El
viento producido por la velocidad te azota con fuerza el rostro, lo que te
lleva a apoyar la mejilla en la espalda de Harry. Jamás te habías subido en una
moto, y tienes la sensación constante de que te vas a caer, así que te agarras
con más fuerza al torso del chico.
-Bombón,
¿es que me quieres matar o que realmente te morías por abrazarme? –Harry gira
la cara y te mira de reojo con una media sonrisa.
-¿Q…qué?
–preguntas- Ah, lo siento –aflojas la presión que tus brazos ejercen sobre su
cuerpo, sonrojándote.
-Déjate
llevar –aumenta la velocidad.
Intentas
no pensar en lo rápido que vais y librarte de la sensación de que te vas a
caer, pero no lo consigues, así que lo único que eres capaz de hacer en el rato
de trayecto –que te resulta eterno- es agarrarte a Harry pero intentando no
aplastarle, lo cual es más difícil de lo que parece.
En
algún momento, empezáis a reducir la velocidad hasta que la moto queda
completamente quieta.
-Creo
que ya puedes soltarme, aunque si quieres seguir abrazada a mí, por mí perfecto
–él te mira, y tú te bajas de la moto rápidamente.
-No
pienso volver a subirme ahí nunca más –te cruzas de brazos.
-Si
ganas la apuesta no tendrás que hacerlo –Harry se encoge de hombros y se baja
de su moto.
Miras
a tu alrededor. Estáis en la acera uno de los puentes de piedra que cruzan el
gran río de la ciudad, y por el que no pasa casi ningún coche.
-¿Qué
se supone que hacemos aquí? –alzas una ceja.
-No
me digas que eres una de esas chicas a las que les gusta que las lleven al zoo
en sus citas, bombón –ríe.
-Bueno,
mejor que a un puente… Además, esto no es una cita –bufas.
-Vale,
vayamos al zoo, pero está en la otra punta de la ciudad… Tendríamos que volver
a subirnos en la moto –pone cara de afectación.
-Bah,
déjalo.
Harry
se cruza de brazos.
-Mira,
si vas a estar de este humor todo el rato, esto no tiene sentido –se pone
serio.
-¿Qué
humor? –frunces el ceño.
-Quizás
no quieras estar aquí conmigo, pero ya que vas a estarlo durante estos cuarenta
y cinco minutos, podrías intentar divertirte un poco.
“Lo
peor”, piensas, “es que tiene razón”.
-¿No
se trataba de que tú consiguieras hacerme reír?
-Sí,
pero si estás así…
-Está
bien. Estamos en un puente. ¿Qué quieres que hagamos? –sonríes amistosamente.
-¡Eso
es lo que quería escuchar! –Harry le pone un candado a la moto rápidamente-
Ven.
Se
asoma al borde del puente y se sube encima.
-¿Qué
haces? ¡Baja de ahí, te vas a matar! –exclamas con preocupación.
-Así
te librarías de todo mí –dice con tono dramático-. Tranquila, bombón, no voy a
tirarme al río. ¿Vienes o qué?
-¿Cómo?
¿De verdad quieres que me suba ahí? –abres mucho los ojos.
-Oh,
vamos, que es sólo un segundo… -te mira- Te va a gustar lo que voy a enseñarte…
espero.
-Creo
que debería haber escrito ya mi testamento –murmuras, pero te acercas a donde
está él.
Harry
te tiende una mano, y tú se la tomas a regañadientes, tras lo que te ayuda a
subir. Sientes su suave piel sobre la tuya. El borde no está muy alto en
comparación con la carretera, pero una vez que estás arriba no te atreves a
mirar hacia el río. Eso sí está bastante abajo.
-Bueno,
¿qué ocurre con estar aquí?
-Lo
que quiero que veas está abajo, no aquí –sonríe.
-¿Abajo…
dónde?
El
joven se da la vuelta y empieza a bajar por el otro lado, apoyándose quién sabe
en qué.
-¿Vas
a quedarte ahí todo el rato, bombón? –pregunta, desde abajo.
-Me
voy a matar como intente bajar, además, ¿qué pretendes? ¿Tirarme al río?
Escuchas
cómo Harry resopla. Entonces notas algo tirar de tu pierna y pierdes el
equilibrio. El pánico te atenaza cuando te notas caer, pero un segundo después
sientes que unos brazos fuertes te sujetan. Ves a Harry mirándote con una
sonrisa en los labios, y notas su cuerpo contra el tuyo, sus músculos
presionando contra tu piel.
-¿Cómo…?
Resulta
que sólo había que dar un pequeño saltito para llegar a una sólida escalera de
piedra, que parece acabar en la orilla del río. Te sonrojas, sintiéndote estúpida.
Harry
acerca su cara a la tuya, y por primera vez, no puedes alejarte, pues te tiene
fuertemente sujeta entre sus brazos. Ya que vuestros rostros están a
milímetros, rompe a reír, y te deja en el suelo.
-¿Qué
pasa? –preguntas.
-Eres
muy graciosa –sigue riendo.
-¿Ah,
sí? –dices, irónicamente.
-Sí.
Bueno, vamos a bajar las seguras y estables escaleras. ¿Te ves capaz? –se mete
contigo.
-Já,
já.
-¡Pero
si te has reído!
-Era
una risa irónica, por si no te has dado cuenta.
