sábado, 29 de marzo de 2014

EN UN INSTANTE - Capítulo 22.

La vuelta al hotel fue bastante pobre con respecto a acontecimientos o detalles. Intenté no caminar cerca de Niall, porque si el contacto físico a solas con él ya me costaba bastante, más vergüenza me provocaba el contacto físico con espectadores. Además, aquellos no eran espectadores cualesquiera. Seguro que si los chicos se enteraban de que la relación con Niall había ido un paso más allá, montaban tal escándalo que hasta mis padres en casa sabrían que Niall y yo nos habíamos besado. Por otra parte, mi ánimo, más cambiante que una montaña rusa, había vuelto a decaer. Cuando Steph y yo nos despedimos de los chicos en la puerta de nuestra habitación, me limité a despedir a Niall con la mano, y él no intentó aproximarse más.

En cuanto entramos en la habitación, Stephanie me atrapó de la muñeca y tiró de mí hasta la cama. Me dio un leve empujón para que me sentase, y se quedó mirándome con los brazos cruzados y el ceño fruncido por la preocupación.

-¿Qué ha pasado? –me preguntó, consciente de que yo no iniciaría la conversación.
-¿Prefieres saberlo por orden de importancia, de romanticismo, o de humillación?

Su expresión se relajó, y Steph se sentó en el suelo con las piernas cruzadas enfrente de mí.

-¿Orden cronológico? –sugirió, aportando como siempre un toque racional a todo.
-Vale –me encogí de hombros, intentando fingir una indiferencia que no sentía-. He cantado, he escuchado cómo el mánager del que todos sabíais excepto yo le decía a Niall que soy una aberración de la naturaleza, me he enfadado con vosotros por no decirme nada y ahora encima voy a tener que comprarme un vestido.

Lo solté de carrerilla, como si me lo hubiera aprendido de memoria. Vi la culpabilidad cruzar por la cara de mi amiga, de modo que era cierto que lo sabía. Eso ya casi ni me importaba, no seguía enfadada, pero estaba considerablemente frustrada y, como siempre, tenía que pagar mi frustración con alguien.

-Oye, yo quería… -se calló- ¿Te vas a tener que comprar un vestido?

Asentí con la cabeza e inmediatamente después los labios de Stephanie se curvaron en una amplia sonrisa. Se puso en pie y empezó a dar saltitos de emoción.

-¡Te ha besado! ¡Te ha besado! –empezó a gritar.
-¡Eh! ¿Y por qué no puedo haberle besado yo a él? –protesté, aunque era una queja absurda.

Steph dejó de saltar durante una fracción de segundo, pero luego continuó repitiendo que Niall me había besado como si yo no hubiera intervenido.

-Ya vale. No hace falta que lo grites tan alto como para que se enteren los chicos, deja a Niall que se lo cuente.
-¿Cómo ha sido? –Steph volvió a sentarse, visiblemente entusiasmada.
-Raro –fue la única forma de definirlo que se me ocurrió.
-¿Raro? –mi amiga alzó las cejas.
-Pues sí, ¿qué quieres que te diga? –me crucé de brazos, incómoda.
-Ah, qué poco romántica eres –hizo un ademán despectivo con la mano.
-No todas podemos ser como tú.
-Tampoco he dicho eso… Entonces ¿estáis saliendo?
-¿Y me preguntas a mí? Yo qué sé.
-¿Y a quién quieres que se lo pregunte? ¿A la alcachofa de la ducha?

Eso me provocó una carcajada que me ayudó a liberar tensión. Tantos sentimientos encontrados me estaban haciendo sentir que mi cabeza era una olla exprés a punto de estallar.

-No sé, Steph. Sólo ha sido un beso.

Se me quedó mirando con un destello pícaro en los ojos.

-Bueeeeno… dos –noté cómo me sonrojaba, y no era algo que soliera sucederme cuando hablaba con Steph.
-Qué bonito –suspiró con aire soñador-. ¿Y todo lo demás que te ha pasado? Porque escucha, lo del manager me lo han dicho mientras estabas ensayando, y no he pensado que fuera lo mejor decírtelo justo antes de que salieras a cantar, pero ¿cómo que una aberración de la naturaleza? ¿Quién se ha atrevido a decirte eso? Corto cabezas, en serio.

