miércoles, 20 de febrero de 2013

#Imagina de Harry PARTE 2


Vas de camino a casa después de unas horas que desearías que hubieran pasado más rápido de lo que lo han hecho. Mike quería acompañarte de vuelta, pero lo has rechazado con una sonrisa amable. Prefieres volver sola y no tener que fingir que te interesan las miles de cosas que ese tipo no deja de contarte.

Andas tranquilamente, no tienes ninguna prisa. Entonces, el ruido de un motor rompe el silencio de la calle. Una moto para haciendo un derrape justo a tu lado, y, para tu sorpresa, el camarero de pelo rizado te mira con esa sonrisa con hoyuelos desde encima de la moto. Quizás tenga la camisa debajo, pero tú lo que ves es la chupa de cuero que le da aún más aspecto de chico problemático del que ya te había parecido antes. Pero… buf, le sienta realmente bien.

-Anda, pero mira a quién tenemos aquí, ¡la chica a la que los hombres la ponen tan nerviosa que se da contra las sartenes!
-Los hombres no me ponen nerviosa –sueltas un bufido.
-Ah, ¿no? ¿Sólo yo lo hago? –se baja de la moto.
-Tú no… -balbuceas.
-Tranquila, es normal, les pasa a todas –se lleva una mano al pelo y se lo sacude con una sonrisa.
-¿También las persigues a todas por la calle? –alzas una ceja.
-No, si consigo que me den su número o su nombre antes de que se vayan.
-Oh, entonces te lo estoy poniendo difícil, ¿no? –ladeas una sonrisa.
-No lo niego –Harry sonríe-. Por cierto, señorita, ¿lo ha pasado usted bien en su cita?
-¡Por supuesto! ¿No me has visto reírme todo el rato? –ironizas.
-La verdad es que sí –ríe-. ¿Volverás a quedar con él?

Sonríes misteriosamente. Te ha gustado que te haga esa pregunta, sobre todo porque parece realmente interesado en la respuesta.

-Puede.
-Sabes que aunque te llame mil veces, fingirás que no has oído el teléfono.
-Entonces, ¿por qué preguntas? –echas a andar y Harry te toma de la muñeca para impedir que avances.

Te das la vuelta y le miras.

-Quiero volver a casa, la verdad.
-Eso es lo que quieres creer que quieres.
-Já, ni en tus sueños.
-Te propongo algo. Dame una hora. Sólo una hora. Si en ese tiempo no consigo hacerte reír ni una sola vez, no vuelvo a molestarte nunca más. Y bueno, si no aceptas, voy a seguir siendo un pesado –sonríe con algo de prepotencia.
-¿Y qué pasa si sí consigues que me ría?
-Me odias tanto que algo así no va a ocurrir, ¿no? –te guiña un ojo.

Frunces el ceño. No vas a reconocer que quizás sí consiga hacerte reír, pero si no aceptas, va a seguir persiguiéndote. Y no es que el chico no te guste; esa clase de conversaciones te estimulan bastante, incluso te divierten, pero ves algo en él a lo que quizás no deberías acercarte. Sin embargo, te oyes decir:

-Está bien. Una hora –miras el reloj.

Harry tira de tu muñeca, que aún tiene entre sus dedos, y te pega a él en un movimiento seco. Tu pecho golpea contra el suyo, y tienes que alzar los ojos para mirar los de él. Pone una sonrisa ladeada, y notas su aliento sorprendentemente freso en tu rostro. Acerca mucho su cara a la tuya, tanto que vuestros labios casi se rozan.

-¿Preparada? –susurra.
-¿Para la hora más aburrida de mi vida? –consigues articular, con algo de sarcasmo.
-Esa la acabas de pasar con tu cita, bombón –dice, en tono seductor.

Haces una mueca ante el apelativo, y él se da cuenta, lo cual es lo peor que puede ocurrir, porque eres consciente de que ahora que sabe que te molesta, lo va a usar.

De repente se separa de ti y va hacia su moto. Tú te quedas clavada donde estás.

