domingo, 10 de febrero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 12


Como la canción lenta ha acabado, la gente comienza a dispersarse, y Niall y tú os separáis un poco. Probablemente, nadie se haya fijado en vosotros, así que tampoco es plan ahora de ponerse allí a dar el espectáculo.
Él te sonríe ampliamente, y aparta su mano de tu cintura.
-¿Te apetece comer algo? –pregunta, como si hace un momento antes no te hubiera dicho que te quería.
-La verdad es que no tengo nada de hambre –admites-. Pero sé que tú sí, ¡siempre la tienes! Así que vamos a coger algo, si quieres.
-Por extraño que parezca, yo tampoco tengo hambre –dice, con asombro.
-¡¿No?! –ríes.
-No.
-Aunque sí que me apetece beber algo –tiras de la mano de Niall hasta la barra-. ¿Tú quieres alguna cosa?
-Lo que tú te pidas –se encoge de hombros.
-Niall, voy a beberme una Coca-Cola –ríes levemente.
-Y yo otra –sonríe angelicalmente-. ¿Es que me ves como un borracho, o qué?
-Bueeeeno…
Ambos rompéis a reír, y pides las dos bebidas al tipo de la barra.
-Gracias –dices cuando te las da, y le tiendes la suya a Niall.
Comienza a sonar música tecno, y haces una mueca.
-¿No te gusta esta música? –pregunta Niall.
-Para nada –frunces el ceño.
-¿Salimos fuera un rato? Luego seguro que la cambian –esboza una sonrisa arrebatadora.
-Me parece una idea genial –así, de paso, podréis estar solos, y podrás responderle seriamente a lo que te ha dicho cuando estabais bailando.
Fuera del gimnasio hay varias parejas. Algunos caminando, otros besándose, otros mejor no saber lo que están haciendo.
-Ven –murmura Niall, y echa a correr, tirando de ti.
A pesar de los tacones, consigues acomodarte a su ritmo, y corres también.
-¿Adónde vamos? –preguntas, entre risas.
-A un sitio que seguro que te gusta más –responde, también riendo.
Entráis al instituto, y te lleva por varios pasillos, que, al no estar iluminados, no reconoces. Al final, llegáis a un gran salón, y cuando tus ojos se acostumbran a la oscuridad de allí, que es menor que la del instituto, pues la luz de la luna llena entra por varios ventanales, te das cuenta de que estáis en el auditorio donde solíais tocar la guitarra.
Cuando vuestra respiración después de la carrera vuelve a ser normal, Niall te lleva de la mano hasta el fondo del escenario, y ves que hay un gran piano de cola en el que nunca antes te habías fijado. Él se sienta en el taburete que preside el piano.
-Ven –te agarra por la cintura y te sienta en sus piernas.
¿Es que también sabe tocar el piano?
Sin decir nada, sus manos empiezan a moverse sobre las teclas, con suavidad, y una dulce melodía empieza a sonar. No es demasiado compleja, pero es muy bonita, suave, deliciosa, uno de estos sonidos que se podría escuchar durante horas sin que moleste hacerlo. Al moverse las manos de Niall, de vez en cuando rozan tu cuerpo, muy levemente, pero te gusta esa sensación. Está totalmente concentrado, casi más que cuando toca la guitarra, y cuando le miras la cara, ves que sus ojos no están en las teclas del piano, sino clavados en ti. Termina de tocar con unas notas cortas y agudas, y aparta las manos del piano para rodear tu cintura con ellas.
-No sabía que tocaras el piano, pero lo haces… genial –dices en voz bajita.
Es como si la canción hubiera creado una atmósfera especial que no quieres romper con tus palabras.
-Hacía tiempo que no lo tocaba, pero durante las tardes que no he venido contigo a ensayar con la guitarra… sentí la necesidad de hacerlo –sonríe levemente.
-Lo que has tocado ha sido muy bonito.
-Gracias. Lo he compuesto en estos días. Y quiero ponerle letra, pero aún no he encontrado las palabras para expresar lo que siento.
-¿Sobre qué va a tratar la canción?
-Sobre nosotros –murmura.
Sonríes.
-Niall…
