viernes, 20 de septiembre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 11 -2º temporada-

Bip, bip, bip.

Ag. Dejas tu mano caer en el despertador y lo apagas con más violencia de la estrictamente necesaria. Los grandes números color azul chillón señalan las siete de la mañana. ¿Por qué es tan temprano?

Te levantas de la cama, todavía medio dormida, y logras que tus pies entren en las zapatillas después de varios intentos. Al abrir la puerta del dormitorio para salir, te quedas desorientada. Tardas un momento en recordar dónde estás, por qué y… con quién.

-Vaya, buenos días a ti también –Jake pasa por tu lado y te dirige una prolongada mirada.
-¡Ay, mierda! –exclamas al darte cuenta de que estás en ropa interior, y vuelves a meterte en tu habitación.

Te das una palmada en la frente. Estás acostumbrada a dormir sólo con eso e ir al baño por la mañana sin necesidad de cambiarte, pero eso es algo que está claro que tienes que modificar.

-Dios –murmuras, sonrojándote, aunque ya nadie puede verte.

Vas hasta el armario donde está tu ropa recién colocada, y coges una camiseta de manga corta de Harry que te dio para que te la llevaras contigo. Ahora tiene otra utilidad, aparte de verla y sentir ganas de llorar, ya que te vale como vestido. Te miras en el espejo, agradecida de que al menos el conjunto de ropa interior no fuese de encaje o provocativo –en este año que has estado con Harry te has comprado varios-, sino que es simplemente de color rojo con dibujitos. Te pones rápidamente la camiseta y sales de tu cuarto.

Después de ir al baño, te pasas por la cocina.

-Lo siento –te disculpas, sonrojándote nada más ver a Jake.
-No tienes que disculparte –él te muestra una preciosa sonrisa-. Ver a una chica bonita nunca es un problema.

Genial, ahora tu cara debe parecer un tomate.

-Vaya, no pretendía incomodarte –hace una mueca.
-No, tranquilo –vas hasta el frigorífico, más por hacer algo que porque tengas hambre.
-Bonita camiseta, por cierto –comenta, y no sabes si es irónico o no.
-Gracias –sacas un cartón de leche del frigorífico-. Es de Harry.

No sabes muy bien por qué dices eso. Es probable que el hecho de que Jake te haya visto casi desnuda haga que necesites dejar claro que eres de Harry y de nadie más.

-Lo quieres mucho, ¿no? –comenta, abriendo un armario- ¿Cereales, galletas, tostadas…?
-Cereales –coges una caja del armario que Jake ha abierto-. Sí, mucho. Tanto como tú querrías a tu novia, si tuvieras.
-¿Qué te hace pensar que no tengo? –te mira.
-Lo dijiste en la boda.
-Ah.

¿Por qué te has puesto en guardia? Jake sólo quiere ser tu amigo, y lo único que ha hecho ha sido hacerte un cumplido, probablemente para quitarle hierro al asunto de que te ha visto en ropa interior. Además, ha visto lo mismo que vería si hubiera ido a la playa contigo. Decides ser más amable.

-Mmm, están buenos estos cereales –dices, tras masticar la primera cucharada.
-De Tesco –contesta.
-Pues nunca los había probado.
-Por eso propuse que fuéramos a comprar juntos –sonríe.

Termináis de desayunar y os vais a vuestras respectivas habitaciones para cambiaros de ropa. Te pones una sencilla camiseta ancha de manga corta color celeste y unos pantalones cortos blancos.

-¿Crees que hará frío? –preguntas en voz alta desde tu cuarto.
-Depende de qué consideres como frío –responde él.
-¿Vas en manga corta?
-Sí.
-¿Llevas chaqueta?
-No.
-Vale.

El tiempo no varía mucho con respecto a Londres, pero él, de manera inconsciente, sabe si en las clases y en los pasillos hace más calor o más frío que fuera. Debe ser la primera opción.

Te recoges el pelo en una cómoda coleta y aplicas algo de máscara a tus pestañas, más que nada para quitarte la cara de dormida.

-Ya estoy –decís los dos prácticamente a la vez, saliendo de vuestros dormitorios, que quedan uno al lado del otro.

Ambos soltáis una carcajada.

