viernes, 5 de julio de 2013

ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo diecisiete.

25 de diciembre; al mediodía.

Desde la cama, Zayn sigue con la mirada todas las vueltas que doy por la habitación. Ahora mismo debo parecer una histérica, sacándolo todo de los cajones y armarios y metiéndolo en la maleta hecho un barullo, pero la verdad es que la preocupación me impide pensar con demasiada claridad y recordar que si guardo las cosas de forma ordenada quizás haya alguna posibilidad de que la maleta cierre.

Por eso, cuando está ya todo dentro, no consigo unir un lado de la cremallera con el otro.

-¡Mierda! –me siento encima de la maleta, y es cierto que la distancia se acorta un poco, pero aún no soy capaz de cerrarla.
-Necesitas relajarte –dice Zayn con voz calmada.
-¡No puedo! ¡La puta maleta no cierra y mi vuelo sale en una hora! –chillo.

Noto que las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos. No quiero derrumbarme, no delante de él, pero no puedo evitarlo y rompo a llorar. Me cubro la cara con las manos en un vano intento de disimular.

-Eh, eh –sus manos acarician mis mejillas, limpiando las lágrimas.
-Zayn… -balbuceo.
-Mírame –aparta con suavidad mis manos de mi rostro y me obliga a mirarle; está arrodillado delante de mí-. Tienes tiempo, ¿sí? Esta maleta va a cerrar, tranquila, sólo relájate un poco, venga, te ayudaré a ordenarla.
-Pero es que no… -no puedo dejar de llorar.
-No… ¿qué? –pregunta con voz dulce.
-No quiero que se muera –expreso en voz alta el gran miedo que me corroe por dentro.
-Shhh… tu madre no se va a morir –intenta tranquilizarme.
-Papá ha dicho que está muy grave…
-Pero eso no quiere decir que no vaya a sobrevivir.
-Y ni siquiera sé qué le pasa. Puede haber tenido un accidente de coche, puede haberse quemado en un incendio, puede…
-Basta –dice con voz suave pero autoritaria-. No te martirices. En tres horas y media estarás en Madrid, hasta entonces, no pienses en eso.
-¿Y si para entonces ya…?
-No –hace el recorrido de mis lágrimas a lo largo de mis mejillas con sus dedos pulgares.
-Zayn…
-¿Sí?
-¿Qué va a pasar con nosotros?

La expresión de su cara cambia totalmente, y desvía la mirada en un gesto de dolor.

-No lo sé –dice, finalmente.
-No quiero que se acabe –susurro.
-Yo tampoco…

Se produce un breve silencio en el que ambos estamos esperando a que se nos ocurra una solución que sabemos que jamás llegará.

-Supongo que… podrías venir a ver a tu padre de vez en cuando, seguro que le encantará verte –ladea una sonrisa triste.
-A mí también me gustaría verle pronto –también sonrío; está claro que no hablamos de mi padre, sino de él, de Zayn.
-¿Y hasta entonces?
-Podemos hablar por teléfono… -propongo
-O por Skype.
-También –suspiro.
-No quiero perderte. Quiero poder tocarte, besarte… a lo mejor por Skype no se ve cuando te sonrojas, y no quiero perder todo eso –una lágrima resbala lentamente por su mejilla.
-No me vas a perder, Zayn –enredo mis manos en su pelo-. Sólo me tendrás… de otra manera.
-Está bien –murmura.

Miro el reloj; ya es hora de cerrar la maleta e irme.

-¿Me ayudas? –pido.
-Claro –Zayn se apoya también y conseguimos cerrar la maleta.
-Gracias –intento sonreír, pero no lo consigo.
-Al final…
-¿Qué?
-Al final no nos hemos besado en el muérdago.
-Tienes razón –suspiro una vez más.
-Pero volverás, ¿verdad?
-Zayn, ya… No sé cómo estará mi madre, ni siquiera sé si seguirá viva… Pero no creo que vuelva hasta dentro de un tiempo, a no ser que ella… que ella muera –de nuevo empiezo a llorar.
-No importa, lo entiendo –respira hondo-. En cualquier caso, por si algún día vuelves…

Me toma de la mano, me pega a él y me da un tierno beso en los labios.

-… esperaré bajo el muérdago.  

25 de diciembre; por la tarde.

Todo es como si fuera un sueño. Quizás el vuelo me haya dejado un poco aturdida. O a lo mejor es porque las despedidas no me sientan bien. He tenido que decirle adiós a papá, Marga y Violet con bastante apremio, y aunque parezca raro, ya les echo de menos. A Zayn… he preferido no decirle nada. No quería decirle adiós, pero tampoco sé si realmente un hasta pronto habría sido cierto.

