Un sol
reluciente brilla en lo alto del cielo, surcado de unas pocas nubes. Hace
calor, pero no demasiado, y las blancas y finas telas que cubren el jardín le
dan un aspecto fresco muy agradable. Está bien para ser julio. Te alisas el
vestido, que tiene la molesta tendencia de arrugarse por la parte del vientre,
y caminas sintiendo el mullido césped bajo tus tacones.
-Me he
encontrado una flor por el camino que me ha dicho que era más bonita que tú,
así que me la he traído para comprobarlo –te ponen un clavel de color rosa
justo delante de los ojos-. Pero yo tenía razón, no puede superarte.
Sonríes y coges
la flor que él te tiende.
-Nunca pensé
que te vería vestido de traje y cerca de un altar, Styles –le das un leve beso
a modo de saludo.
-Para que veas
todo lo que hago por ti –se pasa una mano por el pelo, alborotando sus rizos.
-No mientas, lo
que querías era zamparte todas las gambas de la mesa –ambos reís levemente.
-Me has pillado
–se muerde el labio y se inclina un poco para besarte de nuevo, y ves ese
brillo apasionado que conoces muy bien en sus ojos.
-Harry…
-protestas.
Él alza las
cejas al oírte usar su nombre; sólo lo haces cuando vas a decirle algo
importante, vas a regañarle, o hacéis el amor.
-¿Qué?
–pregunta, quedándose quieto.
Le pones una
mano en el pecho y lo alejas levemente de ti, de forma que volvéis a quedar a
una distancia prudencial.
-Toda mi
familia está aquí –dices.
-¿Y? Ya es hora
de que me conozcan, ¿no crees?
-“Anda, mira, ése que está metiéndole la
lengua hasta la campanilla debe ser el novio de tu hija” –imitas la voz de
una persona mayor-. Sí, venga, bésame como sé que ibas a hacerlo.
-Ah, qué
dramática eres, bombón –hace un gesto con la mano para quitarle importancia,
pero no vuelve a intentar besarte.
-Hay cosas que
es mejor dejar para la intimidad –le guiñas un ojo con picardía y notas cómo su
espalda se tensa sólo con pensarlo; te encantan esa clase de reacciones.
Cuando llegáis
a la zona de los bancos, os sentáis en uno de la parte trasera para evitar
llamar la atención.
-Por cierto…
-Harry te mira intentando ocultar una sonrisa- Antes has dicho “el novio de tu hija”.
Te sonrojas
levemente al darte cuenta de que es cierto. Nunca habéis dejado claro lo que
sois, ninguno de los dos os sentíais familiarizados con la palabra novios y simplemente habéis dejado
vuestra relación sin nombrar.
-Sí, bueno, ya
sé que nosotros no… pero es lo que… -balbuceas.
-Shhh –te pone
un dedo en los labios y acerca mucho su cara a la tuya, para mirar fijamente en
el interior de tus ojos-. Podemos serlo.
-¿El qué? –su
reacción te desconcierta.
-Novios,
bombón, novios –dice como si estuviera hablando con un niño de cinco años.
-Pero tú
decías…
-… que sonaba
raro, sí. Y tú también lo decías –te recuerda-. Pero tendrás que decirle algo a
tu familia cuando te pregunten quién soy. No vas a decirle que soy “el-chico-que-te-mete-la-lengua-hasta-la-campanilla-y-también-otras-cosas-en-otros-sitios-cuando-estamos-en-privado”.
-Eres un
guarro, Styles –le das un golpe en el hombro al comprender a qué refiere.
-¡Ayy! –se
masajea la piel donde le has golpeado- Que era broma, Hulk, tranquilízate.
Te cruzas de
brazos y haces una mueca. Al notarte molesta, Harry te abraza por la cintura y
te da un besito en el hombro.
-¿Me perdonas?
–pone cara de niño bueno.
-Eres tonto
–bufas.
-Ya estamos
–suspira, aunque la situación le divierte, como siempre que se mete contigo-.
Si yo te quiero…
Le sacas la
lengua, y él te da un sonoro beso en la mejilla, pues eso le ha demostrado que
no estás enfadada.
-Entonces,
somos oficialmente novios –declara-. Recuérdame que cambie mi estado en
Facebook.
