25 de diciembre; por la
noche.
El
doctor Jiménez me ha recomendado que me vaya a casa al menos a dejar las
maletas y darme una ducha, ya que mi madre está dormida y de todos modos yo
allí no podía hacer nada. Muy a mi pesar, su lógica ha sido irrefutable, y
ahora mismo el agua caliente corre sobre mi piel desnuda.
Mientras
me enjabono, me resulta difícil asimilar todo lo que el médico me ha dicho. Mi
madre tiene cáncer, y lo sabe desde hace unas semanas. Sin embargo, no me había
dicho nada, en lugar de eso me aleja de ella mandándome a Inglaterra. Estoy
furiosa, mucho, y la verdad es que no sé si con mamá o con el universo. Debería
habérmelo dicho para que estuviera con ella, pero el doctor también tenía razón
al decirme que ella no quería que estuviera toda la Navidad pasándolo mal.
Rompo
a llorar, y mis lágrimas se confunden con el agua que de nuevo resbala por mi
cuerpo. Siento una necesidad increíblemente fuerte de salir del baño y abrazar
a alguien, pero me doy cuenta de que estoy sola en la casa, ya no están ni
Violet, ni Marga, ni papá… ni Zayn.
Me
visto con ropa menos abrigada de la que me pondría para salir a la calle, puesto
que en el hospital hay calefacción y hace más calor, y ya que estoy saliendo de
mi casa, me suena el móvil. Sin mirar quién es, contesto.
-¿Diga?
-Espero
que eso que acabas de decir no sea un insulto, porque no tengo ni idea de qué
has dicho –escucho la familiar voz de Zayn al otro lado de la línea.
-¡Zayn!
–exclamo.
-¡Yo!
-No,
no era un insulto –sonrío levemente.
-Bien.
No me gusta eso de estar en desventaja –intuyo que sonríe.
-Algún
día te enseñaré español.
-En
persona, por favor.
-En
persona –esbozo una sonrisa triste.
-¿Cómo
estás?
-Todavía
de una pieza.
-Bien,
ya me estaba preocupando que con la presión del avión se te hubiera salido un
ojo o algo –bromea.
-Hijo,
qué bonito te ha quedado –ironizo, aunque sé que lo está haciendo para que por
un momento no me sienta tan mal.
-Me
gustarías aunque te faltara ese ojo –dice en voz algo más baja.
-Eso
sí ha sido bonito –me sonrojo un poco.
Apoyo
la espalda en la puerta de la casa y suspiro.
-¿Y
tu madre? –hace la peligrosa pregunta.
-Viva.
-Me
alegro muchísim…
-Pero
con cáncer.
Se
produce un silencio.
-Tranquilo,
yo tampoco he sabido qué contestarle al médico.
-Lo
siento –dice con voz afectada-. ¿De qué?
-De
mama.
-¿Muy
avanzado?
-Parece
ser que no. Según el médico, tienen prevista la operación para dentro de dos
días. No saben si podrán quitarle sólo el tumor o tendrán que quitarle todo el
pecho… -sin poder evitarlo, rompo a llorar desconsoladamente- ¿Y si no se
recupera, Zayn? ¿Y si el cáncer se extiende más? ¿Y si…?
-No,
no, no, ahora no pienses en eso. Piensa que la van a operar y van a hacer todo
lo posible para que se ponga bien, ¿sí? –dice dulcemente.
-Es
que está… -sorbo por la nariz- Está irreconocible, con todos esos cables y…
-Shhh,
no llores, por favor –casi suplica-. Me está matando saber que estás así y yo
no puedo abrazarte…
Me
paso la mano por el pelo, agotada.
-Zayn,
tengo miedo –digo en un susurro.
-Es
normal. Pero tienes que ser fuerte –me anima.
-No
puedo…
-Sí
que puedes.
-Me
voy al hospital, no quiero que esté sola mucho rato.
