domingo, 21 de julio de 2013

#Imagina de Liam PARTE 1

Celia y Eli entraron a la clase de inglés conscientes de que iba a ser una hora desperdiciada de sus vidas; no iban a aprender nada nuevo y en su lugar tendrían que luchar para no morir de aburrimiento. Así eran las clases con el profesor Castillo. Una lucha por la supervivencia. Tanto Celia como Eli se preguntaban a veces cómo era posible que supieran algo de inglés, pero luego echaban un vistazo a su reproductor de música y lo comprendían. No era el profesor Castillo quien les enseñaba, sino Rihanna, Nicky Minaj, Usher...

En cualquier caso, al que ahora tenían enfrente era a su profesor, que... ¡No era el profesor Castillo! Para su sorpresa, en lugar de la cara tan conocida surcada de algunas arrugas y mentón prominente, encontraron la de un tipo joven y bastante atractivo, con incipiente barba y vivos ojos marrones.

Toda la clase observaba atentamente al hombre que permanecía de pie delante de la pizarra, pero éste no habló hasta que la habitación estuvo totalmente en silencio.

-Supongo que os estaréis preguntando quién soy -Celia alzó las cejas al notar que el joven tenía un leve acento inglés que su casi perfecta pronunciación española no lograba ocultar.

Algunas personas de la clase emitieron unas risillas. Obviamente todos se lo preguntaban. Especialmente las chicas, que no parecían capaces de apartar la mirada del apuesto joven.

-Pues soy vuestro nuevo profesor de inglés -sonrió al ver los rostros sorprendidos de los alumnos.

Un murmullo que acabó convirtiéndose en griterío se apoderó de la clase, aunque se pudo escuchar una pregunta por encima de todas las voces: "¿por qué?" Todos se preguntaban qué clase de milagro podría haber apartado al profesor Castillo de sus horarios.

-Vuestro profesor ha tenido que abandonar las clases temporalmente por una serie de problemas personales que ni siquiera yo sé. Lamento no poder satisfacer vuestra curiosidad -entonces escribió algo en la pizarra.

"Liam Payne".


-¿Eso qué es, algún escritor inglés aburrido? -preguntó alguien, y Celia se giró en su asiento para ver quién lo había dicho.

-No, pequeño inculto de la literatura británica, es mi nombre -él volvió a sonreír.


Se escuchó una risa generalizada, y toda la clase pensó que el nuevo profesor había empezado bien.

-Por si alguien no se ha dado cuenta, soy inglés -se sentó en el borde de la mesa del profesor, algo impensable para su predecesor.

Alguna gente se mostró asombrada, y Celia suspiró: ¿cómo podían no haberlo notado con lo evidente que era?

-Y como acabo de llegar y necesito ponerme al día... He pensado en que me hagáis una ronda de preguntas, para conocernos más. Anónima, claro. La escribís en un papel, y yo contesto.

Aquello suscitó aún más interés en la gente. Las personas nunca parecen cansarse de echar un ojo a la vida de los demás, parece provocar algún tipo de placer oculto.

-Con una condición -ladeó una sonrisa-. Responderé a las preguntas personales siempre y cuando uno de vosotros responda a la misma pregunta. Quien yo diga.

Más que una clase de inglés, parecía un programa de televisión, y eso le gustó a todos.

-Así que tened cuidado con lo que preguntáis, porque os podría tocar responder a vuestra propia pregunta -alzó una ceja.

El nuevo profesor permaneció sentado en la mesa balanceando ligeramente las piernas mientras los estudiantes sacaban un folio y un bolígrafo para hacer sus preguntas.

Celia sacó un papel con desgana. Eli, sin embargo, parecía embargada por el mismo entusiasmo morboso de todos sus compañeros. Su amiga se preguntó qué podía escribir en el papel.

Se le ocurrieron un par de cosas, pero se dio cuenta de que realmente lo que quería saber era cuántos años tenía aquel atractivo profesor. Ni siquiera sabía por qué, y no era una pregunta para nada original, pero sintió la apremiante necesidad de saber su edad.

"¿Cuántos años tienes?" escribió en el papel. Luego lo dobló varias veces y miró a su alrededor. La gente aún estaba formulando sus preguntas, así que fue la primera en levantarse e ir hacia la mesa del profesor para dejar allí su papel.

