sábado, 31 de mayo de 2014

TESTIGOS DE LA LUNA - Capítulo 14.

I

Están subidos en una de las cabinas de color rojo de la noria que Ayleen vio antes, al entrar. Después de la comida, era posiblemente la única atracción que no haría que su estómago se desprendiera de todo lo que llevaba dentro. La noria se mueve despacio, pero aun así la chica prefiere no levantarse de su asiento, por lo que pueda pasar. No quiere perder el equilibrio y caerse de culo, sería demasiado vergonzoso. Lo peor de todo –que quizás Derek no considere tan negativo- es que están ellos dos solos en la cabina. Por lo visto, a la hora de la comida la gente no suele subirse en las atracciones, y no había tanta gente como para tener que compartir. Eso tiene a Ayleen en tensión, que teme que en cualquier momento a Derek le dé por volver a tener un momento de soy-seductor-y-lo-sé. 

Derek, por su parte, está perfectamente cómodo. Se siente seguro de sí mismo, como siempre, y el saber que ella está algo nerviosa le reconforta. Ayer, cuando Ayleen se mostró tan reticente a quedar con él, temió que la chica no estuviera interesada en él, pero su actitud de ahora le demuestra que sus temores eran infundados. Se pone de pie y acerca la cara al cristal para mirar las vistas. Todavía están lo suficientemente bajos como para que sólo se vean las instalaciones del Navy Pier. 

El joven de pelo negro se gira, y queda de frente a Ayleen. La chica tiene los codos apoyados en las piernas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante. El escote de la camiseta ancha cae hacia abajo, permitiendo que Derek vea un sujetador rojo de lunares blancos que no tendría ningún problema en desabrochar allí mismo. 

-Los lunares blancos no están mal, pero me gusta más el encaje –señala con el dedo su escote.
-¿Qué…? 

Ayleen mira donde él señala y se incorpora rápidamente. Sus mejillas empiezan a ponerse de un color rojo intenso y Derek ríe, divertido. Apoya tranquilamente los brazos en la barra que hay junto al cristal y sacude la cabeza para apartarse el pelo de la frente.

-No te preocupes, no es el primer sujetador que veo –bromea.
-Seguro que ya hasta has perdido la cuenta –murmura Ayleen, girando la cara.
-¿Te pongo nerviosa? –Derek ignora sus palabras.
-¿Y eso a qué viene?
-Pareces incómoda conmigo.
-No es eso, es que… es como si estuviera con un animal en celo.

A Ayleen se le escapa una sonrisilla y a Derek una carcajada. La pelirroja no se corta en decirle las cosas, pero esa sinceridad le resulta curiosa. 

-Los seres humanos estamos en celo los 365 días al año, las 24 horas del día, ¿no lo sabías? –dice él en tono jocoso.
-Pues seréis los hombres.

Derek esboza una sonrisa y se gira otra vez para mirar el paisaje. Ahora ya se ven las inmediaciones del Navy Pier, y la gente se ha convertido en pequeñas motas que se mueven en el suelo. Una pregunta le empieza a rondar por la cabeza. ¿Será virgen? Desde el principio ha supuesto que no, es imposible que una chica como ella lo sea, pero ¿quién sabe? Se sonroja cada vez que le hace alguna insinuación algo subida de tono. En caso de serlo, le será mucho más difícil acostarse con ella, además, no está seguro de querer hacerlo si es su primera vez. Eso es algo que las chicas valoran mucho, y él no cree ser el apropiado para la primera vez de nadie. Es demasiado… pasional, y demasiado poco romántico, o eso le han dicho algunas veces. Por un instante se plantea preguntarle directamente, pero luego lo borra por completo de su mente. Eso sería mil veces peor que preguntarle cuánto pesa. Hay ciertas cosas de las que las chicas no quieren hablar. 

-Mira –Derek no aparta la cara del cristal. 
-¿Qué?
-Mira –repite él.

