Celia
jugueteaba con la cremallera de su escuche fingiéndose distraída, aunque de vez
en cuando dedicaba alguna mirada furtiva a su profesor. En una de esas miradas
sus ojos se encontraron, y la chica tuvo que luchar consigo misma para no bajar
la vista. Él sonrió.
-Celia, ¿puedes
corregir en la pizarra los ejercicios que mandé ayer? -preguntó.
-Eh, sí, claro -masculló, levantándose de su silla.
Recordó que
ayer, cuando se encontraron camino de la biblioteca, le preguntó si los había
hecho. Pensó complacida que eso significaba que se acordaba de la conversación.
Salió a
corregir los ejercicios que había hecho la noche anterior, y sólo tenía un par
de fallos. Payne la felicitó y encendió el radiocasette para hacer otro
ejercicio de escucha.
-Cómo te mira
-comentó Eli mientras él ponía el disco.
-¿Quién?
-¡Él!-exclamó, si bien su voz era un susurro.
-Estáis paranoicas -resopló Celia.
-Si Leire lo dice...
-Leire también se equivoca.
-Sabes que en estas cosas no.
-Alguna vez tiene que ser la primera.
-Tú no dejas de mirarle cuando él no se da cuenta, pero es que él hace exactamente
lo mismo -dijo Eli.
-No me...
-Anda, ahora está mirando -dijo en voz bajita.
Celia volvió la
cara y sus ojos se encontraron otra vez con los de Payne. Ahora apartó la
mirada, sintiendo que iba a sonrojarse.
El resto de la
hora pasó con relativa normalidad, aunque cuando la sirena sonó para que los
estudiantes se fueran a la siguiente clase…
-Celia, ¿puedo
hablar un momento contigo?
La chica se
quedó paralizada al escuchar la voz de su profesor pronunciar su nombre. Quizás
sólo fuera producto de su imaginación, pero sentía como si su nombre lo dijera
de una forma algo diferente a como decía el de las demás. Una forma más
¿cercana?
-Claro –dijo
casi sin aliento.
Eli la miró
alzando una ceja con expresión de “te lo había dicho”, aunque sonrió alegremente
otra vez y murmuró una excusa para irse sin su amiga. ¿Qué pretendía? ¿Dejarlos
a solas? Pues lo había conseguido, porque los últimos que quedaban en la clase
se fueron también.
Celia se dio la
vuelta despacio, y caminó hasta la mesa del profesor, donde Payne la esperaba
sentado en lo alto de la mesa, como el primer día. La recibió con una cálida
sonrisa.
-Era para
hablar sobre lo de ayer –comenzó él.
-¿El café?
–dijo lo primero que se le vino a la cabeza.
Payne rió
levemente.
-En mi caso fue
té. Pero no, me refería a lo de la feria del libro.
-Ah –intentó
que no se notara su desencanto; estaba hablando con ella en calidad de
profesor-. Pues dime.
-He pensado que
quizás podríamos quedar esta tarde para ir empezando a decidir qué libros traer
–comentó.
-Leire también
–Celia alzó una ceja.
-¿Leire es la
otra chica?
-Sí.
-Pues ella
también, claro.
-Bueno.
-¿Te parece
bien? –preguntó él.
La verdad es
que no sabía cómo le parecía. No tenía muy claro si le asustaba volver a estar
con él fuera del instituto, si le había decepcionado el hecho de que no fueran
a ir solos, o si en su cerebro había una mezcla de todo un poco que le impedía
pensar con claridad.
“No es nada de eso, es sólo que te gusta y no sabes cómo actuar
cuando está cerca”, pudo casi escuchar la voz de Leire hablándole en su cabeza,
porque eso sería lo que ella le habría dicho. Porque era la realidad.
-Sí, ¿por qué
no?
-Quizás tienes
que estudiar, tal vez no te apetece, a lo mejor ya has quedado… -empezó a
enumerar él.
Eso sacó una
sonrisa en el rostro de la muchacha.
-Era una
pregunta retórica –dijo ésta.
-Lo sé –se pasó
la lengua por el labio inferior en un gesto inconsciente que a ella la hizo
estremecerse.
-¿Cuándo y
dónde?
-¿A las cinco
en la cafetería de ayer? –sonrió.
-Le preguntaré
a Leire.
-¿Y cómo sabré
yo su respuesta?
La solución
parecía bastante sencilla, pero Celia no estaba segura de si debía proponerla.
Aunque estaba claro que por mucho que él también la hubiera pensado, Payne no
iba a ser el que lo dijera. Él era el profesor, y era más grave que fuera él
quien cruzara la línea.
-Fácil
–aparentó una seguridad que no sentía-. Dame tu número.
El joven se
mostró por primera vez un poco sorprendido. ¿Sería por el atrevimiento o porque
pensara que eso era excederse?
-Bien pensado –accedió
finalmente.
Celia sacó su
móvil y se dispuso a guardar el teléfono de su profesor de inglés.
-No deberías
traer el teléfono al instituto –observó él, aunque no en tono de regañina.
-¿Por?
-Está prohibido
–frunció el ceño.
-Ah, eso –se
encogió de hombros-. Pregúntale a cualquiera que veas por los pasillos si lleva
el móvil encima o no.
-Ya, pero…
-Te dirán que
las normas están para incumplirlas –aseguró Celia-. ¿Y no es así, en cierto
modo?
-Depende de qué
normas.
-Depende de qué
normas estés dispuesto a incumplir –añadió
ella.
Le miró a los
ojos, y supo que el profesor había entendido perfectamente a qué se refería la
chica. Era una insinuación más.
-Para eso hay
que considerar qué beneficios trae romper la norma –dijo Payne.
-A veces hay
que cometer el delito antes de saber el resultado que dará –ladeó una sonrisa-.
¿Me dices tu número?
Él dictó las
nueve cifras y la chica lo guardó.
-Ya te avisaré
si Leire propusiera otra hora o lugar–dijo Celia-. ¿Algo más?
Payne pareció
dudar, pero finalmente no dijo nada.
-Pues nos vemos
esta tarde –le dirigió una última mirada y salió de la clase.
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Esta novela es perfecta, siguela!!
ResponderEliminarVoy a comentarte en esta parte, que solo tienes un comentario... Ana, no te desanimes porque haya menos gente que lea este imagina, tú tienes que escribir porque te gusta a ti, y si a la gente le gusta mejor que mejor, pero es que le sigue gustando a mucha gente. Y a la que no le gusta les digo: renovarse o morir. Es una perspectiva nueva, y está muy bien, de verdad. Me encanta como escribes de las dos formas, y sinceramente lo del rollo profesor-alumna desde que veo PLL me encanta. Así que no te desanimes :)
ResponderEliminar@MAFGdreamer
PD: normalmente no comento, pero que sepas a partir de ahora que me encantan todas las partes. :) xx
tampoco suelo comentar, pero este imagina es tan bueno como los otros. Lo que yo creo, es que como Lliam es profe y tal a lo mebor a las demas les parece que no es el papel adecuado para Liam y si lo huniera sido para Zayn o Harry. Sigue escrobiendo asi :)
ResponderEliminarSimplemente un PER-FECT le va como anillo al dedo, enhorabuena porque tu manera de escribir es realemente buena :D <3
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