Sonreí, cansada. Le resumí lo que había escuchado decir a Steve Evans sobre mí a Niall. Stephanie adoptaba cada vez una expresión más horrorizada, aunque sinceramente pensé que sólo lo hacía para fingir que ese tipo no tenía razón cuando en realidad estaba en lo cierto. Todo lo que había dicho era verdad, ¿por qué todos se empeñaban en negarlo?

-Estúpido. Capullo. Gilipollas imbécil –Stephanie siguió soltando blasfemias que es mejor no nombrar durante unos minutos.

Yo aguardé pacientemente a que su arranque de furia pasara.

-Pues cantas estupendamente –terminó diciendo.
-Él no lo ha negado. Sólo me ha descrito y ha visto que no sirvo para esto. Claro que tampoco es que yo haya dicho nunca que quisiera ser cantante.
-Niall lo ha hecho con buena intención.
-Lo sé.

Estuvimos hablando un rato más y no pude evitar que se me saltaran las lágrimas en algunas ocasiones. El hecho de que pensara que Steve Evans estaba en lo cierto no implicaba que no me sintiera frustrada por ello, sobre todo porque había tocado mi punto débil, mi físico, aquello que peor me hacía sentir conmigo misma. Era un malestar sin sentido, lo sé. No debería haber dedicado ni un quinto del tiempo que dediqué a sentirme mal por mi aspecto, pero las chicas adolescentes son así, les enseñan a ser así, y para cuando se dan cuenta de que no merecía la pena ya es demasiado tarde.

Hablando de tarde, esa noche nos pusimos a dormir bastante tarde. Al menos sí nos acordamos de poner la alarma y bajamos a tiempo para el desayuno. Steph me convenció para maquillarme un poco –máscara de ojos y algo de color a las mejillas- y me cepilló el pelo con calma hasta considerar que estaba lo suficientemente suave y brillante como para dejarlo suelto.

Al bajar a desayunar, los chicos aún no estaban allí. Nos sentamos en una mesa alargada para que cupiéramos todos y seleccionamos lo que queríamos comer. Cuando llegaron, no pareció que supieran nada de lo que había pasado entre Niall y yo, porque no hicieron ningún comentario jocoso ni bromearon cuando Niall se sentó a mi lado. Steph, en cambio, me dio un pellizco en la rodilla y tuve que contenerme para no darle un codazo.

Tras el desayuno, íbamos a subir a nuestra habitación de nuevo para esperar a que fuera la hora en que el profesor Jackson nos había dicho que teníamos que estar en recepción, y Steph se las apañó para dejarnos a solas a Niall y a mí alegando que ya había mucha gente en el ascensor (habían entrado varios chicos de nuestra clase a la vez que ellos) y que esperásemos al siguiente turno por la seguridad de todos.

-Típica excusa muy mal disimulada –farfullé, pero por lo visto Niall me oyó porque soltó una risita.
-Lo hace por tu bien.
-No lo pongo en duda.

Me quedé mirándome los pies. Como ya sabéis, jamás fui buena empezando o haciendo continuar las conversaciones, de modo que siempre esperaba en silencio a que la otra persona hablase. Niall ya se había dado cuenta de eso y estaba acostumbrado a encontrar algo de qué hablar.

-¿Cómo te encuentras?
-Bien –me encogí de hombros, sabiendo que se refería a lo que había pasado la noche anterior-. Estoy acostumbrada a esas cosas.
-Lo siento –se disculpó él una vez más.
-Niall, no tienes que pedirme disculpas. Ahora mismo sólo quiero pensar en el recorrido en barca que vamos a hacer por el Támesis.

El ascensor se abrió ante nosotros. Una pareja joven salió de él con cara de felicidad absoluta, y no quise pensar en lo que podían haber hecho ahí dentro. Niall me dejó pasar primero y marqué la planta número tres. La puerta se cerró lentamente, y aunque había suficiente espacio en el ascensor como para que no quedásemos cerca, Niall se apoyó en una de las paredes, a mi lado.

