sábado, 23 de febrero de 2013

#Imagina de Harry PARTE 3


El viento producido por la velocidad te azota con fuerza el rostro, lo que te lleva a apoyar la mejilla en la espalda de Harry. Jamás te habías subido en una moto, y tienes la sensación constante de que te vas a caer, así que te agarras con más fuerza al torso del chico.

-Bombón, ¿es que me quieres matar o que realmente te morías por abrazarme? –Harry gira la cara y te mira de reojo con una media sonrisa.
-¿Q…qué? –preguntas- Ah, lo siento –aflojas la presión que tus brazos ejercen sobre su cuerpo, sonrojándote.
-Déjate llevar –aumenta la velocidad.

Intentas no pensar en lo rápido que vais y librarte de la sensación de que te vas a caer, pero no lo consigues, así que lo único que eres capaz de hacer en el rato de trayecto –que te resulta eterno- es agarrarte a Harry pero intentando no aplastarle, lo cual es más difícil de lo que parece.

En algún momento, empezáis a reducir la velocidad hasta que la moto queda completamente quieta.

-Creo que ya puedes soltarme, aunque si quieres seguir abrazada a mí, por mí perfecto –él te mira, y tú te bajas de la moto rápidamente.
-No pienso volver a subirme ahí nunca más –te cruzas de brazos.
-Si ganas la apuesta no tendrás que hacerlo –Harry se encoge de hombros y se baja de su moto.

Miras a tu alrededor. Estáis en la acera uno de los puentes de piedra que cruzan el gran río de la ciudad, y por el que no pasa casi ningún coche.

-¿Qué se supone que hacemos aquí? –alzas una ceja.
-No me digas que eres una de esas chicas a las que les gusta que las lleven al zoo en sus citas, bombón –ríe.
-Bueno, mejor que a un puente… Además, esto no es una cita –bufas.
-Vale, vayamos al zoo, pero está en la otra punta de la ciudad… Tendríamos que volver a subirnos en la moto –pone cara de afectación.
-Bah, déjalo.

Harry se cruza de brazos.

-Mira, si vas a estar de este humor todo el rato, esto no tiene sentido –se pone serio.
-¿Qué humor? –frunces el ceño.
-Quizás no quieras estar aquí conmigo, pero ya que vas a estarlo durante estos cuarenta y cinco minutos, podrías intentar divertirte un poco.

“Lo peor”, piensas, “es que tiene razón”.

-¿No se trataba de que tú consiguieras hacerme reír?
-Sí, pero si estás así…
-Está bien. Estamos en un puente. ¿Qué quieres que hagamos? –sonríes amistosamente.
-¡Eso es lo que quería escuchar! –Harry le pone un candado a la moto rápidamente- Ven.

Se asoma al borde del puente y se sube encima.

-¿Qué haces? ¡Baja de ahí, te vas a matar! –exclamas con preocupación.
-Así te librarías de todo mí –dice con tono dramático-. Tranquila, bombón, no voy a tirarme al río. ¿Vienes o qué?
-¿Cómo? ¿De verdad quieres que me suba ahí? –abres mucho los ojos.
-Oh, vamos, que es sólo un segundo… -te mira- Te va a gustar lo que voy a enseñarte… espero.
-Creo que debería haber escrito ya mi testamento –murmuras, pero te acercas a donde está él.

Harry te tiende una mano, y tú se la tomas a regañadientes, tras lo que te ayuda a subir. Sientes su suave piel sobre la tuya. El borde no está muy alto en comparación con la carretera, pero una vez que estás arriba no te atreves a mirar hacia el río. Eso sí está bastante abajo.

-Bueno, ¿qué ocurre con estar aquí?
-Lo que quiero que veas está abajo, no aquí –sonríe.
-¿Abajo… dónde?

El joven se da la vuelta y empieza a bajar por el otro lado, apoyándose quién sabe en qué.

-¿Vas a quedarte ahí todo el rato, bombón? –pregunta, desde abajo.
-Me voy a matar como intente bajar, además, ¿qué pretendes? ¿Tirarme al río?

Escuchas cómo Harry resopla. Entonces notas algo tirar de tu pierna y pierdes el equilibrio. El pánico te atenaza cuando te notas caer, pero un segundo después sientes que unos brazos fuertes te sujetan. Ves a Harry mirándote con una sonrisa en los labios, y notas su cuerpo contra el tuyo, sus músculos presionando contra tu piel.

-¿Cómo…?

Resulta que sólo había que dar un pequeño saltito para llegar a una sólida escalera de piedra, que parece acabar en la orilla del río. Te sonrojas, sintiéndote estúpida.

Harry acerca su cara a la tuya, y por primera vez, no puedes alejarte, pues te tiene fuertemente sujeta entre sus brazos. Ya que vuestros rostros están a milímetros, rompe a reír, y te deja en el suelo.