-No
especificamos que no tenía que ser irónica, ¿no? Así que cuenta, ¡he ganado la
apuesta! –sonríe ampliamente.
-Ni
lo sueñes. Vamos ya de una vez –empiezas a bajar las escaleras por delante de
Harry.
-¿Quieres
que te ayude, no sea que te resbales? –coloca sus manos en tu cintura desde
detrás.
-No
hace falta –apartas sus manos, aunque te ha recorrido un escalofrío a causa del
contacto.
-Como
quieras –escuchas su risa.
-Todo
esto te divierte, ¿verdad?
-Muchísimo,
¿a ti no?
-Pues
no demasiado…
-Aunque
no lo admitas, yo sé que sí.
Y
quizás tenga razón. Si te has subido a lo alto del borde del puente habrá sido
por algo, ¿no? Y si has llegado hasta allí con él, seguramente también. Ese
chico y su forma de ser tienen su encanto, a pesar de que pueda llegar a ser un
pesado.
-Bombón…
-guarda silencio.
-¿Sí?
–te sorprendes al darte cuenta de que has respondido a ese apelativo, pero ya
es demasiado tarde para rectificar.
-Aún
no me has dicho tu nombre.
-¿Y
para qué quieres saberlo, si de todos modos no me vas a llamar así? –giras el
rostro y le miras, y por un instante no ves al chico arrogante, sino a uno
simplemente curioso.
-Ah,
tienes razón –sonríe y se pasa una mano por el pelo.
Cuando
llegáis a la base de la escalera, Harry camina por la orilla del río durante
unos doscientos metros, y tú le sigues.
-¿Se
puede saber a dónde vamos? –preguntas, aunque no con reproche.
-Yo
la llamo “La Reina de los Mares”.
-¿Qué?
–ladeas la cabeza, sin entender.
Entonces
él deja de andar delante de un gran plástico negro que cubre algo, y al
quitarlo, deja ver una pequeña barquita de madera.
-¡Tachán!
–exclama.
-¿Esto…
esto es “La Reina de los Mares”? –señalas la barca, con una sonrisa asomando de
tus labios.
Ahí
es cuando Harry ve la oportunidad.
-Bueno,
sí, me planteé llamarla “La Reina de los Charcos”, pero no iba a quedar tan
bien…
Sin
darte cuenta, una leve carcajada se escapa de tu garganta. Cuando te das cuenta
de lo que acabas de hacer, te tapas la boca con las manos y abres mucho los
ojos, aunque sigues conteniendo una sonrisa. Harry sonríe de oreja a oreja.
-¡Te
has reído! ¡Te acabas de reír! ¡Y eso no ha sido irónico! –dice, triunfal.
-Pero…
-intentas excusarte.
-Nada
de “peros”, bombón. He ganado la apuesta –ríe.
Tú
miras el reloj para ver si el tiempo se había acabado ya, pero aún os quedan
diez minutos. Aunque quizás eso ya sea puro teatro. Algo en tu interior te dice
que ese chico te gusta. “No, no, no”, te dices a ti misma. “Bueno… quizás, pero
sólo un poquito”.
-No
lo intentes, no estoy fuera de tiempo. He ganado –se cruza de brazos, con esa
sonrisa con hoyuelos permanentemente en los labios.
-¿Y
ahora qué? No me dijiste qué pasaba si ganabas tú, Styles –levantas una ceja.
-Ahora…
podríamos darnos un paseo en “La Reina de los Mares y de las Charcas”, ya que
la moto no es lo tuyo –se pasa la lengua por el labio inferior.
Tú
ríes levemente de nuevo.
-Mmmm…
está bien –accedes finalmente.
-Esperemos
que no se desintegre el vehículo, porque el agua está bastante sucia –se asoma
al río y tú le imitas; está verde de toda la contaminación.
-¿Y
podemos ir con una barca por aquí? –preguntas.
Harry
se rasca la frente.
-Ahora
nos enteraremos. No te preocupes, si nos arrestan, diré que te tengo
secuestrada –empuja la barca para que se pose en el agua.
-En
realidad, sería casi cierto.
-Ten
cuidado, no sea que empieces a sufrir “Síndrome de Estocolmo” –él ríe.
-¿El
qué? –haces una mueca.
-Mira
que eres inculta, eh, bombón –niega con la cabeza, divertido-. Es como se llama
cuando los secuestrados se enamoran de sus secuestradores.
-Algo
así no me va a pasar –afirmas con una seguridad que en realidad no sientes.
-Eso
ya lo veremos –responde él con una sonrisa misteriosa.
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Es genial! Me encanta yo tengo uno tambien, pero la gente lo ignora un poquitin. Me encanta tu forma de explicarte y de escribir es ''kjekifnsj''
ResponderEliminar( http://graciasporesistir.blogspot.com.es/ )<-el mio por si os apetece verlo =(
besiitos guapa y sique que es fantastico♥
Es perfeeeecto! La 4 ya por favor!
ResponderEliminarMe encanta como escribes, es increible, en serio... :)
Un beso :)
PD: Alyssa, ahora me paso al tuyo :)
Me Encantooo♥
ResponderEliminarSiguelaaaa es adictamente perfecta!!!
ResponderEliminarMe esta gustando muchisimo!! SIGUELA!!! por favor ;)
ResponderEliminarSíndrome de Estocolmo...stockholm syndrome��
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