Harry y tú
camináis bajo un cielo en el que se mezclan tantos colores diferentes que es
difícil nombrarlos todos. Aunque tal vez “puesta de sol” sea una buena forma de
definirlos.
-Es una ciudad
bonita –dices mirando a un par de niños que se cruzan con vosotros correteando.
-Lo es más
desde que estás tú, seguro.
-Styles –lo
miras.
-¿Qué?
-Nada. Bueno,
que se me hace raro cuando sacas tu faceta romántica –sonríes.
-Será que te
veo demasiado poco –contesta.
-Puede ser.
Sientes la
calidez de su mano alrededor de la tuya, y te das cuenta de lo mucho que has
echado de menos ese contacto. Como has estado ocupada instalándote,
acomodándote a la casa y demás, tampoco has tenido demasiado tiempo para
pensar. Pero cuantos más días lleves lejos de él, peor lo vas a pasar.
-¿Y cuando no
puedas venir en el fin de semana? –preguntas de repente.
-Pues que me
volveré tan empalagoso que te diré que te quiero después de cada frase y te
regalaré cajas de bombones.
Alzas las
cejas.
-El día que
hagas eso te dejaré –dices, muy seria.
-Mejor me pegas
un tiro –bromea.
-De acuerdo.
Los dos reís en
una carcajada silenciosa.
-Me ha gustado
la pizza, aunque esperaba algo más… sofisticado –lo miras por el rabillo del
ojo esperando su reacción.
-“Me ha gustado la pizza, aunque esperaba
algo más sofisticado”, dijo la chica que cuando tiene una cita pide pollo
con patatas… y agua.
-¿Qué…? –tardas
un momento en recordar a aquel chico, Mike, y la cita que tuviste con él,
gracias a la cual conociste a Harry.
-¿Se enciende
ya la bombillita, bombón? –él ríe levemente.
-Soy una chica
sencilla –dices en tu defensa.
-Entonces yo no
soy quién para cambiarte llevándote a sitios más exquisitos –su expresión de
autosuficiencia te hace soltar un bufido.
-Tú sí que no
cambias nunca.
-Tampoco
quieres que lo haga.
-Cierto.
-Pues no sé de
qué te quejas –se encoge de hombros.
Sin embargo,
toda esta conversación te alegra, porque no es el Harry celoso que se está
dejando ver últimamente, sino el Styles prepotente que te solía sacar de quicio
desde el día en que os conocisteis.
El sol ya está
completamente oculto, y la oscuridad empieza a invadir las calles.
-¿Crees que
deberíamos volver ya? –Harry te mira con un deje de impaciencia que tardas un
momento en ubicar.
-Eres un
ansioso.
-Si no quieres
que…
-¡Claro que
quiero! –te apresuras a decir- Y lo sabes.
-Me extraña que
nunca digas que te duele la cabeza, o que pongas como excusa que tienes la
regla, o que no te apetece.
Te sonrojas y diriges
tu mirada al suelo, deseando que la oscuridad impida que él lo note.
-Ya se ha
sonrojado otra vez la niña pequeña –pues no, se ha dado cuenta-. ¡Guapa!
No puedes
evitar sonreír.
-¿Y por qué voy
a decir nada de eso si sí me apetece? –vuelves a sacar el tema.
-Tú eres la
mujer, a mí no me preguntes –alza las manos en gesto de defensa.
Lo ves tan
guapo así que sientes el impulso de besarle. Él corresponde rápidamente a tu
beso acariciando tu espalda con una mano y tu mejilla y tu cuello con la otra.
Durante lo que dura el momento sientes como si no estuvierais viviendo en
ciudades distintas, como si siguierais tan juntos como siempre, y nada os
hubiera separado. Tal vez es porque los dos habéis tenido cuidado de no nombrar
vuestra separación más de lo necesario, o porque creéis que con el deseo de que
todo sea como antes de verdad vais a volver a ello. En cualquier caso, ahora te
sientes feliz, ajena a todo.
-Vámonos –dices
en los labios de Harry.
Camináis a buen
paso de vuelta a la casa y cuando llegáis, Jake ya debe estar acostado porque
no está en las habitaciones comunes. Aun así, esperáis a llegar hasta tu
dormitorio y cerrar la puerta para empezar a besaros.
