lunes, 8 de julio de 2013

ESPERARÉ BAJO EL MUÉRDAGO; capítulo dieciocho.

25 de diciembre; por la noche.

El doctor Jiménez me ha recomendado que me vaya a casa al menos a dejar las maletas y darme una ducha, ya que mi madre está dormida y de todos modos yo allí no podía hacer nada. Muy a mi pesar, su lógica ha sido irrefutable, y ahora mismo el agua caliente corre sobre mi piel desnuda.

Mientras me enjabono, me resulta difícil asimilar todo lo que el médico me ha dicho. Mi madre tiene cáncer, y lo sabe desde hace unas semanas. Sin embargo, no me había dicho nada, en lugar de eso me aleja de ella mandándome a Inglaterra. Estoy furiosa, mucho, y la verdad es que no sé si con mamá o con el universo. Debería habérmelo dicho para que estuviera con ella, pero el doctor también tenía razón al decirme que ella no quería que estuviera toda la Navidad pasándolo mal.

Rompo a llorar, y mis lágrimas se confunden con el agua que de nuevo resbala por mi cuerpo. Siento una necesidad increíblemente fuerte de salir del baño y abrazar a alguien, pero me doy cuenta de que estoy sola en la casa, ya no están ni Violet, ni Marga, ni papá… ni Zayn.

Me visto con ropa menos abrigada de la que me pondría para salir a la calle, puesto que en el hospital hay calefacción y hace más calor, y ya que estoy saliendo de mi casa, me suena el móvil. Sin mirar quién es, contesto.

-¿Diga?
-Espero que eso que acabas de decir no sea un insulto, porque no tengo ni idea de qué has dicho –escucho la familiar voz de Zayn al otro lado de la línea.
-¡Zayn! –exclamo.
-¡Yo!
-No, no era un insulto –sonrío levemente.
-Bien. No me gusta eso de estar en desventaja –intuyo que sonríe.
-Algún día te enseñaré español.
-En persona, por favor.
-En persona –esbozo una sonrisa triste.
-¿Cómo estás?
-Todavía de una pieza.
-Bien, ya me estaba preocupando que con la presión del avión se te hubiera salido un ojo o algo –bromea.
-Hijo, qué bonito te ha quedado –ironizo, aunque sé que lo está haciendo para que por un momento no me sienta tan mal.
-Me gustarías aunque te faltara ese ojo –dice en voz algo más baja.
-Eso sí ha sido bonito –me sonrojo un poco.

Apoyo la espalda en la puerta de la casa y suspiro.

-¿Y tu madre? –hace la peligrosa pregunta.
-Viva.
-Me alegro muchísim…
-Pero con cáncer.

Se produce un silencio.

-Tranquilo, yo tampoco he sabido qué contestarle al médico.
-Lo siento –dice con voz afectada-. ¿De qué?
-De mama.
-¿Muy avanzado?
-Parece ser que no. Según el médico, tienen prevista la operación para dentro de dos días. No saben si podrán quitarle sólo el tumor o tendrán que quitarle todo el pecho… -sin poder evitarlo, rompo a llorar desconsoladamente- ¿Y si no se recupera, Zayn? ¿Y si el cáncer se extiende más? ¿Y si…?
-No, no, no, ahora no pienses en eso. Piensa que la van a operar y van a hacer todo lo posible para que se ponga bien, ¿sí? –dice dulcemente.
-Es que está… -sorbo por la nariz- Está irreconocible, con todos esos cables y…
-Shhh, no llores, por favor –casi suplica-. Me está matando saber que estás así y yo no puedo abrazarte…

Me paso la mano por el pelo, agotada.

-Zayn, tengo miedo –digo en un susurro.
-Es normal. Pero tienes que ser fuerte –me anima.
-No puedo…
-Sí que puedes.
-Me voy al hospital, no quiero que esté sola mucho rato.
-Allí no vas a poder hacer nada por ella, y deberías dormir algo…
-No podría dormir, y quiero estar allí con ella –respondo con resolución.
-Está bien. Si quieres hablar… llámame. No importa la hora que sea.
-Gracias. Hasta luego –cuelgo antes de que la situación se ponga dramática, y me voy al hospital, a sentarme en ese pasillo convertido en sala de espera, aunque sin saber muy bien a qué estoy esperando.


26 de diciembre; por la mañana.

Alguien me da un suave toque en el hombro, y yo pego un respingo. Abro los ojos, desubicada, y voy recordando poco a poco que estoy en la sala de espera del hospital en el que se encuentra mi madre.