-¿Sí?
Clavas tus ojos en los suyos.
-Yo también te quiero.
Él besa tus labios con dulzura, y luego apoya su frente contra la tuya. Descansáis así durante unos minutos, vuestras respiraciones acompasadas, los ojos cerrados.
-A veces me pregunto qué sería de mí si aquel día no me hubieras dado un golpe con la puerta de tu taquilla –dice él, aún con los ojos cerrados.
-Probablemente tendrías algunas neuronas más de las que tienes –sonríes.
-Pero me sentiría vacío por dentro… No me di cuenta de lo incompleto que estaba hasta que apareciste tú…
Abres los ojos, y rozas sus labios con tus dedos.
-Yo jamás había sentido en el estómago lo que siento al mirarte, jamás había imaginado que besar a alguien podía ser tan…
-Perfecto –él completa la frase por ti-. No, yo tampoco.
Comienzas a hacer circulitos con tu dedo índice en el pecho de Niall.
-¿Quieres merendar? –mira en dirección a la máquina de comida, que no se ve, pues la luz no llega casi hasta allí.
-¿Merendar a las diez de la noche? –preguntas, divertida.
-¿Por qué no? Comerse un batido y una palmera de chocolate a las diez de la noche no puede ser cenar, ¡es merendar! –dice, muy serio.
-Vale, merendemos –os levantáis, y vais hasta la máquina.
-¿Lo de siempre?
-Lo de siempre –te muerdes el labio.
Niall saca dos batidos y dos palmeras de chocolate, y os sentáis en el suelo del escenario a coméroslos. Igual que la primera vez. Excepto porque ahora Niall está apoyado en la pared con las piernas abiertas, y tú estás entre ellas, con la espalda descansando en su pecho. Te sientes muy bien así, rodeada por su cuerpo. Os lo coméis todo en un cómodo silencio, y justo después sientes los labios de Niall en tu hombro. Te da un solo beso, pero es suficiente para producirte un escalofrío que incluso él nota.
-¿Te ha dado frío?
-No, precisamente eso no –ríes levemente.
Él te da otro beso, ahora en la base del cuello, y vuelves a notar un escalofrío. Niall ríe abiertamente.
-Así que es esto… -ahora te da numerosos besos por toda la línea desde el hombro hasta el cuello, aunque eso lo que te produce son cosquillas.
-Ay, para –ríes.
Hace que sus besos sean muy sonoros.
-¡Niall, para! –no puedes dejar de reír.
Giras la cara para encontrarte con la de él, y te roba un beso. Ves sus ojos brillar con una ternura que jamás habías visto en los ojos de ningún chico. Él te coloca un mechón de pelo que se te ha escapado del moño detrás de la oreja, y te contempla.
-A la luz de la luna estás incluso más preciosa, y mira que eso es difícil –se humedece los labios con la lengua.
Vas a besarle, pero escucháis cómo la puerta del auditorio se abre.
-¿Niall? –pregunta una voz conocida; es Liam.
-Estamos aquí –hace gestos con la mano para que vuestro amigo os localice.
-Ah, vaya, lo siento, no quería molestar –se rasca la nuca-, pero es que Zayn está ahí fuera, buscándote. Quiere hablar contigo.
-¿Zayn? –la voz de Niall cambia bastante, se vuelve algo brusca.
-Quizás deberías ir a hablar con él –dices en un susurro, recordando que tú le pediste a Zayn que se reconciliara con Niall.
Él te mira, casi sorprendido.
Te encoges de hombros.
-Está bien –acepta, finalmente, y os levantáis.
Acaricias con ternura el pelo de Niall por la nuca.
-Intenta no ser muy duro con él, ¿sí? –pides.
Camináis hasta Liam, y los tres salís del auditorio. Sólo esperas que Zayn se reconcilie con sus viejos amigos. Todo el mundo merece una segunda oportunidad. 

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]

2 comentarios:

  1. Es perfecto como siempre, no hace falta que lo diga. ¿Zayn no fue al baile?

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  2. Es perfecto me encanta esta genial!! ;))

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Motivos para sonreír.