domingo, 22 de septiembre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 12 -2º temporada-

Harry y tú camináis bajo un cielo en el que se mezclan tantos colores diferentes que es difícil nombrarlos todos. Aunque tal vez “puesta de sol” sea una buena forma de definirlos.

-Es una ciudad bonita –dices mirando a un par de niños que se cruzan con vosotros correteando.
-Lo es más desde que estás tú, seguro.
-Styles –lo miras.
-¿Qué?
-Nada. Bueno, que se me hace raro cuando sacas tu faceta romántica –sonríes.
-Será que te veo demasiado poco –contesta.
-Puede ser.

Sientes la calidez de su mano alrededor de la tuya, y te das cuenta de lo mucho que has echado de menos ese contacto. Como has estado ocupada instalándote, acomodándote a la casa y demás, tampoco has tenido demasiado tiempo para pensar. Pero cuantos más días lleves lejos de él, peor lo vas a pasar.

-¿Y cuando no puedas venir en el fin de semana? –preguntas de repente.
-Pues que me volveré tan empalagoso que te diré que te quiero después de cada frase y te regalaré cajas de bombones.

Alzas las cejas.

-El día que hagas eso te dejaré –dices, muy seria.
-Mejor me pegas un tiro –bromea.
-De acuerdo.

Los dos reís en una carcajada silenciosa.

-Me ha gustado la pizza, aunque esperaba algo más… sofisticado –lo miras por el rabillo del ojo esperando su reacción.
-“Me ha gustado la pizza, aunque esperaba algo más sofisticado”, dijo la chica que cuando tiene una cita pide pollo con patatas… y agua.
-¿Qué…? –tardas un momento en recordar a aquel chico, Mike, y la cita que tuviste con él, gracias a la cual conociste a Harry.
-¿Se enciende ya la bombillita, bombón? –él ríe levemente.
-Soy una chica sencilla –dices en tu defensa.
-Entonces yo no soy quién para cambiarte llevándote a sitios más exquisitos –su expresión de autosuficiencia te hace soltar un bufido.
-Tú sí que no cambias nunca.
-Tampoco quieres que lo haga.
-Cierto.
-Pues no sé de qué te quejas –se encoge de hombros.

Sin embargo, toda esta conversación te alegra, porque no es el Harry celoso que se está dejando ver últimamente, sino el Styles prepotente que te solía sacar de quicio desde el día en que os conocisteis.

El sol ya está completamente oculto, y la oscuridad empieza a invadir las calles.

-¿Crees que deberíamos volver ya? –Harry te mira con un deje de impaciencia que tardas un momento en ubicar.
-Eres un ansioso.
-Si no quieres que…
-¡Claro que quiero! –te apresuras a decir- Y lo sabes.
-Me extraña que nunca digas que te duele la cabeza, o que pongas como excusa que tienes la regla, o que no te apetece.

Te sonrojas y diriges tu mirada al suelo, deseando que la oscuridad impida que él lo note.

-Ya se ha sonrojado otra vez la niña pequeña –pues no, se ha dado cuenta-. ¡Guapa!

No puedes evitar sonreír.

-¿Y por qué voy a decir nada de eso si sí me apetece? –vuelves a sacar el tema.
-Tú eres la mujer, a mí no me preguntes –alza las manos en gesto de defensa.

Lo ves tan guapo así que sientes el impulso de besarle. Él corresponde rápidamente a tu beso acariciando tu espalda con una mano y tu mejilla y tu cuello con la otra. Durante lo que dura el momento sientes como si no estuvierais viviendo en ciudades distintas, como si siguierais tan juntos como siempre, y nada os hubiera separado. Tal vez es porque los dos habéis tenido cuidado de no nombrar vuestra separación más de lo necesario, o porque creéis que con el deseo de que todo sea como antes de verdad vais a volver a ello. En cualquier caso, ahora te sientes feliz, ajena a todo.

-Vámonos –dices en los labios de Harry.

Camináis a buen paso de vuelta a la casa y cuando llegáis, Jake ya debe estar acostado porque no está en las habitaciones comunes. Aun así, esperáis a llegar hasta tu dormitorio y cerrar la puerta para empezar a besaros.