-Allí
no vas a poder hacer nada por ella, y deberías dormir algo…
-No
podría dormir, y quiero estar allí con ella –respondo con resolución.
-Está
bien. Si quieres hablar… llámame. No importa la hora que sea.
-Gracias.
Hasta luego –cuelgo antes de que la situación se ponga dramática, y me voy al
hospital, a sentarme en ese pasillo convertido en sala de espera, aunque sin
saber muy bien a qué estoy esperando.
26 de diciembre; por la
mañana.
Alguien
me da un suave toque en el hombro, y yo pego un respingo. Abro los ojos,
desubicada, y voy recordando poco a poco que estoy en la sala de espera del
hospital en el que se encuentra mi madre.
-Buenos
días –me dice una voz masculina.
-¿Me
he quedado dormida? –miro a mi alrededor hasta que localizo al dueño de la voz,
es un tipo joven con bata blanca.
-Sí,
dormir es lo que se suele hacer por la noche, ¿no? –el joven esboza una sonrisa
encantadora, luego se pasa una mano por su pelo rubio y lo revuelve.
-Supongo…
-gruño.
-Eres
familiar de esa paciente, ¿me equivoco? –señala a mi madre a través del
cristal.
-Sí,
por eso estoy en la silla enfrente de su habitación, ya que no me dejan estar
ahí dentro –reprocho.
-No
creas que a los médicos nos divierte veros aquí en el pasillo, ¿no crees que si
las cosas se hacen de un modo determinado, es por algo? –alza las cejas.
-Quizás
–admito.
-Vamos
a trasladar a tu…
-Madre.
-Eso.
Vamos a llevar a tu madre a planta, ya no está en situación de riesgo.
-¡¿Sí?!
–exclamo, contenta.
-Ajá.
Y allí podrás hartarte de estar con ella en la habitación –sonríe.
-¿Va
a estar allí hasta que la operen? –pregunto.
-Probablemente
sí.
-¿Y
el doctor Jiménez? –recuerdo lo bien que se portó conmigo.
-Vaya,
¿no te convence que yo trate a tu madre?
Me
sonrojo.
-No
es eso, es que ayer él…
-Ya,
ya lo sé. Era el médico de guardia y el que te recibió –sonríe de nuevo.
-Pues
sí.
-Pero
el que está tratando a tu madre soy yo.
Pienso
que es bastante joven, pero no digo nada. Por otro lado, también me da la
sensación de que está intentando flirtear conmigo. Como si yo no tuviera ya
bastante.
Entonces
aparecen un par de enfermeros por el pasillo que entran en la habitación de mi
madre y empiezan a desconectarle los cables que la unen a las máquinas de allí.
-Doctor…
-Llámame
Jaime.
¡¿Jaime?!
No puede ser. Ya que por un momento había olvidado todo el jaleo con mi amigo,
el médico de mi madre tiene que llamarse precisamente igual que él.
Definitivamente,
está coqueteando conmigo.
-Pues
Jaime… ¿cree que mi madre se recuperará?
Él
suspira, como si fuera una pregunta que le hacen miles de veces, y él siempre
ofreciera la misma respuesta. Probablemente sea así.
-No
puedo asegurarte nada… Pero por el estado de su cáncer, hay muchas
posibilidades de que sí.
Sonrío.
Los enfermeros sacan la camilla de mi madre de la habitación y la llevan por
todo el pasillo en dirección a algún ascensor que la subirá a planta.
-Habitación
314. Disfruta de tu madre –sonríe una vez más y se aleja.
-Gracias.
Subo
rápidamente a la habitación y veo desde la puerta cómo los enfermeros vuelven a
conectarla a algunas máquinas similares a las de abajo; sin embargo, ahora no
son tantos cables, ni tantos líquidos, al menos da mejor sensación.
Cáncer
de mama.
