jueves, 1 de mayo de 2014

TESTIGOS DE LA LUNA - Capítulo 5.

I

Connor mira de reojo a Ayleen. Llevan ya un rato recorriéndose las calles de Chicago próximas a la residencia, donde suele haber ofertas de trabajo adecuadas para jóvenes estudiantes: que no requieran mucho tiempo, porque los chicos necesitan estudiar, pero en los que no paguen mucho, porque los jóvenes necesitan el dinero y aceptan lo que sea. Ayleen parece contenta, a pesar de que todavía no han encontrado nada. Es muy guapa. 

-Connor –dice ella de repente, mirándole y descubriendo que él tenía los ojos puestos en ella.
-Dime –no aparta la mirada.
-¿Por qué te desagrada tanto Derek Harris? –suelta Ayleen.

El joven nota cómo sus cejas se arquean y suspira con resignación.

-¿Por qué lo dices? –siempre que no se quiera responder a una pregunta, es mejor responder con otra pregunta.
-Porque cada vez que lo ves, te cambia la cara y el humor –Ayleen se muerde el labio, consciente de que puede que haya preguntado algo que no debía; aun así, insiste-. ¿Por qué?

Connor no está seguro de que deba contárselo. Tampoco se conocen tanto, y no le gusta dar la primera impresión de víctima, o que la gente sienta lástima por él. Justo entonces ve un cartel en un restaurante de que se necesita empleada. Sí, lo especifica, necesitan a una chica joven de camarera.

-¡Mira! –señala el anuncio y se acerca al cristal para leerlo mejor. 

El chico es consciente de que Ayleen se ha quedado esperando una explicación, pero ya se la dará más adelante. Un suspiro se escapa de los labios de ella, pero va también a leer el anuncio.

-¿Entramos? –lo mira.
-Eres tú la que tendrá que trabajar –Connor se encoge de hombros-. Pero yo entraría.

Ayleen echa un vistazo desde la cristalera que separa el restaurante de la calle. Tiene pinta de ser un sitio bastante informal, no demasiado cuidado ni elegante, pero trabajar le vendrá bien. En Aurora, su ciudad, solía cuidar a la hija pequeña de su vecina, y está acostumbrada a organizarse el horario. Además de que podría usar ese dinero para sus pequeños caprichos, como hacía el año pasado. 

Connor ve a su nueva amiga pensativa, pero finalmente se decide y entran. Se acercan a la barra y Ayleen pregunta por el encargado a una camarera que está lavando unos vasos.

-¿Vienes por lo del trabajo? –la camarera mira a Ayleen, aunque antes no ha podido evitar repasar a Connor de arriba abajo. 
-Sí. 
-¡Jill! –grita la joven desde detrás de la barra, comprobando antes que no hay ningún cliente en el restaurante.

Un hombre bajito y regordete sale de una puerta que debe dar a las cocinas. No tiene pinta de ser el típico dueño de locales explotador de estudiantes de sexo femenino que las contrata más para alegrar la vista de la clientela que para que sirvan mesas. “Claro que muchas veces las apariencias engañan”, piensa Connor.

-Hola –se apresura a saludar Ayleen, tendiéndole la mano.
-Así que quieres el trabajo –el tal Jill estudia a la candidata con la mirada.
-En efecto.
-¿Y por qué debería contratarte? –el encargado se rasca la mejilla con una mano bien rechoncha.

Ayleen entrecierra los ojos un instante y se muerde el labio, lo que por algún motivo encoge el estómago de Connor. Ella señala el cartel.

-Porque soy una chica, soy joven, y estoy dispuesta a ser camarera –dice, enumerando los requisitos que aparecían en la ventana.

El encargado suelta una carcajada, llevándose las manos a la barriga, como sujetándola. 

-Buenas razones, sí. ¿Cuándo te vendría bien? Bueno, déjalo, si eres estudiante seguro que en el fin de semana, ¿verdad?

Ella asiente con la cabeza, y un mechón de pelo se escapa de su trenza pelirroja. Connor siente un impulso de recogérselo detrás de la oreja, pero se contiene. ¿Qué le está pasando? Sacude la cabeza y vuelve a prestar atención a la conversación.