El traqueteo del taxi contribuye un poco más a crear esa atmósfera irreal. De repente hace sol, las voces suenan en español, los taxis son blancos. Incluso me resulta extraño que el conductor del taxi no sea ese chófer que nos llevaba a todas partes.

Camino del hospital, me pregunto cómo he llegado hasta allí, y no quiero ni pensar qué le puede haber pasado a mamá. Ni siquiera voy a pasar por casa a dejar las cosas, ya haré con ellas lo que sea.

Cuando el taxi se para, veo ante mí el nombre del hospital en una franja blanca que destaca entre dos franjas rojas: “Hospital General Universitario Gregorio Marañón”.

Impaciente, pago al taxista, que me ayuda a bajar las maletas del maletero.

Y ahí me quedo, en la puerta del hospital, con mis bolsas de viaje en las manos y sin saber muy bien qué hacer. Supongo que me da miedo lo que pueda encontrar cuando pregunte en recepción el nombre de mi madre.

Finalmente, camino hacia la entrada. Me acerco a unas chicas que, tras un mostrador, atienden a gente tanto por teléfono como en persona.

-Disculpen… -digo con voz tenue; se me hace raro hablar en español.
-¿En qué podemos ayudarle? –me pregunta una de ellas, y su tono me recuerda al de un robot.
-Pues quería saber si… Bueno mi madre está aquí, pero no sé dónde y…
-¿Nombre?
-¿El mío?
-No, el de su madre.
-Ah.

La mujer no parece reparar en mi expresión nerviosa y descompuesta, y simplemente se limita a buscar eficientemente en sus archivos el nombre que acabo de decirle. Supongo que actúa así porque si simpatizara con el dolor de todo el mundo, la que acabaría destrozada sería ella.

-Se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos. No puede entrar a donde ella está, pero puede verla a través del cristal, por supuesto. ¿Desea ir?
-Sí, claro, pero no sé dónde… -balbuceo; y entonces me doy cuenta de que eso significa que... ¡está viva!
-Doctor Jiménez, ¿va a la UCI? –pregunta la mujer a un tipo con bata blanca que pasa por delante del mostrador.
-Sí, claro, me toca revisión –contesta él, y al verme me pregunta-. ¿Estás bien?
-Pues la verdad es que no mucho… -contesto, algo mareada.
-¿Podía acompañar a esta chica allí, doctor? Está su madre –hace una mueca.
-Por supuesto, acompáñame –el médico me coge con suavidad del brazo para que me mueva-. ¿Cómo te llamas?

Supongo que me pregunta mi nombre para hacerme pensar en otra cosa. Buena estrategia. También me pregunta sobre mi edad, y por qué voy al hospital con maletas. Le explico que vengo de Londres, y siento una punzada de dolor al pensar en Zayn.

-¿Y quién es tu madre?

Se lo digo, y el médico frunce el ceño.

-¿La conoce?
-Sí, sé quién es –dice; no sé si eso es bueno o malo.
-¿Y…?
-Está grave, pero estable. Incluso he pensado pasarla a planta mañana si sigue como va.

Una pregunta me corroe por dentro, pero antes de que pueda hacerla, y tras pasar una puerta, llegamos a un pasillo en que las paredes de las habitaciones son cristales y se puede ver a los enfermos de dentro. Siempre pensé que la UCI sería un sitio estresante, con médicos yendo de aquí para allá haciéndole cosas a los enfermos, pero es al contrario de lo que yo me imaginaba: es una zona tranquila, no hay prácticamente actividad, simplemente hay algunas personas sentadas en bancos fuera de las habitaciones, seguramente familiares destrozados de los enfermos. Me pregunto si yo tendré la misma cara de desolación.

-Ven, iré primero con tu madre –ahora el médico camina con más resolución.

Se para en la puerta de una de las habitaciones, y me da miedo mirar a través del cristal.

-¿No puedo…? –señalo la puerta.
-Supuestamente no –mira a su alrededor-. Pero pasa, tienes hasta que yo termine con la revisión –sonríe levemente.
-Gracias.

Entra él primero, y yo le sigo. Dirijo mi mirada hacia la camilla blanca que ocupa el centro de la habitación, y me cuesta reconocer a mi madre. Tiene cables por todas partes, el pelo alborotado alrededor de la cara y lleva una especie de vestido, también blanco, de esos que tienen todos los enfermos. Nunca la había visto así, y la imagen me impacta tanto que tengo que apoyarme en un pequeño armario para ser capaz de seguir de pie.

