Después de
pagar tu nueva libreta, vuelves a casa abatida y sin ningunas ganas de volver a
leer el plastoso romance imposible e irreal de Romeo y Julieta para hacer el
resumen de Literatura.
Cuando entras
en tu casa, ves en el mueble de la entrada un papelito cuadrado que normalmente
no suele estar ahí escrito con la letra de tu padre.
“He tenido que ir a la redacción, no sé cuándo volveré. Si
necesitas algo, llámame”.
Ah, esta gente
de los periódicos, todo el día trabajando. Resulta curioso cómo lo que alguna
gente lee en cinco minutos –y otros tiran a la basura en menos tiempo- requiere
tantas horas para hacerse.
Coges la nota y
haces distraídamente una bola con ella, para finalmente tirarla en la papelera
de tu cuarto.
Menuda
perspectiva de tarde te espera. No le has preguntado los deberes a Louis y la
verdad es que no tienes ganas de llamar al resto de tus compañeros para
enterarte, ni tampoco te apetece hacerlos.
Te sientas en
tu silla y apoyas los pies en el escritorio, postura que aunque puede parecer
incómoda, para ti no lo es en absoluto. Piensas por un momento en tu
desaparecido dolor de cabeza, y como ya no queda nada de él, enciendes el
portátil que descansa en una esquina de la mesa y pasas el rato escuchando
música y curioseando cosas aquí y allá en Internet.
No eres
consciente de cuánto tiempo ha pasado cuando tocan a la ventana. Rebotas en tu
asiento e instantáneamente frunces el ceño. Abres el cristal tan sólo unos
centímetros.
-Ya te dije que
mi padre no quiere que…
-Pero tu padre
no está en casa porque nunca pones los pies en el escritorio ni la música tan
alta cuando sí está –Louis sonríe con autosuficiencia.
Aunque con
reticencia, le dejas pasar. A veces es un problema que alguien nos conozca
mejor de lo que nos conocemos nosotros mismos. Tal vez Louis no te conozca lo
suficiente como para darse cuenta de que en realidad preferirías no estar a
solas con él porque no sabes qué decirle o cómo actuar después del beso de esa
mañana, o que sólo el hecho de mirarle te produce casi dolor físico. Tal vez.
Tu amigo salta
tu escritorio y se sienta en la cama. Tú apagas el ordenador y giras la silla
para quedar de frente a él.
-He visto que
Veronica y tú estábais hablando –suelta.
Vaya, directo
al grano.
-Ajá –contestas,
encogiéndote de hombros de forma premeditada.
-No me esperaba
algo así. De hecho, no me lo había imaginado nunca.
-¿El qué?
-Que ella te
mirara casi… casi suplicante –frunce el ceño.
-Oye, Louis…
-No piensas
decirme qué quería de ti, ¿verdad? –sus ojos expresan una cansada resignación.
-¿Por qué
piensas que ella quería algo de mí y no al revés?
Te cruzas de
brazos, ocultando tu nerviosismo; no pretendes decirle de lo que habéis hablado
por un ligero y quizás estúpido temor a que acabe dándole la razón a ella y
piense que quizás deberíais establecer una distancia entre vosotros dos. Sí, es
contradictorio con que no quieras que Louis esté en la misma habitación que tú,
pero… no es que no quieras, es que quieres demasiado, y nada en exceso es
bueno.
-Porque creo
que la última vez que comentamos lo de que hablaras con ella llegaste a la
conclusión de que sería perjudicial para tu salud y porque sé que si tú
tuvieras algo que decirme, lo harías y ya está. No necesitarías intermediarios –su
gesto de desenfado también es calculado-. Y por lo visto ella sí.
-¿No crees que…?
-No –niega con
la cabeza-. Seré un egocéntrico pero algo me dice que Veronica y tú hablando me
implica también a mí.
Te muerdes el
labio inferior, nerviosa. Está siendo tan claro, tan directo, que cuesta no
decirlo y ya está. Pero además, no quieres hacerlo porque contárselo te
parecería la actitud cobarde de una persona que no sabe resolver las cosas por
sí misma.
-Louis, no ha
tenido importancia.
