lunes, 23 de diciembre de 2013

#Imagina de Louis PARTE 13

Los siguientes días tienen un transcurso muy extraño. Al menos, nada sucede como tú esperabas que lo hiciera. Louis y tú os habéis vuelto a ver, por supuesto, pero no habéis sacado el tema de qué va a haber entre vosotros a partir de ahora. Tú notas que hay algo diferente, en la forma de miraros y de hablaros, si bien es algo muy sutil, casi imperceptible. Y sobre todo, todavía no ha habido un maldito beso. Quizás basándote en la infinidad de películas románticas que has visto, tienes la sensación de que hasta que no haya beso, no hay nada confirmado.

En ese momento estáis en tu cuarto, Louis sentado en tu cama con las rodillas dobladas y tú apoyando tu espalda en sus piernas, pero en lugar de por delante, por el lado. Así, haciendo los dos una figura con forma de L, puedes mirarle de reojo de vez en cuando. Ayer acabasteis vuestro trabajo de Arte y hoy estáis haciendo el resumen del fragmento de Romeo y Julieta. No es que sea estrictamente necesario que lo hagáis juntos, pero estás tan acostumbrada a ello que hacer los deberes sin Louis sería como hacerlos sin papel y lápiz. Inconcebible.

Como venís haciendo a lo largo de la tarde, para que el trabajo sea algo menos tedioso, tú lees en voz alta las partes de Julieta y él las de Romeo.

-“¿Quién fue tu guía para descubrir este sitio?” –preguntas, con mucha menos pasión en la voz de la que debería poner alguien que interpretara el papel de la enamorada.
-“Amor, que fue el primero que me incitó a indagar; él me prestó consejo y yo le presté mis ojos. No soy piloto; sin embargo, aunque te hallaras tan lejos como la más extensa ribera que baña el más lejano mar, me aventuraría por mercancía semejante” –Louis sí pone intensidad en sus palabras; siempre le gustó más la literatura.
-“Tú sabes que el velo de la noche cubre mi rostro; si así lo fuera, un rubor virginal verías teñir mis mejillas por lo que me oíste pronunciar esta noche. Gustosa quisiera guardar las formas, gustosa negar cuanto he hablado; pero, ¡adiós cumplimientos! ¿Me amas? Sé que dirás: sí, yo te creeré bajo tu palabra. Con todo, si lo jurases, podría resultar falso, y de los perjurios de los amantes dicen que se ríe Júpiter. ¡Oh gentil Romeo! Si de veras me quieres, decláralo con sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré desdeñosa y esquiva, y tanto mayor será tu empeño en galantearme. En verdad, arrogante Montesco, soy demasiado apasionada, y por ello tal vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme, hidalgo, daré pruebas de ser más sincera que las que tienen más destreza en disimular. Yo hubiera sido más reservada, lo confieso, de no haber tú sorprendido, sin que yo me apercibiese, mi verdadera pasión amorosa. ¡Perdóname, por tanto, y no atribuyas a liviano amor esta flaqueza mía, que de tal modo ha descubierto la oscura noche!”

Te quedas callada durante unos segundos, incapaz de mirar al joven. Desde que ha salido de tus labios ese “¿Me amas?”, en realidad pronunciado por Julieta, has notado que las piernas de Louis se tensaban, y tú misma has sentido como si le estuvieras preguntando a él y no a Romeo.

-Así es como deberías haber leído todo el rato –comenta él pasados unos minutos.
-¿Así cómo? –miras fijamente a tus pies, que intuyes bajo la pequeña mantita que los cubre.
-Parecía que de verdad estuvieras sintiendo ese amor y esa pasión –contesta despreocupadamente, si bien los dos sabéis que esa despreocupación es fingida.
-Nadie puede sentir el amor y la pasión que sentían Romeo y Julieta –luchas por no sonrojarte.
-No digas tonterías, todo el mundo puede sentirlo –te contradice Louis.
-Demuéstramelo –te atreves a decir.

Él guarda silencio. Sabes que está luchando consigo mismo por decir o hacer algo, aunque no estás muy segura de qué. Sin embargo, cierra el tema de conversación con un suspiro.

-¿Vas a ir al baile de Navidad? –pregunta.

Pones los ojos en blanco, desencantada de que no se haya atrevido a dar por fin el paso. Eres consciente de que ya se siente mejor con respecto a Veronica, pero aun así… parece que todavía no piense que sea momento de iniciar una relación contigo.