-¿Lista para tu primer día? –Jake te mira.
-No, pero nunca llegaría a estarlo –contestas, sincerándote.
-Entonces… vamos.

Te sorprende lo fácil que se hace hablar con este chico. Es decir, cuando abrió la puerta de la casa y lo encontraste allí, no te agradó nada que fuera él. Claro que es posible que el problema fuera que a Harry no le caía bien, como cualquier chico que esté a cinco metros a la redonda de ti. Pero, a pesar de lo que él diga, Jake está demostrando ser alguien muy simpático, que se está esforzando por que estés bien. Sin Harry delante, la situación no parece tan preocupante.

Os montáis en vuestro autobús y hacéis los veinte minutos de recorrido sin hablar demasiado, ya que tú vas mirando todo lo que os rodea, empapándote de tu nueva ciudad. Al bajar del vehículo, Jake te guía hasta el recinto en el que vosotros dais clase, puesto que ambos estáis en la rama de Ciencias e Ingeniería. La zona resulta ser bastante agradable, rodeada de amplios jardines de césped –muy comunes en Inglaterra, la verdad-, aunque el color ladrillo del edificio quizás desentona un poco. Al caminar hacia la entrada, ves una figura hecha con chapas de metal superpuestas, que deja ver la forma de un ciervo.

-Es el símbolo de la universidad –aclara Jake al ver la dirección de tu mirada.

Asientes con la cabeza y seguís andando. Una vez habéis entrado, os paráis en un tablón de anuncios que está rodeado por un número bastante grande de jóvenes.

-Esas son las listas de cada clase –explica el chico, a la vez que os acercáis a mirar.

Entre tanta cabeza que dificulta la visión, al final conseguís localizar vuestros nombres.

-Yo tengo en el aula E24 –dices.
-Yo en la C14 –frunce el ceño y mira el reloj-. Me da tiempo a acompañarte.
-No quiero que llegues tarde tu primer día de clase –tu protesta suena tan débil que Jake ni se molesta en considerarla.
-No digas tonterías, la que no debe llegar tarde eres tú –posa ambas manos en tus hombros y te dirige por entre la gente-. A mí ya me conocen de sobra aquí, es mi tercer año, ¿recuerdas?

Cuando Jake te deja en la puerta de tu nueva clase, aún quedan varios minutos para que sean las ocho y media y empiecen las clases. Le das las gracias al joven y esperas a que suene el timbre.

El resto de semana pasa bastante rápido. Cada día sumas un buen montón de folios a tu escritorio; los profesores de universidad no se andan con distracciones, y sólo con estudiarte lo poco que llevas las tardes pasan casi enteras. Al menos todavía vas entendiendo las miles de cosas que los profesores ponen en la pizarra. El resto de tiempo lo dedicas a hacer las tareas de la casa, aunque Jake y tú os acabáis dando cuenta de que las acabáis antes si las hacéis juntos, en lugar de repartíroslas. Cocináis juntos, limpiáis juntos, ordenáis juntos. Así al menos se hace menos aburrido. También os dais algún que otro paseo por el barrio, para disfrutar del inusitado buen tiempo, pues hace días que no llueve y el sol brilla en el cielo. Además, las conversaciones con Harry justo antes de irte a dormir se han convertido en una costumbre que te encanta.

Cuando sales de clase el viernes, estás realmente eufórica.

-Vaya, qué feliz te veo –dice Jake al encontrarse contigo en la puerta.
-Lo estoy –respondes con una sonrisa.
-¿Y eso?
-Bueno, hoy no tengo tantos apuntes nuevos –haces un gesto con las manos, en las que sostienes una pila de folios menor que la de costumbre-. Y he estado hablando con algunas chicas de mi clase.

Él ríe levemente y te mira como si fueras una niña pequeña.

-¿Y…?
-¿Cómo que “y…”? –alzas una ceja.
-Que tienes que estar tan feliz por algo más.
-Claro –sonríes abiertamente-. Es viernes.
-¿Y qué pasa los viernes?
-¡Pues que Harry viene! –das un saltito de alegría.
-Ah, eso –fija la mirada al frente.
-Sí, eso –dices, ajena a su repentino cambio de actitud.