-¿Sabes? Puede
que pienses que no te conozco –se inclina hacia delante para mirarte con
intensidad-, lo cual sería una tontería porque sabes que sí lo hago. En
cualquier caso, soy muchas cosas, y tonto no es una de ellas. No sé qué te ha
dicho Veronica porque se me ocurren tantas cosas que puede haberte dicho que no
habría tiempo material de que las hubiera dicho todas. Lo que sí sé es que
ninguna de esas cosas me gusta y quiero saber cuál es porque tú no te mereces
que ella te haga pasarlo mal con sus tonterías. Y sé que lo que te ha dicho no
ha sido precisamente agradable para ti, porque tenías cara de que te hubieran
puesto un hierro ardiendo en la espalda.
Tras ese
discurso te quedas en silencio, sin saber qué decir, pues ese Louis serio no
suele asomar a menudo, y cuando lo hace es verdaderamente persistente y mordaz.
De modo que en principio vas al terreno menos peligroso.
-Creo que
deberías preocuparte más por el estado de ánimo de tu novia que por el mío…
-murmuras con voz débil.
-¡DIOS SANTO! –exclama
él, poniéndose de pie.
Tú das un
respingo y te encoges en la silla.
-¿No has
comprendido todavía que me importa más cómo te sientas tú? ¿Que pienso que ella
no está siendo justa en todo esto? –se lleva las manos a la cabeza con
desesperación.
-Quizás ella no
esté siendo justa porque tú tampoco lo estás siendo.
Contienes el
impulso de llevarte las manos a la boca por haberla defendido, pero es lo que
piensas, y aunque te perjudique que Louis lo vea también así, no puedes evitar
decir la verdad.
-¿Y por qué no
estoy siendo justo? –te mira con enfado.
-Porque ella es
tu novia y yo sólo tu amiga. Deberías priorizarla a ella –contestas con toda la
calma que puedes.
-Estás loca –susurra
Louis, y parece que de verdad esté delante de alguien a quien se le ha saltado
un tornillo-. ¿Es que tú no…?
Entonces se
calla de repente. Mira al suelo como arrepintiéndose, como si ya hubiera dicho
demasiado y estuviera buscando desesperadamente el botón para dar marcha atrás
en la conversación. Pero tal botón no existe, desafortunadamente… o
afortunadamente.
-¿Vas a decirme
algún día por qué te comportas de esa forma tan rara últimamente? –dice,
pillándote por sorpresa.
-No me comporto…
-Yo lo noto, y
sí lo haces.
-Louis, no sé
hasta dónde quieres llegar.
-Intento
entenderte.
-Antes has
dicho que me conoces muy bien.
-Te conozco. Sé
que te pasa algo. Pero hace un tiempo que no te entiendo, y no sé qué es eso
que te pasa –sus dientes presionan su labio inferior con fuerza.
En realidad,
esta conversación –más el beso de por la mañana-, te están haciendo tener la
sensación de que Louis puede sentir por ti algo más que amistad. Pero no estás
segura y no quieres ser la que lo verbalice, ni siquiera la que lo insinúe,
porque él es el que tiene novia. Supuestamente, la quiere, y tú deberías quedar
descartada. Así que, haciendo gala de tu obstinación que a Louis tanto le gusta
resaltar de ti, te muerdes la lengua y no dices nada. O a lo mejor es cobardía,
pero a fin de cuentas al que le corresponde dar el paso es a él, no a ti.
No puedes
decirle que le quieres a alguien que tiene pareja. Eso está… moralmente mal. No
se hace.
-Ya veo –suspira,
al no obtener respuesta.
-Es que es
difícil –dices en voz baja.
-Pintar Hyde
Park es difícil. No congelarte en Londres en invierno si vas por la calle sin
ropa es difícil. Esto me está volviendo loco –parece al borde de las lágrimas.
Te llevas las
manos a la frente, buscando algo que decir que no empeore las cosas y que, a
ser posible, te diga qué leches está pasando por la mente de Louis y si siente
algo por ti o no. Obviamente, ese algo destaca por su ausencia.
-Da igual –hace
un gesto de rendición con la mano.
-Louis, si
tuvieras una sólida columna que sostiene todo lo que siempre has conocido como
seguro y real y pusieran a tu disposición una bola de demolición, y te dijeran
que si rompes la columna es probable que todo se vaya a pique, aunque hay una
mínima posibilidad de que tu vida cambie y sea mucho mejor… ¿qué harías?