-No creo, la verdad –respondes.
-Ya, yo tampoco. ¿A ti no te lo había pedido alguien?
-Sí, el chico del aparato dental que lleva pidiéndomelo desde que entramos al instituto –haces un gesto con la mano quitándole importancia-. Tenía pensado aceptar si tú ibas con Veronica, ya sabes, para no dejarte solo mientras ella estuviera retocándose el maquillaje en el baño, pero ya me parece que no.
-¿De verdad ibas a aceptar? –su voz suena incrédula.
-Claro que sí –le miras con indignación-. Ni que el chico tuviera la peste o algo.
-No, por supuesto que no.
-Ir juntos a un baile no implica firmar un contrato matrimonial, ¿sabes? –algo en la conversación te está haciendo sentir molesta.
-¿Querrías ir conmigo? –suelta Louis de repente.

Te das cuenta de que tenías la boca abierta porque ibas a hablar, y la cierras despacio. Vaya, pensabas que no te lo iba a pedir nunca.

-No –ladeas la cabeza.

Louis se queda desconcertado, sin saber qué decir.

-Sólo iba a ir a ese estúpido baile si tú estabas allí –explicas.
-¿Querrías no ir al baile conmigo, entonces? –sus ojos azules te miran brillantes.

Esbozas una sonrisa.

-Eso me gusta más.
-Mmm, tengo varias propuestas. Podemos ir al parque a congelarnos de frío, ver una película bajo el calor de una manta… -anuncia como el presentador de un programa de televisión.
-Dicho así, creo que prefiero la peli –te arrebujas en tu jersey.
-Sí, yo también la prefiero –te guiña un ojo-. Eres muy rara, enana.
-¿Por qué?
-La mayoría de las chicas quieren ir a los bailes acompañadas de sus príncipes azules…
-¿Y quién dice que tú seas un príncipe azul?
-¿Qué? Venga ya, lo llevo escrito en la frente –se señala esa parte del cuerpo-. Mira, aquí. Príncipe azul.
-Ja –te incorporas y te giras para que quedéis de frente.
-Sé que no soy el príncipe perfecto, pero…
-Yo no quiero un príncipe, Louis –niegas con la cabeza.
-Quieres alguien que sepa comunicarse con las almohadas, lo sé.

Lo miras, desconcertada.

-¿Con las almohadas?
-Sí, ¿no te acuerdas? Aquella noche en el parque. Lo de que consultaríamos con la almohada qué íbamos a ser a partir de ese momento.
-Ah –recuerdas-. Sí, no estaría mal.
-Pues voy a contarte un secreto.
-Cuéntame.

Se acerca mucho a ti, pegando sus labios a tu oído.

-La almohada sí que me ha hablado.
-¿Y qué te ha dicho?
-Que soy tonto.
-Bueno, eso ya lo sabíamos todos.
-No en ese sentido –frunce el ceño, pero luego sonríe-. Me ha dicho que es todo tan sencillo como que seamos tal y como éramos antes, excepto por un par de cosillas que hay que cambiar. Como lo de que tengo que entrar a tu cuarto por la puerta.
-¿Qué…?
-Exacto. La almohada es tu padre –su risa rebota en las cuatro paredes del dormitorio.
-¿Has hablado de esto con mi padre? –tu cara adquiere el color de un tomate.
-¿Por qué no? Tú también deberías haberlo hecho. A él le pasó exactamente igual que a nosotros –se cruza de brazos-. ¿Quieres saber qué me dijo? Me dijo: “deja que las cosas sigan su curso, continuad con vuestra amistad, y ahora que estás soltero, lo que tenga que pasar, irá pasando”. O al menos eso es lo que hicieron tus padres, y les funcionó.

Piensas en lo que te acaba de decir. Así que era por eso… No te ha besado, ni tocado, porque prefiere que las cosas surjan cuando sea el momento oportuno, con naturalidad. En fin, tal vez fuera mejor así…

-Pero Louis…
-¿Qué? –alza los ojos hacia ti.
-Yo llevo ya mucho tiempo esperando.
-Yo también –admite.
-Tú tenías a Veronica.
-Suena horrible, pero la tenía porque intentaba no poder tenerte a ti.

