sábado, 26 de enero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 4


Desde el coche, observas alejarse el instituto.
-¿Qué tal el día, señorita? –te pregunta el chófer.
-Charles, te he pedido mil veces que no me llames así –protestas-. Y además, creía que ya habías dejado de hacerlo.
El conductor señala con la cabeza el asiento del copiloto del coche, y, para tu sorpresa, te das cuenta de que tu madre está sentada ahí.
-¡Mamá! –exclamas; no suele ir a recogerte a ningún sitio, siempre está ocupada.
Ella se gira y te mira.
-¿Cómo te ha ido, cariño?
-Bueno, bien.
-¿Has hecho amigas?
-Amigos –dices con timidez.
Tu madre frunce el ceño.
-Y esta tarde tengo que venir al instituto porque tengo que aprender a tocar la guitarra y me van a enseñar…
Ella suspira, pero asiente.
-¿La traerás, Charles?
-Por supuesto.
Tú quieres protestar, preferirías ir andando, no quieres arriesgarte a que Niall te vea dentro de ese pedazo de coche. Aunque tu casa está a más de media hora del instituto…
-Gracias –acabas diciendo.
Después de comer te cambias de ropa. Te pones unos shorts y una blusa con un estampado de flores muy pequeñas. Te recoges el pelo en una cola, aunque te caen algunos mechones alrededor de la cara.
-¡Me voy! –gritas al salir, pero tus padres no están en casa, así que los únicos que te escuchan son la gente del servicio, que está ordenando todas las cosas de la mudanza.
-Vaya, viene muy guapa –Charles te sonríe cuando entras en el coche.
-Charles, ya no está mi madre. Puedes tutearme, ¿recuerdas? –te cruzas de brazos.
-Tienes razón.
Tú sonríes.
-Y gracias –te sonrojas.
Por algún motivo, sientes que tu seguridad aumenta al decirte que vas guapa. ¿Por qué será? Sólo vas a ver a Niall, tu amigo… Si fuera Zayn a quien vas a ver, a lo mejor lo entenderías…
Le pides a Charles que aparque una calle antes del instituto, y él accede. Caminas hasta la puerta, pero no te encuentras a Niall. Mejor, así seguro que no te ha visto. No sabes dónde están los sitios allí, por lo que le preguntas a la mujer de conserjería, y te indica el camino que tienes que seguir hasta el auditorio.
Conforme te vas acercando, escuchas un sonido precioso. Es una guitarra, de eso no hay duda. Y quien sea que la esté tocando lo hace realmente bien. Piensas que a lo mejor ya han cogido el auditorio y Niall y tú os tenéis que ir a empezar a practicar a otro sitio. Sin embargo, te acercas a ver. Para tu sorpresa, ves a Niall sentado en un taburete, muy concentrado, tocando la guitarra. Más que tocarla, sus dedos parecen acariciar las cuerdas. Te quedas así, pasmada, escuchando la maravillosa melodía, y a la vez observando la dulce expresión de concentración de su rostro. Te das cuenta de que no sólo sus ojos celestes son preciosos, sino que todo él lo es. ¿Por qué no te has dado antes? A lo mejor es que estabas tan eclipsada con Zayn que no has sido capaz de ver que Niall es casi igual de guapo que él. O igual.
Te quedas embobada hasta que termina la canción, y entonces Niall ve que estás allí, mirándole.
-Lo siento, no me había dado cuenta de que habías llegado –se disculpa, levantándose del taburete.
Tú aún estás como en otro mundo.
-Guau… Eso ha sido… buf, increíble –señalas la guitarra.
-Gracias –sonríe-. Llevo muchos años tocando…
-Ya, tranquilo, sé que yo nunca voy a ser capaz de hacer… eso –ríes.
-¿Quién te dice que no?
-Que soy nula para aprender a tocar instrumentos, te lo dije esta mañana.
-Eso ya lo veremos –Niall acerca un segundo taburete al suyo.
