Señalas unas
vetas marrones que marcan sus nudillos, con un repentino instinto protector
hacia él.
-Ah, bueno…
-vacila- Me caí.
-¿Te caíste?
¿Qué pasó? ¿Estás seguro de que estás bien?
-Bombón, relájate
–una sonrisa fugaz cruza su rostro.
-Es que…
-Estoy bien. No
me di cuenta de que la moto tenía una rueda en la acera cuando la arranqué, se
desestabilizó, y me caí.
-¿Pero cómo…?
Entonces tendrías que tener una pierna destrozada, ¿cómo es posible que no te
la haya aplastado? –lo recorres con la mirada en busca de otras señales de
heridas.
-No lo sé, la
verdad –se encoge de hombros.
-¿Es que no
llevabas el casco? –ves que una de sus cejas está hinchada y tiene un poco de
sangre seca.
-¿Eh? –se da cuenta
de a dónde estás mirando- Ah… Se me olvidó, y como sólo iba al instituto…
-¿Cuántas veces
te he dicho que tienes que ponerte el casco?
-¿Significa
esto que ya no estás molesta conmigo? –pregunta de repente, con su últimamente
cada vez más esquivo tono prepotente.
-¿El qué?
-Todo este
momento sobreprotector que estás teniendo –sonríe.
-Esto… -dudas
un momento; es muy difícil estar mucho tiempo enfadada con él, especialmente
cuando lo tienes allí en persona-. Ya veremos.
-Claro –la
sonrisa no desaparece de su rostro.
Ag, le resulta
demasiado fácil conseguir que le perdones. Deberías ser más dura con él. Sin
embargo, nunca eres capaz. Además, en este caso no se te costea, sobre todo
cuando le digas que ya te has hecho el test. ¿Qué resultado habrá dado?
La mirada de
Harry se posa en el reloj de pared.
-Deberíamos ir
a comprar el test antes de que cierren las farmacias –comenta.
Aunque también
está la opción de no decirle que ya te lo has hecho, y volver a hacértelo. De
todos modos, ahora te parece más importante que no volváis a enfadaros que
intentar mantener algo de tu orgullo herido.
-Tienes razón
–sales del salón y vas a abrir la puerta de la casa.
-Espera un
momento, necesito ir al baño –anda en dirección al pasillo.
En tu mente se
forma una clara imagen del aparato con el resultado en lo alto del lavabo. No
hay una posible excusa para eso.
-¿Qué? Styles,
como cierren las farmacias no pienso quedarme otra semana sin saberlo –vas
rápidamente hacia él, en un vano intento de que salga de la casa.
-Bombón, es
sólo un momento. Me hago un viaje de una hora para venir hasta aquí, mi vegija
también tiene ciertas necesidades –abre la puerta del baño.
Tú tiras de su
mano y le haces darse la vuelta violentamente.
-¡Harry!
–exclamas.
-¿Qué? –parece
confuso.
-Ya me he hecho
la prueba –mejor decírselo tú a que lo vea al entrar.
-¡¿Que qué?!
–te mira con ojos desorbitados.
-A ver, no sé
el resultado, pero estaba haciéndomela cuando tú has llegado –intentas
explicarte.
Su expresión se
vuelve fría, como siempre que intenta dominar las emociones, el dolor.
-Te pedí que me
esperases –susurra.
-Lo sé, pero
estaba enfadada, necesitaba saberlo de una vez por todas, sentía que no
confiabas en mí, y ya no sabía qué…
Sin dejarte que
termines de hablar, se da la vuelta y entra con grandes zancadas al cuarto de
baño. Ahí está, el pequeño aparato descansa aparentemente inocente sobre el
blanco y gélido lavabo.
Harry lo mira
por un momento, luego lo coge entre sus manos y lo tira en tu dirección. Logras
cogerlo antes de que caiga al suelo, pero no necesitas mirar la pantalla.
-“No embarazada” –dice Styles.
-Harry… -tu voz
suena suplicante, tal vez demasiado.
-¿Qué? –no es
capaz de mirarte.
Ahora mismo ni
siquiera piensas en el resultado de la prueba, te parece mucho más importante
lo traicionado que sabes que él se siente, y necesitas arreglarlo.
-Te quiero –no
se te ocurre otra cosa, no sabes qué puede justificar tu comportamiento.
Él se lleva una
mano a la frente en un gesto cansado.
-Has roto una
promesa.
-Lo sé –miras
al suelo-. Pero me estoy volviendo loca, Harry. No aguanto más. No puedo
soportar esto. Es que cada vez que nos vemos nos peleamos. Cada vez que
hablamos por teléfono alguno de los dos dice algo mal.
-Nosotros somos
así, estamos siempre peleando –murmura el joven.
