Liam clavó sus
ojos en los de ella de la misma forma penetratante que el primer día que llegó
a la clase. Celia sostuvo su mirada con fiereza, aunque por dentro estaba
completamente desesperada. Ese profesor le gustaba demasiado, más de lo que
estaba dispuesta a admitir.
Fue Payne el
que bajó los ojos primero.
-No se trata
sólo de eso -suspiró finalmente.
-¿De qué se trata entonces? -preguntó, enfadada.
-Para ti esto no influye en el resto de tu vida. Incluso eres mayor de edad, no
tendría consecuencias -en ese momento parecía mayor de lo que era-. Pero para
mí... puede significar que me suspendan. Puede ser el fin de mi trabajo, y de
mi carrera. Sí, ¿cómo crees que verían por ahí a un profesor que se ha liado
con una alumna?
-Yo no quiero que "te lies" conmigo -murmuró la chica al borde del
llanto.
-No he dicho que...
-Mira, da igual -le interrumpió, mordiéndose el labio con fuerza para no
llorar-. Tienes razón. Supongo que he pedido demasiado.
-No has pedido nada, Celia, no se trata de eso, fue sólo un beso. Pero, ¿es que
no lo entiendes? -la miró, abatido.
-¿Qué debería entender? -murmuró.
-Que el que pide más soy yo. El que ayer quería correr detrás de ti y besarte
de nuevo era yo.
-¿Y qué tiene eso de malo? -hizo una mueca.
-Que si permito que esto siga... Acabaré haciéndome daño a mí mismo, y te haré
daño a ti.
-No tiene por qué...
Payne
jugueteaba con el asa de su taza de té, nervioso.
-Intentaré ser
claro. Si seguimos adelante, acabarán enterándose, y si no me suspenden como
profesor, me trasladarán a otra ciudad.
-Quizás...
-No, escucha. Y si lo dejamos aquí... Bueno, tú no quieres dejarlo, y yo
tampoco. Pero mi cerebro me dice que es lo que tengo que hacer.
Un silencio
sepulcral se apoderó de ambos, que estuvieron pensativos un par de minutos.
-Payne...
-¿Qué?
-Tal vez esto no lleve a ninguna parte.
-¿El qué?
-Esta discusión. Quizás en realidad después de salir un par de veces nos
acabáramos dando cuenta de que no funcionaría.
-Quizás -dijo, no muy convencido.
-¿Por qué no dejamos que las cosas sigan su curso? Como iban antes, y ya
veremos qué pasa.
-Necesito que entiendas por qué me preocupo -pidió él.
-Lo entiendo.
-Gracias.
-¿Puedo pedirte un favor? -preguntó Celia.
-¿Qué?
-Sólo te pido sinceridad.
-Adelante, pregunta.
-No es una... pregunta.
Antes de que
Payne pudiera entender qué estaba haciendo la chica, las manos de ella ya
estaban apoyadas en sus mejillas y sus labios se movían con cuidado sobre los
de él. Celia sintió que el joven colocaba una mano en el cuello de ella como
una suave caricia, y sus labios respondieron al contacto con avidez. Se reclinó
más sobre la mesa de la cafetería para poder entrelazar sus dedos en el pelo
castaño de Payne. La respiración de ambos se volvió demasiado agitada, había
demasiada excitación en el aire, y supieron que era momento de separarse.
-¿En qué... en
qué querías sinceridad? -resolló él.
-Ya me la has dado -la chica sonrió por primera vez.
Payne parecía
confuso.
-Quería que
fueras sincero en ese beso. Que si querías hacerlo, lo hicieras, y si no querías,
te apartaras.
-Supongo que ha quedado claro, ¿no? -a pesar de todo, sonrió.
-Pues ahora sé sincero contigo mismo, y piensa en lo que de verdad quieres
-dijo la chica.
-Sabes a café -comentó Liam.
-Y tú a té -ambos sonrieron.
El joven se
llevó una mano a la barbilla, pensativo.
-Celia...
-¿Hmm?
-Me gustas mucho -susurró.
-Tú a mí también -sonrió, pues por fin le había escuchado decirlo.
-Demasiado, tal vez.
-¿Por qué demasiado?
-Las cosas en exceso son peligrosas.
-No voy a comerte -alzó una ceja y luego lo miró con picardía-. Al menos no por
ahora.
-Hablo en serio -bufó Payne.
-Yo también.
Celia miró
hacia la puerta del baño.
-Creo que a mis
amigas se las ha tragado el váter -bromeó.
-Muy amable por su parte -dijo Payne.
