martes, 5 de febrero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 9


Llevas toda la tarde tirada en tu cama, llorando. No puedes dejar de pensar que se ha ido, que no está a tu lado como prometió que haría, que lo has decepcionado y que aquello tan bonito que habías empezado a sentir se va a tener que desvanecer, porque él ya no lo siente por ti.
-Todo por culpa de ser una maldita rica de mierda –murmuras, con tono de desprecio hacia ti misma.

Durante los siguientes días, aunque la taquilla de Niall está al lado de la tuya, y a veces tenéis clases juntos, no tienes la oportunidad de hablar con él. Siempre está ocupado charlando con alguien, o no te  mira, te evita. Y tú vas a todas partes como un zombi, es una sensación insoportable, no te habías dado cuenta de lo mucho que le necesitabas hasta que ha dejado de estar a tu lado.
Los chicos, sin embargo, a veces si se acercan a ti y te hablan, intentando que te sientas un poco mejor.
-Tengo que comprarme un traje para el baile, pero no tengo ni idea de ropa y cosas así, ¿por qué no vienes y me ayudas? –te pregunta Louis un día.
Tú suspiras, pensando que supuestamente tú ibas a ir al baile con Niall.
-Bueno, seguro que Harry y Liam pueden ayudarte mejor que yo –sonríes débilmente.
-¡Pero ellos no pueden venir! ¿De verdad me vas a dejar solo? Puede que aparezca en el baile con un traje de lunares… –hace pucheros, y te saca una tenue carcajada.
-Está bien, está bien, iré contigo.
-¡Gracias! –te da un beso en la mejilla, y quedáis en veros en el centro comercial a las seis.
Os encontráis allí, y camináis hasta la zona donde está la ropa elegante, tanto de chico como de chica. El teléfono de Louis suena.
-Ups, lo siento, un segundo, mira si quieres mientras los vestidos por si te gusta alguno –te guiña un ojo y te lleva hasta los vestidos mientras contesta.
Al principio no haces lo que te ha dicho, pero como la llamada se alarga, acabas echándole un ojo a la ropa. Hay algunos bonitos, pero ninguno te llama especialmente la atención hasta que te encuentras con uno blanco, con algunas partes brillantes, y un broche al cuello.
-Guau –murmuras, para ti misma.
-¿Te gusta? –dice Louis, que de repente está a tu lado.
-Ah, ¡qué susto! –exclamas- Bueno, sí, es precioso, pero… no voy a ir al baile, así que da igual. ¿Miramos tus trajes?
-¿Ni siquiera te lo quieres probar? ¿Qué talla tienes? –se pone a buscar entre los vestidos iguales.
-Seguro que hay, si es la mediana, pero no, da igual, no quiero hacerte perder el tiempo, vamos –sonríes.
Lo tomas de la muñeca y lo llevas hasta los trajes de hombres. No deseas pensar demasiado en lo que podría haber sido y no es.
Os pasáis toda la tarde allí, Louis probándose trajes, y tú juzgando cuál es el mejor para él. Al final se compra uno que os gusta a los dos y que no es muy caro para sus posibilidades.
-Muchas gracias por haberme ayudado. ¿Quieres que te lleve a casa?
-No, no hace falta, gracias a ti –le das un beso en la mejilla y, cuando ya se ha ido, llamas a Charles para que vaya a recogerte.

Las cosas con Niall siguen sin cambiar. Obviamente, ya no vas con él a tocar la guitarra, así que intentas hacerlo tú sola, pues tienes que haber aprendido para final de curso, pero no tiene nada que ver lo rápido que era cuando Niall te enseñaba con lo lenta que vas ahora. Finalmente llega el día del baile, y aunque tenías la secreta esperanza de que las cosas se hubieran arreglado para ese día, no ha cambiado nada, con lo que mientras todo el mundo del instituto debe estar arreglándose, tú estás tumbada en tu cama leyendo un libro y con los cascos puestos. Tratando de no pensar demasiado en que quizás Niall vaya con la tal Martha a la que le había prometido que sería su pareja.
Tocan a la puerta de tu dormitorio, pero no lo oyes, así que te das cuenta de que hay alguien en tu habitación cuando te tocan suavemente la pierna.
-¡Ah! –exclamas, sobresaltada.
Miras y ves que es Robert, el mayordomo, quien está allí.
-Lo siento, señorita.
-No importa. ¿Qué pasa? –nunca suele necesitar ir a tu cuarto, o hablar contigo.
-Esto… un chico me ha dejado esto para usted –pone una gran cajeta que lleva en las manos en la cama-. Y ha insistido especialmente en que lea usted la carta que hay dentro.
Frunces el ceño. No tienes ni idea de qué puede ser.
-Gracias, Robert –sonríes, y él se va.
Miras con curiosidad la caja. Un fugaz pensamiento de que quizás sea de Niall te asalta, pero sacudes la cabeza. Eso es imposible.
Abres con cuidado la caja, y dentro ves algo blanco bastante voluminoso. Lo sacas con cuidado y es… ¡el vestido que viste en el centro comercial! Entonces esa caja… ¿es de parte de Louis? Sales rápidamente del cuarto, sin pensar que quizás leyendo la carta saldrías de dudas, y le gritas a Robert, que ya va escaleras abajo:
-¡El chico que te ha dado la caja, ¿era rubio o moreno?!
Él piensa durante un momento.
-Era rubio, sí, sin duda, señorita –te dice, y sigue caminando.
-¡AH! –sueltas un grito de emoción.
Hay muchos chicos rubios en el mundo, pero… ¡podría ser Niall!
Te miras al espejo colocándote el vestido por delante. Es precioso, sin duda. Dejas el vestido y vuelves a mirar en la caja. Ahí está la carta. La coges con manos temblorosas, impaciente por saber lo que pone.

“Soy un capullo. Un imbécil. Un gilipollas. Soy todas las cosas malas que se te ocurra decirme. Te prometí algo, y no lo cumplí. Me sentí realmente mal, bueno, ya lo sabes, no te voy a repetir todas las cosas que te dije en el jardín de tu casa. Y supongo que he necesitado demasiado tiempo, no para saber lo que sentía, sino para ser capaz de decírtelo, para encontrar el modo. Porque, ¿sabes? Sé que soy un capullo, un imbécil, y un gilipollas. Pero… me encantaría que me dejaras serlo a tu lado. Que me perdonaras por haberme equivocado. Y que me ayudaras a cambiar todas esas cosas malas que tengo, o que al menos estuvieras a mi lado, como yo no he estado al tuyo cuando te dije que lo haría. ¿Me dejarías? No hay nada que desee más en el mundo. ¿Vendrías conmigo al baile? Te estaré esperando en la puerta de tu casa, si no quieres salir ni siquiera para decirme que no, lo entiendo. Pero me encantaría que te pusieras ese vestido blanco, que salieras, me sonrieras, y me dijeras que sientes lo mismo que yo. Y que me perdonases. También me encantaría que me dejaras quererte. Aunque ya lo hago. Niall.”


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]

4 comentarios:

  1. POR FAVOOR,NECESITO SABER QUE PASAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. ES REALMENTE BONITO. <3

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  2. No me muero, eres una genia, no entiendo a veces como se te ocurren antos escenarios :) Tienes futuro de escritora, me encantaria saber que pasa, me dejas siempre con la intriga D: Atte: Maite :)

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  3. :') Joder que bonito...

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Motivos para sonreír.