Harry toma tu
rostro entre sus manos y sus labios se mueven sobre los tuyos con fiereza. Tu
espalda choca contra la puerta y tiras de la camiseta de Styles para que se
pegue más a ti, deseando sentir su cuerpo. Él, sin dejar de besarte, lleva una
mano a tu seno y lo abarca, para después acariciarlo. Todo está sucediendo tan
rápido, está tan movido por la pasión que ni siquiera te das cuenta de cómo
llegan tus dedos hasta su pecho por debajo de la camiseta. Sí eres consciente
de Harry separando su otra mano de tu mejilla y recorriendo con ella desde tu
rodilla por toda la parte interior del muslo hasta llegar a la tela de tu
braguita, que también acaricia por encima. Sueltas un gemido sin pensar que
Jake está en la habitación de al lado, y echas la cabeza levemente hacia atrás,
suspirando. Styles aprovecha ese movimiento para hundir su cabeza en tu cuello
y deslizar su lengua por la línea de tu clavícula.
-Harry… -pides,
y él entiende perfectamente a qué te refieres.
Con un salto,
entrelazas tus piernas alrededor de su cintura y él, todavía besándote, te
lleva hasta la cama, donde se deja caer encima de ti para seguir con aquello
que llevabais una semana esperando.
…
Me despierto
después de haber dormido tranquilamente sin despertarme por la noche ni una
sola vez, y compruebo por la luz que entra por la ventana que ya es de día.
Miro a mi derecha, y ahí está, dormida y tan preciosa como siempre. Aparto un
mechón de pelo que le tapa un poco la cara y contemplo durante un instante su
expresión de placidez. La fina sábana blanca deja entrever su figura desnuda
que se oculta debajo, y tengo que contenerme para no despertarla y pedirle que
volvamos a hacerlo.
Exploro la
habitación con la mirada, y mientras tanto me doy cuenta de que tengo la boca
seca y con un sabor algo desagradable. No parece que en el dormitorio haya
agua, pero cuanto más pienso lo que me apetece un vaso, más sed tengo.
Bueno, tampoco
tardaré nada en ir a la cocina a por uno, y sé dónde están los vasos por el
primer día que estuve aquí. Y si el ojitos azules me ve salir del dormitorio en
bóxers, mejor. Así se dará cuenta de que aunque él viva con ella, hay cosas que
por mucho que quiera él no tiene y yo sí.
Me levanto con
mucho cuidado de la cama. Soy consciente de que como ella se despierte mientras
yo no estoy se va a llevar un susto, pero no tardaré en volver. Salgo de la
habitación de puntillas, aunque mis pies tampoco hacen ruido, porque voy
descalzo. Voy ya más tranquilo por el pasillo hasta la cocina, y cuando veo que
Jake está allí desayunando ya es demasiado tarde para dar la vuelta, pues él
también me ha visto. Aprieto la mandíbula pero sonrío para mis adentros cuando
alza las cejas de forma casi imperceptible.
-Buenos días
–digo, de buen humor ante su reacción.
-Buenos días
–responde él, y me resulta raro que de repente no parezca ni siquiera molesto.
Ignorándole,
abro la puerta del armario donde están los vasos y saco uno, que inmediatamente
después pongo debajo del grifo.
-Veo que lo
pasasteis bien anoche –dice el ojitos azules.
-Veo que tú no
te cortas ni un pelo –contesto sin mirarle.
-Disfruta
mientras puedes.
No puedo evitar
dirigir mi mirada hacia la suya, que me recibe con un brillo de prepotencia.
-Eso haré –me
limito a contestar, aunque está claro lo que intenta decirme.
-No creas que
ella aguantará tus celos durante mucho tiempo –se recuesta en su silla.
Cierro el grifo
con un golpe más fuerte de lo que debería, sin dejar de mirarle. Ni siquiera me
molesto en preguntarme por qué sabe este tío cómo me siento; probablemente sea
sólo que es bastante de suponer.
-No debería
decírtelo, ya que no me beneficiaría si lo corrigieras, pero los celos
significan que no confías en tu pareja. Y eso la cansará –continúa sin esperar
a que responda.
-¿Y entonces
por qué se supone que me lo dices? –cojo el vaso con las dos manos para impedir
que una de ellas se estrelle en la cara del ojitos azules.
-Porque sé que
aun así no serás capaz de dejar de sentirte celoso –dice como si fuera lo más
obvio del mundo-. Lo que me lleva a pensar que… quizás sí que tengas motivos para
ello.
-No sé por qué
debería estar celoso de ti –intento controlar mi voz-. No eres tú el que acaba
de estar en la cama con ella.
-Cierto –me
dirige una mirada que hace que sienta ganas de arrancarle los ojos-. Y si lo
hubiera estado, sería lo suficientemente caballeroso como para no ir diciéndolo
por ahí.