-¿Qué pasa? –preguntas.
-Eres muy graciosa –sigue riendo.
-¿Ah, sí? –dices, irónicamente.
-Sí. Bueno, vamos a bajar las seguras y estables escaleras. ¿Te ves capaz? –se mete contigo.
-Já, já.
-¡Pero si te has reído!
-Era una risa irónica, por si no te has dado cuenta.
-No especificamos que no tenía que ser irónica, ¿no? Así que cuenta, ¡he ganado la apuesta! –sonríe ampliamente.
-Ni lo sueñes. Vamos ya de una vez –empiezas a bajar las escaleras por delante de Harry.
-¿Quieres que te ayude, no sea que te resbales? –coloca sus manos en tu cintura desde detrás.
-No hace falta –apartas sus manos, aunque te ha recorrido un escalofrío a causa del contacto.
-Como quieras –escuchas su risa.
-Todo esto te divierte, ¿verdad?
-Muchísimo, ¿a ti no?
-Pues no demasiado…
-Aunque no lo admitas, yo sé que sí.

Y quizás tenga razón. Si te has subido a lo alto del borde del puente habrá sido por algo, ¿no? Y si has llegado hasta allí con él, seguramente también. Ese chico y su forma de ser tienen su encanto, a pesar de que pueda llegar a ser un pesado.

-Bombón… -guarda silencio.
-¿Sí? –te sorprendes al darte cuenta de que has respondido a ese apelativo, pero ya es demasiado tarde para rectificar.
-Aún no me has dicho tu nombre.
-¿Y para qué quieres saberlo, si de todos modos no me vas a llamar así? –giras el rostro y le miras, y por un instante no ves al chico arrogante, sino a uno simplemente curioso.
-Ah, tienes razón –sonríe y se pasa una mano por el pelo.

Cuando llegáis a la base de la escalera, Harry camina por la orilla del río durante unos doscientos metros, y tú le sigues.

-¿Se puede saber a dónde vamos? –preguntas, aunque no con reproche.
-Yo la llamo “La Reina de los Mares”.
-¿Qué? –ladeas la cabeza, sin entender.

Entonces él deja de andar delante de un gran plástico negro que cubre algo, y al quitarlo, deja ver una pequeña barquita de madera.

-¡Tachán! –exclama.
-¿Esto… esto es “La Reina de los Mares”? –señalas la barca, con una sonrisa asomando de tus labios.

Ahí es cuando Harry ve la oportunidad.

-Bueno, sí, me planteé llamarla “La Reina de los Charcos”, pero no iba a quedar tan bien…

Sin darte cuenta, una leve carcajada se escapa de tu garganta. Cuando te das cuenta de lo que acabas de hacer, te tapas la boca con las manos y abres mucho los ojos, aunque sigues conteniendo una sonrisa. Harry sonríe de oreja a oreja.

-¡Te has reído! ¡Te acabas de reír! ¡Y eso no ha sido irónico! –dice, triunfal.
-Pero… -intentas excusarte.
-Nada de “peros”, bombón. He ganado la apuesta –ríe.

Tú miras el reloj para ver si el tiempo se había acabado ya, pero aún os quedan diez minutos. Aunque quizás eso ya sea puro teatro. Algo en tu interior te dice que ese chico te gusta. “No, no, no”, te dices a ti misma. “Bueno… quizás, pero sólo un poquito”.

-No lo intentes, no estoy fuera de tiempo. He ganado –se cruza de brazos, con esa sonrisa con hoyuelos permanentemente en los labios.
-¿Y ahora qué? No me dijiste qué pasaba si ganabas tú, Styles –levantas una ceja.
-Ahora… podríamos darnos un paseo en “La Reina de los Mares y de las Charcas”, ya que la moto no es lo tuyo –se pasa la lengua por el labio inferior.

Tú ríes levemente de nuevo.

-Mmmm… está bien –accedes finalmente.
-Esperemos que no se desintegre el vehículo, porque el agua está bastante sucia –se asoma al río y tú le imitas; está verde de toda la contaminación.
-¿Y podemos ir con una barca por aquí? –preguntas.

Harry se rasca la frente.

-Ahora nos enteraremos. No te preocupes, si nos arrestan, diré que te tengo secuestrada –empuja la barca para que se pose en el agua.
-En realidad, sería casi cierto.
-Ten cuidado, no sea que empieces a sufrir “Síndrome de Estocolmo” –él ríe.
-¿El qué? –haces una mueca.
-Mira que eres inculta, eh, bombón –niega con la cabeza, divertido-. Es como se llama cuando los secuestrados se enamoran de sus secuestradores.
-Algo así no me va a pasar –afirmas con una seguridad que en realidad no sientes.
-Eso ya lo veremos –responde él con una sonrisa misteriosa.

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, gracias.] 

6 comentarios:

  1. Es genial! Me encanta yo tengo uno tambien, pero la gente lo ignora un poquitin. Me encanta tu forma de explicarte y de escribir es ''kjekifnsj''
    ( http://graciasporesistir.blogspot.com.es/ )<-el mio por si os apetece verlo =(
    besiitos guapa y sique que es fantastico♥

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  2. Es perfeeeecto! La 4 ya por favor!
    Me encanta como escribes, es increible, en serio... :)
    Un beso :)
    PD: Alyssa, ahora me paso al tuyo :)

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  3. Siguelaaaa es adictamente perfecta!!!

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  4. Me esta gustando muchisimo!! SIGUELA!!! por favor ;)

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  5. Síndrome de Estocolmo...stockholm syndrome��

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