ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo veintidós (ÚLTIMO CAPÍTULO)

25 de julio; por la tarde.

Mis pies parecen moverse solos por el ya conocido camino de piedra. Se desplazan con apremio, como si por llegar un minuto después todo fuera a desaparecer. Pero en realidad no es un sueño. ¿O sí? Me pellizcaría, pero tengo las manos ocupadas, así que me muerdo el labio. Sí, duele. Es real.

Las maletas empezarían a pesar, pero no lo hacen porque ellas son el motivo de mi rebosante felicidad actual. Van bien llenas, pero en realidad no hay nada ahí dentro de lo que pueda prescindir.

La falda del vestido azul de flores rosas ondea a causa del roce con mis piernas, y sonrío para mis adentros. Eso seguro que no se lo espera.

Llego hasta la entrada tras lo que me ha parecido un camino eternamente largo, y me sorprendo bastante al ver unas hojas de muérdago en la puerta. Cuando voy a tocar al timbre, ésta se abre, y por ella aparece Zayn. No se acerca a mí, ni me besa, ni me abraza. Tan solo se queda mirándome, y yo hago exactamente lo mismo. No me puedo creer que después de seis meses siga estando ahí, mirándome tal y como lo hacía en Navidad. Me contempla de abajo a arriba, y alza las cejas al darse cuenta de qué vestido llevo puesto. Esboza una sonrisa pícara y finalmente sus ojos se encuentran con los míos. Señala el muérdago con un dedo.

-Te dije que lo haría –dice.

-¿El qué? –pregunto, aunque sé perfectamente a qué se refiere.

-Esperar bajo el muérdago –sonríe.

-En julio.

Ríe levemente mordiéndose la lengua, un gesto que me encanta de él.

-Nunca es tarde –se encoge de hombros.

-En absoluto.

Como por acuerdo mutuo, ambos nos acercamos un poco al otro, y, justo debajo del muérdago, unimos nuestros labios. Es un beso tan ansiado, tan deseado, que casi me cuesta respirar por el simple hecho de que por fin esté sucediendo. Zayn acaricia mi cuello, mi espalda, mis brazos, e incluso mis muslos, mientras yo hago lo propio con su cuerpo. Introduzco mi mano por dentro de su camiseta y recorro todo su torso, sintiéndolo mío. Zayn presiona con cierto apremio su lengua contra mis labios, y yo abro un poco la boca para dejar que nuestras lenguas se encuentren. Rodeo su cintura por debajo de la camiseta y pego mi cuerpo al suyo. Él acaricia con delicadeza uno de mis pechos y noto un creciente bulto rozando mi vientre.

Río y me aparto un poco de él.

-Zayn… -sonrío.

-¿Sí? –sus labios siguen buscando los míos.

-Tenemos años para esto. No hace falta que hagamos el amor aquí en el rellano de la puerta de la casa de mi padre.

Él abre mucho los ojos y me mira, con una sonrisa extraña.

-¿Qué pasa? –pregunto.

-¿Acabas de decir “hacer el amor” sin ponerte colorada? –dice con incredulidad.

-Supongo que he madurado –sonrío de nuevo.

-Pues me encanta, my darling –me da un leve beso.

-Gracias –suelto una risilla.

-Entonces vas a quedarte aquí hasta…

-Hasta que acabe la universidad.

-O hasta que tu madre…

Lo miro con afectación.

-Zayn, ya lo sabes. Si mi madre sufre una recaída, volveré con ella. Seguiré estudiando en Madrid y ya está –suspiro.

-¿Y cómo está?

-Bien, va a sus revisiones mensuales, pero siempre le dicen que va recuperándose. El pelo ha empezado a crecerle, incluso –ladeo una sonrisa.

-Me alegro muchísimo, de verdad.

-Lo sé.

Zayn quita el muérdago de la puerta.

-Esto ya no nos hace falta.

-Además, quedaría un poco raro tener ahí eso en verano, ¿no? –río levemente.

-Un poco –él hace lo mismo.

Zayn coge mis maletas y entramos a la casa.

-Ya sabes que yo durante el curso no vivo aquí… -dice.

-Lo sé, trabajas aquí sólo los fines de semana. Pero en cualquier caso, estás en Londres.

-Sí, en un piso… sólo para mí –me guiña un ojo con picardía.

-Eres irremediable –sacudo la cabeza.

-Quizás.

Todavía me resulta difícil creer que me hayan concedido una beca para estudiar en Londres. Pero allí estoy. Iré a visitar a mamá de vez en cuando, y tengo muy claro que no va a estar sola si vuelve a pasarle algo, pienso irme con ella si eso ocurre. Sin embargo, mientras tanto… podré estar con Zayn. Me siento la persona más feliz del mundo.

-¿Dónde están todos? –pregunto, al no escuchar ningún ruido en otras partes de la casa.