Temo lanzar el
vaso en cualquier momento, por lo que lo apoyo con calma en la mesa y aprieto
mis manos alrededor de la repisa del fregadero.
-Aunque, de
todos modos… ni siquiera te enterarás si estoy con ella –sé que es para sacarme
de mis casillas y no voy a caer en esa trampa.
-Ella es
demasiado para ti –respondo con desprecio.
-No, si para ti
no lo es.
¿Se cree mejor
que yo el ojitos azules? Deberíamos comprobarlo cuando ella no estuviera a un par
de habitaciones de nosotros, cuando yo pudiera pegarle sin que ella me lo
impidiera.
-Como la
toques, te mato –clavo mis ojos en los de Jake, y esas palabras me recuerdan a
unas que dije hace ya más de un año, también refiriéndome a ella.
-¿Y si ella me
dejara? ¿Y si quisiera? ¿Y si me pidiera que la tocara? ¿Que la acariciara?
¿Que le hiciera el amor lentam…
-¡CÁLLATE!
-…ente?
-¡QUE TE
CALLES, JODER! –grito, cerrando los ojos con fuerza.
Él parece
divertirse con la situación.
-¿Qué harías si
ella quisiera? –vuelve a preguntar.
Me esfuerzo en
borrar de mi mente la imagen que se acaba de formar por culpa de las palabras
que ese hijo de puta.
-Probablemente
te pegaría una paliza –respondo.
-No lo harías
–asegura.
-No me conoces
–digo, porque sé perfectamente que sí lo haría.
-Ni tú a mí
–esboza una sonrisa prepotente y me imagino esa cara perfecta amoratada por mis
golpes.
-Vete a la
mierda.
-De hecho, eres
tú el que se va en unas horas. Y yo me quedaré aquí. Con ella. Seré su amigo
hasta que se dé cuenta de que no quiere seguir contigo, y entonces la consolaré
–mis ganas de matarle son tan grandes que noto que como haga el simple
movimiento de respirar mi cuerpo se va a tirar a por él.
-Buena suerte
–suelto con desprecio, y camino hacia la puerta tras coger mi vaso de agua.
-Buena suerte a
ti, Styles. Vas a necesitarla –escucho su voz que sale de la cocina y recorro
el pasillo a toda velocidad.
Quiero pegarle.
Necesito pegarle. Y no debería estar pensando esto, lo sé, pero, joder, odio a
ese tío con todas mis fuerzas. Al entrar al dormitorio y verla a ella todavía
dormida y desnuda en la cama me relajo un poco. El ojitos azules tiene razón en
una cosa, aunque daría un dedo porque no fuera así: los celos significan
desconfianza. Y yo confío plenamente en ella. De quien no me fío es de él. No
sé si lo que quiere es sólo acostarse con ella o algo más, pero cualquiera de
las opciones me provoca náuseas. Sea lo que sea, hará cualquier cosa para
conseguirlo, y me niego en rotundo a que se atreva a respirar siquiera aire que
haya estado en los pulmones de ella.
Me bebo mi vaso
de agua y me tumbo en la cama, porque aunque hace un momento mis músculos
estaban totalmente tensos –quizás preparados para darle un merecido puñetazo a
ese gilipollas-, ahora las piernas han empezado a temblarme. Beso la piel
desnuda del hombro de ella, y voy bajando por su brazo hasta que la escucho
hacer un ruidito y justo después abre los ojos.
Los míos, que
están a la altura de los suyos, deben mirarla de alguna forma especial, triste
o tal vez anhelante, porque ella susurra:
-Te quiero.
-Yo también a
ti, bombón –la beso en la comisura de los labios.
-Estás frío
–comenta ella al tocar mi piel.
-Estaba
destapado –contesto, pues sé que no debe saber nada de mi viaje a la cocina y
la conversación con ese maldito compañero de piso que sus padres le han
buscado.
-Ven aquí –me
abraza y noto la calidez de su cuerpo sobre el mío.
Le acaricio el
pelo, y lucho con todas mis fuerzas por cambiar mi actitud, por dejar de
mostrarme celoso.
-¿Sabes qué?
-¿Qué? –me da
un beso en el pecho.
-He pensado que
es mejor que compartas piso con un chico que con una chica –digo.
-¿Por qué?
–parece confusa.
-Porque si
hubiera una chica en la habitación de al lado, seguro que por la noche se
habría metido aquí y habría intentado violarme –me esfuerzo por poner una
sonrisa que parezca real.
Creo que la
convenzo, porque escucho su risa. Luego me mira frunciendo el ceño.