Te muerdes el labio inferior, ligeramente consciente de que esa es la primera vez que te dice algo claramente, que el trabajo no lo hacen las miradas y las posiciones corporales, unidas con los años de conocimiento mutuo, sino que las palabras dan forma a aquello que ambos sabéis que sentís.

-Pues aquí me tienes –tu voz se convierte en un susurro.
-¿Y si hago algo mal y lo estropeo? –pregunta, también susurrando.
-Que no se podrá decir que no lo intentamos –apoyas la palma de tu mano en su mejilla.
-¿Crees que…?

Asientes con la cabeza, adivinando sus pensamientos.


Louis parece relajarse de repente, como si se hubiera liberado de un gran peso que hubiera estado cargando a la espalda, y te mira con el asomo de una sonrisa en los labios. Pone una de sus manos encima de la tuya, que permanece en su mejilla, y se inclina hacia delante, hacia ti. Lo primero que notas es ese penetrante y adorado olor a naranja que le acompaña como un sello de identidad. Después, su pecho se pega al tuyo, y finalmente, con mucha delicadeza, sus labios se posan sobre tus labios. Es la primera vez que alguien te besa, y no estás muy segura de qué tienes que hacer. Así que te dejas llevar. No hay prisa, no hay tiempo ni espacio, sólo vuestras bocas deslizándose con mucha lentitud la una sobre la otra. Por fin. Sonríes bajo sus labios y él te pasa la yema de sus dedos por la línea del mentón y el cuello, en un gesto dulce más que sensual. Tus ojos están fuertemente cerrados, pero cuando los abres te encuentras las azules profundidades de los de Louis mirándote fijamente, como si quisiera absorber cada detalle de ti. Sin mediar palabra, separáis vuestros rostros y él hunde la cabeza en tu pelo, vuestras respiraciones agitadas y los corazones latiendo con fuerza, pero con la calma de aquel que sabe que después de sacar un pie de las arenas movedizas va a pisar, por fin, tierra firme. 



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

10 comentarios:

  1. Oh dios miiiooo!!!Me ha encantadoo!! Porfiin el ansiado besoo!!Ay! Estoy feliz! Porfin se han besadoo!
    Siguela pronto Ana porfavoor no puedo esperar a la siguiente parte.Besos:)

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  2. Porfiiiinn capituloooo OMG ES PERFECTOOOOOOOO PORFIN SE HAN BESADOOOO <3<3<3
    Ahora quiero momentos monosos entre Louis y rayis *-*
    Espero que subas pronto capi y que pases una feliz navidad :)

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  3. Perfecto como siempre. Cada vez escribes mejor. Y por fin el preciado beso ,super dulce por cierto. El siguiente pronto porfi :) xoxo

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  4. Es perfeztooo *-*
    Pero necesito continuación YA.
    Te ha quedado genial,de verdad :)

    Beesoos :"3

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  5. Estas cosas ahora no, Ana, querida. No, eh, no!
    Entro en Twitter y lo primero que veo es que J.K.Rowling quiere hacer una obra con Harry hasta los 11 años. Luego, Eri sube capítulo. Y ahora tú. No es justo, Ana, no es justo!
    Peeeeeeeeeeerooooooo como estamos en Navidad (casi) te perdono, porque el Espíritu Santo me ha dado un extra de bondad jajajja
    Yo no puedo leer capítulos así porque luego me paso media tarde pensando en como hacer para esperar tranquilamente hasta la siguiente parte, pero NO PUEDO!!!
    Pero como te quiero demasiado, espero jajaja
    Bueno, lo de siempre. No cambies nunca y sigue escribiendo historias así.
    Te quiero!!
    María <3

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  6. mmm creo que le estas dando muchas vueltas a las cosas y alargándolo innecesariamente ... porque no son amigos como antes...pero tampoco son novio .... en fin
    eso si el beso es muy lindo , pero ahora no puedes dejar pasar el beso , es decir que actúen como si nada , seria ridículo
    espero el siguiente con curiosidad

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  7. El siguiente pronto porfi :)

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  8. Me encanta. Me encanta. Me encanta.
    Lo amé. Lo amé. Lo amé.
    Sigue asi Ana, es genial. Y amo como escribes *___*

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  9. Al fin se besan!!! Parece q no llegaria nuncaa jajajja :D

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  10. Sigueeeeeeeeeeeeee i luv u<3<3<3

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