Bip, bip, bip.
Ag. Dejas tu
mano caer en el despertador y lo apagas con más violencia de la estrictamente
necesaria. Los grandes números color azul chillón señalan las siete de la
mañana. ¿Por qué es tan temprano?
Te levantas de
la cama, todavía medio dormida, y logras que tus pies entren en las zapatillas
después de varios intentos. Al abrir la puerta del dormitorio para salir, te
quedas desorientada. Tardas un momento en recordar dónde estás, por qué y… con
quién.
-Vaya, buenos
días a ti también –Jake pasa por tu lado y te dirige una prolongada mirada.
-¡Ay, mierda!
–exclamas al darte cuenta de que estás en ropa interior, y vuelves a meterte en
tu habitación.
Te das una
palmada en la frente. Estás acostumbrada a dormir sólo con eso e ir al baño por
la mañana sin necesidad de cambiarte, pero eso es algo que está claro que tienes
que modificar.
-Dios
–murmuras, sonrojándote, aunque ya nadie puede verte.
Vas hasta el
armario donde está tu ropa recién colocada, y coges una camiseta de manga corta
de Harry que te dio para que te la llevaras contigo. Ahora tiene otra utilidad,
aparte de verla y sentir ganas de llorar, ya que te vale como vestido. Te miras
en el espejo, agradecida de que al menos el conjunto de ropa interior no fuese
de encaje o provocativo –en este año que has estado con Harry te has comprado
varios-, sino que es simplemente de color rojo con dibujitos. Te pones
rápidamente la camiseta y sales de tu cuarto.
Después de ir
al baño, te pasas por la cocina.
-Lo siento –te
disculpas, sonrojándote nada más ver a Jake.
-No tienes que
disculparte –él te muestra una preciosa sonrisa-. Ver a una chica bonita nunca
es un problema.
Genial, ahora
tu cara debe parecer un tomate.
-Vaya, no
pretendía incomodarte –hace una mueca.
-No, tranquilo
–vas hasta el frigorífico, más por hacer algo que porque tengas hambre.
-Bonita camiseta,
por cierto –comenta, y no sabes si es irónico o no.
-Gracias –sacas
un cartón de leche del frigorífico-. Es de Harry.
No sabes muy
bien por qué dices eso. Es probable que el hecho de que Jake te haya visto casi
desnuda haga que necesites dejar claro que eres de Harry y de nadie más.
-Lo quieres
mucho, ¿no? –comenta, abriendo un armario- ¿Cereales, galletas, tostadas…?
-Cereales
–coges una caja del armario que Jake ha abierto-. Sí, mucho. Tanto como tú
querrías a tu novia, si tuvieras.
-¿Qué te hace
pensar que no tengo? –te mira.
-Lo dijiste en
la boda.
-Ah.
¿Por qué te has
puesto en guardia? Jake sólo quiere ser tu amigo, y lo único que ha hecho ha
sido hacerte un cumplido, probablemente para quitarle hierro al asunto de que
te ha visto en ropa interior. Además, ha visto lo mismo que vería si hubiera
ido a la playa contigo. Decides ser más amable.
-Mmm, están
buenos estos cereales –dices, tras masticar la primera cucharada.
-De Tesco –contesta.
-Pues nunca los
había probado.
-Por eso
propuse que fuéramos a comprar juntos –sonríe.
Termináis de
desayunar y os vais a vuestras respectivas habitaciones para cambiaros de ropa.
Te pones una sencilla camiseta ancha de manga corta color celeste y unos
pantalones cortos blancos.
-¿Crees que
hará frío? –preguntas en voz alta desde tu cuarto.
-Depende de qué
consideres como frío –responde él.
-¿Vas en manga
corta?
-Sí.
-¿Llevas
chaqueta?
-No.
-Vale.
El tiempo no
varía mucho con respecto a Londres, pero él, de manera inconsciente, sabe si en
las clases y en los pasillos hace más calor o más frío que fuera. Debe ser la
primera opción.
Te recoges el
pelo en una cómoda coleta y aplicas algo de máscara a tus pestañas, más que
nada para quitarte la cara de dormida.
-Ya estoy
–decís los dos prácticamente a la vez, saliendo de vuestros dormitorios, que
quedan uno al lado del otro.
Ambos soltáis
una carcajada.
-¿Lista para tu
primer día? –Jake te mira.