Ayleen se levanta resoplando y se agarra de la barandilla, tras lo que hace lo que Derek le ha dicho y mira las vistas. La noria está casi en el punto más alto que alcanzará, y la vista de Chicago es increíble. Los rascacielos no parecen tan altos, el lago Michigan se ve en su increíble extensión y el cielo está un poquito más cerca. La joven pelirroja se estremece al mirar al suelo. No es que le den miedo las alturas, pero le infunden respeto. 

-Es bonito –dice ella, echándole una última mirada y sentándose de nuevo en su sitio.
-¿No esperarías que te trajera a un sitio que no lo fuera? 
-Y ya estaba tardando en aparecer tu bajísima autoestima –Ayleen imprime tono sarcástico a sus palabras, pero por alguna razón, sonríe.
-Es mi sello de identidad. 
-Seguro que te traes aquí a todos tus ligues –lo mira.

Derek esboza una sonrisa misteriosa y no responde. Lo cierto es que no, nunca ha llevado allí a ninguna otra chica. Pero eso no va a reconocerlo, no si quiere mantener la concepción que todos tienen de él. 


II

Connor salta, intentando interponerse entre la pelota y la canasta. Alza los brazos, los endurece y nota cómo la bola rebota tras chocar con su cuerpo. Flexiona las rodillas al caer y sonríe triunfal. Cada vez que consigue superar a Hugo –que no es demasiado a menudo- se siente fenomenal. Su amigo es un gran jugador de baloncesto, y no es nada fácil ganarle. De hecho, cree que nunca ha ganado uno de esos partidos desenfadados que juegan en la pista de la residencia, pero poco a poco está consiguiendo quedar más cerca en cuanto a puntuación. 

Hayley aplaude felizmente, y le da un codazo a Mark para que haga lo mismo, a pesar de lo cual éste simplemente alza su pulgar para que Connor lo vea. Son tan diferentes…

-Creo que ya podemos parar –Hugo coge la pelota, resollando por el esfuerzo.
-Qué casualidad, justo ahora que empezaba a tener posibilidades de ganar –a pesar de eso, Connor está igual o más cansado que su amigo.
-Ni en tus sueños.

Los dos ríen y Hugo le estrecha la mano al joven rubio. No se ven mucho, pero se llevan bien. Ambos se dirigen hasta donde están sus amigos, y Hayley les tiende sendas toallas. Los chicos se secan el cuello y la cara y se sientan en el suelo, exhaustos. 

-Sigo pensando que Mark tiene algún don secreto para jugar al baloncesto, y nunca juega con nosotros para mantenerlo en secreto –divertido, Hugo mira a su amigo.
-Cuando sepa suficiente de psicología, la usaré para controlar tu mente y vengarme de ti –Mark lo mira entrecerrando los ojos.

Los cuatro amigos ríen. Se sienten bien, se saben libres y jóvenes y disfrutan de cada momento que poseen, cada uno a su particular manera.

-¿Creéis que Ayleen se siente cómoda con nosotros? –pregunta Hayley después de un breve silencio.
-Obviamente está algo cohibida, y es normal, casi no nos conoce –responde Marcus. 
-Bueno, a Connor parece que lo conociera bastante –dice la muchacha en tono desenfadado, aunque muy atenta a la reacción de su amigo.
-Sólo intento que se adapte a la residencia, y la mejor forma es tratándola con naturalidad –su voz suena calmada.
-Bah, mentiroso. Te gusta –Hugo le da un codazo y Connor le responde con un puñetazo en el brazo.
-¿Te gusta? –insiste Hayley.
-¡Claro que no! –el chico rubio frunce el ceño.
-Ah, qué manía con negar la evidencia –Mark se estira y bosteza.
-¡A Connor le gusta Ayleen, a Connor le gusta Ayleen! –canturrea Hugo. 