-¿… viernes y sábado por la tarde y domingo por la mañana? –está diciendo Jill.
-¿Y el sueldo?
-Vaya, eres una chica directa –él vuelve a reír-. Me gusta, me gusta. Pues veamos, ¿qué te parece ocho dólares la hora? Tres horas el viernes y cinco el sábado y el domingo, por ocho dólares la hora, serían ciento… cuatro dólares por semana, por cuatro semanas cada mes… cuatrocientos dieciséis  -calcula mentalmente-. Más los días festivos que los pago a nueve. No puedes pedir mucho más porque no es a tiempo completo, y dudo que te paguen más que yo en algún otro sitio.

Connor repasa lo que el encargado, o más bien el dueño del local, ha dicho. No está mal, para ser sólo los fines de semana. Casi le extraña que le pague ocho dólares por cada hora. 

-Me parece bien –accede Ayleen, que se ha visto abrumada ante la idea de contar con tanto dinero para ella. 
-Pues primero harás una semana de pruebas, y luego vemos lo del contrato. ¿Tienes experiencia como camarera? 
-Esto… no –admite la joven.
-Da igual –el tipo sonríe-. Eres maja, y ya se encargará Elyse de enseñarte todo lo que tengas que saber –señala a la camarera, que ha escuchado toda la conversación-. ¡Pásate por aquí el viernes a las cinco!

Ayleen sonríe ampliamente y Jill se va sin decir nada más, entrando otra vez en la cocina.

-Seguro que te contrata –comenta Elyse, colocando unas botellas de alcohol en su sitio-. Le has caído bien. 

Al salir del restaurante, la joven está rebosante de felicidad. Es cierto que trabajar implica tener menos tiempo libre, pero se siente bien. Entonces recuerda algo y deja de andar.

-¿Qué pasa? –Connor la mira, extrañado.
-Tengo que comprarme un bikini –Ayleen parpadea varias veces-. La piscina… no tengo… ¿recuerdas?
-Ah, sí, claro.
-¿Me acompañas? –sus ojos brillan. 
-Está bien –él sonríe con sinceridad-. Pero espero que no me pidas consejo para elegir porque no sé nada de esas cosas.
-Con que me digas si me queda bien me vale.

Ayleen le guiña un ojo y Connor no sabe si realmente le está pidiendo que vea cómo le quedan  los bikinis. Empieza a acalorarse con sólo la idea de la joven pelirroja en prácticamente ropa interior.


II

Derek mira constantemente hacia la puerta, y sabe perfectamente que no es para ver qué gente nueva llega a la residencia. Vio salir a Ayleen con ese Ackland y no le hizo ninguna gracia. ¿Cómo va a acercarse a la chica pelirroja si ese estúpido no se separa de ella ni un momento? Derek resopla, indignado, y se da cuenta de que Natasha le está mirando con una sonrisilla en los labios. 

-Cálmate –le dice su hermana, divertida-, esta tarde vendrá con nosotros.
-No te ha dicho que fuera a hacerlo.
-Lo hará –asegura ella con convicción.
-Vaya, ¿así que ahora el gran Derek Harris necesita ayuda para conseguir a una chica? –se mofa Owen.
-Por supuesto que no.

El joven de ojos oscuros vuelve a mirar de reojo a la puerta de la residencia. Menuda mañana más aburrida. Sólo espera que su hermana tenga razón y Ayleen vaya esa tarde a la piscina.


III

Ayleen se pone el trikini que se ha comprado. Es celeste, con una pieza circular de algo parecido a madera en la parte de tela que une el sujetador con la braguita del conjunto. No estaba muy segura de que ése fuera el más adecuado para comprarse, pero Connor insistió en que era el que mejor le quedaba, y los chicos saben de esas cosas. Encima del traje de baño vuelve a vestirse con su camiseta y sus pantalones cortos. Ayleen se calza unas chanclas y se suelta la trenza que lleva en el pelo, comprobando que su pelo se ha quedado aún más ondulado después de toda la mañana recogido. 

La joven recuerda a Connor, mirándola en los probadores de los pies a la cabeza cada vez que le enseñaba cómo le quedaba un bikini diferente. Sobre todo la primera vez que salió con tan poca ropa, su boca casi se abrió al verla. Sonríe, algo avergonzada. Aunque le ha hecho sentir bien que la mire así. 