-No, pero nunca
llegaría a estarlo –contestas, sincerándote.
-Entonces…
vamos.
Te sorprende lo
fácil que se hace hablar con este chico. Es decir, cuando abrió la puerta de la
casa y lo encontraste allí, no te agradó nada que fuera él. Claro que es
posible que el problema fuera que a Harry
no le caía bien, como cualquier chico que esté a cinco metros a la redonda de
ti. Pero, a pesar de lo que él diga, Jake está demostrando ser alguien muy
simpático, que se está esforzando por que estés bien. Sin Harry delante, la
situación no parece tan preocupante.
Os montáis en
vuestro autobús y hacéis los veinte minutos de recorrido sin hablar demasiado,
ya que tú vas mirando todo lo que os rodea, empapándote de tu nueva ciudad. Al
bajar del vehículo, Jake te guía hasta el recinto en el que vosotros dais
clase, puesto que ambos estáis en la rama de Ciencias e Ingeniería. La zona
resulta ser bastante agradable, rodeada de amplios jardines de césped –muy
comunes en Inglaterra, la verdad-, aunque el color ladrillo del edificio quizás
desentona un poco. Al caminar hacia la entrada, ves una figura hecha con chapas
de metal superpuestas, que deja ver la forma de un ciervo.
-Es el símbolo
de la universidad –aclara Jake al ver la dirección de tu mirada.
Asientes con la
cabeza y seguís andando. Una vez habéis entrado, os paráis en un tablón de
anuncios que está rodeado por un número bastante grande de jóvenes.
-Esas son las
listas de cada clase –explica el chico, a la vez que os acercáis a mirar.
Entre tanta
cabeza que dificulta la visión, al final conseguís localizar vuestros nombres.
-Yo tengo en el
aula E24 –dices.
-Yo en la C14 –frunce
el ceño y mira el reloj-. Me da tiempo a acompañarte.
-No quiero que
llegues tarde tu primer día de clase –tu protesta suena tan débil que Jake ni
se molesta en considerarla.
-No digas
tonterías, la que no debe llegar tarde eres tú –posa ambas manos en tus hombros
y te dirige por entre la gente-. A mí ya me conocen de sobra aquí, es mi tercer
año, ¿recuerdas?
Cuando Jake te
deja en la puerta de tu nueva clase, aún quedan varios minutos para que sean
las ocho y media y empiecen las clases. Le das las gracias al joven y esperas a
que suene el timbre.
El resto de
semana pasa bastante rápido. Cada día sumas un buen montón de folios a tu
escritorio; los profesores de universidad no se andan con distracciones, y sólo
con estudiarte lo poco que llevas las tardes pasan casi enteras. Al menos
todavía vas entendiendo las miles de cosas que los profesores ponen en la
pizarra. El resto de tiempo lo dedicas a hacer las tareas de la casa, aunque
Jake y tú os acabáis dando cuenta de que las acabáis antes si las hacéis
juntos, en lugar de repartíroslas. Cocináis juntos, limpiáis juntos, ordenáis
juntos. Así al menos se hace menos aburrido. También os dais algún que otro
paseo por el barrio, para disfrutar del inusitado buen tiempo, pues hace días
que no llueve y el sol brilla en el cielo. Además, las conversaciones con Harry
justo antes de irte a dormir se han convertido en una costumbre que te encanta.
Cuando sales de
clase el viernes, estás realmente eufórica.
-Vaya, qué
feliz te veo –dice Jake al encontrarse contigo en la puerta.
-Lo estoy
–respondes con una sonrisa.
-¿Y eso?
-Bueno, hoy no
tengo tantos apuntes nuevos –haces un gesto con las manos, en las que sostienes
una pila de folios menor que la de costumbre-. Y he estado hablando con algunas
chicas de mi clase.
Él ríe
levemente y te mira como si fueras una niña pequeña.
-¿Y…?
-¿Cómo que “y…”? –alzas una ceja.
-Que tienes que
estar tan feliz por algo más.
-Claro –sonríes
abiertamente-. Es viernes.
-¿Y qué pasa
los viernes?
-¡Pues que
Harry viene! –das un saltito de alegría.
-Ah, eso –fija
la mirada al frente.
-Sí, eso –dices, ajena a su repentino cambio
de actitud.
Al llegar a
casa son casi las cinco, y Jake propone ir haciendo la cena.
