viernes, 20 de diciembre de 2013

#Imagina de Louis PARTE 12

Notas una mano sobre tu hombro y pegas un respingo, alarmada. Sin embargo, al volverte para ver quién es y comprobar que es Louis, no estás muy segura de si te sientes más aliviada que si fuera un completo desconocido. Tus sentimientos hacia tu amigo te asustan más ahora que sabes –o intuyes- que él siente lo mismo, o algo parecido.

-Hola –murmura él, mirándote con ojos tristes.
-¿Has llorado?

Te sientes una estúpida nada más preguntarlo, pero Louis tiene los ojos rojos y lo primero que surge de tus labios es eso. Esa clase de confianza sin tapujos, las preguntas sin rodeos, están muy bien en una amistad, pero no sabes si será lo mismo en una relación; nunca has tenido una.

Louis asiente con la cabeza. Al parecer, no se lo ha tomado a mal.

-No recuerdo la última vez que te vi hacerlo.
-Ahora mismo tampoco me estás viendo hacerlo –contesta él, esbozando una media sonrisa.
-Tienes razón –miras al suelo, sin saber qué más decir.
-¿Qué haces aquí? –pregunta Louis, antes de que se haga entre vosotros un silencio incómodo- Pronto se hará de noche y hace frío.

Le miras durante un momento.

-Sinceramente, creo que hago aquí lo mismo que tú.
-He acabado aquí de casualidad, la verdad es que no iba mirando por dónde andaba.
-¿Crees que yo sí? –te retuerces las manos, algo nerviosa- Supongo que nuestros subconscientes nos han traído al mismo lugar. Un lugar para pensar.
-¿Y en qué pensabas? –sus ojos escrutan los tuyos con curiosidad.

Decides contestar con sinceridad.

-En qué sería ese asunto que tenías que arreglar cuando te has ido de mi casa.
-¿Has llegado a alguna conclusión? –se muerde el labio inferior con tanta fuerza que piensas que en cualquier momento va a empezar a sangrarle.
-Siendo egoísta, esperaba que fuera que tenías que romper con Veronica –notas cómo te sonrojas mientras hablas.
-¿Qué tiene eso de egoísta?
-Que es lo que yo quiero que pase, pero no necesariamente lo que debería pasar.
-Pues es exactamente lo que ha pasado.

A pesar de pensar que eso iba a ocurrir, y de esperarlo con ansia, te sorprendes igualmente y tu corazón empieza a latir muy deprisa. Aunque también puede que sea porque eso te proporciona una oportunidad, o porque los ojos azules de Louis te están mirando tan intensamente que sientes que casi rozan los tuyos.

-Por eso llorabas –deduces.
-Por todo un poco –se revuelve el pelo-. Por eso, y porque creo que por fin he comprendido por qué actuabas de forma tan extraña, y eso me da bastante miedo.
-Has tardado lo tuyo en darte cuenta, eh –reprochas, asombrosamente más tranquila de lo que pensabas que estarías cuando por fin os admitiérais el uno al otro la atracción mutua.
-No me culpes, estaba demasiado ocupado intentando entender qué sentía yo –hace una mueca.
-Igualmente –suspiras.

Os quedáis callados durante un momento, simplemente mirándoos. Es curioso que no seas capaz de aguantarle la mirada a nadie, ni siquiera a tu padre, durante más de un segundo, que te ponga nerviosa que te miren a los ojos, pero que con Louis sea totalmente distinto. Al contrario, cuando os miráis es como si os hablárais y supieras lo que está pasando por su cabeza, lo que te proporciona una sensación de seguridad y certeza asombrosa.

-¿Cómo se lo ha tomado? –preguntas de repente.
-¿Veronica?

Asientes con la cabeza.

Louis cierra los ojos un instante y sus labios se unen hasta formar una fina línea. Toma aire con fuerza y vuelve a abrir los ojos.

