jueves, 11 de julio de 2013

ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo diecinueve.


26 de diciembre, al mediodía.

En una actitud bastante cobarde, finjo que no he visto a Jaime, y espero a que llegue a donde yo estoy. Simplemente retrasa el momento unos segundos, pero el instinto animal de huir de lo desagradable puede también conmigo. Finalmente, Jaime llega a mi lado. Veo en él cierta expresión de reproche por no haber hablado con él mientras estaba en Londres, pero luego la cambia por cariño. Cuando lo tengo ahí delante, despeinado y con una sudadera verde que yo le regalé -no creo que sea casualidad que se la haya puesto-, no puedo evitar lanzarme a sus brazos y abrazarle. Siempre me han gustado esos abrazos en los que me sentía pequeñita rodeada por su cuerpo, es una sensación totalmente reconfortante, como si estuviera en casa, a salvo de todo mal. Para mí siempre ha sido un abrazo entre amigos, y no se me ocurre pensar que quizás para él esto signifique otra cosa. 



-¿Cómo has sabido que...? -empiezo a preguntar, pero Jaime me interrumpe.
-Eso da igual. ¿Está bien?
-Más o menos.
-¿Y tú?

Aparto la mirada.
-Jaime, yo...
No me deja continuar, sino que pone una mano en mi mejilla y, antes de que pueda reaccionar, me besa. No quiero herir sus sentimientos, así que intento apartarlo con delicadeza, pero no parece darse cuenta.
-¡Dios! -escucho que alguien exclama... ¡¿en inglés?!
¡Ay, mierda! ¡Mierda, mierda, mierda, mierda! Me aparto de Jaime ya con pocos miramientos y, en efecto, me encuentro con cuatro pares de ojos que me observan asombrados en el pasillo. Aunque los de Zayn son los únicos que yo miro.
-¿Qué pasa? -pregunta Jaime frunciendo el ceño.
Zayn se da media vuelta y echa a andar en dirección a la salida. Yo voy tras él, dejando atrás a un desconcertado Jaime.

-¡Zayn, Zayn! –grito, pero él no se detiene.
-¡Shhh! –una enfermera me chista para que guarde silencio.

Giro por el pasillo a la derecha, como veo que él ha hecho, y logro entrar al ascensor justo antes de que se cierre la puerta. Al ver que no hay nadie más allí aparte de nosotros, hablo.

-¡No es lo que parece!
-Eso dicen siempre en las películas.
-Y nunca es lo que parece, pero el que se siente traicionado huye sin dar opción a explicaciones.
-A lo mejor la vista me ha dado todas las explicaciones necesarias.
-No seas estúpido y escúchame, Zayn.

En un arrebato, pulso al botón para que el ascensor se detenga, y éste lo hace tras un pequeño recalcón.

-Escúchame –no sé si sueno autoritaria o suplicante.
-No quiero hacerlo.
-Pues vas a hacerlo –le miro a los ojos, y él aparta la mirada.

Me cruzo de brazos. Sabía que algo así pasaría, pero no esperaba que fuera a ocurrir de ese modo.

-Jaime es…
-… tu novio –bufa.
-Mi amigo.
-¿Besas a tus amigos?
-¡Me ha besado él! –digo, exasperada.
-Claro.
-Zayn…

No contesta.

-Tú sabes cómo soy cuando me besan. Tú sabes perfectamente que él me estaba besando pero yo no le estaba respondiendo. ¡Yo no le quiero!

Parece pensárselo un instante, pero luego sacude la cabeza.

-Podrías haberlo apartado.
-Es mi amigo, no quería hacerle daño.
-Pues me lo has hecho a mí.
-Te juro que no hay nada entre nosotros –noto mis ojos llorosos.
-Tú me dices una cosa, pero yo he visto otra.
-No sé cómo hacer que me creas.
-Supongo que era lo normal, que tuvieras novio aquí en España.
-¡No es mi novio! –exclamo, pero él me ignora.
-¿Y qué era yo? ¿Una diversión de vacaciones? ¿Un “vamos a pasarlo bien”? –noto el dolor en sus ojos.
-Eres la persona de la que estoy enamorada –digo en un susurro.

Zayn alza la mirada y nuestros ojos se encuentran por un momento. Anhelo abrazarle y besarle, pero él me apartaría si lo intentara, estoy segura. Entonces pulsa el botón para que el ascensor vuelva a ponerse en marcha.

-No sé si puedo creerte.
-Hazlo, porque es la verdad.
-Necesito… pensar –sale del ascensor.

