EN UN INSTANTE - Capítulo 15.

Puede que la idea de un chico y una chica adolescentes en una habitación a solas os haga pensar en cosas subidas de tono, pero dejadme que os diga que yo a los dieciséis años pensaba en muchas cosas, sí, aunque entre ellas no estaba precisamente eso. Básicamente, ni siquiera pensaba que pudiera gustarle a alguien como para que quisiera ser mi amigo, así que intentar ir más allá era como imaginar que puedes volar. Una pérdida de tiempo que no llevará a ninguna parte. De modo que cuando entré con Niall a mi habitación de hotel en Londres, no tenía muy claro siquiera por qué debía preocuparme. Simplemente, dejé que fuera él quien dirigiera la situación, igual que hacía siempre.

Niall me miró durante un segundo, esperando alguna reacción por mi parte, y al ver que no me movía, señaló al suelo que había bajo sus pies.

-¿Te apetece sentarte? –preguntó.

Yo asentí con la cabeza, y ambos nos sentamos sobre la alfombra del suelo que había justo a los pies de la cama, con las piernas cruzadas y mirándonos el uno al otro. Bueno, para ser sincera yo miraba las manos de Niall, que tenía descansando en su regazo.

-En realidad, cinco minutos no dan para mucho –el irlandés inició la conversación con algo de inseguridad.

-Depende de lo que quieras hacer.

-Es cierto –sus ojos se dirigieron hasta la puerta-. ¿Crees que ya estarán ahí pegados?

-Conociendo a Steph, creo que habrá subido solamente un paso detrás de ti. Le encantan estas cosas.

-En realidad, esto es sólo…

-Lo sé. Una prueba estúpida –alcé la vista para mirarle por primera vez.

-Oye…

-¿Qué? –le interrumpí, con apremio.

-Eres una persona genial –dijo Niall, después de pensárselo un poco.

Supongo que mis cejas se alzaron, porque no entendí lo que Niall dijo. Es decir, sí que lo entendí, afortunadamente todavía entiendo mi propio idioma, pero sus palabras no tenían sentido. Pensé que tal vez Niall hubiera tomado algo en la cena que le había sentado mal, y estaba desvariando por intoxicación alimentaria. Al menos eso sería más probable que la idea de que lo que me acababa de decir fuera cierto.

-Niall, ¿estás bien?

-¿Cómo que bien? –en su cara se reflejó mi desconcierto.

-¿No te habrás intoxicado? –pregunté, sin pensar.

El irlandés me miró con sus límpidos ojos azules y parpadeó un par de veces. Luego empezó a reír, con una risa clara y melodiosa, una de esas risas que para Niall parecen tan naturales como el respirar.

-Por eso me gustas –soltó él de repente.

En cuanto lo dijo, me entró una tos seca y estuve a punto de ahogarme. Niall vino rápidamente a mi lado y me dio unas palmaditas en la espalda hasta que logré dejar de toser.

-¿Estás bien? –parecía verdaderamente preocupado.

-Sí… no… no lo sé –noté que estaba al borde de la hiperventilación.

-Respira –me suplicó Niall.

-Definitivamente… te has intoxicado –balbuceé.

-No lo creo –contestó él con una sonrisa en los labios.

-¿Es… en serio?

-¡Claro que sí! ¿Por qué no iba a serlo? –acercó su rostro al mío y me miró con intensidad.

-En cinco minutos no me daría tiempo a darte todos los motivos –respondí, recuperando un poco la capacidad de hablar de forma coherente.

-Tú te impides a ti misma ver todo lo que tienes de especial.

-Pues la opinión pública me suele hacer ver que no me equivoco.

-Esa gente no te conoce.

-Nadie me conoce, Niall –rebatí-. Ni siquiera yo misma me conozco.

-Por eso mismo tú no te das cuenta de todas las cosas buenas que tienes.

Aparté la mirada, sintiendo que Niall tenía su cara demasiado cerca de la mía.

-¿Por qué? –pregunté, con un hilo de voz.