Caminó sin prisa hasta la mesa, y vio que el profesor la miraba mientras andaba. Eso le hizo sentir una atención especial por parte de él que le resultó interesante, como si fuera la afortunada chica de la clase en la que el tipo popular del instituto ha decidido fijarse. Dejó con parsimona el folio en la mesa y desde allí pudo ver que el profesor era aún más atractivo de cerca, las limpias facciones de su rostro se notaban con más claridad, sus ojos parecían brillar un poco más. Él no dejó de observarla en ningún momento, y Celia creyó ver que alzó un poco las cejas. Cuando hubo dejado el papel en la mesa, volvió hacia su sitio contoneando ligeramente las caderas, sabedora de que él la estaba mirando. Se preguntó por qué se fijaba tanto en ella, pero no le dio más vueltas. Las cosas buenas nunca suelen cuestionarse. ¿Y qué tenía de bueno que su nuevo profesor la mirara con tanto interés? Probablemente era un halago.

Se sentó en su sitio y se dio cuenta de que Eli la miraba con los ojos muy abiertos.


-¡Te estaba mirando el culo! -exclamó ella en un susurro.
-¿Quién? -Celia acercó su cabeza a la de su amiga para evitar que alguien más las escuchara.
-¡El profesor!
-No lo estaba haciendo -negó ella, aunque sabía que estaba mintiendo.
-Sí lo estaba haciendo -dijo Eli con rotundidad.


Celia suspiró.


-¿Tú crees?
-Totalmente. Y tú lo has hecho a posta -murmuró la chica.
-Eli, no digas tont...
-Ibas moviendo el culo para que él te mirara -recriminó; no se le escapaba una.
-Lo siento.
-A mí me da igual, por mí como si quieres tirártelo ahí mismo -dejó escapar una risilla.
-¡Eli! -le tapó la boca con la mano, aunque no pudo evitar reír.
-Chst, vosotras dos -Payne las miró-. ¿Habéis escrito ya vuestra pregunta?


Celia alzó una ceja.


-Estoy en ello -contestó Eli.
-Yo acabo de entregarla hace un momento, señor Payne -ladeó una sonrisa.
-Pues guardad silencio -pidió él.


Algunos compañeros se levantaron a dejar sus papeles y el profesor dejó de prestar atención a las dos chicas.


-Está bueno, ¿eh? -Eli retomó la conversación.
-Tú siempre tan directa -rió Celia.
-¿Lo está o no?
-Mucho.
-Las clases de inglés se van a volver muy interesantes -su amiga alzó las cejas.


Entonces Payne llamó a la clase al silencio y cogió uno de los papelitos.

-¿Cuánto tiempo vas a quedarte aquí? -leyó con su perfecta y británica pronunciación- Bueno, esa no es personal. No lo sé, no sé cuánto dura la baja de vuestro antiguo profesor -respondió.

Había un par de papeles preguntando de dónde era.

-Wolverhampton, Inglaterra -contestó-. ¿Y tú? -dijo a uno de los alumnos.

El chico respondió que era de la ciudad en que se encontraban, y Payne pasó a otra cuestión.

-¿Cuántos años tienes? -rió levemente- Ya estaba faltando esta pregunta. Espero que no me preguntéis cuánto peso porque hace tiempo que no cojo una báscula. Pues tengo veinticuatro años.

No fue un dato que sorprendiera a nadie. Se notaba que era joven, aunque quizás sí era digno de mención que alguien de veintipocos tuviera trabajo. Celia calculó mentalmente la diferencia de edad que había entre ellos. Veinticuatro menos dieciocho… Seis. Bueno, no estaba mal. Pero, ¿qué más daba? ¡Era su profesor! Sacudió la cabeza y volvió a prestar atención a las respuestas de Payne.

-¿Tienes novia? –decía otra de las preguntas.

En la clase estalló una leve carcajada. Era algo que seguro que se estaban preguntando todas las chicas de aquella sala.

-No, no tengo –contestó el profesor, y se escuchó un murmullo de asombro-. ¿Y tú? ¿Tienes novia… o novio?

Celia tardó unos segundos en darse cuenta de que la pregunta iba dirigida a ella. Claro, había sido una pregunta personal, ahora le tocaba responder a alguno de los alumnos. Y precisamente la había escogido a ella.  La chica sintió la satisfacción de saber que sus compañeras querrían haber sido el centro de interés del joven profesor en esa pregunta, por lo que tardó un poco en contestar.