Harry toma tu rostro entre sus manos y sus labios se mueven sobre los tuyos con fiereza. Tu espalda choca contra la puerta y tiras de la camiseta de Styles para que se pegue más a ti, deseando sentir su cuerpo. Él, sin dejar de besarte, lleva una mano a tu seno y lo abarca, para después acariciarlo. Todo está sucediendo tan rápido, está tan movido por la pasión que ni siquiera te das cuenta de cómo llegan tus dedos hasta su pecho por debajo de la camiseta. Sí eres consciente de Harry separando su otra mano de tu mejilla y recorriendo con ella desde tu rodilla por toda la parte interior del muslo hasta llegar a la tela de tu braguita, que también acaricia por encima. Sueltas un gemido sin pensar que Jake está en la habitación de al lado, y echas la cabeza levemente hacia atrás, suspirando. Styles aprovecha ese movimiento para hundir su cabeza en tu cuello y deslizar su lengua por la línea de tu clavícula.

-Harry… -pides, y él entiende perfectamente a qué te refieres.

Con un salto, entrelazas tus piernas alrededor de su cintura y él, todavía besándote, te lleva hasta la cama, donde se deja caer encima de ti para seguir con aquello que llevabais una semana esperando.


Me despierto después de haber dormido tranquilamente sin despertarme por la noche ni una sola vez, y compruebo por la luz que entra por la ventana que ya es de día. Miro a mi derecha, y ahí está, dormida y tan preciosa como siempre. Aparto un mechón de pelo que le tapa un poco la cara y contemplo durante un instante su expresión de placidez. La fina sábana blanca deja entrever su figura desnuda que se oculta debajo, y tengo que contenerme para no despertarla y pedirle que volvamos a hacerlo.

Exploro la habitación con la mirada, y mientras tanto me doy cuenta de que tengo la boca seca y con un sabor algo desagradable. No parece que en el dormitorio haya agua, pero cuanto más pienso lo que me apetece un vaso, más sed tengo.

Bueno, tampoco tardaré nada en ir a la cocina a por uno, y sé dónde están los vasos por el primer día que estuve aquí. Y si el ojitos azules me ve salir del dormitorio en bóxers, mejor. Así se dará cuenta de que aunque él viva con ella, hay cosas que por mucho que quiera él no tiene y yo sí.

Me levanto con mucho cuidado de la cama. Soy consciente de que como ella se despierte mientras yo no estoy se va a llevar un susto, pero no tardaré en volver. Salgo de la habitación de puntillas, aunque mis pies tampoco hacen ruido, porque voy descalzo. Voy ya más tranquilo por el pasillo hasta la cocina, y cuando veo que Jake está allí desayunando ya es demasiado tarde para dar la vuelta, pues él también me ha visto. Aprieto la mandíbula pero sonrío para mis adentros cuando alza las cejas de forma casi imperceptible.

-Buenos días –digo, de buen humor ante su reacción.
-Buenos días –responde él, y me resulta raro que de repente no parezca ni siquiera molesto.

Ignorándole, abro la puerta del armario donde están los vasos y saco uno, que inmediatamente después pongo debajo del grifo.

-Veo que lo pasasteis bien anoche –dice el ojitos azules.
-Veo que tú no te cortas ni un pelo –contesto sin mirarle.
-Disfruta mientras puedes.

No puedo evitar dirigir mi mirada hacia la suya, que me recibe con un brillo de prepotencia.

-Eso haré –me limito a contestar, aunque está claro lo que intenta decirme.
-No creas que ella aguantará tus celos durante mucho tiempo –se recuesta en su silla.

Cierro el grifo con un golpe más fuerte de lo que debería, sin dejar de mirarle. Ni siquiera me molesto en preguntarme por qué sabe este tío cómo me siento; probablemente sea sólo que es bastante de suponer.

-No debería decírtelo, ya que no me beneficiaría si lo corrigieras, pero los celos significan que no confías en tu pareja. Y eso la cansará –continúa sin esperar a que responda.
-¿Y entonces por qué se supone que me lo dices? –cojo el vaso con las dos manos para impedir que una de ellas se estrelle en la cara del ojitos azules.
-Porque sé que aun así no serás capaz de dejar de sentirte celoso –dice como si fuera lo más obvio del mundo-. Lo que me lleva a pensar que… quizás sí que tengas motivos para ello.
-No sé por qué debería estar celoso de ti –intento controlar mi voz-. No eres tú el que acaba de estar en la cama con ella.
-Cierto –me dirige una mirada que hace que sienta ganas de arrancarle los ojos-. Y si lo hubiera estado, sería lo suficientemente caballeroso como para no ir diciéndolo por ahí.