Él te mira un
momento, pensando en la situación que le acabas de poner. Así es como tú te
sientes con respecto a él. Louis es uno de los pilares de tu vida y si él se
alejara de ti… Tu vida dejaría de ser tu vida, tú dejarías de ser tú. Estarías
perdida. Por eso supones que, si él sintiera algo por ti, si esas insinuaciones
en la conversación de que tú eres algo más de lo que crees ser fueran ciertas,
Louis sabrá responder a la pregunta y a la vez te dará una solución para
decidir qué hacer.
-¿Quieres saber
qué haría? –te mira muy serio.
Asientes con la
cabeza.
-¿Sin importar
las consecuencias? –pregunta.
Tú vuelves a
asentir.
Louis te mira
con sus ojos celestes de un brillante realmente intenso, y algo vibra en tu
interior. Algo que no estás acostumbrada a sentir y que no logras identificar.
Te quedas muy quieta, esperando su respuesta. Sin embargo, ningunas palabras
salen de sus labios. Louis se mueve, se inclina hacia delante. El olor a
naranja te llega con más intensidad que de costumbre porque tu respiración se
ha acelerado, e inspiras el doble de rápido. Ves con total nitidez cómo él se
pasa la lengua por el labio inferior y continúa inclinándose. Cada vez más, un
poco más cerca de ti. Tú permaneces inmóvil cuando su nariz roza la tuya, y sus
labios están casi encima de los tuyos, puedes sentirlos ahí, Louis va a
besarte. Va a hacerlo. Por un momento dejas de respirar y…
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
PERO COMO LO DEJAS ASIIIII???!!!! SUBE PRONTO POR FAVOOOOOR!!!
ResponderEliminarHOOOOOOY NO SALES VIVAAAAAAAAA! JDKSBIXNAVD KDNIAVSJDBDJDBIDBD.
ResponderEliminarAaaaaah te odio. Como puedes dejarlo ahi!?
ResponderEliminarAY. PERO. QUÉ. OSEA. NO. NO PUEDES DEJARLO ASÍ. ME. AHOGO. NO. AY. ASKDFJÑLAKDSJFÑALDKFJAÑSJAÑLKJALKJDA Por dios. Me ha encantado, en serio. PERO VA, ERES CRUEL, NO NOS DEJES ASÍ MUJER JAJAJAJA Síguela pronto ;) (@_mysexymalik)
ResponderEliminarOooooooooooo en serioooo... jajajjaja
ResponderEliminar<3 <3 <3
Mie'rda Ana!!!PORQUE LO HAS DEJADO A SI?TE ODIOO
ResponderEliminarNos vas a dejar asi?¿ jskajskska
ResponderEliminarME ENCANTAAAAA
Aasfhkahak y dejas asi el capitulo mala persona ?? Eso no se hace no es bueno para la salud . Asique por el bien de todos sube el siguiente pronto PORDIOH
ResponderEliminarPOR LA CONCHA LA LORA PORQUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE LA DEJAS AHIIII NO VES QUE ME HACE DAÑOOOOO.
ResponderEliminarSIGUELAAA LO MAS PRONTO QUE PUEDAS!
Nooooooo, enserio??? Me dejaras asiiii por favorrrr noooooo necesito leer el siguiente osino me morire y dire q la causa de mi muerte fue po tu culpa
ResponderEliminarNo malvada por favor no demores en subir el siguiente
ResponderEliminarPOR FAVORRRRR ME ENCANTAAAA <3
P-pe-pe-pero,¿¡PORQUE!?
ResponderEliminar¡¿¡¿COMO NOS HACES ESTO?!?!
SUBE PRONTO O ME SUICIDO.
Oh dios mio!Como nos dejas asi??! Por dios sube pronto o moriremos,
ResponderEliminardios no puedo esperar a la proxima parte,siguelaa besoos;)
ANA ANA ANA ANA ESTE ES EL MEJOR IMAGINA QUE HAS ESCRITO HASTA AHORA, SRSLY. Y NO ME PUEDES DEJAR ASÍ PORQUE TENGO SENTIMIENTOS, ¿SABES?
ResponderEliminarSUBE PRONTO XX.
ayayayay que intrigaaaaaaaaaa me encanta este imaginaaaaaaaaaaaaaaaaaaa .Bsssss
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