¿Sabéis
esa diferencia abismal entre gustarle a un chico y creer que le gustas a un
chico? Pues hay una gran diferencia, y el problema es que es imposible distinguir
entre ambas sin ayuda de nadie. Además, a veces se une también el factor querer-gustarle-a-un-chico y eso ya sí
que se vuelve imposible. Con dieciséis años, mi experiencia en el campo amoroso
seguía siendo nula, y yo me decía a mí misma que era imposible que le gustara a
Niall, aunque en el fondo de mi cerebro había una vocecita recordándome que en
realidad creía que sí lo hacía. Esperaba que lo hiciera.
Era
estúpido, y lo sabía. Es más, otra vocecita cruel me decía que se había fijado
en Steph, y no en mí. De hecho, quizás no fuera una voz cruel, sino simplemente
realista. Imaginad a dos chicas, una al lado de la otra. Una es alta, delgada y
con curvas, mientras que la otra es algo más baja y con unos cuantos kilos de
más. La primera tiene la cara perfecta, ojos alegres y labios carnosos, y la
segunda tiene algún que otro grano y va a clase todas las mañanas con ojeras de
dormir mal. ¿A cuál elegiríais? A primera vista, me refiero. Si me decís que
escogeríais a la segunda sabré que estáis mintiendo sólo porque yo soy ella.
Elegiríais a la primera. Lo siento, pero es así, inconscientemente lo haríais.
Así
que pensaba que Niall ya la había elegido también a ella. Sí, es cierto que
esto ya no era a primera vista, que él y yo habíamos hablado a veces, y que
había mostrado ese extraño interés en hablar conmigo a solas en dos ocasiones,
pero eso era irrelevante.
Sin
embargo, a pesar de eso, allí estaba yo, con la mirada ofuscada y puesta en el
armario, devanándome los sesos en busca de algo que ponerme para ir esa tarde
con los chicos al estudio. Intentando encontrar algo que hiciera que la
diferencia entre la chica número dos y la número uno fuera un poco menor. Sin duda,
ese podría haber sido el argumento de la próxima película de Misión Imposible.
La
puerta de mi cuarto se abrió de golpe, pero no me sorprendí porque sabía que
era Steph.
-¡Buenas
tardes! –exclamó ella, rebosante de felicidad.
-Hola
–murmuré, de mal humor.
-Me
alegro de que nos hayas conseguido una tarde con los chicos.
-Te
repito que yo no he sido. Ellos me lo han propuesto.
No
estaba muy segura de por qué, pero no había querido decirle a Steph que había
sido Niall, en concreto y en privado, el que lo había hecho. Supongo que
pensaba que si me guardaba esos momentos para mí, eso significaría que entre él
y yo había algo especial.
-Bueno,
lo que sea –mi amiga se colocó a mi lado, enfrente del armario.
-¿Qué
tal tus dientes? –pregunté.
-¿Mis
d…? ¡Ah! No he ido al dentista, he ido al dermatólogo –contestó en tono de
reproche-. Por el lunar de la espalda, ¿recuerdas?
-Sí,
sí –me agaché para escarbar entre las camisetas de una repisa.
-Dice
que es un lunar como otro cualquiera. Vaya, sigo tan sana como una manzana.
-Me
alegro –contesté distraídamente.
Steph
calló durante un momento y escuché un ruido como de papel, pero no me giré a
ver qué era. Habíamos quedado en media hora y yo aún no estaba vestida.
-Si
hace un mes me dicen que esto ocurriría, no me lo hubiera creído –comentó mi
amiga en tono divertido.
-¿El
qué?
-Que
tú estés preocupada sobre qué ropa ponerte.
Noté
que la sangre se agolpaba en mis mejillas.
-No
es…
-Toma.
Una
bolsa de papel marrón ocupó mi campo de visión, y la cogí a la vez que me ponía
de pie y me giraba para mirar a Steph.
-¿Qué
es?
-Ábrelo –sonrió como una niña pequeña que te regala un dibujo y te observa mientras lo
miras.
Abrí
la bolsa y saqué un jersey negro con una frase en letras blancas en el centro.
-I don’t care –leí.
-Es
lo que deberías pensar todos los días al despertarte –la sonrisa de mi amiga se
cargó de afecto.
-Stephanie Mary Worth, eres la mejor.
Como
ya os podréis imaginar, no soy una persona que exteriorice su cariño. A pesar
de ello, abracé a mi amiga. Podía pensar que todo el mundo la preferiría a ella
antes que a mí –incluido Niall-, y podía creer que mis padres querrían que ella
fuera su hija, y no yo, pero Steph no tenía la culpa de nada de eso. Ella era
así, no intentaba arrebatarme nada, al contrario, trataba de darme todo lo que
podía, luchaba para que me valorase más. Me acababa de traer el jersey más
bonito y con más significado que tenía desde hacía mucho tiempo, y yo ni
siquiera le había dicho que necesitase algo así.