Ayleen coge una toalla, que también ha adquirido en la tienda de la ropa de baño, y sale de su cuarto. Es una pena que Connor haya tenido que irse, pero según le ha dicho, da clases particulares a unos niños, de modo que Ayleen ni siquiera le ha comentado que va a ir a la piscina con la chica de pelo negro amiga de Derek. Por algún motivo, piensa que a Connor no le parecería bien, y no quiere tener su desaprobación. Ayleen se siente un poco culpable, pero piensa que irá a cenar con Connor cuando él vuelva, y por un rato se olvida del joven de pelo rubio. 

Tras cerrar la puerta de su habitación, la joven toca en el cuarto que queda justo al lado del suyo. Un segundo después la puerta se abre, y aparece la chica morena, con un pantalón vaquero corto y el torso sólo cubierto por un sujetador de baño blanco, que hace un bonito contraste con su piel.

-¡Ayleen! –ella la saluda efusivamente, como si la conociese de toda la vida- ¿Has decidido venir con nosotros a la piscina? –señala su toalla de baño.

Ayleen asiente y sonríe avergonzada, porque no recuerda cómo se llama su vecina, aunque sabe que se lo ha dicho esa mañana. ¿Natalie? ¿Natasha? Prefiere no arriesgarse.

-He pensado que es una buena forma de hacer nuevos amigos.
-Pues sí. Pasa, si quieres, y en cuanto que me ponga la camiseta y coja mis cosas bajamos juntas.

La chica del pelo rojizo accede, y cierra la puerta cuando entra. Todo está bastante ordenado, incluso parece que nadie haya dormido en la cama durante días. Su nueva amiga entra en el cuarto de baño, sujetándose por el camino el pelo en una cola. 

-¿Cuántos años tienes? –le pregunta.
-Diecisiete –contesta Ayleen-. Cumplo dieciocho en diciembre.
-Vaya, qué pequeñita –escucha la risa de la morena desde el baño.

La situación le recuerda a ayer, cuando Connor le estuvo enseñando la residencia y le preguntó su edad. ¿De verdad ha pasado sólo un día? Ayleen sacude la cabeza, con la sensación de que ya lleva en ese sitio una eternidad, y eso que las clases en la universidad ni siquiera han empezado aún. 

-¿Y tú? –pregunta, dándose cuenta de que es lo educado.
-Veinte. Cumplo veintiuno en enero –la joven sale del baño y coge una camiseta, que descansa en el respaldo de la silla de su escritorio. 
-Qué mayor.
-Pero me conservo muy bien –bromea su nueva amiga, poniéndose la camiseta. 

Ayleen sonríe. Su vecina le cae bien, parece simpática. Entonces mira sin ninguna razón en especial la mesita de noche que hay al lado de la cama, y ve en un marco una foto de Derek y la joven. Por lo visto se llevan pero que muy bien. Ayleen siente el impulso de preguntarle por él, de qué lo conoce, cómo es, si de verdad es tan egocéntrico como parece, pero escucha la puerta abrirse y al mirar ve que la chica ya está lista para salir.

-¿Vamos? –pregunta, sonriendo.
-Vamos. 

Las dos muchachas bajan tranquilamente las escaleras, y en su camino hasta la piscina se cruzan con varias personas. Uno de ellos las mira descaradamente, aunque Ayleen está segura de que se fijaba más en su acompañante que en ella misma. 

En cuanto salen al aire libre, se escucha el ruido que produce gente bañándose en la piscina, y Ayleen nota el calor del sol sobre su piel. Hace un día de auténtico verano, sin una sola nube en el cielo. Hay varios chicos en el agua, jugando con un balón y una red que la pelirroja no recuerda que estuviera ahí el día anterior. 

-¡Natasha! –saluda el único joven que toma el sol en una tumbona.

¡Así que se llamaba Natasha! Ayleen se promete que esta vez no volverá a olvidar su nombre. Se acercan a él, que se levanta y da un apasionado beso en los labios a Natasha. La otra chica lo reconoce inmediatamente. Es aquel que fue a hablar con ella cuando estaba sola en la cafetería, esperando a Connor, el mismo que luego parecía pelear con la joven de pelo moreno, y que ya sin duda alguna es el novio de la misma.