-Bueno, no sé
si hoy cenaré aquí –contestas-. Pero te ayudo a preparar la tuya.
Él acepta
asintiendo con la cabeza, y juntos preparáis espaguetis para uno. Estás
abriendo una bolsa de queso para gratinar cuando tocan al portero.
-¡Voy yo!
–exclamas, aunque Jake está a tu lado y podría oírte perfectamente aunque lo
dijeras en voz más baja.
-Claro.
-¿Sí?
–preguntas, poniéndote el telefonito en la oreja.
-Mmmm… me
apetece muchísimo algo de chocolate –es todo lo que recibes como respuesta.
Abres
rápidamente la puerta del portal, y corres hasta la de la casa, para abrirla
también. No te has dado cuenta de que Jake está apoyado en el quicio de la de
la cocina, observando, así que en cuanto ves al chico de pelo rizado aparecer
en el rellano, no resistes el impulso de correr hasta él y lanzarte a sus
brazos.
-Hola –dice él
atrapándote en un fuerte abrazo.
-Hola –hundes
tu cara en su pecho e inspiras su aroma.
Buscas
desesperadamente sus labios con los tuyos y enredas tus dedos en el pelo de él,
olvidándote del resto del mundo, sintiendo solamente la calidez del cuerpo de
Harry casi fusionándose con el tuyo.
-Te he echado
de menos –susurra él en tus labios.
-Y yo a ti –le
das otro beso.
Harry mete una
mano en el bolsillo trasero de tu pantalón y empieza a explorar tus labios con
su lengua cuando se escucha un ruido metálico proveniente de la cocina. Los dos
os giráis a mirar, y tú te asomas para ver qué pasa dentro.
-Se me ha caído
–se excusa Jake, sosteniendo una olla en una mano-. Ah, hola, Harry.
-Hola –contesta
él, seco, enroscando tu cintura con una mano y atrayéndote hacia sí.
Recuerdas lo
tenso que se pone Harry con todo esto y piensas que tienes que tener cuidado
con cómo tratas a tu compañero de piso.
-Oye Jake…
-¿Sí?
-No te importa
que Harry se quede aquí a dormir, ¿verdad?
Tarda un
momento en contestar, y te parece ver un cruce de miradas cargadas de
significado entre los dos chicos. Pero, ¿cómo va a ser eso posible? Lo último
que Styles puede querer es comunicarse con Jake.
-Claro que no,
tú puedes hacer lo que quieras con quien quieras en tu dormitorio –contesta él,
y por algún motivo Harry se tensa aún más-. Es decir, que si alguna vez quieres
traer a una amiga a dormir, por ejemplo, puedes hacerlo. Pagas tu mitad del
alquiler igual que yo.
-Ya, pero…
quería asegurarme de que estás de acuerdo –dices, mirándolo a los ojos.
-Pues lo estoy
–abre la bolsa de queso para gratinar y lo echa encima de sus espaguetis.
-Había pensado
que podíamos salir a cenar fuera –te comenta Harry al ver la comida.
-Ah, sí, claro
–miras a donde lo está haciendo él-. Eso es para Jake, no para nosotros
–sonríes.
Entonces te
fijas en lo guapo que va Harry, con una chaqueta de cuero marrón oscuro, una
camiseta blanca debajo y unos pantalones vaqueros que le sientan de maravilla.
Siempre consigue ir rematadamente atractivo con lo que sea que se ponga.
-Tengo que
cambiarme de ropa –coges a Styles de la mano y tiras de él hasta tu dormitorio,
ya que no sería una buena idea dejarlo a solas con Jake.
-Pero si así
estás preciosa –te mira de arriba a abajo.
-Lo que tú
digas –cierras la puerta cuando los dos habéis entrado.
Él se sienta en
tu cama mientras espera a que escojas algo que ponerte.
-¿Qué tal la
clase de hoy? –pregunta.
-Muy bien, he
conocido a varias chicas muy simpáticas –contestas, sacando un vestido del
armario.
-Me alegro.
-Tus clases
empiezan el lunes, ¿no? –buscas alguna chaqueta que le pegue al vestido.
-Sí –escuchas
como suspira.
-Te vendrá
bien, Styles. Será una buena forma de distraerte.
-Sí, ya veo que
a ti te han servido –comenta, y no estás segura de que no sea en tono de reproche.