-Violet tenía una fiesta de cumpleaños, y tu padre y Marga han ido con ella. Llegarán en poco rato.

-Ah, vale. Me apetece verlos después de tanto tiempo.

Zayn sube las maletas por las escaleras, y la imagen me recuerda a otra muy similar que viví seis meses atrás.

21 de diciembre.

-¿Necesitas ayuda? –susurra una voz muy cerca de mí; demasiado cerca, quizás.

Muevo la cabeza y veo a Zayn a mi lado, sonriendo.

-Pues… sí -reconozco.

-Ahora me pregunto a quién tendré que cuidar estos días. ¿A Violet o a ti? –ríe.

-Muy gracioso –ironizo-. También podría subirla yo.

Él levanta la maleta en peso y empieza a subir las escaleras.

-¿Te vas a quedar aquí un mes o todo el año? Dios, ¡cómo pesa! –exclama.

-Vamos, ¡que tampoco es para tanto!

-¿Y esto no ha pasado el peso permitido por la compañía del avión?

-Pues no, porque no me han cobrado nada extra.

-Les habrá dado lástima…

-Seguramente –bufo.

Cuando llegamos al piso de arriba, deja la maleta en el suelo y se lleva las manos a la espalda.

-Ay, creo que me he roto algo…

-Sé que estás exagerando.

-Sólo un poco –sonríe.

-Gracias por subirla.

24 de julio; de nuevo.

-¿Te acuerdas del día que llegué a esta casa? –pregunto con una sonrisa en los labios.

-Claro –me mira.

-Pues esta situación me recuerda bastante a cuando me subiste las maletas porque yo no era capaz.

-Cierto –sonríe-. Pero hay una diferencia.

-Fuiste un arrogante –aventuro.

-Sigo siéndolo…

-A veces.

-La diferencia es otra –deja el equipaje en la puerta de mi dormitorio, y yo camino hasta su lado.

-¿Cuál?

-Que ese día me gustabas y tú no lo sabías, y hoy te quiero y sí lo sabes –se pasa una mano por el pelo.

Yo sonrío ampliamente y le beso.

-A mí me pasaba exactamente lo mismo.

-¡¿En serio?! –se sorprende.

-Sí.

-Pues parecía que me odiaras –comenta él.

-Odio que una persona me guste tanto desde el primer día sin saber el motivo –confieso.

Nos sentamos en el pasillo como solíamos hacer, sin importar que las maletas aún estén en mitad y que tal vez a mí no me vendría mal una ducha y descansar un rato. En realidad, me apetece más estar con Zayn.

-He pensado que quizás ni siquiera haga falta decirlo, pero me gustaría confirmarlo… -empieza él.

-¿El qué?

-¿Quieres ser mi novia oficialmente? –sonríe.

-¿En serio me preguntas eso? –alzo las cejas.

-Bueno yo…

-¡Pues claro, imbécil! –apoyo mi cabeza en su hombro.

-Gracias.

-¿Por?

Me mira fijamente.

-Por todo. Por aguantarme, principalmente –ladea una sonrisa.

-Lo mismo te digo –me muerdo el labio.

-¿Me aguantarás muchos años más?

-Por favor.

Zayn me rodea con un brazo y me atrae hacia él.

-¿Pensabas que íbamos a acabar así? –pregunto después de un breve silencio.

-La verdad es que no. Pensaba que te irías a España y no nos volveríamos a ver. Ahora mi principal preocupación es que la facultad de Filosofía esté cerca de la tuya.

-Yo también espero que estén cerca.

Él me da un beso en el hombro.

-Ese vestido te sienta de maravilla.

-Fue un regalo de alguien especial –comento.

-Pues yo aún estoy esperando para cobrarme mi regalo –alza las cejas.

-¿Qué regal…? –frunzo el ceño, y entonces Zayn saca un papelito algo arrugado del bolsillo de su pantalón.

“Vale por un tatuaje en cualquier establecimiento.

Letra pequeña: el usuario receptor del vale podrá ser vetado a la hora de escoger el tatuaje y el lugar del mismo por el usuario dador del vale”

-Ya he pensado qué voy a hacerme.

-Si a mí me parece bien, claro –le doy un leve empujoncito en el hombro.

-Si a ti te parece bien –sonríe.

-¿Qué?

-El London Eye.

-¿Es por lo que pasó allí entre nosotros?

-Probablemente. ¿No te gusta la idea?

-Claro que me gusta, pero no sé, ¿y si algún día nosotros ya no…?

No me deja terminar la frase.

-Entonces sería uno de los principales iconos de la capital de mi país. Independientemente de eso… ese día no llegará.

-Zayn, eso no puedes saberlo.

-Míranos después de seis meses sin vernos.

-Pero…

-Shhh –me pone un dedo en los labios-. Lo que tenga que ser será. Pero quiero ese tatuaje.