-Sí, pero luego
siempre nos reconciliamos… o nos reconciliábamos. ¿Por qué ya no? –alzas la
vista y clavas tus ojos en los suyos.
-No lo sé
–admite él, aún desde dentro del cuarto de baño.
-Necesito que
confíes en mí… Lo necesitamos los dos.
Harry señala el
aparato que sigue en tus manos.
-Eso ha
ocurrido porque estaba enfadada. Y estaba enfadada porque tú estabas celoso. Es
un círculo vicioso. Necesitamos ponerlo todo en orden entre nosotros de una
vez.
Él asiente con
la cabeza, probablemente tan cansado como tú de pelear.
-No estás
embarazada –dice, de repente.
-No, no lo
estoy –miras la pantalla donde pone “No
embarazada”, para asegurarte.
-A lo mejor eso
nos hubiera unido…
-O habría
acabado con mis estudios y con nosotros –respondes.
-Sí, quizás es
mejor así.
-Styles.
-¿Sí?
-¿Podrías
volver a ser el chulo prepotente del que me enamoré, aunque sea sólo por una
vez? –sonríes tímidamente.
-Ten cuidado
con el golpe.
-¿Qué golpe?
-El que vas a
darte cuando caigas rendida a mis pies. Todas lo hacen cuando las beso, y voy a
besarte ahora mismo –ladea una sonrisa y ves en él al camarero arrogante que se
coló en tu vida gracias a una apuesta.
Recorre la
distancia que os separa y te toma entre sus brazos para besarte con anhelo. Sus
labios se unen a los tuyos con apremio, y sientes que todo desaparece de
vuestro alrededor, notas los tensos músculos de Harry contra tu piel, sus manos
acariciando tu cuerpo allí, en mitad del pasillo, cuando Jake podría salir en
cualquier momento y veros en ese momento apasionado en que tu novio ya ha
metido una mano bajo tu camiseta y está acariciando tu pecho. Pero no existe
nada más que la descarga eléctrica que te acaba de recorrer de pies a cabeza,
ese pinchazo en el estómago de desesperación por recuperar aquello que tanto
echas de menos.
-Harry…
-exhalas en su oído.
-A tu entera
disposición –dice él entre beso y beso por tu cuello.
-Vamos a… -se
te escapa un gemido y se te olvida continuar la frase.
A pesar de
ello, él sabe exactamente lo que querías, y te lleva, sin dejar de besarte,
hasta tu dormitorio. Cierra la puerta con el pie y caéis en la cama.
Vuestros ojos
se encuentran un momento, pero los dos parecéis demasiado desesperados como
para entreteneros, así que Styles levanta tus dos manos y te saca la camiseta.
Tú haces lo mismo con la suya, aunque se le queda enganchada en la cabeza y
sueltas una carcajada. Cuando por fin logras quitársela, tiene los rizos
despeinados, y alza una ceja a modo de reproche. Sin dejarle que diga nada,
vuelves a devorar sus labios, palpando sus cuatro pezones. Bajas tus manos por
su torso para desabrocharle el pantalón, y él coloca ambas manos a los lados de
tu cabeza para no dejar caer todo su peso sobre ti.
Durante un
momento te preguntas cómo has podido estar enfadada con él, y cómo, estándolo,
le has perdonado tan fácilmente, pero sacudes la cabeza cuando él busca con su
lengua la tuya. Te aferras a su pelo al tiempo que Harry besa cada milímetro de
tu piel, y, cerrando los ojos, te pierdes en sus caricias.
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Me has hecho llorar ;( Enserio.Parece todo tan real taan AAGGG!
ResponderEliminarTE AMO POR ESCRIBIR TAN BIEEEN ! *____*
.Joder me encanta!! Me has hecho llorar, escries genial, siguela pronto porfa:)
ResponderEliminarMe encanta , estos dos capitulos han sido tan , tan .... aggg no se , tan PERFECTOS !!! En serio no puede ser mas bonito , escribes genial. Espero con muchas ganas el siguiente capitulo.
ResponderEliminarBsss guapaaaa
¡¡¡¡Me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta, me encanta y me super encanta!!!!
ResponderEliminarDIOS, escribes perfecto. Me has hecho llorar, reír y ay asdfghjkl. La he seguido desde la 1ra temporada y LA AMO. No te rindas y sigue escribiendo! :) x. @stephaaniemtz <3
ResponderEliminarTenia tantas ganas de saber si estaria embarazada!!!!!! Ha sido increíble estos dos capítulos.
ResponderEliminarMe he leido todos los demas pero este me enamora sigue escribiendo así
eres demaciado buena me gustaria que lo continuaras BY: Natalia herrera
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