-Yo tampoco estoy comprometida, señor Payne –dijo con atrevimiento.

Ahora hasta los chicos la miraron. Había dicho aquello en un tono bastante provocativo, y eso no se le pasó por alto a nadie; tampoco al profesor, que la penetró con la mirada, escrutándola, quizás intentando adivinar qué pasaba por su mente. Ella sonrío con ironía y se apartó un mechón de pelo de la cara.

-Bien, pasemos a… la siguiente pregunta –Payne sacudió la cabeza y cogió otro papel.

La hora pasó bastante rápido con el profesor respondiendo a las curiosidades de sus alumnos, aunque en los últimos diez minutos de clase explicó cómo iba a llevar la asignatura en el tiempo que estuviera en el centro, y dejó claro que esa primera clase había sido relajada para romper el hielo, pero que a partir de ese momento tendrían que ponerse las pilas. Pasó lista e intentó memorizar los nombres de los casi treinta estudiantes que había en la habitación.

Celia estaba segura de que su nombre se lo había aprendido a la perfección.

Cuando sonó el timbre que indicaba el final de la clase –y del día-, los alumnos se levantaron de sus asientos rápidamente, deseosos de irse a casa.

-¿Hacemos los deberes juntas? –preguntó Eli mientras recogían sus cosas.
-Lo siento, pero esta tarde tenemos reunión del club de lectura –respondió Celia.
-Sigo sin saber por qué estás metida ahí –bufó su amiga.
-Sí lo sabes. Me gusta leer, y me sube la nota de Lengua.
-Aun así…
-Algún día te sacaré un libro, para que pruebes a leer algo.
-De más de cien páginas no, que me mareo –Eli y su amiga rieron.
-Vale, será uno de estos que pone “a partir de ocho años” –bromeó Celia.
-Intentaré leer hasta el final, te lo prometo –la chica siguió la broma.


Así, se quedaron las últimas de la clase sin darse cuenta. Celia se fijó en que el nuevo profesor estaba leyendo un libro mientras esperaba a que terminaran de salir, pero creyó ver que un par de veces alzó la vista hacia ellas. Quizás estaba impaciente por que las chicas salieran de la clase o quizás… quizás había otros intereses ocultos en su mirada de vivos ojos marrones.


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

11 comentarios:

  1. SOY PRIMER COMENTARIO ღღ, LO AMEEEE ESTA (NO HAY PALABRAS NENA) ME ENCANTA TU ESCRITURA SEGUILAAA QUE ESTAAA UFFF

    ResponderEliminar
  2. No me gusta por la parte de que no es primera persona... Pero es tu novela :)

    ResponderEliminar
  3. Pues a mi me gusta asi. No pasa nada si de vez en cuando se cambia la manera de narrar. Yo creo que el imagina sigue siendo igual de bueno ;)

    ResponderEliminar
  4. Me encaaaaaaaaaaaaaaaantaaaaaaaa!!! :)))))

    ResponderEliminar
  5. A mi me ha encantado. Este rollo profesor-alumna me intriga mucho siempre. Si vas a hacer solamente tres o cuatro partes porque hay gente a la que no le gusta, hazlas largas por las que sí nos gusta, si no es mucho pedir, claro. Sigue así preciosa.
    PD.: Me parece bien que le hayas puesto nombre a la protagonista pero creo que hablo en nombre de la mayoría que siempre aparezca nuestra Rayita o simplemente sea en primera/segunda.

    ResponderEliminar
  6. Me gusta mucho por favor no la cambies esta perfecta asi aparte leemos cosas nuevas en diferente tiempo, esta muy interesante síguela! <3

    ResponderEliminar
  7. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAA!!!

    ResponderEliminar
  8. La narración está bien así, y me gusta que la protagonista tenga un nombre. Lo único que no me gusta es la personalidad de Celia, parece un poco puta. Por favo, que no sea tan fácil.

    ResponderEliminar
  9. Cariño tienes un don escribes muuy bien, me ha encantado sobretodo porque trata de mi pequeño superheroe :) graciaas

    ResponderEliminar
  10. me hubiese gustado mas que fuera de mi jajaja me entiendes? pero es muy buena

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.