-Ay Dios… Espero que tengas mucha paciencia –frunces el ceño.
-¡No seas tonta! –te mira con reproche.
-Lo soy un poco, pero es que es verdad… ¿Por qué no merendamos o algo antes de ponernos con esto? –te muerdes el labio.
Niall ríe.
-Retrasar el momento no va a hacer que nunca llegue.
-Ya, pero me da tiempo a prepararme un poco más… psicológicamente y eso.
No sabes por qué, pero te notas nerviosa. Y tienes algo de miedo de que Niall vea que eres malísima tocando.
-Pero en realidad no puedo resistirme si se trata de comer… -él sonríe.
-¿Es que te gusta comer? –preguntas, también sonriendo, aunque con algo de nerviosismo.
-Me encanta. Podría decirse que es uno de mis hobbies –deja su guitarra con cuidado en el suelo.
Tú rompes a reír.
-Bueno, pues habrá que ir a merendar, ¿no? –dices, contenta.
-Sí, sí, pero no te creas que tenemos que perder demasiado tiempo, que hay aquí en el instituto una máquina de estas que suelta zumos, batidos, bollería y demás –pone una sonrisa de medio lado.
-Oh, vaya… -suspiras- Espero que la máquina esté muy, muuuuuy lejos –sonríes inocentemente.
Prefieres cuando estáis bromeando, porque sientes que si dices algo inapropiado, él se lo va a tomar como una broma y no se va a enfadar contigo. Pero, ¿por qué te preocupa tanto que se enfade contigo? Probablemente porque es uno de tus únicos amigos aquí… ¿no?
-Pues está justo ahí –Niall señala una máquina que queda a unos diez metros.
-Jo –suspiras.
Vais hasta la máquina.
-¿Qué quieres tú? –pregunta él.
-Yo un batido de chocolate y… -miras a ver qué hay- una palmera también de chocolate. Sí, soy adicta al chocolate –ríes.
-Lo mío es peor, soy adicto a la comida en general –te imita, y mete dinero en la máquina.
-¡Eh! ¡No vale! –protestas.
-¿El qué?
-No te voy a dejar que me invites –entrecierras los ojos.
-Pues ya he metido el dinero –sonríe triunfal.
-Entonces yo te invito a ti–pones los brazos en jarras.
-Sería muy poco caballeroso si te dejara hacer eso –argumenta Niall.
Si él supiera que no te cuesta nada invitarle, que podrías haberle invitado todas las tardes del año a merendar a un Starbucks –con lo caros que son- y tus padres ni siquiera se darían cuenta de que les falta ese dinero… Pero eso no se lo puedes decir, claro.
-Bueno, haz lo que quieras –bufas.
Él coge un batido y dos cañas de chocolate. Cuando ves lo grandes que son, Niall se encoje de hombros como diciendo: “ya te he dicho que soy un tragón”.
Tú sonríes, y os sentáis a comeros las cosas en el suelo del escenario.
Dejáis la bollería en el suelo mientras abrís vuestros batidos, y cuando vais a coger tú tu palmera y él su caña, vuestras manos se rozan. Alzas la vista y ves que Niall te mira con esos ojos tan bonitos y penetrantes. Pero no aparta la mano. Sientes su cálida piel sobre la tuya, y un estremecimiento te recorre la espalda. Te sonrojas, y eres tú la que, finalmente, aparta la mano para coger tu palmera. Eso que has sentido ha sido muy raro… Miras a Niall, y durante un segundo a quien ves es a Zayn. Sin embargo, esa extraña sensación que has experimentado cuando has rozado a Niall está ahí…


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]

2 comentarios:

  1. AAAh como nos dejas asi?!?! como sabes donde para... XD en serio, la adoro, me encanta, y desearia ser la chica del imagina en la vida real...jejeje bueno que me encanta, y ya te dejo en paz,que soy muy pesada... :P un besazoo

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.