viernes, 25 de octubre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 25 -2º temporada-

-Ven –dice Harry con dulzura, y tira de ti hasta que llegáis a un parque, aquel que Jake te enseñó el día que llegaste a Guildford.

Camináis en silencio en dirección a un pequeño banco de madera que queda justo bajo una farola. Os sentáis uno al lado del otro, y agradeces poder mirar al frente en lugar de a él, pues sabes que si tuvieras que mirarle a los ojos mientras te habla, no serías capaz de contener el impulso de besarle.

-¿Puedo hacerte yo una pregunta primero? –dice.

Alzas las cejas unos milímetros.

-Depende de qué sea.
-¿Tú me quieres?

Sueltas todo el aire que tenías en los pulmones y entrelazas tus manos, jugueteando con tus propios dedos nerviosamente.

-Es que necesito saberlo porque si rompiste conmigo porque has dejado de quererme, entonces nada de esto tiene sentido –habla más despacio aún que de costumbre-. Pero si rompiste conmigo por mis celos y porque te mentí, entonces tal vez pueda intentar explicártelo todo.
-Querer o dejar de querer a una persona no se activa con un botón. Y las personas no siempre se separan porque dejen de quererse –das por toda respuesta.
-¿Quieres a Jake?
-Eso ya son dos preguntas.
-Lo sé.
-¿Y no te sirve la respuesta que acabo de darte también a esta pregunta?
-No sé si es posible, pero hay gente que dice que se puede querer a la vez a dos personas.
-No, no le quiero –dejas de mirar tus manos y sigues con los ojos a una hormiga solitaria que parece perdida en el suelo del parque.

Harry suspira con un tremendo alivio.

-Pero tal vez podría llegar a quererle… algún día –te muerdes el labio.
-No –contesta él con rotundidad.

Por primera vez, lo miras. De repente parece tan aterrado que recuerdas por qué habías accedido a hablar con él.

-Quiero la verdad. Quiero saber por qué ha ido Jake a verte, y por qué me has hecho antes esa pregunta tan rara.
-Qué curioso –dice, sin ganas-. Las dos cosas tienen la misma respuesta.
-Pues dámela.
-Está bien.

Styles se rasca la nuca con nerviosismo. De todos modos, sabes que va a hablar, así que le dejas que se tome su tiempo.

-¿Sabes esa mancha de nacimiento tuya que me encanta? –empieza de forma totalmente diferente a como esperabas.
-Este no es momento para…
-No, de verdad. Contéstame, por favor.
-Te refieres a la de la espalda, ¿no?

Asiente con la cabeza.

-¿Qué le pasa a mi mancha de la espalda?
-Que Jake llegó hablándome de ella.
-¿Qué? –ahora sí que todo ha perdido el poco sentido que pudiera tener.
-¿Vas a creer todo lo que te diga?
-Si me dices que te has comprado un burro volador, probablemente no.

Se le escapa una sonrisa, y tú apartas la mirada.

-Con eso me vale –vuelve a guardar silencio por un momento-. Jake no te quiere.
-¿Y cómo se supone que tú sabes lo que siente?
-Porque me lo ha dicho.
-A ti. Claro. Y tampoco veo que eso tenga mucho que ver con mi mancha de la espalda.
-Sí que me lo ha dicho. Que, por cierto, tú acabas de decirme que ibas a creerme en lo que te dijera.
-No exactamente.
-Mejor empiezo por el principio.
-Sí, por favor.

Sientes los dedos de Harry, repentinamente fríos, bajo tu barbilla, haciéndote que gires la cara para mirarle.

-¿Por qué no me miras?
-¿Quieres que yo también te diga la verdad? –respondes en voz baja.
-Vendría bien, sí.
-Porque si te miro, siento unas ganas enormes de besarte, y no creo que deba hacerlo –suspiras.
-Yo no te pondría ninguna pega –las comisuras de sus labios se curvan ligeramente hacia arriba.
-Ya, pero yo corté contigo –intentas explicarte.
-Por mis celos. Y te los voy a explicar ahora mismo.

Sin apartar la mirada de él, escuchas todo lo que tiene que decirte.

-La primera vez que vine a verte, Jake y yo tuvimos una… pequeña charla.
-¿Y no me lo dijiste? –reprochas.
-Sé que sabes cómo soy. Habrías pensado que soy un paranoico, y de hecho lo pensabas cada vez que sugería que Jake podía quererte como algo más que una amiga.
-Porque yo creía que tú no podías saber cómo me veía él. ¿Qué te dijo?
-Que sería tu amigo hasta que tú te cansaras de mí, y entonces, palabras textuales: te consolaría.
-¿De verdad dijo eso? –tus ojos se abren de par en par.
-Sí.

