La mañana pasa
volando. Durante el almuerzo, los tres amigos de Niall se muestran realmente
simpáticos contigo. Te hablan un poco de la dinámica del instituto, y te
cuentan algunas cosas sobre ellos para que puedas conocerles mejor.
-Adoramos
cantar-comenta Louis-. Siempre estamos haciéndolo, así que no te asustes si nos
ves un día de estos cantando por los pasillos...
-Eso sería
muy... High School Musical -bromeas.
Ellos ríen.
-Exacto. Excepto
que nosotros no montamos coreografías porque no sabemos bailar... –se lamenta
Zayn.
-¡A mí me
encanta bailar! –exclamas.
Es la verdad.
Siempre que puedes, te pones música y bailas por toda tu casa. Cualquier tipo
de baile, lo que sea. Es lo que haces para desahogarte, generalmente cada vez
que te tienes que despedir de tus amigos porque te vas a vivir a otra ciudad.
-Deberíamos
montar un grupo, nosotros cantamos y tú bailas –comenta Liam, riendo.
-A los chicos se
les olvida el pequeño detalle de que hace varios días que no cantamos, y yo no
creo que vaya a volver a hacerlo –dice Niall con voz sombría.
-¿Por qué?
–ladeas la cabeza, extrañada.
-Es algo
bastante largo de contar…
-No, no es tan
largo –interviene Harry-. ¿Ves a ese chico de ahí?
Él señala hacia
alguien que está sentado, comiendo también, a dos mesas de la vuestra, rodeado
de bastantes chicas vestidas de animadora. Te fijas y ves que es Zayn. ¿Zayn?
Le observas durante unos segundos moverse, reír al escuchar algo que le dicen.
Es un chico de los que sólo hay en las películas… Miras a Harry para ver si de
verdad está señalando hacia allí.
-Ese… ¿ese?
-Sí, sí, ese. Zayn
Malik –asiente Harry.
-¡Harry! –Niall parece enfadado.
-¿Qué?
-Déjalo.
-¿Por qué no se
lo debería contar, eh?
-Zayn era
nuestro amigo, cantábamos juntos, se echó novia, pasó de nosotros, y fin del
grupo y de la historia –dice Niall.
Ves que el resto
de los chicos lo miran con reproche. Supones que hay algo más, pero no vas a
preguntar. No quieres perder a los únicos amigos que has hecho.
La comida pasa
sin nada más remarcable, al igual que el resto de la mañana. Niall vuelve a
recuperar su buen humor un rato después, y tú te alegras de ello.
A la salida del
instituto, Niall les comenta a los chicos lo que te propuso antes de quedar esa
tarde para conocerles mejor, y llamar también a sus otros amigos, a los que no
habéis podido ver durante la mañana porque no os han coincidido las clases.
-¡Niall, esta
tarde tenemos partido de fútbol! –responde Louis, como diciendo lo más obvio
del mundo.
Él se da una
palmada en la frente.
-¡Es verdad! Se
me había olvidado –suspira.
-¿También jugáis
al fútbol? –preguntas.
-Nosotros y el
resto de nuestros amigos sí. Niall no –Liam lo mira alzando las cejas.
El aludido va a
decir algo, pero Harry le da una palmada algo más fuerte de lo normal en la
espalda, y le habla como quien trata con niños pequeños.
-Así que hoy no
va a poder ser… Pero podéis ir empezando a mirar lo de la guitarra, y mañana,
por ejemplo, quedamos –sonríe ampliamente.
Están tramando
algo, se les nota, pero una vez más tampoco dices nada.
-Pues quizás sí
que podríamos… Cuanto antes aprendas, mejor. ¿Qué te parece? –Niall te mira.
-Genial
–sonríes.
No tienes
deberes que hacer, y aunque no vayas a conocer a nadie nuevo, al menos puedes
ir entablando mayor amistad con Niall, y de paso, vais empezando con lo de
música.
-¿Dónde quieres
que quedemos?
-Bueno, chicos,
nosotros nos vamos yendo ya, que tenemos que comer pronto para el partido.
Hasta mañana –los amigos de Niall sonríen, y tú te despides con la mano.
Los ves alejarse
mientras piensas una respuesta.
-La verdad es
que no lo sé… Mi casa está llena de cajas por la mudanza –suspiras.
-Podemos venir
aquí al instituto. En la clase de música tienen un montón de guitarras, y hay
como una sala de actuaciones, ahí podemos ensayar, si quieres.
-Me parece bien.
-Tendré suerte
si no rompo algún instrumento –frunces el ceño.
Niall ríe.
-Si no me has
roto la cabeza con el golpe que me has dado con la puerta de la taquilla, dudo
que rompas una guitarra –bromea.
-Ja, ja –ríes
irónicamente-. Muy gracioso. Sé que en realidad no te he dado tan fuerte.
-Eso es lo que
te he hecho creer, pero me va a salir un chichón así de grande –hizo un gesto
con las manos queriendo decir cómo de grande iba a ser.
-Ya veremos si
te sale o no –ríes, ahora de verdad.
-¿Te vas a casa
andando? –te pregunta Niall.
-Bueno, en
realidad… vienen ahora mismo a por mí en coche –esquivas responder a la
pregunta.
-Ah, bueno, pues
nada, hasta esta tarde a las…
-¿Cinco?
-Vale, hasta
esta tarde a las cinco –Niall te hace un gesto de despedida con la mano y se
marcha.
Tú le dices
adiós, y vas hacia un coche negro bastante lujoso que está esperando en la
acera de enfrente del instituto. Es cierto lo que le has dicho a Niall. Vienen
a recogerte. Lo que no le has querido decir es que en realidad, quien viene a
por ti es un chófer contratado por tus padres. Que el coche no es una limusina
porque no quieres llamar la atención. Que tus padres son ricos. ¿Qué adjetivo
había dicho Niall delante del “rico” que había empleado refiriéndose a Zayn?
Ah, sí. “Asquerosamente” ricos. Pues así son tus padres. Eso es, supuestamente,
la parte buena de su trabajo. Aunque tú preferirías no tener ese dinero, y
vivir siempre en la misma ciudad. De hecho, odias a la mayoría de la gente
rica, que cree que son mejores que los demás porque los algunos se lo dicen,
sólo esperando arañar algo de su dinero. En definitiva, Niall no puede saber
que eres rica. Seguramente pensaría que eres una creída más como todos. Y no
quieres que piense eso. Por algún motivo, algo en tu interior te pide que
actúes de forma que Niall no se aleje de tu lado. Pero, por mucho que desees
que eso no ocurra, como vuestra amistad vaya en aumento, se acabará enterando.
Y cómo reaccionará, eso es impredecible.
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