¿Cuántas
veces no habré visto anuncios en la tele de mujeres con pañuelos rosas rodeando
sus cabezas sin pelo, defendiendo que se puede luchar contra ese cáncer y
superarlo? Y siempre todo me resultaba tan ajeno… Ahora me pregunto si tendré
la suerte de ver a mamá con uno de esos pañuelos, diciendo orgullosa que el cáncer
no ha podido con ella.
Cuando
los hombres salen de la habitación, entro yo, y veo con alegría que mi madre
está despierta.
-¡Mamá!–exclamo,
y me tiro rápidamente a la cama para abrazarla con fuerza, aunque justo después
rompo a llorar- ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! ¡¿Por qué me mandaste a
Inglaterra en lugar de decírmelo?! ¡¿Por qué…?!
-Cálmate
–me pide ella con voz tranquila, quizás algo débil.
-¡No
puedo calmarme, mamá, no puedo!
-¿Qué
haces aquí? –pregunta.
-¡¿Que
qué hago aquí?! Mamá, ¡llamaron del hospital porque estabas muy grave! –sigo
llorando.
-No
deberías haber venido –me reprocha, aunque sin abandonar su tono dulce.
-¡No
debería haberme ido, que es distinto!
-No
digas tonterías.
-No
las digas tú –la abrazo con más fuerza todavía.
Ella
me acaricia el pelo con ternura.
-Y
ese chico… ¿se ha quedado allí?
-¿Qué
chic…? ¡Ah! ¿Zayn? Sí, claro, él vive allí –suspiro.
-Entonces
sí que no deberías haber venido.
-Mamá,
no te voy a dejar sola por un amor de vacaciones.
-A
mí ya me tienes, pero ese amor deberías conservarlo.
Bajo
la mirada.
-Pero
yo no sabía si… pensaba que quizás tu…
-Tranquila,
mírame, estoy bien.
Me
dan ganas de decirle “no, no estás bien”,
pero ella debe estar pasándolo mucho peor que yo, así que me contengo.
-Y
yo, de verdad –miento.
-Cielo,
no soy tonta.
-Dejemos
el tema, ¿sí? –pido.
-Está
bien.
-¿Por
qué no me lo dijiste?
-Creía
que eras lo suficientemente inteligente como para saber por qué –toma aire y
recupera las fuerzas para hablar-. Veo que el frío londinense te ha matado
algunas neuronas –bromea.
-No
seas tan irónica conmigo –bufo-. Aun así, no veo justo que no me lo dijeras.
-Cuando
seas madre lo entenderás.
-Si
es que lo soy.
-No
te faltan pretendientes –observa.
-Tan
atenta como siempre –sonrío.
-Estoy
enferma, no tonta.
-¿Cómo
te sientes? –la miro; veo que tiene ojeras más marcadas que de costumbre, y
está algo más delgada, cosas imperceptibles por Skype.
-Bien
–me mira con sus brillantes ojos verdes-. Sobre todo ahora que estás aquí.
-¿Seguro
que estás bien?
-Sí,
un poco débil, pero bien.
-Parece
que vas a estar aquí hasta que te operen.
-Ya
lo suponía.
-¿Qué
te pasó? Ayer, me refiero.
-Estaba
comprando. Empecé a sentirme mal, se me nubló la visión, y me desplomé. Cuando
me desperté estaba en una camilla y me llevaban con mucha prisa a alguna parte,
tras lo que me volví a dormir. Lo demás son recuerdos difusos, no estaba del
todo consciente.
-¿Por
qué te pasó eso? –pregunto, angustiada.
-Supongo
que por la medicación.
-Mamá…
-¿Sí?
–cierra los ojos.
-No
vuelvas a hacerme esto.
-¿Tener
cáncer? Intentaré no hacerlo –dice, de broma.
-¡No
bromees con esas cosas! –la espeto- No vuelvas a no hacerme algo así.
-Ya
veremos.