-Gracias
–correspondió con fuerza a mi abrazo.
-¿Cuánto…?
–cogí la cartera de mi escritorio.
-Calla,
estúpida –ladeó la cabeza-. Es un regalo.
-Pero…
-Ya
tendrás que pagarte el vestido que te compres cuando pierdas la apuesta –me guiñó
un ojo.
-¿Qué
apuesta? –lo había olvidado completamente.
-La
de que en Londres pasará algo con Niall.
-Ah,
entonces me parece que ese vestido nunca llegará.
Steph
esbozó una sonrisa angelical.
-Así
que el jersey es por eso, ¿verdad? Es una inversión de futuro. Estás intentando
que pase algo entre nosotros.
-Sinceramente,
el jersey es porque siempre te compras la ropa menos llamativa, la más común,
camisetas lisas y pantalones vaqueros, como si quisieras poder pegarte a la
pared y camuflarte cuando te haga falta. Yo sólo quiero que sepas que llevar
ropa bonita te puede hacer sentir mejor. No intentas ponerte guapa porque crees
que literalmente no puedes hacerlo, pero eso no es así. Eres guapa, empieza a
creértelo.
-Y
tú eres mi amiga, y me lo dices por eso.
Fue
lo único que dije porque cualquier otra cosa habría sido admitir que tenía
razón. Yo nunca se lo había dicho, pero Steph lo había adivinado por sí misma,
supongo. Una vez más, me asombró lo mucho que mi amiga sabía cómo pensaba. De
hecho, yo lo veía así. Si no intentas algo, no puedes fracasar en ello.
-Venga,
póntelo –me animó.
Miré
la prenda y luego miré a Steph. Sí, podréis considerarlo una tontería, pero me
daba vergüenza que mi mejor amiga me viera en sujetador, básicamente porque yo
misma odiaba tener que verme la barriga, así que no quería imaginar lo que
pensaría Steph.
-Ah,
vale, lo entiendo. Te buscaré los pantalones mientras tanto –se agachó y se
puso a rebuscar en el armario.
Rápidamente,
me quité la camiseta negra que me había puesto para estar en mi casa y me puse
el jersey. Steph me tendió unos pantalones blancos que hacía meses que no me
ponía.
-No
me van a entrar –dije antes de desdoblarlos siquiera.
-¿Y
tú qué sabes? –se giró para mirarme.
-Lo
sé.
-No,
no lo sabes. Póntelos –me ordenó.
-En
la oreja, quizás.
Steph
me lanzó una camiseta a la cara y yo no pude evitar reír.
-Vamos.
-Está
bieeeen –puse los ojos en blanco.
Me
costó bastante hacer subir los pantalones, pero al final lo conseguí, y ya que
estaban puestos la cremallera se abrochó con facilidad.
-¿Ves?
Sí te están bien –mi amiga sonrió triunfal.
-Pues
hala, vámonos o llegaremos tarde –fue a coger mi mochila pero Steph me detuvo.
Hice
un sonido de protesta pero ella me obligó a mirarme al espejo. Inmediatamente,
deshizo la cola en que llevaba recogido el pelo, dejando que me cayera sobre
los hombros. Me lo alisó un poco con las manos hasta que dejó de parecer que
había metido los dedos en un enchufe y luego me cogió por los hombros, como si
fuera una madre orgullosa mirando a su hija.
Alcé
los ojos y miré mi reflejo. Mis cejas comenzaron a alzarse, pero lo controlé
antes de que Steph se diera cuenta. Vaya, en comparación con como iba siempre,
no estaba mal. Mis múltiples defectos seguían ahí, pero…
-Estás
muy guapa –me dijo mi amiga.
-Bah,
no es para tanto –cogí definitivamente mi mochila y salí de la habitación.
…
Llegamos
un poco tarde al edificio donde me habían dicho que estaba el estudio, y los
chicos ya nos estaban esperando en la puerta.
-¡Hola!
–saludó Steph.
Todos
saludaron, y yo sonreí con timidez. Me sentía extraña, y no sabía por qué.
Louis
sacó una llave del bolsillo de su pantalón y la sacudió como si se tratara de
un trofeo. Abrió la puerta y nos hizo un gesto para que pasáramos.
-Adelante
–invitó.
-Vaya,
¿el estudio es tuyo? –se interesó Steph mientras entrábamos.
-No,
es de un amigo de mi padre –aclaró Liam-. Pero le he dado la llave porque le
hacía ilusión darse aires de importancia.
-Traidor
–acusó Louis.
-Sincero
–su amigo sonrió con un asomo de diversión en los labios.
Los
chicos nos guiaron por la entrada del edificio hasta un ascensor que nos llevó
a la sexta planta del edificio. Allí había un auténtico estudio de grabación.