-Buenos días –me dice una voz masculina.
-¿Me he quedado dormida? –miro a mi alrededor hasta que localizo al dueño de la voz, es un tipo joven con bata blanca.
-Sí, dormir es lo que se suele hacer por la noche, ¿no? –el joven esboza una sonrisa encantadora, luego se pasa una mano por su pelo rubio y lo revuelve.
-Supongo… -gruño.
-Eres familiar de esa paciente, ¿me equivoco? –señala a mi madre a través del cristal.
-Sí, por eso estoy en la silla enfrente de su habitación, ya que no me dejan estar ahí dentro –reprocho.
-No creas que a los médicos nos divierte veros aquí en el pasillo, ¿no crees que si las cosas se hacen de un modo determinado, es por algo? –alza las cejas.
-Quizás –admito.
-Vamos a trasladar a tu…
-Madre.
-Eso. Vamos a llevar a tu madre a planta, ya no está en situación de riesgo.
-¡¿Sí?! –exclamo, contenta.
-Ajá. Y allí podrás hartarte de estar con ella en la habitación –sonríe.
-¿Va a estar allí hasta que la operen? –pregunto.
-Probablemente sí.
-¿Y el doctor Jiménez? –recuerdo lo bien que se portó conmigo.
-Vaya, ¿no te convence que yo trate a tu madre?

Me sonrojo.

-No es eso, es que ayer él…
-Ya, ya lo sé. Era el médico de guardia y el que te recibió –sonríe de nuevo.
-Pues sí.
-Pero el que está tratando a tu madre soy yo.

Pienso que es bastante joven, pero no digo nada. Por otro lado, también me da la sensación de que está intentando flirtear conmigo. Como si yo no tuviera ya bastante.

Entonces aparecen un par de enfermeros por el pasillo que entran en la habitación de mi madre y empiezan a desconectarle los cables que la unen a las máquinas de allí.

-Doctor…
-Llámame Jaime.

¡¿Jaime?! No puede ser. Ya que por un momento había olvidado todo el jaleo con mi amigo, el médico de mi madre tiene que llamarse precisamente igual que él.

Definitivamente, está coqueteando conmigo.

-Pues Jaime… ¿cree que mi madre se recuperará?

Él suspira, como si fuera una pregunta que le hacen miles de veces, y él siempre ofreciera la misma respuesta. Probablemente sea así.

-No puedo asegurarte nada… Pero por el estado de su cáncer, hay muchas posibilidades de que sí.

Sonrío. Los enfermeros sacan la camilla de mi madre de la habitación y la llevan por todo el pasillo en dirección a algún ascensor que la subirá a planta.

-Habitación 314. Disfruta de tu madre –sonríe una vez más y se aleja.
-Gracias.

Subo rápidamente a la habitación y veo desde la puerta cómo los enfermeros vuelven a conectarla a algunas máquinas similares a las de abajo; sin embargo, ahora no son tantos cables, ni tantos líquidos, al menos da mejor sensación.

Cáncer de mama.

¿Cuántas veces no habré visto anuncios en la tele de mujeres con pañuelos rosas rodeando sus cabezas sin pelo, defendiendo que se puede luchar contra ese cáncer y superarlo? Y siempre todo me resultaba tan ajeno… Ahora me pregunto si tendré la suerte de ver a mamá con uno de esos pañuelos, diciendo orgullosa que el cáncer no ha podido con ella.

Cuando los hombres salen de la habitación, entro yo, y veo con alegría que mi madre está despierta.

-¡Mamá!–exclamo, y me tiro rápidamente a la cama para abrazarla con fuerza, aunque justo después rompo a llorar- ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! ¡¿Por qué me mandaste a Inglaterra en lugar de decírmelo?! ¡¿Por qué…?!
-Cálmate –me pide ella con voz tranquila, quizás algo débil.
-¡No puedo calmarme, mamá, no puedo!
-¿Qué haces aquí? –pregunta.
-¡¿Que qué hago aquí?! Mamá, ¡llamaron del hospital porque estabas muy grave! –sigo llorando.
-No deberías haber venido –me reprocha, aunque sin abandonar su tono dulce.
-¡No debería haberme ido, que es distinto!
-No digas tonterías.
-No las digas tú –la abrazo con más fuerza todavía.

Ella me acaricia el pelo con ternura.

-Y ese chico… ¿se ha quedado allí?
-¿Qué chic…? ¡Ah! ¿Zayn? Sí, claro, él vive allí –suspiro.
-Entonces sí que no deberías haber venido.
-Mamá, no te voy a dejar sola por un amor de vacaciones.
-A mí ya me tienes, pero ese amor deberías conservarlo.

Bajo la mirada.

-Pero yo no sabía si… pensaba que quizás tu…
-Tranquila, mírame, estoy bien.

Me dan ganas de decirle “no, no estás bien”, pero ella debe estar pasándolo mucho peor que yo, así que me contengo.