-¿No piensas venir? Me corre algo de prisa, así que ir motorizados no nos vendría nada mal –da un golpecito en el asiento de la moto.
-No –te cruzas de brazos.
-¿Por qué? –ladea la cabeza.
-Porque ni tienemos casco ni voy a subirme por primera vez en una moto contigo.
-¿No quieres compartir tu primera vez conmigo? –ríe- Yo te puedo enseñar cómo se hace… No soy virgen en esto.
-Ja, ja –muy gracioso-. ¿Acaso lo eres en algo?
-Ah, bombón, esa es información que no te voy a desvelar… aún –camina hacia ti.
-¿Qué haces?
-Subirte en la moto –responde, con una sonrisa.
-No, no, no –retrocedes.
-Me has dado una hora, pues déjame que la emplee como quiera… dentro de ciertos límites, claro.
-Estos son mis límites.
-Sube a la moto. Te gustará.
-No quiero –chocas con la pared-. ¡Ay!

Harry rompe a reír.

-Tienes un problema, eh, bombón. Te vas a hacer un morado muy grande como sigas dándote golpes cada vez que me acerco a ti.
-No me llames así –bufas.
-¿Cómo? ¿Bombón? –te mira, sonriente- Bombón. Bombón, bombón, bombón.
-¡DIOS! ¡ERES DESESPERANTE!
-Pero te encanto –se encoge de hombros.
-Pues no mucho, lo siento.
-Vaya, más lo siento yo –se finge apenado.

En un segundo, te toma de la cintura y te echa a su hombro como quien coge un saco.

-¡Bájame ahora mismo! –le das golpes en la espalda.
-¿Esa es toda la fuerza que tienes? Vas a necesitar algo más para que te baje…

La gente que camina por la calle os mira, extrañada.

-¡Harry “el-que-sea-tu-apellido”, bájame ahora mismo!
-Styles, es Styles.
-¡Pues Harry STYLES, suéltame!
-Menudo escándalo estás montando, que si “bájame”, que si “suéltame”, con tanta exigencia. Simplemente súbete en la moto, y te bajo.

Te das con la palma de la mano en la frente y respiras hondo un par de veces, aún boca abajo.

-Está bien, está bien. Me subiré en la puta moto –resoplas.
-Uy, he sacado tu lado oscuro, bombón –te baja, pero te retiene cogida de la cintura-. ¿Prometes que te subirás?

Gesticulas con las manos para intentar no estrangularlo. Es más desesperante aún de lo que lo ha sido en el restaurante. Aunque, visto por otro lado, no te has aburrido con él ni un segundo, no como con Mike.

-Lo prometo –dices, después de contar hasta diez mentalmente.
-¡Perfecto! ¿Ves lo fáciles que son las cosas? –te suelta.

Harry se sube en la moto, y tú te montas detrás, con resignación.

-¿La hora empieza a contar desde ya? –pregunta él.
-No, te quedan cuarenta y cinco minutos –sonríes de forma exagerada a propósito.
-Bueno, veremos qué podemos hacer en cuarenta y cinco minutos… Por lo pronto, te recomiendo que te agarres, bombón. De todos modos, sé que te mueres por abrazarme –él sonríe con descaro.

Tú no lo haces, pero cuando la moto se pone en marcha, te ves obligada a abrazar su torso con fuerza si no quieres caerte al suelo. Van a ser tres cuartos de hora muy largos… o quizás no tanto.


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]  

4 comentarios:

  1. Aaaaahhh que ganas de leerla terceraaaa! Escribes genial :) sigue asi por favor :)
    muchas gracias por lo que hacer :')

    ResponderEliminar
  2. Asdfghjkl, ¿por qué escribes tan genial? Por favor, sube pronto. ¡Necesitamos más! Kisses.

    ResponderEliminar
  3. Me encanta como escribes, espero que subas más capítulos pronto; y si puedes, cuando acabes este #imagina otro no estaría nada mal;)Besos

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.