Mesas de mezclas, ordenadores, instrumentos y micrófonos…
-Guau
–murmuré.
-Sí,
guau –Harry sonrió.
-Bueno
chicos –Louis adquirió tono de entrenador deportivo-, el aseo es esa puerta de
ahí, la cocina está por allí –iba señalando todo lo que decía- y la bendita
máquina de café está en ese cuarto. Claro que si queréis té mejor usáis la
tetera de la cocina. En cinco minutos todos aquí.
Se
escucharon algunas risas y todos empezaron a desplegarse. Zayn se fue al baño,
Liam entró en la zona de grabaciones y empezó a trastearle a una guitarra,
Louis y Harry decidieron que querían un sándwich y fueron a la cocina a
preparárselo –a lo que Steph se animó a ir con ellos-, y entre tanto jaleo no
tenía ni idea de a dónde había ido Niall. Me quedé un momento ahí parada, a un
par de metros de la mesa de mezclas, sin saber qué hacer. Creo que pensé que me
gustaba ese ambiente. Yo suelo ser bastante sarcástica y a veces me cuesta
entender las bromas, pero entre los chicos las hacían de una forma sencilla que
me agradaba. Se me pasó por la cabeza la idea de que me gustaría muchísimo que
esos chicos llegaran a ser mis amigos de verdad, y decidí ir a por un café
antes de que me asaltara algún pensamiento catastrofista por el cual eso jamás
llegaría a suceder.
Abrí
la puerta del cuarto en que Louis había dicho que estaba la máquina y pegué un
bote al encontrarme a Niall esperando a que un pequeño vaso blanco de plástico
se llenase. Como quedarme en la puerta habría sido un comportamiento extraño,
entré a la habitación, y me di cuenta de que era realmente pequeña. Más que una
habitación, era un cubículo que hacía que Niall quedara a muy poca distancia de
mí.
-¿Café?
–me preguntó, cuando su vaso se hubo llenado.
Asentí
con la cabeza. Niall cogió un vaso vacío y lo puso en el hueco correspondiente
de la máquina. Pulsé al botón del café con leche y esperé con la mirada fija en
mis zapatos.
-Me
gusta tu jersey –comentó el irlandés-. Y te sienta bien.
Lo
miré pensando que estaba loco. O que me estaba mintiendo. Seguramente también
tenía las mejillas del color de los tomates, pero me había puesto tan nerviosa
que no era consciente de ello.
-Gracias
–contesté después de un carraspeo.
-Ten
–Niall cogió mi café y me lo dio.
Iba
a agradecérselo, pero me limité a asentir otra vez con la cabeza, por si
pensaba que la palabra “gracias” se me había quedado en modo replay y no era capaz de decir otra
cosa.
-¿Cantarás?
–me preguntó él antes de que saliéramos de la habitación.
-No
–negué con rotundidad.
-A
mí me gustaría que lo hicieras –sus ojos azules me atravesaron por un momento.
-No
sé –suspiré.
-Por
favor.
Respiré
hondo y no asentí, pero tampoco lo negué. Cuesta bastante negarse a algo si
quien lo pide es Niall. Y parecía que de verdad quería que cantase… Niall
sonrió, y con un delicado movimiento me colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.
Puede que vosotros no lo consideréis así, pero a mí me pareció un gesto tan
íntimo que creía que me iba a desmayar allí mismo. Sólo conseguí evitarlo
porque abrí apresuradamente la puerta y salí de la habitación. Mentiría si
dijera que me asustaba más ponerme otra vez a cantar que ese gesto de Niall.
Sobre todo porque me había dejado más confusa y nerviosa de lo que ya estaba.
[Sé que en este capítulo la trama ha avanzado básicamente poco, pero a veces es necesario una parte previa para dar a entender algunas cosas. En fin, espero que os haya gustado. ¿Qué pensáis? ¿Que Niall siente amistad o algo más hacia la protagonista? ¿Y por qué tendrá tantas ganas de que cante? Responded si queréis a las preguntas en los comentarios, y mencionadme por twitter o comentad si habéis leído, pero por favor, hacedme saber que estáis ahí aunque sea mandándome una paloma mensajera. Y seleccionad en las opciones de abajo la que más se ajuste a vuestra opinión del capítulo, gracias. ]
[Sé que en este capítulo la trama ha avanzado básicamente poco, pero a veces es necesario una parte previa para dar a entender algunas cosas. En fin, espero que os haya gustado. ¿Qué pensáis? ¿Que Niall siente amistad o algo más hacia la protagonista? ¿Y por qué tendrá tantas ganas de que cante? Responded si queréis a las preguntas en los comentarios, y mencionadme por twitter o comentad si habéis leído, pero por favor, hacedme saber que estáis ahí aunque sea mandándome una paloma mensajera. Y seleccionad en las opciones de abajo la que más se ajuste a vuestra opinión del capítulo, gracias. ]
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
ResponderEliminarMe encanta. Me encanta. Me encanta. Me encanta. Escribes tan perfecto que me va a dar algo.