Guardas silencio, incrédula. Una parte de ti te dice que lo que Harry te está contando no tiene por qué ser cierto, que puede estar mintiéndote para que le elijas a él, que Jake no parece la clase de persona que haría eso, pero por otro lado crees que está siendo sincero.

-¿Crees que a partir de eso yo podía estar tranquilo sabiendo que vivías con ese tío? –sus ojos te miran, anhelantes de comprensión.
-Yo no lo habría estado.
-Empecé con el boxeo y a fumar porque era la única forma que tenía de… descargar todo lo que sentía –es él el que ahora mira al suelo-. No sabía qué hacer. Cada vez que volvía de pasar el fin de semana contigo, me sentía vacío, pensaba en los que el ojitos azules me había dicho y me desesperaba. Esta fue la… forma que tuve de intentar escapar. Boxear como si siempre fuera ese capullo al que le estaba pegando, acabar tan cansado que fuera incapaz de sentir nada en absoluto.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-¿Le habrías visto sentido? Me habrías dicho que estaba loco, que estaba exagerando. No te lo podía decir porque no te había contado la conversación que habíamos tenido Jake y yo, ¿lo entiendes?

Asientes con la cabeza, porque por lo menos algunas cosas empezaban a aclararse.

-Cuando me dijiste que ese maldito cabrón –parece esperar que le reproches llamarle así, pero no lo haces- te había besado, y que tú le habías correspondido, entonces… Pensé que ya te había perdido por completo.
-No fui a verte para cortar contigo. Sólo quería contártelo, estaba confusa –notas cómo tus hombros se hunden-. Sabía que te quería, pero me sentía culpable por lo que había pasado. Fui a sincerarme y me encontré con alguien que no parecías tú.
-Soy un estúpido, lo sé.
-Aceptaste sin más que lo dejáramos –dices con algo de resentimiento-. Pensaba que… no sé, que irías detrás de mí, y todo se arreglaría. Malditas películas románticas, todas mienten.
-Creía que sólo lo estropearía más haciendo eso.

Vuestras miradas se cruzan durante un momento y rozas con suavidad tu mano con la de él. Harry atrapa tus dedos de forma aparentemente inconsciente, y sigue hablando.

-Hoy iba a mi casa –duda- después de estar boxeando, cuando Jake se ha acercado a hablar conmigo.
-¿Qué quería?
-Decía que tú le habías pedido que viniese a hablar conmigo…
-¿Yo?
-Sí. Y de repente me soltó que os habíais acostado.
-¡¿QUE DIJO QUÉ?! –te levantas del banco como un resorte, no sabes si por la sorpresa o por la rabia.
-No le creí –se apresura a decir Harry.
-¿Y entonces por qué le has pegado? –pones los brazos en jarras.
-Escúchame –pide, sabiendo que estás enfadándote otra vez.
-Explícate.
-Sabía que me estaba mintiendo. Sé que no os habéis acostado –te mira con seguridad.
-¡Pues claro que no lo hemos hecho! –exclamas.

Algo parece encenderse en tu cabeza, y te das cuenta de que Harry no te ha pedido que lo niegues, no ha dudado. Notas tus músculos relajarse un poco ante ese poco común voto de confianza por su parte.

-Entonces me habló de la mancha de tu espalda –sigue él.

Ah, claro. Ahí ya creyó que Jake decía la verdad y fue cuando le pegó. Eso teniendo en cuenta que Jake realmente dijera eso, lo cual parece poco probable.

-Y le creíste.
-¡NO! No le creí –se levanta también-. ¿De verdad piensas que podría pensar que tú harías algo así? Puede que pensara que estabas enfadada conmigo, o que habías dejado de quererme, o mil cosas más, pero jamás pensaría que cuatro días después de romper conmigo te acostarías con otro tío.
-¿Entonces por qué le pegaste? –no sabes si sentir alivio o no.
-¡Porque me habló de…! –se calla repentinamente.
-¿De qué? Quiero saberlo.
-No, no quieres –cierra los ojos y sus manos se convierten en puños.
-Sí quiero.
-Hizo insinuaciones de… -no continúa.
-Bueno, está bien. Lo que sea.
-Y le pegué. No debería haberlo hecho, pero él tampoco debería haber llegado diciéndome eso. Te aseguro que lo único que quiere es acostarse contigo. Si te quisiera, no habría sido tan asqueroso como para venir a decirme eso, ¿no crees?