Al llegar a casa son casi las cinco, y Jake propone ir haciendo la cena.

-Bueno, no sé si hoy cenaré aquí –contestas-. Pero te ayudo a preparar la tuya.

Él acepta asintiendo con la cabeza, y juntos preparáis espaguetis para uno. Estás abriendo una bolsa de queso para gratinar cuando tocan al portero.

-¡Voy yo! –exclamas, aunque Jake está a tu lado y podría oírte perfectamente aunque lo dijeras en voz más baja.
-Claro.
-¿Sí? –preguntas, poniéndote el telefonito en la oreja.
-Mmmm… me apetece muchísimo algo de chocolate –es todo lo que recibes como respuesta.

Abres rápidamente la puerta del portal, y corres hasta la de la casa, para abrirla también. No te has dado cuenta de que Jake está apoyado en el quicio de la de la cocina, observando, así que en cuanto ves al chico de pelo rizado aparecer en el rellano, no resistes el impulso de correr hasta él y lanzarte a sus brazos.

-Hola –dice él atrapándote en un fuerte abrazo.
-Hola –hundes tu cara en su pecho e inspiras su aroma.

Buscas desesperadamente sus labios con los tuyos y enredas tus dedos en el pelo de él, olvidándote del resto del mundo, sintiendo solamente la calidez del cuerpo de Harry casi fusionándose con el tuyo.

-Te he echado de menos –susurra él en tus labios.
-Y yo a ti –le das otro beso.

Harry mete una mano en el bolsillo trasero de tu pantalón y empieza a explorar tus labios con su lengua cuando se escucha un ruido metálico proveniente de la cocina. Los dos os giráis a mirar, y tú te asomas para ver qué pasa dentro.

-Se me ha caído –se excusa Jake, sosteniendo una olla en una mano-. Ah, hola, Harry.
-Hola –contesta él, seco, enroscando tu cintura con una mano y atrayéndote hacia sí.

Recuerdas lo tenso que se pone Harry con todo esto y piensas que tienes que tener cuidado con cómo tratas a tu compañero de piso.

-Oye Jake…
-¿Sí?
-No te importa que Harry se quede aquí a dormir, ¿verdad?

Tarda un momento en contestar, y te parece ver un cruce de miradas cargadas de significado entre los dos chicos. Pero, ¿cómo va a ser eso posible? Lo último que Styles puede querer es comunicarse con Jake.

-Claro que no, tú puedes hacer lo que quieras con quien quieras en tu dormitorio –contesta él, y por algún motivo Harry se tensa aún más-. Es decir, que si alguna vez quieres traer a una amiga a dormir, por ejemplo, puedes hacerlo. Pagas tu mitad del alquiler igual que yo.
-Ya, pero… quería asegurarme de que estás de acuerdo –dices, mirándolo a los ojos.
-Pues lo estoy –abre la bolsa de queso para gratinar y lo echa encima de sus espaguetis.
-Había pensado que podíamos salir a cenar fuera –te comenta Harry al ver la comida.
-Ah, sí, claro –miras a donde lo está haciendo él-. Eso es para Jake, no para nosotros –sonríes.

Entonces te fijas en lo guapo que va Harry, con una chaqueta de cuero marrón oscuro, una camiseta blanca debajo y unos pantalones vaqueros que le sientan de maravilla. Siempre consigue ir rematadamente atractivo con lo que sea que se ponga.

-Tengo que cambiarme de ropa –coges a Styles de la mano y tiras de él hasta tu dormitorio, ya que no sería una buena idea dejarlo a solas con Jake.
-Pero si así estás preciosa –te mira de arriba a abajo.
-Lo que tú digas –cierras la puerta cuando los dos habéis entrado.

Él se sienta en tu cama mientras espera a que escojas algo que ponerte.