-A lo mejor no
le gustarías…
-Vamos, bombón.
Yo le gusto a todo el mundo.
-Bueeeeno…
-Claro que si
Jake fuera gay…
-¡Jake no es
gay! –dice ella.
Me extraña que
lo diga con tanta seguridad, pero no pregunto cómo lo sabe, ni por qué.
Prefiero no saberlo.
-A lo mejor
descubre que lo es después de conocerme –bromeo.
-Entonces sería
yo la que debería estar celosa –me muestra una bonita sonrisa.
-No estoy
celoso –bufo, ¡¿tanto se me nota?!
-¿Ni un
poquito? –me empieza a dar besos por el pecho.
-¿Tú lo
estarías?
-¿Si Jake fuera
gay? –alza una ceja.
-¡Si yo viviera
con otra chica!
Reflexiona
durante un momento.
-Supongo –dice
al final.
Para cambiar de
tema, empiezo a hacerle cosquillas hasta que rompe a reír desesperadamente, y
entonces me doy cuenta de que su risa tiene que escucharse por toda la casa. Eso
significa que el ojitos azules también lo está escuchando… Puede que yo no viva
con ella, y que tenga algunos motivos para sentirme celoso. Pero yo tengo lo
que él desea, y, cada vez que venga, puedo hacer que él sí que tenga verdaderos
motivos para envidiarme.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Harry, omg, Harry. Te comería.
ResponderEliminarJake, ya, definitivamente, la ca.gas.te. Ya no te soporto, ya no te aguanto, ya no. Si Harry hubiera golpeado a Jake y yo apareciese en el mismo instante, todo, sería culpa de Harry. ¿Por qué? Porque no estuve cuando Jake le provocó, entonces, pienso que Harry le pegó porque sí. Aunque, pensándolo mejor, Harry no pega a nadie si no le provocan, entonces no sabría a quién echarle la culpa. Si Harry hubiese pegado a Jake y lo hubiera visto en ese momento, yo rápidamente iría a Harry para que parase de pegarle y... Bueno, eso no ha pasado, ni pasará (?
Total, que si Jake sigue así, lo mato. Ahora no le odio, no me gusta, ya no me cae. Es caca. JAJAJAJAJAJA Pero oye, que no te deprimas por el odio hacia Jake, que no todo tiene que ser de luz y color y sin él, como has dicho, sería un poco aburrido, porque todo #Imagina o novela necesita alguien que meta baza en medio de cada relación, ¿o no?
Bueno, me voy despidiendo porque te estoy dejando un testamento, aunque te dije que los escribiría largos y... Sí, son un mar de contradicciones jajajajaja muero conmigo... Puto retraso que tengo ajajajajajaja
ATTE: @Rachelforever99
Jajajajaja xd opino lo mismo es Caca el Jake ay mori con eso asdfcgvhbnjmk?ljhgfds tienes razon :3
EliminarY Ana tienes un muy bonito don, es hermoso lo que ecribes, en la forma de expresarte eso :3
Att: Valeria Murillo tu fiel lectora
Asdfghjkl me encanta! PRIMER COMENT WEHEE siguelo! Jhdhdhd Harry es to mono ^^
ResponderEliminarAmo a Harry odio a Jake! Me encanta el #IMAGINA siguela pronto.
ResponderEliminarJake es caca *inserte aquí emoticono de whatsapp de la caquita sonriendo*
ResponderEliminarEste #imagina, sin saber como lo haces, mejora por momentos. Eres increíble escribiendo Ana. Ojalá algún día tuvieras tu propio libro, siempre nos tendrás aquí.
ResponderEliminarAtentamente, una anónima para que sonrías ;)
PD: Aunque no comente en todos los 'capítulos' siempre los leo. Gracias por sacarme una sonrísa :D
Me encanta leo todos tus imaginas y cada uno de cada capitulo
ResponderEliminarlos amo y aunq no siempre comente ni cualifique los adoro no seria persona sin tus imaginas digamos qu es una necesidad si esto contase como libro lo leeria para clase bueno sigue asi ana y nunca dejes de escribir y espero que siempre tengas esa imaginacion y por ultimo sube rapido el siguiente
Omg, omg, omg. Todo lo que escribes es perfecto, jo. En serio, I loooooooove it. asdfghjklñ*-* Harry es tan monoso y adorable y dios, sin palabras. Y bueno, Jake... LE ODIO. ES CACA, JAKE CACA, MALO.
ResponderEliminarJAJAJAJA:'') Espero el siguiente pronto, guapi<3.
@thatisnialler.