-No creo que vaya a pasarlo muy bien en unos días.
-¿Y tú?
-Tampoco –parece intentar que entiendas lo que siente mientras habla-. Sé que al final ya no sentía lo mismo por ella, pero eso no implica que no la quiera o no la haya querido. Es sólo que… no lo hago de la misma forma en que… -guarda silencio.

Por un momento estabas casi convencida de que lo iba a decir, de que iba a decir que te quiere, pero no lo ha hecho.

-Pareces Bella, la de Crepúsculo –dices, para quitar tensión.
-Eso mismo he pensado yo –sus ojos se abren, sorprendidos.

Tú esbozas una sonrisa.

-Te pareces demasiado a mí –susurras.
-Entonces eso significa que soy muy guapo –ladea la cabeza.
-Ah, no digas tonterías –le das un golpe en el hombro y observas su expresión de fingida ofensa-. No digo que no seas guapo, digo que precisamente lo eres, así que en ese aspecto no te pareces a mí.
-Adoro tu forma de aceptar los cumplidos.

Te guiña un ojo, y entonces todo es como era antes. Parece increíble que en este momento estéis bromeando, con la situación tan rara que hay entre vosotros dos. Tus ojos van a parar a sus labios y piensas en cuántas ganas tienes de besarle, pero ahora no es el momento. Ni siquiera sabes cómo reaccionaría él, pero acaba de romper con su novia y, aunque lo haya hecho por ti, necesita tiempo. Lo crea él o no, tú estás segura de que lo necesita para poner en orden sus sentimientos.

Lo que sí haces es abrazarlo. No puedes evitarlo, tus brazos rodean su torso antes de que puedas pensar que vas a hacerlo, y los suyos reaccionan inmediatamente atrapándote por la cintura. Aspiras su aroma de naranja y te sientes como en casa, si bien notas ese abrazo ligeramente diferente a todos los demás que os habéis dado. Hay más contacto, sus manos tocan tu espalda no sólo con instinto protector y cariñoso sino con algo más, un leve toque de deseo que seguramente también esté impreso en tu forma de tocarle y mirarle. Escondes la cara en su pecho y permanecéis así durante un rato.

Finalmente, sin separarte de él, te viene a la mente la conversación que has tenido esa tarde con tu padre.

-¿Sabes qué?

Notas la barbilla de Louis apoyada en tu hombro.

-¿Qué?
-Mi padre me ha contado cómo conoció a mi madre… o algo así.
-¿Nunca te lo había dicho?
-No, nunca –cierras los ojos, perdida en sus brazos-. En realidad, no solemos hablar de ella. Creo que para él es más fácil así.
-¿Para él o para ti?

Notas la verdad en su voz como una bofetada, aunque no te molestas, igual que él no lo ha hecho cuando sin más le has preguntado si había llorado.

-Puede que para mí –admites-. En cualquier caso, tampoco sale el tema.
-A veces hablar de lo que nos duele es bueno.
-Louis, la muerte de mi madre ya no me produce dolor. Casi no la recuerdo. Me produce tristeza, por todos los momentos que no estoy compartiendo con ella, pero…
-Lo sé –dice él, y tú comprendes que lo sabe.
-Pues mi padre me ha contado algo muy curioso.
-¿El qué? –pregunta, al ver que no sigues hablando.
-Que ellos dos eran como tú y yo –abres los ojos y alzas la cabeza para mirar su reacción.
-¿Cómo que como tú y yo?
-Muy buenos amigos. Más que buenos amigos. No sé cómo definirlo.
-Sé lo que quieres decir.
-Ya. En fin, me ha dicho que llegó un punto en que ambos se enamoraron… a la vez, algo extraño, sí. Que al principio estaban confundidos, porque tenían miedo de romper su amistad pero… no sé, mira cómo acabaron.
-Juntos.
-Exacto.

Reflexionáis sobre eso unos minutos, hasta que Louis se separa ligeramente de ti, posa sus manos en tus hombros y te mira con seriedad.