Suspiro.

-Está bien.

-Te quiero, pequeña cabezota.

-Yo también te quiero, Zayn the vain –sonrío.

-Jamás olvidarás eso, ¿verdad? –resopla.

-Nunca.

-Perfecto.

-¿Perfecto? –ladeo la cabeza.

-Sí. Me encanta cómo lo dices con tu pronunciación española –sonríe.

-Gracias –digo irónicamente.

-No es nada malo. Te aseguro que tu pronunciación es muy buena. Pero algunas palabras como “vain”… Aún te suenan diferentes –ríe levemente.

-Tendrás que enseñarme.

-Y tú a mí a hablar español.

-Haré lo que pueda, aunque tardaremos años… -bromeo.

-Gracias por la confianza –me saca la lengua.

-Eres tan maduro –ironizo, riendo.

-Para lo que quiero, lo soy –me guiña un ojo.

-Ya lo veo –río.

Entonces se escucha abrirse la puerta de la casa, y reconozco la voz de Violet diciendo algo alegremente.

-Ha crecido muchísimo –dice Zayn.

-¿Me reconocerá? –me preocupa que no lo haga; los niños pequeños olvidan las cosas con mucha facilidad.

-¡Pues claro! Te ha visto un montón por Skype.

-Aun así…

-¿Por qué no bajas y lo compruebas?

-Tienes razón –me levanto.

Zayn se queda sentado en el pasillo. Quizás quiere dejar un momento de intimidad para el reencuentro.

-Por cierto, mis amigos también tienen ganas de verte –me dice antes de que me aleje.

-¿Y Alison?

-Se ha ido a Estados Unidos con una prima. La situación la estaba desbordando.

-¿Por nuestra culpa?

-No. Su padre se va a casar. Con otra mujer, ni siquiera con la que le fue infiel a su madre.

-Vaya… -siento una lástima enorme por ella.

-Es mejor así –sentencia Zayn.

-Probablemente.

-Anda, baja, que querrán verte –sonríe.

-Tengo miedo de que no estés aquí cuando vuelva. Esto es tan… increíble.

-Estaré aquí. No me separaré de tu lado, a menos que tú quieras que lo haga.

-Entonces duraremos muuuuuucho tiempo –ahora soy yo la que sonríe.

-Me encantará estar todo ese tiempo contigo.

-¡No te muevas de aquí! –digo.

-No lo haré.

Esboza una sonrisa de las que me encantan, y no puedo reprimir las ganas de besarle. Me agacho y uno nuestros labios en un instante eterno. Cuando me separo, Zayn me da una palmada en el trasero.

-¡Vamos! –ríe.

Yo también río, y finalmente bajo las escaleras para ver a papá, Marga y Violet. Me los encuentro en el salón, jugando con la pequeña. Cuando se dan cuenta de que estoy ahí, vienen corriendo a abrazarme.

Ellos son mi familia.

Sonrío tan ampliamente que casi duele. Pienso en Zayn, en el piso de arriba. Sólo faltaría que mamá estuviera también allí. Pero ella está en España, y ha vuelto a su trabajo. Creo que ha empezado a salir de vez en cuando con uno de los médicos de la planta en que estuvo durante el ingreso, aunque ella no me lo ha dicho claramente.

¿Quién me iba a decir que aquel viaje indeseado a Londres me iba a hacer tan feliz? Supongo que nadie puede saber esas cosas. La felicidad escapa al entendimiento, al igual que el amor. Yo sólo espero que ninguna de esas dos cosas escapen de mi vida, que a mamá no le ocurra nada más, que Zayn jamás se vaya de mi lado. Y puede ser que eso ocurra o puede que no, pero yo me quedaré con la promesa de que él estará conmigo mientras yo lo quiera, lo cual significa… Para siempre. 

FIN

[Como siempre que acabo una novela o #Imagina, no tengo palabras para deciros lo mucho que agradezco todo lo que habéis hecho por mí y me habéis apoyado durante este tiempo. Cada persona que lee, cada palabra bonita que me decís, cada recomendación, es una sonrisa para mí, y habéis logrado sacarme muchas. Por todo eso, gracias. Sé que esta novela empezó con no demasiado éxito, y agradezco enormemente que le dierais la oportunidad de llegar hasta aquí. Espero de todo corazón que os haya gustado leerlo tanto como a mí escribirlo, y que estéis dispuestas a seguir compartiendo historias conmigo, porque después de esta novela vendrán muchas más. Lo digo de nuevo, pero es que no me canso. Muchas gracias a ti, por estar leyendo esto. Os quiero más de lo que imagináis, a todas y cada una de vosotras. 

PD: por favor, comentad, decidme qué os ha parecido, lo que os ha gustado, lo que no. Lo pido siempre, pero es muy importante para mí <3]