-¿Por parte del váter? -ella rió.
-¡No, mujer, de tus amigas!
-Espero que haya servido -reflexionó Celia.
-Para mí sí.
-¿Has decidido que no quieres volver a verme?
-Para ello tendría que prohibirte entrar a mi clase.
-Qué faena.
-Pero no. He decidido que quiero volver a besarte... si no te importa -esbozó
una tímida sonrisa.
-Pues hazlo.
Él llevó de
nuevo sus labios hasta los de ella, aunque esta vez el beso fue más corto y
menos apasionado. En cualquier caso, seguía haciendo que Celia se estremeciera.
-Buf, ¡menuda
cola había en el baño! -exclamó Eli teatralmente acercándose a la mesa de la
pareja.
-Seguro -ironizó Celia, aunque no pudo ocultar una sonrisa.
Liam también
sonrió.
-Bueno, chicas,
os dejo -dijo él.
-Si es para prepararnos algún examen, que no sea muy difícil -bromeó Eli.
-Mmm, ya veremos -el profesor guiñó un ojo.
Se levantó y
acarició discretamente la mano de Celia, que descansaba encima de la mesa en su
camino a la salida. Las chicas fingieron no darse cuenta.
Cuando Payne
pagó y se fue, todas empezaron a hablar a la vez y a hacerle todo tipo de
preguntas a su amiga.
-¿Qué te ha
dicho?
-Eso no me lo esperaba.
-Qué bueno está, tía.
-¿Y ese beso?
Celia
carraspeó, pero como no la escucharon, impuso su voz sobre la de las demás.
-¡CHICAS!
Todas guardaron
silencio de repente.
-Dice que le
gusto -todas sonrieron, contentas-. Pero por otro lado puedo costarle su
carrera. Así que no sé cómo de lejos estará dispuesto a llegar.
-Está claro que
si no se arriesga por ti, no merece la pena –dijo Patricia.
-No es tan
sencillo –intervino Leire-. Al menos no hasta que él esté seguro de que ambos
se quieren y merece la pena.
-¿Y cómo va a
estar seguro de eso si no le da una oportunidad? –preguntó Claudia.
Celia suspiró.
-Es obvio que
me ha dado esa oportunidad. Si no, no me habría besado.
-¿Y si luego se
arrepiente?
-No tiene por
qué hacerlo, y si lo hace, pues ya está, cada uno seguirá su camino y listo
–terció Leire.
-¿Y si… no se
arrepiente?
-¿A qué te
refieres? –preguntó Celia.
-Bueno, si lo
vuestro sigue por el buen camino, os enamoráis y todo eso… Si de verdad tiene
que elegir.
-En ese caso…
-frunció el ceño- No lo sé. Él tendrá que decidir qué prefiere.
-Venga, chicas
no seáis tan negativas –protestó Leire-. Todo se verá.
-Ya, pero es
mejor adelantarse a los acontecimientos para poder evitarlos –dijo Patricia.
-Pues la única
forma de evitar todo esto sería abandonando, olvidando lo que ha pasado en
estos días. Y estoy convencida de que Celia no quiere eso.
-No, no quiero.
-Entonces, no
hay nada que podamos hacer ahora. Ya irá surgiendo. Dadle tiempo al tiempo
–Leire esbozó una sonrisa tranquilizadora.
Aunque las
chicas cambiaron de tema rápidamente, Celia no dejó de pensar en la
conversación que había tenido con Liam. Estaba claro que sentía algo por ella,
pero por otro lado le había dicho que no debían estar juntos. Sí, eso
probablemente era cierto, seguramente no deberían empezar una relación. Al fin
y al cabo, eran profesor y alumna. Pero, ¿qué más daba? ¿Qué más daba lo que
fueran si ambos deseaban besarse, si los dos querían estar juntos? Volvió a
suspirar, pensando en lo complicadas que eran las cosas. E, inconscientemente,
se pasó un dedo por los labios que un rato antes habían tocado los de Liam,
preguntándose cuándo sería la próxima vez que podría besarle.
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Aojnsihbfhhdfbhbdcgbhbugvcihe amo tus novelas y amo esta. SIGUELA !!
ResponderEliminarMe encanta *-* Por favor,sigue escribiendo.Tus novelas son increíbles.Espero el próximo capítulo impaciente (:
ResponderEliminarSuigela Por favoo!! =)
ResponderEliminarAyyy, me encanta esta historia y las demas y tambien tu forma de escribir. Siguela pronto :)
ResponderEliminarOle la escritura española!! Jajaja siguelaaaa :)
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