-Nunca
–entrecierro los ojos, aunque ella no puede verme.
-¿Cómo
están tu padre y su familia?
-Bien…
Marga ha sido muy buena conmigo. Aunque ahora están preocupados.
-¿Por?
-Por
ti.
-Diles
que estoy bien.
-Mamá…
-¿A
cuántas mujeres les pasa lo que a mí? A millones. Sólo soy una más –vuelve a
pararse para respirar-. Pasará, tranquila.
Su
voz se va haciendo cada vez más tenue, hasta que su respiración se vuelve
regular, con lo que supongo que se ha quedado dormida. La observo durante un
momento, y siento infinitas ganas de ponerme a llorar otra vez. Con tal de no
hacerlo, salgo al pasillo, y entre enfermeras y familiares de enfermos veo
aparecer a alguien a quien no esperaba en absoluto ver allí. Es Jaime, pero no
Jaime el médico, sino Jaime mi amigo, ése que sigue esperando una respuesta a
aquel beso que me dio, ése a quien voy a tener que decirle que estoy enamorada
de otra persona. Respiro hondo y me preparo para lo que está por venir, aunque
por mucho que me conciencie, las cosas pueden suceder de la forma más
inverosímil posible.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Me encanta ¡¡¡ <3. Me alegro de que la madre este mejor <3. Y con Zayn no se que pasara , pero tiene que acabar bien espero ... Y Jaime como reaccionara ¡¡
ResponderEliminarOoooooh dios!La madre ya esta bien y yo estoy feliiz(: Necesito saber lo que va a pasar con Jaime,no el medico sino su amigo hahah. Me ha encantado,preciosa.
ResponderEliminarComo siempre, has conseguido que esté completamente dentro de la novela mientras leía el capítulo. Supongo que Zayn siente impotencia al encontrarse tan alejado de ella en esta situación tan difícil, y eso me apena. Por otro lado, me alegra que su madre haya mejorado. Espero que nuestra protagonista sepa actuar debidamente y no haga nada con Jaime. Intuyo bastantes cosas, aunque hasta el siguiente episodio no se aclararán mis dudas, así que... ¡Escríbelo en cuanto puedas! Muy bueno. ‹з
ResponderEliminarme encanta , es perfecto como siempre , sigue asi tiene buen camino .
ResponderEliminarBssss <3<3
Wow!!! Me Re Alegre Cuando Lei Que La Madre Habia Mejorado, Me Re Alegre Cuando zayn la Llamo, Me Quede Media Pensativa Cuando Nombro A Jaime (amigo) COMO REACCIONARA?
ResponderEliminarOhh que feliz me siento de que la madre este bien
ResponderEliminarEspero que siga con Zayn y uhh que pasara con Jaime?
Espero con muchas ansias el siguiente capitulo siguela pronto porfii besiiiiss!!!
Como puedes dejarla ahiiiiiiii!!!!!! ?? sigue es perfecta .... casi tan perfecta como tu :3
ResponderEliminarAhhhh!! No la dejes ahi porfavorr... no puede pasar nada con jaime... no puede dejar a zayn.. por jaime plissw....!!! Pobre zayn no poder estar con la prota en esta situacion yyy ¿si viaja a madrid para estar con ella y jaime se los encue tra besandose...????!! Porfa q no pase nada con jaime q siga con zayn besitos desde sevilla.
ResponderEliminarLo único que quiero es que Zayn llegue hasta allá como todo romántico y AGGGHH AMO tu novela, Muero por Zayn
ResponderEliminarPorfavor siguela y que no pase nada cn jai.e si no......... pliss q vaya zayn a verla seria una gran sorpresa para elle y ademas egrarias la historia un monton q xon esto de la madre casi .llorandooo..... PROHIBIDO JAIME... BESOS.amo tu novela
ResponderEliminarDios me encanta y quiero que lo sigas ya me a encantado
ResponderEliminar