-Owen… -Natasha le reprocha que la acapare tanto, pero se nota que en realidad no le molesta en absoluto- Venga, que os presento. Ayleen, este es Owen. Owen, Ayleen. 

Ayleen entrecierra los ojos, porque ellos dos ya se conocían, ya se habían presentado. Más bien fue él quien se autopresentó, y por lo visto no le ha dicho nada a su novia. No obstante, finge que no sabe quién es porque no quiere generar problemas en la pareja, pero se pregunta si Owen hará lo mismo con todas las tías, a espaldas de Natasha. Ayleen no está muy segura de cómo saludarle, pero él lo resuelve dándole un beso en la mejilla.

-Encantado –Owen sonríe, si bien su sonrisa no le resulta agradable. 
-Igualmen… ¡ah! –exclama Ayleen, al sentir unas manos frías y húmedas sobre sus hombros.

Se da la vuelta y se encuentra justo de frente con un joven de piel bronceada y ojos muy oscuros, que la mira con una media sonrisa en los labios, Derek. Lo tiene tan cerca que puede ver perfectamente las gotas resbalar sobre su piel, creando un charco alrededor de sus pies. Debía de ser uno de los que estaban jugando en el agua un momento atrás.

-Hola, Derek –saluda Natasha, con lo que Ayleen cree que es un deje divertido en la voz. 

Él corresponde a su saludo con un movimiento de cabeza, y Ayleen comprueba con desaliento como la pareja se va a una tumbona que queda algo más alejada. 

-Buenas tardes, chica del pelo castaño rojizo –Derek fija sus ojos en ella.
-Me llamo Ayleen –protesta la muchacha, aunque en esos momentos tiene los pensamientos enredados. 
-¿Siempre vas a encontrar alguna pega a mi forma de llamarte? Si te digo pelirroja…
-¡Es que no soy pelirroja! –Ayleen da un paso atrás, para alejarse un poco de aquel chico tan atractivo.
-Está bien… Ayleen.

Pronuncia su nombre despacio, recreándose, dándole un toque incluso sensual. La chica nota algo recorrerla por dentro, y se obliga a sí misma a permanecer impertérrita. 

-¿Piensas quedarte todo el rato con la ropa puesta? 

Ayleen alza las cejas. Está claro que no, que se ha puesto su trikini para poder bañarse o tomar el sol, pero ahora se siente algo amedrentada. No es como con Connor, que no le ha importado que la viera en, digamos, ropa interior. Ahora tiene la sensación de que Derek va a estar observándola no sabe muy bien con qué intenciones, y de repente se siente insegura. No puede dejar que él lo note, por supuesto.

-Claro que no.

Como retándolo, se quita la camiseta y la deja caer al suelo. Hace lo mismo con los pantalones. Mira directamente a Derek a los ojos, que brillan y están más abiertos que un instante antes. Él quiere provocarla, sin duda. Bien, pues quizás se lleve la sorpresa de que sea ella la que consiga provocarlo a él.  


[¿Qué pasará en el siguiente capítulo? ¿Es posible que ocurra algo entre Derek y Ayleen? Por favor, comentad en el blog, o mencionadme con vuestra opinión, y si hacéis ambas cosas os adoraré, ya sabéis que me motiva mucho que la gente comente, porque así sabes que estás escribiendo para que alguien lo lea. Muchas gracias por leer]

4 comentarios:

  1. Aaaaaaaa me encanta me encanta me encaaaaantaaaaa! Jajaja lo siento por no comentar el los dos últimos caps, pero bueno ahora te comento y te digo q cada vez esta novela me gusta mas y q espero q subas prontooo porque y me has dejado intrigada ajajaj a ver q pasa con esta parejaaaaa. Muchos besossss Ana

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  2. Me vas a matar. Lo sé. Y tú te estarás preguntando el por qué. Yo te respondo: no te comenté en el capítulo anterior D: Lo sé, lo sé. No me vas a matar. Pero me siento mal. Siento no haberte dicho nada, pero es que lo acabo de leer. Llevo como dos semanas sin coger el ordenador y no había podido leerlo. Pero bueno, ¡he vuelto! *aplausos*