-¿Qué tal la clase de hoy? –pregunta.
-Muy bien, he conocido a varias chicas muy simpáticas –contestas, sacando un vestido del armario.
-Me alegro.
-Tus clases empiezan el lunes, ¿no? –buscas alguna chaqueta que le pegue al vestido.
-Sí –escuchas como suspira.
-Te vendrá bien, Styles. Será una buena forma de distraerte.
-Sí, ya veo que a ti te han servido –comenta, y no estás segura de que no sea en tono de reproche.
-¿Por qué lo dices? –te giras y alzas una ceja.
-Por nada –niega con la cabeza-. Por cierto, me ha parecido que te llevas bastante bien con el ojitos azules.
-Se llama Jake –te cruzas de brazos-. Y no creo que fuera lo mejor para mí que me llevara mal con él.
-No he dicho nada –hace como si sus labios fueran una cremallera y los cierra.

Para dos días que Harry va a estar contigo, no quieres estar molesta con él, así que dejas pasar la conversación por alto y colocas el vestido color salmón sobre tu cuerpo, a modo de prueba.

-¿Te gusta? –miras a Styles mordiéndote el labio.
-Mucho –asiente con la cabeza.
-Pues decidido.

Te quitas el pantalón y la camiseta que llevas, pero antes de poder ponerte el vestido, Harry ya ha llegado hasta ti y ha colocado ambas manos sobre tus caderas. Te besa con pasión y tú sueltas una carcajada.

-Pensándolo mejor, quizás no tenga hambre –dice él.
-Pues yo sí tengo –te apartas un poco, divertida, y te pones la prenda.
-Ay, bombón, no seas así –protesta.
-¿No eres lo suficientemente paciente como para esperar a que volvamos? –te pones unas cómodas sandalias.
-Me va a costar todas mis fuerzas –te regala esa sonrisa con hoyuelos que te tiene enamorada.
-Pues reserva algunas, que las vas a necesitar –lo miras con picardía, y Harry asiente con la cabeza.

Al salir de la habitación, de la mano de Styles, ves a Jake sentado en la cocina comiendo solo. Te sientes mal por él, por dejarlo allí, cuando él se ha preocupado tanto por ti. Pero tus ganas de estar con Harry son mayores, así que te despides de él y tu novio y tú salís a la calle.

Te apetece muchísimo pasar el fin de semana con Harry, y puede ser por eso que no hayas pensado que quizás tenerle a Jake y a él en el mismo piso durante dos días puede que no tenga buenas consecuencias para ninguno de vosotros.





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11 comentarios:

  1. *_______* ya quiero ver el momento de cena y de después #YouKnow

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  2. no nos puedes dejar asi , por favor.Me encanta es perfecto , sigue asi , lo haces genial.
    Bssss guapa

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  3. Estoy enamorada detus imaginaaa <3 <3 <3

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  4. ¡¡¡SIGELAAA!!! jajajajjaja esta super biennnn:):) muakkkk

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  5. ¿A que lo vas a continuar prontito? ¿A que sí, Ana? A ver que queremos todas la parte de después de la cena, ya tu sabeh JAJAJAJAJA. Un besito y sigue así. <3

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  6. ¡Me super hiper mega encanta!

    Está cada vez más genial, no sé, es que cada capítulo que subes es asdfghjklñ y el primero es superado por el segundo y así sucesivamente hasta que la termines y el final será É P I C O.

    Jake, la cagaste conmigo. ¿Cómo se te ocurre decir eso? No, ¿eh? No. Y no, no lo odio. Tampoco lo detesto, ni me encanta, ni lo amo. Lo soporto, como te dije, hasta cierto punto.

    Harry, omg, Harry. Muero por ver qué pasa después de la cena que ya estoy echando de menos las partes pervertidas JAJAJAJAJAJA Todas aquí las echamos en falta, son lo que caracteriza a Harry y siempre nos dejas con las ganas. Eso no se hace, ¿eh? JAJAJAJAJAJA Sí, soy una guarra, como habrás notado. Pero todas aquí lo somos, ea, ya lo he dicho.

    Espero que la sigas pronto, creo que ¿mañana? O eso leí el tu twittah. Asdfghjmklñ ¡LA AMO! <3

    ATTE: @Rachelforever99

    PD: Esta vez sí que lo puse en el cap correspondiente jajajajaja

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  7. DIOS MIOS,es perfecta,tanto como tu,sigue asi por que pinta muy bién,espero k la sigas prontito jajaja te quiero guapa,muchos besitos muakaa

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  8. Me he leido todos los capitulos en una tarde, me encanta !

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Motivos para sonreír.