Te obligas a cerrar la boca que se te ha abierto por la incredulidad. ¿Es posible que todo eso sea cierto? ¿Cómo puede saber Jake lo de la mancha de tu espalda? Es imposible que te la haya visto alguna vez…

-Pero ¿por qué fue a decirte eso? Si tú y yo ya no estábamos juntos –las palabras te queman la garganta.
-No lo sé. Supongo que tenía miedo de que nos reconciliáramos, y quiso que yo estuviera tan enfadado que viniera a hablar contigo para terminar de pelearnos.
-¿Y para qué has venido, en realidad? –dejas que tus brazos caigan inertes en tus costados.

Contesta en voz tan baja que no eres capaz de escuchar lo que dice.

-¿Qué? –preguntas.
-Para pedirte perdón –dice, ahora con decisión.
-Vaya, tú pidiendo perdón… Eso es nuevo –dejas que una tímida sonrisa asome a tus labios.
-Lo sé –él se permite imitar tu gesto.
-Harry, todo esto es demasiado… enrevesado.
-¿No me has creído? –la sonrisa desaparece de su rostro.
-No es eso, es que se me hace muy difícil imaginarme a Jake haciendo todo eso, él… no es así –te miras los zapatos.
-Yo no te dije que te quería antes de que te acostaras conmigo.

Alzas la vista, perpleja.

-¿A qué te refieres?
-¿Te acuerdas de cuando te dije que te quería por primera vez? –tiene las mejillas levemente sonrojadas, y sabes que no es por vergüenza sino por desesperación.

Asientes con la cabeza. ¿Cómo ibas a olvidar ese momento? Tu mente vaga por tus recuerdos, pero entonces escuchas la voz de Harry ahora, en el presente.
-¿Bombón?
-¿Sí? –tu respiración se vuelve irregular.
-Todavía te quiero.
Sus palabras te golpean en el pecho y te dejan sin aire durante un momento. Recuerdas tan bien ese instante, el efecto que aquello tuvo sobre ti, que volver a escucharle decir casi exactamente lo mismo te ha hecho preguntarte por qué cortaste con él. ¿Por miedo? Quizás. Por cobardía probablemente. No fuiste capaz de enfrentarte a sus celos junto a Harry, así que sólo te quedaba separarte de él.

-No podría olvidarlo –murmuras.
-Te lo dije… después de que me pidieras que lo hiciéramos.
-También lo sé.
-¿Sabes por qué no te lo dije antes? –te mira con ojos brillantes.

Sacudes la cabeza.

-Tenía miedo de que pensaras que sólo te lo decía para conseguir acostarme contigo.
-¿Por qué iba a…?

Él te interrumpe.

-Porque es exactamente lo que Jake ha hecho –afirma-. Y es lo que muchos hacen.

De repente, es como si Harry hubiera colocado un foco de luz dentro de tu cerebro, y todo se hace más claro, más comprensible. Es muy posible que esté diciendo la verdad, al menos esto sí tiene sentido. Aunque lo de la mancha en la espalda sigue inquietándote. Para habértela visto, tendrías que haber estado sin ropa o como mucho en ropa interior, y Jake nunca…

-¡Claro! –exclamas, y Styles da un respingo.
-¿Qué? –te mira con apremio.
-La mancha –dices más para ti misma que para él-. Tuvo que verla aquel día que salí en ropa interior.
-¿Qué? –repite él, confuso.

Tú te sonrojas, y esperas que con la oscuridad de la noche Harry no pueda verlo.

-Un día por la mañana… bueno, nada más llegar. Estaba medio dormida, y como siempre lo hago… salí de mi cuarto en ropa interior y… -ladeas la cabeza- Jake me vio. Me di la vuelta corriendo y entré en mi cuarto, pero debió darse cuenta de la mancha entonces.

Styles alza una ceja, pero no dice nada.

-Tiene que ser eso –asientes distraídamente con la cabeza.
-Bombón…

Le miras.

-Vuelve conmigo –te pide.
-Harry…
-Sé que desde que has venido aquí no nos ha ido muy bien. Pero no es porque estés lejos, es por ese cabrón. Encontraremos otro piso para que vivas, y ya verás como entonces es mucho más fácil. Soy muchas cosas malas, y tus padres no me quieren para ti, pero… el mayor daño que te hago es quererte demasiado.