-¿Por qué no? –la sonrisa volvió a asomar a su rostro.

-Soy fea –solté sin más, aunque al instante me arrepentí de haberlo expresado en voz alta.

-En absoluto.

-Eres un mentiroso.

-No con las chicas.

-Dime sólo una cosa que te guste de cómo soy y te creeré.

-Tu irónico sentido del humor –respondió al instante.

-Eso no cuenta –me quejé.

-No veo por qué.

Me quedé callada, intentando encontrar la forma de explicarle lo absurdo que era lo que me acababa de decir. Lo imposible que era que yo le gustase cuando Steph era mil veces mejor que yo, o cuando Amber y él parecían tan… cercanos de algún modo. Estaba tan anonadada que ni siquiera me planteé responderle que él también me gustaba, y sin embargo esa habría sido la oportunidad perfecta para habérselo dicho. Quizás incluso me habría dado un ligero beso en los labios, y yo me habría sentido la persona más feliz del mundo. Pero los nervios nos impiden pensar, nos atenazan, y nos hacen perder oportunidades que no siempre vuelven a repetirse.

De todos modos, en ese mismo instante se escucharon varios golpes en la puerta, y oí a Steph decir nuestros nombres.

-¡Lleváis ahí dentro casi diez minutos! –la voz de Louis atravesó la pared.

-Abrid la puerta, parejita, o empezaremos a pensar cosas extrañas –dijo Harry.

Niall puso los ojos en blanco, arrancándome una débil sonrisa. Posó su dedo índice sobre sus labios en un gesto de complicidad, y con la otra mano acarició con lentitud mi mejilla, como si pudiera romperme allí mismo sólo con tocarme. Mi corazón empezó a latir más deprisa e intenté retener ese contacto en mi mente, para poder repetirlo una y otra vez en mis recuerdos, y en cierto modo lo conseguí, porque aquí estoy, sintiendo de nuevo cada poro de mi piel que entró en contacto con su mano, notando su calor contra mi mejilla, y cerrando los ojos igual que hice aquel día. Recuerdo a la perfección que noté algo sobre mis labios durante una décima de segundo, pero juro que todavía hoy no sé si fue su mano o sus labios. Me estremecí igualmente, y cuando abrí los ojos Niall tenía una sonrisa aún más amplia en sus labios.

Volvieron a tocar a la puerta. Los dos nos miramos y asentimos ligeramente con la cabeza. Nos levantamos y fue Niall quien abrió la puerta. Yo permanecí un poco escondida detrás de él, como si tuviera miedo a que me vieran allí.

-Vaya, no sé si quiero saber qué ha pasado aquí dentro –Louis miró al interior de la habitación, esperando encontrar algo.

-Hemos hablado –informó Niall.

-¿Ya está? –Steph nos miró con incredulidad.

Yo asentí con la cabeza desde detrás del hombro de Niall. Los chicos no parecieron creérselo del todo, pero aceptaron a regañadientes entrar en la habitación sin hacer más preguntas. Pasamos unas cuantas horas charlando, aunque no sé muy bien de qué, pues todavía estaba demasiado desconcertada por lo que Niall me había dicho como para prestar atención a lo que sucedía a mi alrededor. En cuanto los chicos se fueron a sus habitaciones para dormir, Stephanie me obligó a sentarme en la cama y se me quedó mirando fijamente.

-¿Ha habido beso? –me preguntó sin rodeos.

-¿Qué? ¡No! –entonces recordé ese extraño contacto en mis labios- Bueno, no sé.

-¡¿Cómo que no sabes?! –me cogió los hombros con sus manos y me zarandeó varias veces, emocionada- ¿Cómo no vas a saberlo?

-Tenía los ojos cerrados y…

-Un beso es un beso.

-¡Pues yo no lo sé!

Steph me soltó y se lanzó a la cama, a mi lado. Parecía una niña soñadora que estuviera experimentando su primera historia de amor. A veces me sorprendo de lo fácil que le resultaba a mi amiga empatizar con los demás, e incluso en ocasiones vivir con más pasión que ellos mismos sus historias.

