26 de diciembre, al mediodía.
En una actitud
bastante cobarde, finjo que no he visto a Jaime, y espero a que llegue a donde
yo estoy. Simplemente retrasa el momento unos segundos, pero el instinto animal
de huir de lo desagradable puede también conmigo. Finalmente, Jaime llega a mi
lado. Veo en él cierta expresión de reproche por no haber hablado con él
mientras estaba en Londres, pero luego la cambia por cariño. Cuando lo tengo
ahí delante, despeinado y con una sudadera verde que yo le regalé -no creo que
sea casualidad que se la haya puesto-, no puedo evitar lanzarme a sus brazos y
abrazarle. Siempre me han gustado esos abrazos en los que me sentía pequeñita
rodeada por su cuerpo, es una sensación totalmente reconfortante, como si
estuviera en casa, a salvo de todo mal. Para mí siempre ha sido un abrazo entre
amigos, y no se me ocurre pensar que quizás para él esto signifique otra cosa.
-¿Cómo has
sabido que...? -empiezo a preguntar, pero Jaime me interrumpe.
-Eso da igual. ¿Está bien?
-Más o menos.
-¿Y tú?
Aparto la
mirada.
-Jaime,
yo...
No
me deja continuar, sino que pone una mano en mi mejilla y, antes de que pueda
reaccionar, me besa. No quiero herir sus sentimientos, así que intento
apartarlo con delicadeza, pero no parece darse cuenta.
-¡Dios!
-escucho que alguien exclama... ¡¿en inglés?!
¡Ay,
mierda! ¡Mierda, mierda, mierda, mierda! Me aparto de Jaime ya con pocos
miramientos y, en efecto, me encuentro con cuatro pares de ojos que me observan
asombrados en el pasillo. Aunque los de Zayn son los únicos que yo miro.
-¿Qué
pasa? -pregunta Jaime frunciendo el ceño.
Zayn
se da media vuelta y echa a andar en dirección a la salida. Yo voy tras él,
dejando atrás a un desconcertado Jaime.
-¡Zayn, Zayn! –grito,
pero él no se detiene.
-¡Shhh! –una enfermera
me chista para que guarde silencio.
Giro por el
pasillo a la derecha, como veo que él ha hecho, y logro entrar al ascensor
justo antes de que se cierre la puerta. Al ver que no hay nadie más allí aparte
de nosotros, hablo.
-¡No es lo que
parece!
-Eso dicen
siempre en las películas.
-Y nunca es lo
que parece, pero el que se siente traicionado huye sin dar opción a
explicaciones.
-A lo mejor la
vista me ha dado todas las explicaciones necesarias.
-No seas
estúpido y escúchame, Zayn.
En un arrebato,
pulso al botón para que el ascensor se detenga, y éste lo hace tras un pequeño
recalcón.
-Escúchame –no sé
si sueno autoritaria o suplicante.
-No quiero
hacerlo.
-Pues vas a
hacerlo –le miro a los ojos, y él aparta la mirada.
Me cruzo de
brazos. Sabía que algo así pasaría, pero no esperaba que fuera a ocurrir de ese
modo.
-Jaime es…
-… tu novio –bufa.
-Mi amigo.
-¿Besas a tus
amigos?
-¡Me ha besado
él! –digo, exasperada.
-Claro.
-Zayn…
No contesta.
-Tú sabes cómo
soy cuando me besan. Tú sabes perfectamente que él me estaba besando pero yo no
le estaba respondiendo. ¡Yo no le quiero!
Parece
pensárselo un instante, pero luego sacude la cabeza.
-Podrías
haberlo apartado.
-Es mi amigo,
no quería hacerle daño.
-Pues me lo has
hecho a mí.
-Te juro que no
hay nada entre nosotros –noto mis ojos llorosos.
-Tú me dices
una cosa, pero yo he visto otra.
-No sé cómo
hacer que me creas.
-Supongo que
era lo normal, que tuvieras novio aquí en España.
-¡No es mi
novio! –exclamo, pero él me ignora.
-¿Y qué era yo?
¿Una diversión de vacaciones? ¿Un “vamos
a pasarlo bien”? –noto el dolor en sus ojos.
-Eres la
persona de la que estoy enamorada –digo en un susurro.
Zayn alza la
mirada y nuestros ojos se encuentran por un momento. Anhelo abrazarle y
besarle, pero él me apartaría si lo intentara, estoy segura. Entonces pulsa el
botón para que el ascensor vuelva a ponerse en marcha.
-No sé si puedo
creerte.
-Hazlo, porque
es la verdad.