-Escucha, sé que estas cosas te dan miedo –empezó a decir sin mirarme.
-¿Qué cosas?
-Las relaciones.

El calor invadió mis mejillas y noté que la respiración se me aceleraba, síntomas inequívocos de que me estaba poniendo nerviosa.

-Ajá –contesté, a la espera de que él continuase.
-Pero todos los miedos pueden superarse. Sólo hace falta que tú quieras.
-¿Querer qué? –dije, pues no se me ocurrió otra cosa.
-Que quieras que superemos juntos el miedo a las relaciones. A mí también me asustan –añadió-, a todos nos pasa. Pero podríamos asustarnos juntos.

Lo miré. Sus ojos azules se encontraron con los míos, y por primera vez lo vi pequeño, desvalido, preocupado, ligeramente avergonzado. Parecía un niño pequeño al que quisieras abrazar y proteger, y decirle que todo va a ir bien. Iba a hacerlo, de hecho, pero el ascensor dejó de subir y la puerta se abrió. Salimos y nos quedamos quietos, enfrente de la puerta, que se cerró al instante.

-Sí –asentí con la cabeza para reiterar mi acuerdo-. Sí.

Suponía que aquello significaba que había empezado oficialmente algo con Niall. Que éramos más que amigos. Que yo, la chica a la que nadie quería, la chica que era incapaz de llevarse bien con nadie, estaba saliendo –o algo parecido- con un chico. Él me sonrió con alegría. Me atrajo hacia sí y me besó. Yo me estremecí, aún poco habituada a ese contacto, pero para nada desagradada por él. Después me tomó una mano y acarició mis dedos con delicadeza. Sin moverme, observé cómo lo hacía, sintiéndome una chica afortunada. También pensaba que Niall había sido tremendamente tonto por, pudiendo escoger entre todas las chicas que seguro que se sentían atraídas por él, elegirme a mí, pero no dije nada, por si acaso se arrepentía.

Ambos nos sobresaltamos cuando escuchamos un carraspeo que provenía de detrás de mí. Me resultó tan familiar y desagradable que fruncí inmediatamente el ceño y no me digné siquiera a girar la cara.

-Amber –dijo Niall, en un tono extraño, igual que el que había usado para decir exactamente lo mismo cuando estábamos en la tienda de recuerdos del British Museum: parecía que la conociera, y a la vez parecía una mezcla de advertencia y súplica.
-Esa soy yo –respondió ella con un tono fingidamente dicharachero.

Me di la vuelta porque, para ser sincera, no sabía qué podía esperar que hiciera a mis espaldas; prefería al menos ver sus movimientos. Niall no me soltó la mano, y quedé a su lado. De hecho, el irlandés adoptó una postura protectora hacia mí, cubriéndome un poco con su brazo. Como si Amber pudiera hacerme daño. Como si pudiera hacernos daño a los dos.

-Así que los dos tortolitos estaban disfrutando de su amor –continuó ella en el mismo tono-. Niall, te aseguro que nunca creí que fueras a caer tan bajo.
-Amber, para –la interrumpió él.

-¿Por qué? ¿Acaso tienes miedo de que le diga algo que quizás ella no sepa? Los enamorados se lo cuentan todo, ¿no, hermanito? –se hizo la inocente al ver mi cara de estupefacción- Ups, ¿es que no le has contado que somos hermanos?  


[TACHÁÁÁÁÁN. ¿Qué me decís? ¿Y ese final? ¿Qué pensáis que pasará? Respuestas, quiero respuestas en comentarios en el blog, en mención o en ambas cosas. Espero que el capítulo os haya gustado, y por favor seleccionad abajo la casilla que más se ajuste a vuestra opinión del capítulo. Gracias por leer]

9 comentarios:

  1. PERO QUÉ DE QUÉEEEEEEEEE ¿QUÉ? ¿Hermanos? Ay dios. Me esperaba cualquier cosa: que Niall y Amber fuesen exnovios, amigos de la infancia, yo que sé que se hubiesen visto alguna vez por algo, PERO JAMÁS PENSÉ QUE FUESEN HERMANOS JAAJAJA Me he quedado con la cara en serio.Yo leyendo muy contenta pensando que Niall y la chica por fin eran "algo" con beso incluido y todo genial y entonces ¡zas! resulta que son hermanos. Ay, ay... La que se va a montar. Lo veo JAJAJAJAJAJA De todas formas: ha estado genial, me tienes enganchada y espero que la sigas pronto :3 me encanta en serio asdfghjklñ Hasta la próxima ;)
    (@_mysexymalik)

    ResponderEliminar
  2. OMG! ¿Hermanos? Que fuerteeeee! no me lo esperaba. Aparte de eso muy bien el capitulo que ganas de leer el siguiente!!

    ResponderEliminar
  3. ¿COMO MIERDA VAN A SER HERMANOS? MIERDA, TIO.
    Y siempre me dejas con esa maldita intriga, dios.
    Pero te sigo amando, Ana. Escribes genial y nunca me cansare de decirlo.
    Sigue así, Muchos besos <3

    ResponderEliminar
  4. Pero q me estas contaaando!!!!!!???Hermanos?!?!? Uy madre Q fuerteeee. Ahora q va a pasaarrrr necesitamos el proximo cap!!!! uyuyuyyyyy me encantó este capituloooo Jajaja además ya son pareja yujuuuuuu!!" q bonito es el loveee :') jajajaja
    Muchos besossssssss Anaaa

    ResponderEliminar
  5. AAAAAH AAAAAAAH AAAAAAAAAAAAAAAH AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH JAKShdguiasgid ME HAS DEJADO CON LAS GANAS. TE MATO. TE MATO. TE MATO. QUÉ PERFECCIÓN, PERO NECESITO EL SIGUIENTE CAPÍTULO. YA. YA DE YA. NO SÉ QUÉ MÁS DECIR. SOCORRO. SÍ. EXACTO. S-O-C-O-R-R-O. ADORO COMO FUNCIONA TU MENTE Y COMO TE LAS APAÑAS PARA ESCRIBIR DE ESTA MANERA. ES INCREÍBLE.
    Un besito <3

    ResponderEliminar
  6. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa continuala ya por favor !! muy buen capitulo y lo de amber nunca pense eso! muy buena te felicito

    ResponderEliminar
  7. TE JURO POR TODO LO QUE TÚ QUIERAS QUE CUANDO LEÍ "HERMANITO" SE ME ABRIÓ LA BOCA. ¿¡HERMANOS!? Weird.

    Bueno... Dios, en serio. ¿Hermanos? ¿En qué clase de mundo paralelo estoy viviendo ahora mismo? Que alguien me lo explique... ¿Hermanos? ¿Hermanos? ¿Hermanos? Ala. Ya me has traumatizado, ¿contenta?

    Okey, no se si "traumatizar" es el verbo adecuado, pero bueno, tú me entiendes :)

    Encima tienen "algo". Ay, que bonito todo.

    Puta Amber. Va a cagarles la relación. Como si lo viera, vamos. Que mal me cae, en serio. #NadieTeQuiereAmber #AmberFuera #AmberEsPuta #NiIdeaDePorQuéCreoHastagsEstúpidosYSinSentido

    Bueno... ¿En serio? ¿Hermanos? Es que en serio, no me lo creo. Eso fue MUY raro. Siempre pensé que habían sido novios en algún momento al algo así. PERO NO, Ana no era feliz si no ponía drama -.-

    Bueno, creo que me voy ya. Espero que sigas muy, muy, muy, muy pronto.

    Muchos besos xx

    ResponderEliminar
  8. Amber les va a hacer daño.

    ResponderEliminar
  9. QUE?
    COMO?
    UPSSSSS
    NECESITO EL OTRO CAPITULO :0
    HAY MUUUUUUUUCHAS COSAS POR SABER :((((
    EN SERIOOOO
    HAY NO.....
    ESTO HUELE MAL
    SUETE PARA LA RAYISS

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.