Temo lanzar el vaso en cualquier momento, por lo que lo apoyo con calma en la mesa y aprieto mis manos alrededor de la repisa del fregadero.

-Aunque, de todos modos… ni siquiera te enterarás si estoy con ella –sé que es para sacarme de mis casillas y no voy a caer en esa trampa.
-Ella es demasiado para ti –respondo con desprecio.
-No, si para ti no lo es.

¿Se cree mejor que yo el ojitos azules? Deberíamos comprobarlo cuando ella no estuviera a un par de habitaciones de nosotros, cuando yo pudiera pegarle sin que ella me lo impidiera.

-Como la toques, te mato –clavo mis ojos en los de Jake, y esas palabras me recuerdan a unas que dije hace ya más de un año, también refiriéndome a ella.
-¿Y si ella me dejara? ¿Y si quisiera? ¿Y si me pidiera que la tocara? ¿Que la acariciara? ¿Que le hiciera el amor lentam…
-¡CÁLLATE!
-…ente?
-¡QUE TE CALLES, JODER! –grito, cerrando los ojos con fuerza.

Él parece divertirse con la situación.

-¿Qué harías si ella quisiera? –vuelve a preguntar.

Me esfuerzo en borrar de mi mente la imagen que se acaba de formar por culpa de las palabras que ese hijo de puta.

-Probablemente te pegaría una paliza –respondo.
-No lo harías –asegura.
-No me conoces –digo, porque sé perfectamente que sí lo haría.
-Ni tú a mí –esboza una sonrisa prepotente y me imagino esa cara perfecta amoratada por mis golpes.
-Vete a la mierda.
-De hecho, eres tú el que se va en unas horas. Y yo me quedaré aquí. Con ella. Seré su amigo hasta que se dé cuenta de que no quiere seguir contigo, y entonces la consolaré –mis ganas de matarle son tan grandes que noto que como haga el simple movimiento de respirar mi cuerpo se va a tirar a por él.
-Buena suerte –suelto con desprecio, y camino hacia la puerta tras coger mi vaso de agua.
-Buena suerte a ti, Styles. Vas a necesitarla –escucho su voz que sale de la cocina y recorro el pasillo a toda velocidad.

Quiero pegarle. Necesito pegarle. Y no debería estar pensando esto, lo sé, pero, joder, odio a ese tío con todas mis fuerzas. Al entrar al dormitorio y verla a ella todavía dormida y desnuda en la cama me relajo un poco. El ojitos azules tiene razón en una cosa, aunque daría un dedo porque no fuera así: los celos significan desconfianza. Y yo confío plenamente en ella. De quien no me fío es de él. No sé si lo que quiere es sólo acostarse con ella o algo más, pero cualquiera de las opciones me provoca náuseas. Sea lo que sea, hará cualquier cosa para conseguirlo, y me niego en rotundo a que se atreva a respirar siquiera aire que haya estado en los pulmones de ella.

Me bebo mi vaso de agua y me tumbo en la cama, porque aunque hace un momento mis músculos estaban totalmente tensos –quizás preparados para darle un merecido puñetazo a ese gilipollas-, ahora las piernas han empezado a temblarme. Beso la piel desnuda del hombro de ella, y voy bajando por su brazo hasta que la escucho hacer un ruidito y justo después abre los ojos.

Los míos, que están a la altura de los suyos, deben mirarla de alguna forma especial, triste o tal vez anhelante, porque ella susurra:

-Te quiero.
-Yo también a ti, bombón –la beso en la comisura de los labios.
-Estás frío –comenta ella al tocar mi piel.
-Estaba destapado –contesto, pues sé que no debe saber nada de mi viaje a la cocina y la conversación con ese maldito compañero de piso que sus padres le han buscado.
-Ven aquí –me abraza y noto la calidez de su cuerpo sobre el mío.

Le acaricio el pelo, y lucho con todas mis fuerzas por cambiar mi actitud, por dejar de mostrarme celoso.

-¿Sabes qué?
-¿Qué? –me da un beso en el pecho.
-He pensado que es mejor que compartas piso con un chico que con una chica –digo.
-¿Por qué? –parece confusa.
-Porque si hubiera una chica en la habitación de al lado, seguro que por la noche se habría metido aquí y habría intentado violarme –me esfuerzo por poner una sonrisa que parezca real.

Creo que la convenzo, porque escucho su risa. Luego me mira frunciendo el ceño.

