TESTIGOS DE LA LUNA - Capítulo 6.

I

Ayleen es plenamente consciente de que está delante de Derek casi sin ropa. Él la repasa con la mirada, sin disimulo, y la chica coge sus cosas del suelo e ignorándole las pone en la tumbona en que antes estaba Owen. Derek la sigue. Ayleen suspira, por un lado molesta ante la insistencia del joven y por otro abrumada porque ese chico desprende sensualidad por cada uno de sus poros.

-¿No quieres bañarte, Ayleen? -con uno de sus dedos húmedos dibuja una línea en la columna vertebral, provocándole un escalofrío.

-Por Dios, Derek, déjala tranquila -Natasaha camina hasta ellos a pasó rápido.

-Pero si a ella no le molesta, ¿a que no? 

Ayleen se da la vuelta para quedar mirando al joven.

-Un poco -sonríe irónicamente, y Derek se finge ofendido.

-Si prefieres contemplar como mi hermana y su novio se besan, adelante, pero conmigo estarías mucho mejor -se pasa una mano por el pelo que le cae sobre la frente-. Si cambias de idea, avísame.

Ella abre mucho los ojos, sorprendida. ¡Son hermanos! Los mira primero a uno y luego a la otra, y de hecho les encuentra bastante parecido. Piel bronceada, pelo negro, ojos oscuros, y los dos son muy guapos. Ellos la miran sin comprender qué le ocurre.

-¡Sois hermanos! –exclama Ayleen, sin salir de su asombro.

-Desafortunadamente, sí –Natasha esboza una sonrisa maliciosa.

-Yo también te quiero, Naty.

La chica se acerca a su hermano y va a ponerse de puntillas cuando él la atrapa entre sus brazos, abrazándola y humedeciendo a propósito su ropa, pues aún no se ha secado completamente. 

-Ah, ¡suéltame! –Natasha se revuelve, pero Derek es mucho más fuerte y la sujeta sin problemas.

Ayleen se descubre a sí misma riendo. Por un momento, da la sensación de que Derek esconde algo debajo de esa coraza de “soy un chico malo”, al menos hacia su hermana parece tener sentimientos reales, se nota en cómo la mira una vez que te fijas. Claro, que también es posible que eso sólo pase con su hermana, y con el resto de las chicas sea un auténtico capullo. 

-Owen me llama –dice Natasha, a quien ahora su hermano sí le permite separarse de él.

-Ve, antes de que pueda enfadarse –Derek imprime su voz con algo de resentimiento.

-Creía que era tu amigo –su hermana alza una ceja.

-Y lo es.

Negando con la cabeza, la joven de pelo negro se va de allí, no sin antes decirle a Ayleen que si Derek la molesta, no dude en mandarlo a tomar viento o en acudir a ella en busca de auxilio. La aludida asiente con la cabeza y se tumba bocarriba en la tumbona en que descansa su ropa, ignorando abiertamente a Derek. Éste, sin embargo, no se da por vencido, y se sienta a la altura de las piernas de ella. 

-¿No crees que necesitarías echarte crema para el sol? Es posible que te quemes con esa piel tan clara. 

-Si pretendes que te pida que me la eches tú, no pienso hacerlo –Ayleen mira al cielo, porque fijar los ojos en el joven de pelo oscuro la perturba.

-Era exactamente lo que pretendía, sí –su voz suena divertida.

-Pues te quedas con las ganas.

Derek la sorprende con una carcajada, lo que molesta aún más a Ayleen. Es como si supiera que no importa cuántas negativas le dé ella, que al final conseguirá lo que quiere, y aunque sea sólo por ver deshecha esa prepotencia, Ayleen no está dispuesta a dárselo. Al menos no ahora.

-¿No te bañas? 

La muchacha pelirroja exhala un profundo suspiro de fastidio y por fin clava los ojos en Derek. Es tremendamente guapo, pero con una belleza diferente a la de Connor, por ejemplo. Este último tiene unas facciones preciosas, que emanan tranquilidad y amabilidad, como de chico bueno y perfecto. La belleza de Derek, en cambio, reside sobre todo en ese toque salvaje que tiene, sus ojos enérgicos y brillantes, con un aura de ligero desaliño que en realidad está cmpletamente estudiado y que lo hace atractivo. Sí, eso es. Derek es atractivo, atrayente, seductor, sexy, hay muchas formas de describirlo. Y eso, irremediablemente, resulta muy tentador para una chica. Por eso mismo, Ayleen sacude la cabeza, intentando no mirar el cuerpo del joven que ahora tiene su atención en ella, si bien mirarle a la cara tampoco ayuda mucho a luchar contra la debilidad. 

-¿No te cansas?

-¿De qué? –se hace el sorprendido.

-De perseguir a chicas. 

-En primer lugar, puede que yo sólo esté intentando ser tu amigo. En segundo lugar, no, no me canso si sé que merecerá la pena –una de las comisuras de sus labios se ladea formando una sonrisa. 

-No vas a conseguir nada conmigo –sentencia Ayleen.

-Ya veremos –Derek continúa sonriendo, y hace que las yemas de sus dedos rocen la parte posterior del muslo de la pelirroja-. Yo siempre consigo lo que quiero.

