lunes, 4 de febrero de 2013

#Imagina de Nialler PARTE 8


El camino hasta tu casa os lleva una media hora, pero es más un paseo que una caminata forzada, así que lo disfrutas. Habláis de cualquier cosa, tal y como lleváis haciendo desde el día que os conocisteis.
-¿Cómo te puede gustar Rihanna? –exclama Niall.
Lleváis un rato hablando de vuestros gustos musicales.
-No, no, ¿cómo puede no gustarte a ti Rihanna? –lo miras, riendo.
-Bueno, sus canciones son demasiado…
-¿Demasiado qué?
Frunce el ceño buscando la forma de decir lo que está pensando. Tú sabes a lo que se refiere, pero te hace gracia que le dé vergüenza decirlo y por eso quiera encontrar otro modo de expresarlo.
-Demasiado… explícitas, ya sabes, muy, ah, no sé, pornográficas –bufa.
Tú no puedes evitar romper a reír.
-¿Qué? –te mira con los ojos entrecerrados.
-Nada, nada –sigues riendo.
-Seguro…
-Vale, ya paro, pero no te enfades, tonto –le das un beso en la mejilla.
-Mucho mejor –sonríe ampliamente.
Llegáis al barrio donde está tu casa, bastante acomodado, con sus grandes jardines alrededor de las mansiones de lujo.
-¿Qué se nos ha perdido por aquí? –te pregunta Niall, mirando a su alrededor.
Suspiras.
-En breve lo vas a ver…
Seguís andando unos metros hasta que te paras enfrente de tu casa. Es de color blanco, aunque algunas paredes que no corresponden con dormitorios son enteras de cristal, dándole un aspecto moderno. Tiene un jardín enorme, y una piscina en él.
Miras a Niall durante un segundo y luego tocas al timbre de la puerta de acceso al jardín.
-¿Sí? –pregunta una voz masculina.
-Robert, soy yo, abre, por favor –pides con voz cansada.
Te estás empezando a arrepentir de esto.
-Oh, claro, señorita –la puerta comienza a moverse, hasta que queda totalmente abierta.
Vuelves a mirar a Niall. Está totalmente perplejo. Tiene los ojos abiertos como platos, y sus labios forman una pequeña “o”. Como seguís de la mano, tiras un poco de él, y haces que ande.
Entráis al jardín y la puerta se abre, pero en lugar de meterlo en la casa, lo llevas a la zona de la piscina, y os sentáis en unas tumbonas que hay al lado. Él sigue como en estado de shock.
-Niall… di algo, por favor.
Alza la mirada lentamente hacia ti.
-¿Señorita? –pregunta con un hilo de voz.
Así que eso es lo que le ha sorprendido más.
-Sí, bueno, es un formalismo, en fin, yo les pido que no me llamen así, pero ellos lo hacen… -intentas explicar.
-Así que esta es… tu casa –parece intentar asimilarlo.
-Sí.
-Vives aquí…
-Sí.
-Eres… rica –mira a la casa al decir eso.
Tomas aire antes de decir:
-Sí.
Niall respira hondo una vez, y luego vuelve a mirarte. Ves sus ojos celestes, que siempre son tan cálidos, fríos como el hielo.
-¿Sabes cuál es el problema? El problema no es que lo seas, eso me da igual –las palabras salen de su boca como en un torrente desbordándose-. Lo que me jode, lo que realmente me jode, es que no me lo habías dicho. No. ¿Para qué? Total, yo sólo te he contado a ti todo sobre mí, todo. Porque pensaba que eras mi amiga, y ahora algo más. Lo creía de verdad. Y lo absurdo es que sé que te gusta Rihanna, sé que eres alérgica a los perros, aunque te encantan, sé que tienes un lunar en la base de la espalda, ¡y no sé que eres rica! Eso es algo que no vendría mal decir, ¿sabes? Porque has tenido ocasiones para hacerlo.
Se ha levantado de la tumbona y camina de un lado para otro.
-Lo siento –murmuras-. Sé que debí decírtelo. Pero… creí que me ibas a odiar por eso.
-¡¿Por qué se supone que te iba a odiar por eso?!
-¡Porque dijiste que Zayn era “asquerosamente rico”! ¿Crees que de verdad iba a pensar que no tenías nada en contra de la gente como yo? –te levantas también y alzas la voz, frustrada- Joder, ¡es que no sabía qué hacer! Intenta entenderlo.
-Tú deberías intentar entenderme a mí también –murmura.
-¡Lo hago! –te llevas las manos a la cabeza, sin saber qué hacer.
-Entonces entenderás que… Dios, necesito asimilar algunas cosas.
-¿Qué cosas, Niall, qué cosas?
-Primero: que no me has dicho algo así cuando yo me he abierto a ti. Segundo: que vives en este... ¡palacio! –señala a tu casa.
-Ser rica no ha sido mi elección…
-Pero no habérmelo dicho sí que lo ha sido. Eso es lo que verdaderamente me duele.
-¡No quería que me trataras diferente! La gente tiene dos reacciones hacia nosotros: o nos odian o fingen que nos aman para aprovecharse de nosotros. Y no quería que tú tuvieras ninguna de esas dos reacciones hacia mí –una lágrima resbala por tu mejilla.
-Necesito… pensar, en serio. Nos vemos –Niall sale del jardín a paso rápido.
En realidad, entiendes su reacción. Pero desearías que no hubiera sí, que lo hubiera comprendido.
-¡Dijiste que no ibas a salir corriendo fuese lo que fuese! ¡Dijiste que estarías a mi lado! –gritas, para que te escuche.
Ves que él deja de andar, y se gira hacia ti. Te mira durante un segundo, y te parece ver que sus ojos ahora son un poco menos fríos. A pesar de eso, vuelve a girarse, y le ves desaparecer.
Sólo deseas que no se haya ido para siempre. 

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.]

2 comentarios:

  1. Dios como no la sigas te dgo que me voy atu casa, te secuestro, y me dices lo que pasa ehhhhh jajajjaja. ME ENCANTA *-*

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.