-A lo mejor no le gustarías…
-Vamos, bombón. Yo le gusto a todo el mundo.
-Bueeeeno…
-Claro que si Jake fuera gay…
-¡Jake no es gay! –dice ella.

Me extraña que lo diga con tanta seguridad, pero no pregunto cómo lo sabe, ni por qué. Prefiero no saberlo.

-A lo mejor descubre que lo es después de conocerme –bromeo.
-Entonces sería yo la que debería estar celosa –me muestra una bonita sonrisa.
-No estoy celoso –bufo, ¡¿tanto se me nota?!
-¿Ni un poquito? –me empieza a dar besos por el pecho.
-¿Tú lo estarías?
-¿Si Jake fuera gay? –alza una ceja.
-¡Si yo viviera con otra chica!

Reflexiona durante un momento.

-Supongo –dice al final.


Para cambiar de tema, empiezo a hacerle cosquillas hasta que rompe a reír desesperadamente, y entonces me doy cuenta de que su risa tiene que escucharse por toda la casa. Eso significa que el ojitos azules también lo está escuchando… Puede que yo no viva con ella, y que tenga algunos motivos para sentirme celoso. Pero yo tengo lo que él desea, y, cada vez que venga, puedo hacer que él sí que tenga verdaderos motivos para envidiarme.



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

8 comentarios:

  1. Harry, omg, Harry. Te comería.

    Jake, ya, definitivamente, la ca.gas.te. Ya no te soporto, ya no te aguanto, ya no. Si Harry hubiera golpeado a Jake y yo apareciese en el mismo instante, todo, sería culpa de Harry. ¿Por qué? Porque no estuve cuando Jake le provocó, entonces, pienso que Harry le pegó porque sí. Aunque, pensándolo mejor, Harry no pega a nadie si no le provocan, entonces no sabría a quién echarle la culpa. Si Harry hubiese pegado a Jake y lo hubiera visto en ese momento, yo rápidamente iría a Harry para que parase de pegarle y... Bueno, eso no ha pasado, ni pasará (?


    Total, que si Jake sigue así, lo mato. Ahora no le odio, no me gusta, ya no me cae. Es caca. JAJAJAJAJAJA Pero oye, que no te deprimas por el odio hacia Jake, que no todo tiene que ser de luz y color y sin él, como has dicho, sería un poco aburrido, porque todo #Imagina o novela necesita alguien que meta baza en medio de cada relación, ¿o no?

    Bueno, me voy despidiendo porque te estoy dejando un testamento, aunque te dije que los escribiría largos y... Sí, son un mar de contradicciones jajajajaja muero conmigo... Puto retraso que tengo ajajajajajaja

    ATTE: @Rachelforever99

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    1. Jajajajaja xd opino lo mismo es Caca el Jake ay mori con eso asdfcgvhbnjmk?ljhgfds tienes razon :3
      Y Ana tienes un muy bonito don, es hermoso lo que ecribes, en la forma de expresarte eso :3
      Att: Valeria Murillo tu fiel lectora

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  2. Asdfghjkl me encanta! PRIMER COMENT WEHEE siguelo! Jhdhdhd Harry es to mono ^^

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  3. Amo a Harry odio a Jake! Me encanta el #IMAGINA siguela pronto.

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  4. Jake es caca *inserte aquí emoticono de whatsapp de la caquita sonriendo*

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  5. Este #imagina, sin saber como lo haces, mejora por momentos. Eres increíble escribiendo Ana. Ojalá algún día tuvieras tu propio libro, siempre nos tendrás aquí.
    Atentamente, una anónima para que sonrías ;)

    PD: Aunque no comente en todos los 'capítulos' siempre los leo. Gracias por sacarme una sonrísa :D

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  6. Me encanta leo todos tus imaginas y cada uno de cada capitulo
    los amo y aunq no siempre comente ni cualifique los adoro no seria persona sin tus imaginas digamos qu es una necesidad si esto contase como libro lo leeria para clase bueno sigue asi ana y nunca dejes de escribir y espero que siempre tengas esa imaginacion y por ultimo sube rapido el siguiente

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  7. Omg, omg, omg. Todo lo que escribes es perfecto, jo. En serio, I loooooooove it. asdfghjklñ*-* Harry es tan monoso y adorable y dios, sin palabras. Y bueno, Jake... LE ODIO. ES CACA, JAKE CACA, MALO.

    JAJAJAJA:'') Espero el siguiente pronto, guapi<3.

    @thatisnialler.

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