-Quizás no ha sido buena idea que te deje entrar –reflexiona el médico mientras trastea en una máquina que está conectada a alguna parte del cuerpo de mi madre.
-Pero si ayer… ayer estaba bien –murmuro.
-No te imaginas la cantidad de cosas que pueden suceder en veinticuatro horas.

Me acerco un poco a la camilla. Mamá está dormida, o sedada, la verdad es que no lo sé, pero tiene los ojos cerrados y no quiero despertarla. Sintiendo de repente un afán protector, le tomo la mano con delicadeza y le doy un beso en la mejilla. Parece tranquila, como si estuviera durmiendo, lo que me relaja un poco. Al contemplarla de cerca, pienso que no hay signos de ningún tipo de accidente: ni quemaduras, ni heridas, ni sangre… ¿Qué puede haberle pasado?

-Doctor, ¿cómo está? –pregunto, pues veo que la está auscultando.
-Va mejorando –dice, alentador-. Estas cosas van así, es una pequeña crisis, pero en unos días estará recuperada.

No entiendo muy bien de lo que me está hablando.

-¿Qué cosas? –digo, desconcertada.
-Bueno, la situación de tu madre, siempre se dan…

Sé que es de mala educación interrumpir, pero lo hago.

-¡¿Pero cuál es la situación de mi madre?! –exclamo.

Ahora es el médico el que no parece comprender.

-¿Qué?
-Sí, que qué le pasa.

-Hija –el hombre suspira-… tu madre tiene cáncer. 


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

15 comentarios:

  1. Dios mio he llorado.. siguela.. que penaa joliin

    ResponderEliminar
  2. OMFG!! No la puedes dejar asi

    ResponderEliminar
  3. QUE TIENE CANCER ¡¡¡ ME HE QUEDADO EN SHOCK ¡¡¡¡ NO LA DEJES ASI SIGUELA ¡¡¡
    POR CIERTO EL CAP A ESTADO GENIAL ¡¡¡

    ResponderEliminar
  4. OMG OMG *____*cancer?oh dios siguela pronto porfiiis
    besiiis!!

    ResponderEliminar
  5. HE LLORADO :''''( ¿CANCER? POBRE CHICA Y POBRE MUJER... POR FA SUBE SIGUIENTE PRONTO...
    GRACIAS POR TUS MARAVILLOSOS IMAGINAS ^.^

    ResponderEliminar
  6. Pero queee!!!! Como la dejas asii?!?! He llorado muchoo, siguela prontoo poor favoor!!!! Besos:)

    ResponderEliminar
  7. Ahora mismo estoy en estado de shock. Cuando su padre dijo "Muy grave" nunca pensé que se refería a cáncer. Qué situación más agunstiosa. Espero que su madre supere esto. También espero que Zayn vuelva a aparecer (y no a través de una pantalla de ordenador). Por cierto, todavía queda pendiente el caso de Jaime. Interesante. Continúala en cuanto puedas. Genial. ‹з

    ResponderEliminar
  8. Muchas emociones, demasiadas... Que pasara con su madre? No puede morir!! Y Zayn no puede ser que solo lo vea a traves del ordenador!!! Enserio he llorado como si fuera una pelicula ;( SIGUELAA QUE LA QUE VA A MORIR DE NERVIOS SOY YO JAJAJAJA

    ResponderEliminar
  9. Que bonito, le esperará bajo el muérdago. Pobre Zayn, no poder tocar ni besar a quien amas, tiene que ser jodido. ¡Y pobre mamá! Que tiene cancer, esa maldita enfermedad del que pocos salen, ojala no existiera; se le habrá roto el corazón ala protagonista.

    ¡De verdad, enhorabuena! Sigue con el mismo entusiasmo y llegarás lejos, aquí, una fan tuya. Muchas besos y sigue esto porque te guste, no porque te lo digan los demás preciosa.

    ResponderEliminar
  10. Me muero, ha sido perfecto me ha hecho sentir muchas cosa , siguelo pronto pliss ¡¡ <3.

    ResponderEliminar
  11. No Se Que decir.
    Estuvo Perfecto.
    La historia dio Un Giro tremendo!!!
    Siguela Pronto Por Favor!

    ResponderEliminar
  12. Mediocre. Con drama totalmente innecesario. Lágrimas insulsas. Las palabras 'adolescentes drámaticas y peliculeras' prácticamente luchan por salir de mi boca.
    Mejor deja de mancillar la escritura y dedícate a ser una fan más de 1D.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tu dedicate a no meterte en la vida de los.demas.

      Eliminar
  13. Cancer??Dios mio pobree:(|||me a encantado

    ResponderEliminar
  14. Me encanta tu novela!! SIGUELA!

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.