    En fin. Me han encantado los capítulos. Sé que siempre te digo lo mismo, pero es que son perfectos todos y en cada capítulo me frustro y muero y cuando vuelves a subir resucito y me vuelves a dejar con intriga y me frustro y muero y... ya me entiendes, ¿no? Es un #CírculoVicioso (No sé por qué hago un hastag. Ignóralo)

    ¿Qué más decir? Connor me cae bien, pero yo soy del #TeamDerek No sé por qué. Supongo que porque me gustan los malotes u.u

    Ignora eso último. No sé qué me pasa hoy. Digo más gilipolleces que de costumbre. Pero bueno, es lo que hay.

    Me despido ya. Espero que sigas muy pronto, que quiero saber que pasa con Aylerek y Conleen (? Ni idea. Soy pésima mezclando nombres así que... jajaja.

    Bueno, muchos besos. Te quiere tu fan número uno :) xx

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  3. Mi queridísima Ana, cuánto tiempo sin comentarte aquí.

    Lo siento, lo siento *se pone la mano en el pecho dramáticamente mientras niega con la cabeza y pone cara de dolor* He estado muy perdida por twitter, mi blog, wattpad y TÚ blog, que es el único que sigo jejejejejeje. Es que tengo un grandísimo problema informático y es que, ¡mi pc no me deja entrar en Twitter! Me tiene desquiciada ese error SSL o como sea, so no me había enterado de que habías subido esta nueva novela hasta hace ¿una semana? Sí, creo que fue hace una semana que la empecé a leer por lo que ya tenías caps subidos, leí todo y adivina... ¡ME ENAMORÉ! Dios, soy #TeamDerek como la chica del comentario anterior, adoro a los chicos malos, pero sólo hay un Bad Boy que tiene mi corazón forevah and evah; Zayn. Bueno, que me voy del tema; Owen es un celoso y los celosos tienen una cosa en común: violencia. Los celosos siempre acaban por pegar a su pareja cuando los celos atacan, así que no me cabe ninguna duda de que Owen es un poco como muy violento. No me cae nada bien. Connor; no creo que llegue a nada con Ayleen más que nada porque con él, ella tiene muchísima más confianza y eso sólo significa una cosa; amistad. ¿No viste como se comportó Ayleen al quitarse la ropa delante de Derek? Socorro, yo no podría estar delante de ese monumento sin lanzarme a sus brazos, ella es muy fuerte para aguantar ese tipo de cosas, yo noxddddddd. Vale ya, mi lado guarro ha salido JAJAJAJAJAJA Sos.

    En fin, Derek es mi octavo amor platónico, los otros cinco lo sabes, el sexto y el séptimo no jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, te dejaré con la intriga *cara perver del whats*

    Esta novela me encanta, estaba un poco cansada de los fics e imaginas, no quiere decir que no me guste leerlos ni que sean malos, pero ya no es lo mismo de antes, esta novela es diferente, es LA novela, ¿sabes por dónde voy?

    Me voy despidiendo ya, creo que no hace falta si quiera que ponga mi nombre porque ya sabrás quién soy. Te quiero, teo.

    ATTE: @Rachelforever99

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  4. Anaaa :3
    De verdad, de verdad, de verdad que siento no haber comentado el otro día. Es que estoy de exámenes, y muchos deberes y trabajos y no tengo tiempo de nada :( Así que hoy he tenido ya un poco de tiempo libre y he leído estos dos últimos capítulos que has subido aslkjdfhñadfh
    Me encantan. Ya los sabes añskdfjálkdfsj´fj
    Bueno, ya sabes que no me gusta decir lo que creo que va a pasar entre los personajes en una historia, así que ya lo iré viendo a medida que vayas escribiendo :3
    Y bueno, eso. Que me encanta y que espero que sigas pronto :)
    ¡Ah! Por cierto, no creo que pueda comentar mucho de ahora en adelante (ya sabes, exámenes finales), me quiero que sepas que yo leo y que estoy segura de que me vas a seguir sorprendiendo con lo que escribas :3
    Muchos besos
    (@_mysexymalik)

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