-¿Por qué lo
dices? –te giras y alzas una ceja.
-Por nada
–niega con la cabeza-. Por cierto, me ha parecido que te llevas bastante bien
con el ojitos azules.
-Se llama Jake
–te cruzas de brazos-. Y no creo que fuera lo mejor para mí que me llevara mal
con él.
-No he dicho
nada –hace como si sus labios fueran una cremallera y los cierra.
Para dos días
que Harry va a estar contigo, no quieres estar molesta con él, así que dejas
pasar la conversación por alto y colocas el vestido color salmón sobre tu
cuerpo, a modo de prueba.
-¿Te gusta?
–miras a Styles mordiéndote el labio.
-Mucho –asiente
con la cabeza.
-Pues decidido.
Te quitas el
pantalón y la camiseta que llevas, pero antes de poder ponerte el vestido,
Harry ya ha llegado hasta ti y ha colocado ambas manos sobre tus caderas. Te
besa con pasión y tú sueltas una carcajada.
-Pensándolo
mejor, quizás no tenga hambre –dice él.
-Pues yo sí
tengo –te apartas un poco, divertida, y te pones la prenda.
-Ay, bombón, no
seas así –protesta.
-¿No eres lo suficientemente
paciente como para esperar a que volvamos? –te pones unas cómodas sandalias.
-Me va a costar
todas mis fuerzas –te regala esa sonrisa con hoyuelos que te tiene enamorada.
-Pues reserva
algunas, que las vas a necesitar –lo miras con picardía, y Harry asiente con la
cabeza.
Al salir de la
habitación, de la mano de Styles, ves a Jake sentado en la cocina comiendo
solo. Te sientes mal por él, por dejarlo allí, cuando él se ha preocupado tanto
por ti. Pero tus ganas de estar con Harry son mayores, así que te despides de
él y tu novio y tú salís a la calle.
Te apetece
muchísimo pasar el fin de semana con Harry, y puede ser por eso que no hayas
pensado que quizás tenerle a Jake y a él en el mismo piso durante dos días
puede que no tenga buenas consecuencias para ninguno de vosotros.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
*_______* ya quiero ver el momento de cena y de después #YouKnow
ResponderEliminarno nos puedes dejar asi , por favor.Me encanta es perfecto , sigue asi , lo haces genial.
ResponderEliminarBssss guapa
ME ENCANTAAAAAAAAAA
ResponderEliminarEstoy enamorada detus imaginaaa <3 <3 <3
ResponderEliminar¡¡LO AMO!!!
ResponderEliminar¡¡¡SIGELAAA!!! jajajajjaja esta super biennnn:):) muakkkk
ResponderEliminar¿A que lo vas a continuar prontito? ¿A que sí, Ana? A ver que queremos todas la parte de después de la cena, ya tu sabeh JAJAJAJAJA. Un besito y sigue así. <3
ResponderEliminar¡Me super hiper mega encanta!
ResponderEliminarEstá cada vez más genial, no sé, es que cada capítulo que subes es asdfghjklñ y el primero es superado por el segundo y así sucesivamente hasta que la termines y el final será É P I C O.
Jake, la cagaste conmigo. ¿Cómo se te ocurre decir eso? No, ¿eh? No. Y no, no lo odio. Tampoco lo detesto, ni me encanta, ni lo amo. Lo soporto, como te dije, hasta cierto punto.
Harry, omg, Harry. Muero por ver qué pasa después de la cena que ya estoy echando de menos las partes pervertidas JAJAJAJAJAJA Todas aquí las echamos en falta, son lo que caracteriza a Harry y siempre nos dejas con las ganas. Eso no se hace, ¿eh? JAJAJAJAJAJA Sí, soy una guarra, como habrás notado. Pero todas aquí lo somos, ea, ya lo he dicho.
Espero que la sigas pronto, creo que ¿mañana? O eso leí el tu twittah. Asdfghjmklñ ¡LA AMO! <3
ATTE: @Rachelforever99
PD: Esta vez sí que lo puse en el cap correspondiente jajajajaja
DIOS MIOS,es perfecta,tanto como tu,sigue asi por que pinta muy bién,espero k la sigas prontito jajaja te quiero guapa,muchos besitos muakaa
ResponderEliminarMe he leido todos los capitulos en una tarde, me encanta !
ResponderEliminarME SUPER ENCANTAAAAAA
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