-A partir de ahora pueden pasar muchas cosas –dice-. ¿Tú qué quieres que pase?

Ahora eres tú la que se muerde el labio con fuerza.

-Sinceramente, no tengo ni idea. Creo que lo mejor es dejar que… que las cosas pasen por sí solas. Así, cuando tenga que ser, será. ¿Qué quieres tú?
-Lo que quieras tú.
-Louis, no me seas ñoño.
-Lo digo totalmente en serio.

Exhalas un suspiro.

-Está bien. Pienso que ahora deberíamos volver a casa antes de que nos congelemos aquí y nos lleven al Polo Norte a algún museo de estatuas de hielo. Después deberíamos irnos cada uno a nuestro cuarto, y consultar con la almohada qué sentimos. Y mañana, o pasado, o cuando la almohada se digne a hablarnos, hablarlo entre nosotros.
-Sólo me gustaría dejar una cosa clara…
-Dime.
-Entre nosotros está empezando a haber algo más que amistad, ¿verdad?

Te quedas estupefacta.

-Se suponía que ese era el motivo por el que has estado a punto de besarme y el mismo por el que has cortado con tu novia hace un momento.
-Ya, lo sé, simplemente quería asegurarme de que tu extraño comportamiento no se debía a un dolor de estómago –esboza una sonrisa de medio lado.
-Menudo estúpido estás hecho –pones los ojos en blanco.
-Gracias.
-Anda, vamos –echas a andar, segura de que él te sigue.

Su brazo te rodea por los hombros y lo miras con las cejas alzadas.

-¿Qué? También hacía esto cuando no éramos nada más que amigos.
-¿Y ahora qué somos?
-Cuando la almohada me lo revele, te lo digo.
-Claro, claro, la almohada.


Os acomodáis al mismo paso de vuelta a casa, y de vez en cuando miras a Louis de reojo. Su cara está seria, a pesar de las bromas. No se siente bien, lo cual es perfectamente comprensible. Pero, como tú misma has dicho, ya habrá tiempo de que las cosas se normalicen y de poner nombre a eso en lo que se está transformando vuestra amistad. Al menos ya no tienes que preocuparte por que Louis no sienta lo mismo, pues vistos los hechos, parece obvio que sí lo hace. Sólo los días decidirán a dónde van a parar vuestros sentimientos.



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.] 

8 comentarios:

  1. Ayayayaya. Es geNIALL. Que bonito, qie de amor y q majos ellos, aunq cual es la definicion de majo? Hahaha. Esto... aver si a la almohadita le viene ka inspiracion ahi aww *__* bas guapa escrines divinamente oye. addsdfjenwgduhxoxon

    ResponderEliminar
  2. asdfghj tan fantastico como siempre. Me encanta la amistad que tienen ojala yo tambien tuviese un amigo asi, siguela prono porfi xoxo :)

    ResponderEliminar
  3. Simplemente, PER- FECT *-*

    ResponderEliminar
  4. I love it <3 escribes muy bieeen ;)
    Bsss xx

    ResponderEliminar
  5. Me ha encantado el cap,amo la relacion de Lou y Rayita,me encantaria tener un mejor amigo igual.
    Sube pronto porfa,esperare con ansias.Besos:)

    ResponderEliminar
  6. Ashh ... No entiendes q me encanta por favor sigue quiero ver los otros capituloss. Esta exelente
    besos

    ResponderEliminar
  7. Hola Ana!
    Bueno pues decirte que me ha encantado tu blog entero me lo he leído en dos días! Con decirte que estos dos días me he acostado a las cuatro de la mañana! Me han encantado todos enserio tienes un don para escribir! Me ha encantado todas sin duda pero sobre todo la de hsrry y bombón que me encantaría que hubiera tercera temporada y bueno esta de Louis que estas escribiendo me encanta a ver si subes mas capítulos! Besos y abrazos by Lucía P.D sigue escribiendo! !

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.