-Necesito…
pensar –sale del ascensor.
Sé que no tiene
sentido seguirle, pues sólo alargaremos una discusión que no llevará a ninguna
parte. Quizás sea mejor que se tome su tiempo y reflexione, porque se dará
cuenta de que digo la verdad.
-Yo estaré aquí
–digo antes de que esté demasiado lejos para oírme.
Zayn no
responde, sino que se aleja a lo largo de un pasillo que lo conduce a la
salida. Abatida, subo hasta la planta donde está mamá, sin ganas de enfrentarme
a nada. Me enjugo las lágrimas que se me han escapado con el dorso de la mano.
Todos me miran
preocupados cuando me ven aparecer.
-Jaime yo… -me
paso una mano por el pelo- Le quiero.
Él cierra los
ojos un momento, asimilando el golpe.
-¿Por qué no me
lo dijiste? –pregunta con voz impregnada de dolor.
-No sabía cómo
hacerlo –admito-. Lo siento.
-¿Él te quiere?
-Ahora ya no lo
sé.
-Pues claro que
te quiere, sólo está confuso –interviene mi padre.
-No lo sé –repito.
-Creo que… me
voy a ir.
Jaime pasa a
saludar a mi madre y sale de la habitación un par de minutos después.
-¿Me odias? –aparto
la mirada.
-No podría.
-No quería
hacerte daño. Eres mi mejor amigo, y te quiero, pero…
-… no de ese
modo.
Asiento con la
cabeza.
-Es un tipo con
suerte.
-Lo siento, de
verdad –digo otra vez.
Él intenta
esbozar una sonrisa.
-Adiós –murmura,
y también se aleja de allí.
Miro a papá,
Marga y Violet, que siguen en el pasillo.
-Se arreglará –dice
mi padre.
-Lo dudo.
-No seas pesimista.
Zayn te quiere y sabe que le quieres.
-Ven aquí –Marga
abre los brazos y yo me refugio en ellos; no habrá entendido nada de lo que
hemos dicho, pero supone lo que está pasando.
-¿Y qué hacéis
aquí?
-Cuando Zayn te
llamó, le preguntamos cómo iba la cosa. Nos dijo lo de la operación, y no
queríamos que estuvieras sola mientras tanto –explica papá.
-No teníais que
haber venido –reprocho.
-Quizás Violet
no, pero sabíamos que Zayn estaría deseando venir, y esa era la excusa perfecta
–dice Margaret.
-Pues lo he
estropeado todo –suspiro.
-No lo has
hecho, cielo –me consuela mi padre.
Noto que voy a
ponerme a llorar otra vez, y prefiero no hacerlo delante de todos.
-¿Por qué no
pasáis a ver a mamá? Seguro que le hace ilusión veros –propongo.
-Por supuesto –los
tres entran a la habitación, y yo aprovecho para ir al cuarto de baño.
En el aseo, me
lavo la cara y me miro al espejo. Vaya aspecto más horrible tengo.
Me pregunto
cuánto tiempo se quedarán en España. Quizás Zayn quiera coger un avión e irse
cuanto antes. O a lo mejor sólo están durante la operación, y luego se van, lo
cual es bastante probable teniendo en cuenta que papá y Marga tienen que
trabajar. Sólo espero que mamá no empeore y que… que Zayn aparezca de nuevo por
ese pasillo como si nada de esto hubiera ocurrido.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Siguiente ya por favor.
ResponderEliminarSiguelo Ya!! Porfavor!!! Por favor!! por Favor!
ResponderEliminarSiguelaaaa por favooor, escribes genial, me encanta no puedo esperar a que escribas el siguiente capítulo:)
ResponderEliminarHola. ¿Sabes qué? Cuando te dije que intuía algunas cosas, me refería a lo que ha pasado. Sabía que Zayn los vería haciendo algo que no sería de su agrado y huiría. Sólo espero que esta situación se arregle, pero entiendo a Zayn; yo también necesitaría pensar. Muy bueno, como siempre. ‹з
ResponderEliminar¡ME ENCANTAAA! Por dios no paro de leerme una y otra vez todos tus #Imaginas. Por favor sigue asi, ¡estare esperando el siguiente!
ResponderEliminarEs genial diosmio yo me voy a morir siguela encuanto puedas porfis ¡¡¡¡<3.
ResponderEliminarSube el siguiente yaaaaaaaa! Por favor! Va buenisima :))
ResponderEliminarTu me quieres matar!!!?? Siguela porfapliiiss
ResponderEliminarEstoy llorando, escribes genial, es como si estuviera viviendo de verdad la historia..
ResponderEliminar