-Y yo, de verdad –miento.
-Cielo, no soy tonta.
-Dejemos el tema, ¿sí? –pido.
-Está bien.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Creía que eras lo suficientemente inteligente como para saber por qué –toma aire y recupera las fuerzas para hablar-. Veo que el frío londinense te ha matado algunas neuronas –bromea.
-No seas tan irónica conmigo –bufo-. Aun así, no veo justo que no me lo dijeras.
-Cuando seas madre lo entenderás.
-Si es que lo soy.
-No te faltan pretendientes –observa.
-Tan atenta como siempre –sonrío.
-Estoy enferma, no tonta.
-¿Cómo te sientes? –la miro; veo que tiene ojeras más marcadas que de costumbre, y está algo más delgada, cosas imperceptibles por Skype.
-Bien –me mira con sus brillantes ojos verdes-. Sobre todo ahora que estás aquí.
-¿Seguro que estás bien?
-Sí, un poco débil, pero bien.
-Parece que vas a estar aquí hasta que te operen.
-Ya lo suponía.
-¿Qué te pasó? Ayer, me refiero.
-Estaba comprando. Empecé a sentirme mal, se me nubló la visión, y me desplomé. Cuando me desperté estaba en una camilla y me llevaban con mucha prisa a alguna parte, tras lo que me volví a dormir. Lo demás son recuerdos difusos, no estaba del todo consciente.
-¿Por qué te pasó eso? –pregunto, angustiada.
-Supongo que por la medicación.
-Mamá…
-¿Sí? –cierra los ojos.
-No vuelvas a hacerme esto.
-¿Tener cáncer? Intentaré no hacerlo –dice, de broma.
-¡No bromees con esas cosas! –la espeto- No vuelvas a no hacerme algo así.
-Ya veremos.
-Nunca –entrecierro los ojos, aunque ella no puede verme.
-¿Cómo están tu padre y su familia?
-Bien… Marga ha sido muy buena conmigo. Aunque ahora están preocupados.
-¿Por?
-Por ti.
-Diles que estoy bien.
-Mamá…
-¿A cuántas mujeres les pasa lo que a mí? A millones. Sólo soy una más –vuelve a pararse para respirar-. Pasará, tranquila.


Su voz se va haciendo cada vez más tenue, hasta que su respiración se vuelve regular, con lo que supongo que se ha quedado dormida. La observo durante un momento, y siento infinitas ganas de ponerme a llorar otra vez. Con tal de no hacerlo, salgo al pasillo, y entre enfermeras y familiares de enfermos veo aparecer a alguien a quien no esperaba en absoluto ver allí. Es Jaime, pero no Jaime el médico, sino Jaime mi amigo, ése que sigue esperando una respuesta a aquel beso que me dio, ése a quien voy a tener que decirle que estoy enamorada de otra persona. Respiro hondo y me preparo para lo que está por venir, aunque por mucho que me conciencie, las cosas pueden suceder de la forma más inverosímil posible. 



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

11 comentarios:

  1. Me encanta ¡¡¡ <3. Me alegro de que la madre este mejor <3. Y con Zayn no se que pasara , pero tiene que acabar bien espero ... Y Jaime como reaccionara ¡¡

    ResponderEliminar
  2. Ooooooh dios!La madre ya esta bien y yo estoy feliiz(: Necesito saber lo que va a pasar con Jaime,no el medico sino su amigo hahah. Me ha encantado,preciosa.

    ResponderEliminar
  3. Como siempre, has conseguido que esté completamente dentro de la novela mientras leía el capítulo. Supongo que Zayn siente impotencia al encontrarse tan alejado de ella en esta situación tan difícil, y eso me apena. Por otro lado, me alegra que su madre haya mejorado. Espero que nuestra protagonista sepa actuar debidamente y no haga nada con Jaime. Intuyo bastantes cosas, aunque hasta el siguiente episodio no se aclararán mis dudas, así que... ¡Escríbelo en cuanto puedas! Muy bueno. ‹з

    ResponderEliminar
  4. me encanta , es perfecto como siempre , sigue asi tiene buen camino .
    Bssss <3<3

    ResponderEliminar
  5. Wow!!! Me Re Alegre Cuando Lei Que La Madre Habia Mejorado, Me Re Alegre Cuando zayn la Llamo, Me Quede Media Pensativa Cuando Nombro A Jaime (amigo) COMO REACCIONARA?

    ResponderEliminar
  6. Ohh que feliz me siento de que la madre este bien
    Espero que siga con Zayn y uhh que pasara con Jaime?
    Espero con muchas ansias el siguiente capitulo siguela pronto porfii besiiiiss!!!

    ResponderEliminar
  7. Como puedes dejarla ahiiiiiiii!!!!!! ?? sigue es perfecta .... casi tan perfecta como tu :3

    ResponderEliminar
  8. Ahhhh!! No la dejes ahi porfavorr... no puede pasar nada con jaime... no puede dejar a zayn.. por jaime plissw....!!! Pobre zayn no poder estar con la prota en esta situacion yyy ¿si viaja a madrid para estar con ella y jaime se los encue tra besandose...????!! Porfa q no pase nada con jaime q siga con zayn besitos desde sevilla.

    ResponderEliminar
  9. Lo único que quiero es que Zayn llegue hasta allá como todo romántico y AGGGHH AMO tu novela, Muero por Zayn

    ResponderEliminar
  10. Porfavor siguela y que no pase nada cn jai.e si no......... pliss q vaya zayn a verla seria una gran sorpresa para elle y ademas egrarias la historia un monton q xon esto de la madre casi .llorandooo..... PROHIBIDO JAIME... BESOS.amo tu novela

    ResponderEliminar
  11. Dios me encanta y quiero que lo sigas ya me a encantado

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.