Sé que no tiene sentido seguirle, pues sólo alargaremos una discusión que no llevará a ninguna parte. Quizás sea mejor que se tome su tiempo y reflexione, porque se dará cuenta de que digo la verdad.

-Yo estaré aquí –digo antes de que esté demasiado lejos para oírme.

Zayn no responde, sino que se aleja a lo largo de un pasillo que lo conduce a la salida. Abatida, subo hasta la planta donde está mamá, sin ganas de enfrentarme a nada. Me enjugo las lágrimas que se me han escapado con el dorso de la mano.

Todos me miran preocupados cuando me ven aparecer.

-Jaime yo… -me paso una mano por el pelo- Le quiero.

Él cierra los ojos un momento, asimilando el golpe.

-¿Por qué no me lo dijiste? –pregunta con voz impregnada de dolor.
-No sabía cómo hacerlo –admito-. Lo siento.
-¿Él te quiere?
-Ahora ya no lo sé.
-Pues claro que te quiere, sólo está confuso –interviene mi padre.
-No lo sé –repito.
-Creo que… me voy a ir.

Jaime pasa a saludar a mi madre y sale de la habitación un par de minutos después.

-¿Me odias? –aparto la mirada.
-No podría.
-No quería hacerte daño. Eres mi mejor amigo, y te quiero, pero…
-… no de ese modo.

Asiento con la cabeza.

-Es un tipo con suerte.
-Lo siento, de verdad –digo otra vez.

Él intenta esbozar una sonrisa.

-Adiós –murmura, y también se aleja de allí.

Miro a papá, Marga y Violet, que siguen en el pasillo.

-Se arreglará –dice mi padre.
-Lo dudo.
-No seas pesimista. Zayn te quiere y sabe que le quieres.
-Ven aquí –Marga abre los brazos y yo me refugio en ellos; no habrá entendido nada de lo que hemos dicho, pero supone lo que está pasando.
-¿Y qué hacéis aquí?
-Cuando Zayn te llamó, le preguntamos cómo iba la cosa. Nos dijo lo de la operación, y no queríamos que estuvieras sola mientras tanto –explica papá.
-No teníais que haber venido –reprocho.
-Quizás Violet no, pero sabíamos que Zayn estaría deseando venir, y esa era la excusa perfecta –dice Margaret.
-Pues lo he estropeado todo –suspiro.
-No lo has hecho, cielo –me consuela mi padre.

Noto que voy a ponerme a llorar otra vez, y prefiero no hacerlo delante de todos.

-¿Por qué no pasáis a ver a mamá? Seguro que le hace ilusión veros –propongo.
-Por supuesto –los tres entran a la habitación, y yo aprovecho para ir al cuarto de baño.

En el aseo, me lavo la cara y me miro al espejo. Vaya aspecto más horrible tengo.


Me pregunto cuánto tiempo se quedarán en España. Quizás Zayn quiera coger un avión e irse cuanto antes. O a lo mejor sólo están durante la operación, y luego se van, lo cual es bastante probable teniendo en cuenta que papá y Marga tienen que trabajar. Sólo espero que mamá no empeore y que… que Zayn aparezca de nuevo por ese pasillo como si nada de esto hubiera ocurrido. 

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

9 comentarios:

  1. Siguelo Ya!! Porfavor!!! Por favor!! por Favor!

    ResponderEliminar
  2. Siguelaaaa por favooor, escribes genial, me encanta no puedo esperar a que escribas el siguiente capítulo:)

    ResponderEliminar
  3. Hola. ¿Sabes qué? Cuando te dije que intuía algunas cosas, me refería a lo que ha pasado. Sabía que Zayn los vería haciendo algo que no sería de su agrado y huiría. Sólo espero que esta situación se arregle, pero entiendo a Zayn; yo también necesitaría pensar. Muy bueno, como siempre. ‹з

    ResponderEliminar
  4. ¡ME ENCANTAAA! Por dios no paro de leerme una y otra vez todos tus #Imaginas. Por favor sigue asi, ¡estare esperando el siguiente!

    ResponderEliminar
  5. Es genial diosmio yo me voy a morir siguela encuanto puedas porfis ¡¡¡¡<3.

    ResponderEliminar
  6. Sube el siguiente yaaaaaaaa! Por favor! Va buenisima :))

    ResponderEliminar
  7. Tu me quieres matar!!!?? Siguela porfapliiiss

    ResponderEliminar
  8. Estoy llorando, escribes genial, es como si estuviera viviendo de verdad la historia..

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.