Jadea, como si le hubiera costado muchísimo decirte aquello. Notas un nudo en la garganta que quiere impedirte hablar, pero después de tragar saliva un par de veces parece aclararse un poco.


-Harry… te quiero. Pero necesito hablar unas cuantas cosas con Jake.


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

5 comentarios:

  1. COMO ERES CAPAD DE DEJARNOS ASI?????? ES QWEFTYBPOKJGHYGTYHUYU sigue por favor!

    ResponderEliminar
  2. Smoking Smiles? Mi drogaa.♥ ANAAAA,ESQUE ESCRIBES PERFECTAMENTE PERFECTOO.♥ ¡Haría lo que fuese para que escribieras un libro! Me haces enamorarme aún mas de Harry,aunque creí que no se podía quererle más de lo que le quería. Te juro,eres mi salvación,gracias por estas historias tan preciosas. ¡Guapaaaa! No dejes de escribir.♥ Besos de Ali (@LoveThatSmile1) y una amiga a la que le tienes enganchada a tus historias. Adiós guapa,muchos ánimos para seguir el imagina. ♥

    ResponderEliminar
  3. Es mas que PERFECTO. Amor eterno a tus inaginas porque son muy SDFGHJJ Lo único malo que tiene es lo interesante que los dejas pero aun así son tan PERFECTOS.

    ResponderEliminar
  4. Aquí, una vez más, @Rachelforever99, incordiando un rato.

    ¿Me permites llorar más, si cabe? Gracias, lo necesitaba después de todo... de todo... eso. No sé explicar lo que ha sido, porque un capítulo no ha sido, una parte tampoco, así que... ¿En realidad, qué estamos escribiendo? Es decir, sabes que yo escribo, obvio tú también escribes que si no qué estaría yo haciendo más que dejarte un comentario en... Eso, que me voy del tema.

    Nosotras, las escritoras, ¿por qué ponemos "capítulo" o "parte"? Es algo que al fin y al cabo nunca comprenderé, estamos escribiendo la historia de unos personajes que nos aportan nuestra imaginación, poco a poco subimos de esa historia a alguna página o en este caso, a un blog. ¿Y qué más da el nombre que le pongamos? Es decir, nos sirve para continuar, sí, pero ¿por qué lo decimos? Algo que no logro en tender, a fin de cuentas ¿sería igual un libro con 600 páginas dividido en capítulos, que sin estarlo?

    Y ahora, después de mis pensamientos, te escribiré sobre el capítulo.
    Algo se está removiendo en mí cada vez que leo el #Imagina algo no muy bueno, me hace necesitar a alguien JAJAJAJA OK NO. En fin, que amé este pequeño trozo de la historia, bueno pequeño no, porque lo hiciste extenso y... Eso.

    Este momento, y no hay más que hablar:

    "-Bombón
    -¿Sí?
    -Todavía te quiero"

    OMG! OMG! OMG! Ahí fue cuando las lágrimas que aguantaba en las cuencas de mis ojos, salieron a flote y recorrieron mis mejillas como alma que lleva el diablo, ardiendo, porque sentía que lo había dicho de verdad.

    Y Jake, la has cagado.

    Me despido aquí, voy a escribir algo con sentido. Un beso <3

    PD: Te adoro, teo.

    ResponderEliminar
  5. Sé que no te dejo un comentario cada capítulo, pero ya sabes que los sigo y que no dejaré de hacerlo.
    Gracias, gracias por haber continuado con una segunda parte el imagina de Harry porque está siendo alucinante, y está poniendo los pelos de punta a cualquier lector.
    Siento si a veces soy muy pesada con mis comentarios, pero me gusta dejartelos, me siento extrañamente identificada contigo.
    Y ahora hablando un poco más de este capítulo, me ha encantado, sobretodo la parte de '...El mayor daño que te hago es quererte demasiado.' Lo he leído unas tres veces porque me emocionaba, y me ha matado la frase.
    Bueno, y por último, gracias de nuevo, porque cada vez que entro en tu blog o Twitter y veo que has colgado un nuevo capítulo una sonrisa ilumina mi rostro.
    Y sinceramente, espero que sonrías con mis comentarios, porque te los dejo de todo corazón.

    Atentamente, una anónima para que sonrías :D

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.