II

Connor ha dado a los chicos un descanso de quince minutos, como siempre hace. Le sirve para recuperar fuerzas, porque dar clases a esos niños puede llegar a ser realmente agotador. Saca de su mochila un sándwich y lo mastica sin prisa. De repente, su mente viaja hasta esa mañana, cuando Ayleen abrió la cortina del probador y apareció cubierta sólo por un bikini marrón. La respiración de Connor se agita, aunque no tanto como en aquel momento, y cierra los ojos para serenarse. Además, no es sólo bastante guapa, sino que por lo que conoce de ella, se ve una chica simpática. Connor se da cuenta de que ni siquiera sabe si tiene novio. Es probable que lo tenga, pero en ese caso, ¿ha estado bien que ella salga del probador en lo que podría entenderse como ropa interior para que él la viera? Bueno, tal vez para ella no haya sido nada especial, porque en cualquier caso la verá así si van a la piscina un día de estos. Sin embargo… El joven da el último bocado a su bocadillo, con un hervidero de pensamientos en su cabeza. Sin duda Ayleen es una chica de las que gusta tener cerca, y no le importaría que pasara algo más con ella. Aunque no es que le guste demasiado pensar en enamoramientos, no después de lo que ocurrió el año pasado. 

Los niños empiezan a entrar otra vez en la habitación, lo que quiere decir que se acabaron los quince minutos de reflexión. Mejor así, tampoco quiere pensar demasiado en la joven de pelo rojizo, o acabará enamorándose de ella, y no es que la idea le desagrade, pero no conviene precipitarse. Antes hay que conocer unas cuantas cosas más importantes sobre ella.

III

Derek vuelve la vista una vez más en la joven que descansa, con los ojos cerrados, en la tumbona. Ayleen hizo caso de su consejo y le pidió un poco de crema solar a Natasha, pero no permitió que él la ayudara a distribuirla por su cuerpo. No obstante, Derek sabe que en realidad a la pelirroja no le molesta tanto su compañía, sólo finge, como hacen todas al principio, pero en realidad las mujeres adoran a los tíos como él. Lo sabe por propia experiencia. 

-¿Qué? ¿Más difícil de lo que imaginabas? –Axel, que es el único que hay en la piscina aparte de él, se acerca nadando y se apoya en el bordillo.

-No pensé que fuera a ser fácil –Derek sumerge la cabeza y luego la sacude moviéndola hacia los lados. 

-Caerá, como todas –su amigo piensa un instante-. ¿Nunca has pensado en buscar algo más?

-¿Cómo que algo más? –el chico de piel bronceada se apoya también en el borde de la piscina, comprobando de reojo que Ayleen sigue allí.

-No sé, enamorarte o algo así.

-El amor no existe –dice Derek, firmemente convencido.

-¿Entonces Owen…? –Axel deja la frase a medias, esperando que su amigo entienda a qué se refiere.

-Entonces Owen no quiere a mi hermana. Lo sé, todos lo sabemos, y tú también –sólo se muestra afectado un segundo, luego se encoge de hombros-. No sé qué siente ella por él, pero más que él por ella, eso seguro.

-¿Y te da igual?

-Ya es mayorcita, se acabará dando cuenta. Y si ahora le digo algo me parte el cuello, está demasiado atontada con Owen, que por cierto es un gilipollas con las tías.

-Eso es verdad –Axel mira a su amigo con más seriedad que de costumbre-. Pero en serio, algún día tendrás que dejar de jugar así con las mujeres.

-No digas eso, Ax. La partida acaba de empezar –esboza una vaga sonrisa y sale de la piscina. 

Derek camina sigilosamente hacia Ayleen, que como tiene los ojos cerrados no ve que alguien se aproxima a ella. Aprovechando que sus manos aún gotean, las coloca en el aire, por encima de la barriga de ella, que da un respingo cuando nota el agua sobre su piel, caliente por el sol. 

-¡¿Pero qué haces?! –exclama cuando descubre quién es.

-Invitarte a que te bañes –Derek sonríe, intentando poner expresión angelical.

-Menuda invitación, si todas son así, seguro que ninguna chica iba contigo a los bailes de fin de curso –Ayleen se incorpora, aunque no con la intención aparente de ir a levantarse.

-Te aseguro que las tenía en cola para venir conmigo.

-Cretino. 

-Probaré otra vez. ¿Te bañas, por favor? –Derek le tiende la mano y parpadea varias veces.

-¡Ah, está bien! Pesado –se levanta y va hacia la ducha.

-¿Ves? Mucho mejor.

-No me trates como si fuera una mascota –le advierte ella, poniéndole el dedo índice sobre el pecho.

-No lo hacía.

Derek aprovecha y coge a Ayleen por la muñeca, tirando con fuerza de ella y haciendo que su cuerpo choque con el de él. Ella alza los ojos y lo mira, repentinamente turbada. Derek nota la respiración agitada de Ayleen contra su pecho, y está seguro de que la atrae. 

-Entonces, ¿somos amigos? –pregunta en voz baja.

Ayleen guarda silencio un momento, sin apartar sus ojos de él. La pelirroja carraspea.

-Ya veremos.

“Cierto. Yo tampoco quiero ser tu amigo. Prefiero algo más”, piensa Derek justo antes de agarrarla por la cintura y hacerles caer juntos a la piscina.

[Sé que el capítulo no es muy largo pero es proporcional a mi tiempo libre, sabéis que intento hacerlos los más largos que puedo. Y bueno, ¿#teamderek o #teamconnor? JAJAJA Muchas ya me lo habéis dicho, pero las que no podéis seguir diciéndome cuál de los dos os gusta más. Como siempre, agradezco comentarios, cuantos más largos mejor, en el blog, y a ser posible también en mención por twitter, por favor, es muy importante, necesito saber que seguís ahí, si es que estáis. Espero que os haya gustado y gracias por leer]