.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]
Hola hola caracola :)
ResponderEliminarBueno, este comentario es cortito porque estoy en el móvil, pero decirte que me gustó mucho :)
Sigue pronto, que quiero que se vayan a Londres ya Asdfghjkl
Besos xx
JDJDDDDSBKDBDKD,tengo prisa,así que este comentario no sera especialmente largo...
ResponderEliminarVIAJE A LONDRES,VIAJE A LONDRES,ME DEMAYO *-*
El imagina es perfecto y,por Dios,Niall es Asdfghjkl.
Necesito el siguiente :''(
Besooos (:
ME ENCANTA, ME ENCANTA, ME ENCANTA. Ana nunca dejes de escribir porque realmente se te da genial. No importa la gente que lea o comente si te gusta a ti, lo demas no importa. Descubri tus historias hace unos dias y me las he leido en una noche pirque me has enganchado. Son tan perfectas. Intentare comentarte cuando pueda. Un beso.
ResponderEliminarAna llore..... llore.... no se que decir; es como si estuvieras contando mi historia. Como si de pronto agarraras todo lo que me ha sucedido en la vida y lo contaras aqui. Se me salieron las lagrimas por que es asi como me siento cada dia; MEDIOCRE.... como queriendo ser mejor pero a la vez saber que no podre... y en este instante estoy llorando... Ana Gracias; gracias por ser tan buena escritora; gracias por que pareces conocerme a mi misma mejor que yo. Es el mejor #imagina que habeis escrito.... y quiero que lo sigas y no le cambies nada ¿sabes? Por lo menos asi me quedara la felicidad que nuestra rayis es feliz al final.
ResponderEliminarespero con ansias el siguiente capitulo... por que hay cosas que quiero saber ¿que pasara en Londres? ¿la cambiaran de instituto? ¿que pasara si la cambian? ¿y Niall and the Potatoes que se traen entre manos? C: no se cuan largo es este comentario; pero quiero que sepas que siempre estoy al pendiente del Blog (: bue Ana; me despido (: bye
Besos abrazos y Bendiciones
Att. Lulhee
P.D. Os Quiero un monton <3 ★
ME ENCANTA ME ENCANTA ME ENCANTA ENSERIO!!! YO TMBN ME SIENTO MEDIOCRE CADA DIA DE MIERDA DE MI VIDA ES QUE SE ASEMEJA TANTO A MI EXCEPTO QUE YO SACO BUENAS NOTAS PERO POR LOS AMIGOS SOLO TENGO TRES NO TENDRE SOLO UNO PERO TRES TMBN ES DECIR COMO SI NO TUVIERA A NADIE Y A VECES SIENTO QUE NI SIQUIERA SON DE VERDAD QUE ELLOS JAMAS ME TIENEN EN CUENTA QUE PARA ELLOS SOY UNA DE OTRAS MUCHAS PERSONAS QUE TIENEN DE AMIGOS... ES QUE PFF... Y LUEGO PIENSO CUANDO ME VAYA DE ESTE INSTITUTO PORQUE SOLO TIENE HASTA CUARTO DE LA ESO SE ME HARÁ MUY DIFÍCIL HACER AMIGOS SUPONGO QUE TENDRE BUENAS NOTAS O NI SIQUIERA ESO.. NO TENGO NI IDEA DE COMO ME LAS APAÑARE SIENTO HABERTE SOLTADO TODO ESTE ROLLO QUE SEGURO NO TE INTERESA PERO ES QUE HE COMENZADO A ESCRIBIR Y NO HE PODIDO PARAR XD. PUES ESO QUE ME HA ENCANTADO TU IMAGINA Y ESPERO ANSIOSAMENTE EL SIGUIENTE, YO ESTOY HACIENDO UNA HISTORIA PERO NO SE COMO SEGUIRLA PERO ME GUSTARIA SER COMO TU! MUCHOS BESOS Y QUE SEPAS QUE TUS IMAGINAS ME AYUDAN MUCHO TODO LOS DÍAS :)
ResponderEliminar¿Me creerías si te dijera que esta malana mi profesora me dijo exactamente lo mismo refiriéndose a la mediocridad? Me dijo que no me podía conformar con la mediocridad, que yo podía sacar más nota y el remdimiento que tengo últimamente no es suficiente para mí. ¿Me crees? Porque yo no me puedo creer que haya tanta semejanza. Te diría que copias mi vida para hacer esta historia si no fuera porque esto lo has escrito antes de que me pasara lo que me pasó esta mañana.
ResponderEliminar¿Recuerdas que dije que eran las dos y me iba a ir a dormir porque mañana tengo examen? Pues no he podido resistirme a seguir leyendo un poco más jajajajajaja.