El aludido niega con la cabeza y sonríe, porque a pesar de todo quiere mucho a sus amigos. En eso se basa la amistad, en decirse cosas que otros no se atreverían a decir, en bromear, en molestarse, en enfadarse y en perdonarse. Mientras Hugo sigue con su cantinela, Connor se siente muy afortunado de tener a esos tres jóvenes en su vida. Pero, ¿tendrán ellos razón? ¿Habrá empezado Ayleen a gustarle? 


III

Natasha sorbe por la nariz por enésima vez y se limpia los ojos con el dorso de la mano. Entonces se da cuenta de que se ha dejado los brazaletes en la mesa del restaurante, porque estaba demasiado enfadada como para recordar que Owen se los había quitado. Ya no va a volver a por ellos, que se queden allí. Todo le da igual. O más bien, ella quiere hacer como que todo le da igual. Pero la realidad es que lo está pasando mal. Tenía que enamorarse precisamente de un capullo. Pero es que es un capullo guapo, atractivo, encantador… O solía serlo. 

-¡Natasha, espera! 

La joven nota una mano rodeando su muñeca, pero esta vez con mucho cuidado. No se gira para mirarle, pero para de andar y vuelve a sorber por la nariz. Ya ha dejado de llorar, pero sigue teniendo los ojos húmedos. 

Owen se pone delante de ella y agarra la cara de ella entre sus manos. La acaricia delicadamente y sonríe, tal y como solía hacer cuando Natasha se enamoró de él.

-Perdóname –murmura. 

Natasha mira al suelo. No le ha dicho que lo siente, ni le ha dicho que es un gilipollas por haberla tratado de ese modo. Pero le ha pedido que le perdone. La joven se abraza a sí misma cuando la asalta un escalofrío. 

-Owen, es que…
-Te quiero –la hace alzar la cara para que lo mire-. Te quiero.
-Yo también te quiero, pero… 
-Por favor. No volverá a pasar. Lo prometo. 

Parece sincero. Y Natasha tiene unas ganas inmensas de creerlo. De todos modos, simplemente fue que descontroló su fuerza, nada más. Es verdad que últimamente está menos agradable, pero le acaba de prometer que no pasará de nuevo, que todo volverá a ser como antes. Bueno, eso último no lo ha prometido, pero ella quiere pensar que sí. Dios, cuánto lo quiere.

-Está bien –finalmente, se rinde.
-¿Sí?
-Sí.

Owen se inclina sobre ella y le da un corto beso. Después, saca del bolsillo de su chaqueta sus dos pulseras, y se las coloca con cuidado en las muñecas, cubriendo los morados, como si porque dejaran de verse no estuvieran allí. Sin embargo, hay otro tipo de heridas que no pueden taparse ni ignorarse, heridas que sin ser físicas dejan una huella mucho más profunda y difícil de curar.



[Aquí tenéis otro capítulo, espero que os haya gustado y por favor, comentad en el blog y mencionadme en twitter, es muy importante para mí, de verdad. Gracias por leer] 

5 comentarios:

  1. Asdfghjkl *-*
    Me encantaaaaaaaaaaaaaa. En serio, tienes un don o algo así, ¿verdad?
    Me encanta Derek. En realidad es tonto, pero es un tonto adorable :)
    Y Owen es retrasado. Así. Directamente.
    Natasha me da pena :( Espero aue se de cuenta pronto de cómo es él en realidad.
    Bueno, me voy ya. Espero qur sigas muuuy pronto :)
    Muchos besos.
    Tu fan número uno xx :)

    ResponderEliminar
  2. ME ENCANTAAAAAAA. No dejes se escribir nuncaaaaa. En serio eres la mejor. Un beso y sube prontoo jaja ♡

    ResponderEliminar
  3. sinplemente geniaal enserio tienes muchisisisismo talento,me encanta tu novela,sigue asi :)

    ResponderEliminar
  4. me encanta (:
    http://hazmeunfavorysonrie.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
  5. Cada vez la historia va mejor :)

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.