-Entonces, le gustas.

-Creía que ya lo pensabas.

-Nunca viene mal una confirmación.

-Pues eso parece –asentí, y me resultó muy raro que yo estuviera diciendo eso.

Nos quedamos dormidas sin siquiera pretenderlo, y a la mañana siguiente nos despertamos con el ruido de unos toques en la puerta.

-¡Ehhh! ¿Qué se supone que estáis haciendo? -no tenía muy claro de quién era la voz.

-¡Venga! ¡Se nos va a hacer tarde para el desayuno!

Abrí los ojos lentamente, y vi que Stephanie estaba haciendo lo mismo. Nos habíamos quedado fritas antes de ponernos el pijama, y teníamos la ropa arrugada y el pelo revuelto. Por fin distinguí las voces de Harry y Liam llamándonos, y tardé sólo unos segundos más en comprender que la noche anterior no habíamos puesto el despertador.

-Oh, mierda –mi amiga me miró con los ojos desorbitados.

-Joder –fui corriendo hacia la puerta, pero imaginé el aspecto que debía de tener, así que no abrí-. ¡Bajad vosotros! Iremos cuanto antes.

-Pero… -Liam vaciló- No tardéis.

Es muy desesperante saber que tienes que hacer un montón de cosas en un breve período de tiempo, y lo peor aún es que cuanto más rápido intentas hacerlas, más te equivocas y tienes que repetirlo. Por ejemplo, me puse el jersey del revés –así que tuve que quitármelo y volvérmelo a poner-, y no me di cuenta de que estaba intentando meter el pie izquierdo en la bota derecha hasta que Steph me lo dijo. Me hice una cola sin pasarme el peine y me colgué la mochila de la espalda, resollando. No sé cómo Steph había tenido tiempo incluso de pintarse un poco los ojos, pero eso ayudó a que no pareciera un muerto viviente, que era exactamente la pinta que yo tenía.

Bajamos corriendo al restaurante, pero todo el mundo había terminado ya de desayunar, de modo que cogimos dos magdalenas y buscamos desesperadamente a los chicos.

-A alguien se le han pegado las sábanas –dijo Amber cuando pasamos por su lado.

-Cállate –le soltó Steph, de mal humor.

Por fin vimos a Niall en el vestíbulo haciéndonos señas con la mano para que nos acercáramos a él.

-¿Qué ha pasado?

-Nos hemos quedado dormidas –contesté, y creo que fue la primera vez que respondí yo en lugar de Steph a una pregunta que iba dirigida a ambas.

-¡Todo el mundo aquí! ¿Estáis todos? –la voz del profesor Jackson se alzó por encima de las demás voces- Espero que sí. Como ya deberíais saber, hoy vamos a visitar la zona del Big Ben, Westminster Abbey, el museo de Shakespeare y si queda tiempo os dejaré un rato libre en Hyde Park.

-Hyde Park es un sitio muy romántico –comentó Louis, que acababa de llegar a nuestro lado.

Me sonrojé, como siempre que me sonrojo cuando hacen alguno de esos comentarios que van claramente dirigidos hacia mí, y noté de repente la mano de Niall rozando la mía –un contacto realmente poco habitual para mí-.

-Tengo que admitir que por una vez estoy de acuerdo con Louis –me susurró al oído. 

[En fin, quizás en este capítulo tampoco hayan pasado muchas cosas, pero ha habido más interacción entre Niall y la protagonista y por lo que se ve va a haber un cambio en la relación entre ambos a partir de ahora, ¿no? Espero que el capítulo os haya gustado, y por favor comentad aquí en el blog, mencionadme en twitter o ambas cosas, os lo agradecería muchísimo, especialmente porque si leéis y no comentáis, yo no sé que leéis, y me desanimo, así que aunque sólo sea un comentario cortito, lo prefiero a nada. Muchas gracias por leer.]