Y bueno, me encanta que la protagonista sea así, por que básicamente, muchas veces me siento como ella.Y no sé, tiene algo especial que me incita a seguir leyendo. ¿sabes lo que te digo,no?.
Sigue así <3
Holaaaa me encantó el capi :)
ResponderEliminarNecesito ese viaje a Londres *-*
Bueno, siento que el comentario sea cortito, pero estoy en el móvil y me va lento y blah blah blah, pero que eso, que me gustó muuucho y espero que sigas pronto :)
*La paloma mensajera ha llegado a su destino*
*mi paloma mensajera está de camino*
ResponderEliminarMe da a mi que todo tan bonito... algo va a pasar jajajaja
ResponderEliminarMuy buen capitulo!!
Besos, Nia♥
¡ME ENCANTA! Quería comentar cada uno de tus imaginas, ya que llevo desde hace creo que más de un año leyéndolos todos sin comentar. El problema es que tengo un acceso directo de tu cuenta en el móvil y claro, entro, me leo todo lo que subes, y salgo. Y sé que está mal porque a la gente no suelen gustarle las lectoras fantasmas. Así que por si algo, que sepas que hay una lectora fantasma que lee TODO lo que subes, al igual que hace mucha otra gente, de esto estoy segura. Pues a lo que iba, intentaré comentar en todos tus capítulos, asdfghjklñ.
ResponderEliminarBesitos.
@thatisnialler
Este es uno de los imaginas que más me está guatando. La prota es igual que yo. Simplemente brillante. Tienes muchísimo talento. Enserio<33
ResponderEliminar(No voy a enviarte una paloma mensajera por que de seguro con lo larga que es la carta se morira de cansancio antes de llegar a españa)
ResponderEliminarSi es cierto que ha sido un poco corto pero a mi me ha encantado..... como siempre; digo, no hay capitulo tuyo que no me guste Ana. Ya os he dicho que eres la escritora y como eres ran fantastica se que haces cada cosa por algun motivo... (ame lo del Jersey de "no me importa" ¿significa eso verdad? Bueno no importa de todos modos es un detalle que he considerado importante) insisto me siento como la protagonista *-* y se que es un poco dificil construir una novela que no solo gira en torno a ellos dos sino tambien a Sthep y el resto de los chicos :).
no te apures con lo del viaje asi como vas de poco esta PER-FECT XD.
¿sabes? Yo se que ese Nialler siente algo mas que amistad
I KNOW IKNOW y y y..ufff lo AME ya te he dicho un monton de veces para que no hay palabras definir lo lindos que son tus imaginas (!!!!!!!!)
Y sabes, no se tu pero mataria por tener una amiga como Sthep (: y... recuerda que si no tienes muchos comentarios te consuelas con los mios y de Rachell y recuerda que siempre estare hay comentando
Att. Lulhee
P.D. otra vez hice un bailecito raro para celebrar que habias subido cap.
Bye BESOTES :*
Me encantaaaaaa!!! Smpr lo dejas tan interesante... jajajajaj
ResponderEliminarMadre, qué dolor de corasonsito. Qué perfección, qué todo, qué qué aKDBkdhwkjdhwKJFHqeñkfhWQFDBWAKBFEWIFHFEWFDJSDABDFEWAHFBEWHKFBE AYUDA HELP SOS SOCORRO LLAMAD AL 112 NECESITAN AMBULANCIA HERE
ResponderEliminarTe odio, pero te quiero, es una cosa rara. Síguelo pronto, por tu vida <3
PD: @Rachelforever99 perdona por lo corto, y es una kk de comentario parezco una mojibraguis pero en fin, no tengo tiempo y y y lo siento :( Espero que me perdones.
Al fin retomo el blog para seguir leyendo el mejor trabajo que has hecho nunca (o por lo menos eso piemso yo). Puede que la trama no haya avanzado mucho, pero sí lo suficiente como para que conozcamos un poco más a fondo la relación entre Niall y la prota. Creo que lo he dicho en todos mis comentarios, pero volveré a decir que me siento muy identificada con ella, más que identificada diría yo. Es mi personalidad plagiada en una historia. Esto hace que disfrute la lectura desde otro punto de vista porque, como la protagonista es igual que yo prácticamente, obtengo lecciones y consejos indirectos sobre cosas que me pasan en la vida diaria (puede que no entiendas muy bien lo que quiero decir, pero es que ni yo, así que no te culpo jajajaja)
ResponderEliminarUn cordial saludo, tu anónima y fiel seguidora.