Sueltas una
carcajada y justo entonces empieza a sonar música nupcial.
-Recuérdame
también quién se casaba, por favor –te dice al oído.
-Mi prima
–frunces el ceño-. Vaya una memoria de pez que tienes, Styles.
Pone la boca
como si fuera un pez, juntando los labios y abriéndolos y cerrándolos
levemente.
-Qué bonito,
tengo un novio con un pequeeeeeño problemita mental –le acaricias la cabeza
como si fuera un perro.
Él asiente con
la cabeza y te regala una de sus preciosas sonrisas con hoyuelos. Es guapísimo,
y con traje… Bueno, al verlo de traje lo primero que se te ocurre es pensar en
quitárselo. Y no precisamente porque no le quede bien. Sientes la sangre
agolparse en tus mejillas ante tales pensamientos, y sacudes la cabeza.
La novia camina
con parsimonia por el pasillo de césped creado entre los bancos, mirando
felizmente al novio, que la espera al lado del altar. Se te viene a la cabeza
una imagen igual que esa, pero con Harry y contigo. No sabes si lo vuestro
durará tanto, pero en ese momento te parecería muy bonito que él fuera quien te
esperase junto al altar.
Sientes la mano
de Harry rodear la tuya, y te preguntas si es posible que él esté pensando lo
mismo. No, probablemente no. Él es más de vivir el momento e intentar no
planificar demasiado el futuro, ni siquiera pensar en él, aunque en algunas
ocasiones te demuestra lo contrario. Sí, es bastante difícil sacar a la luz su
lado sensible, y rara vez habéis hablado de un futuro juntos que no fuera
bromeando. Claro que las bromas suelen ser más reales de lo que aparentan.
La misa pasa
rápido, y con el sol un poco más hacia el oeste, vais hasta la parte del enorme
jardín en la que están las mesas. Unos camareros atienden a la gente, y les
explican dónde tienen que sentarse. También hay un caballete con una placa encima
donde viene escrita la disposición de las mesas y los componentes de cada una.
-Mira, Styles,
compañeros de oficio. Podrías ayudarles un poco –señalas a los camareros con la
mano que no tienes entrelazada con la de él.
-Ja, ja
–ironiza-. ¿Cómo quieres que me gane la vida si no? Si te parece, me
prostituyo.
-No niego que
probablemente te iría bien en el negocio –lo miras de reojo.
-Vaya, es lo
más bonito que me has dicho hasta ahora –finge que se limpia una lágrima.
-Bueno, el piso
ya lo tienes pagado…
-Del dinero de
ya-sabes-qué –toma aire y lo suelta de golpe-. Y ese ya casi se ha gastado.
-Mucho mejor
–asientes con la cabeza.
-Pero tengo que
comer de algún sitio.
-Si a mí me
parece genial que seas camarero –te encoges de hombros-. Pero haciéndote bailarín
de strip-tease ganarías más.
-Te pondrías
celosa –esboza una sonrisa ladeada.
-No, porque yo
disfrutaría de shows en privado –ríes levemente.
-A lo mejor te
cobraría –te rodea por la cintura.
-No serías
capaz –te finges horrorizada.
Harry asiente significativamente
con la cabeza y miráis en qué mesa os ha tocado.
-Mesa seis
–lees-. Estamos con mis padres, mis tíos y… dos chicos que no sé quiénes son.
-Puede que sean
hombres. Si tienen más de cincuenta,
mejor –escuchas decir a Harry a tu lado.
-¿Quién es el
celoso ahora, Styles? –lo miras sonriente.
Él ignora tu
comentario.
-Bueno, lo de
cómo me gano la vida mejor no se lo cuentas a tus padres –comenta mientras
buscáis vuestra mesa.
-Vamos, Harry,
es algo de lo que no tienes que avergonzarte.
-Pues nada,
cuéntales también lo que hacía antes de conocerte, si te apetece.
-No es lo mismo
–alzas las cejas.
-¿Un camarero
de fines de semana puede pagarse un piso?
-Supongo que no
–admites.
-Pues ya está.
-Entonces no sé
qué les voy a decir de ti –suspiras.
-Que no tengo
padres, que trabajo para pagarme los estudios. No hace falta especificar
demasiado.
-Harry… -notas
que hablar de todo eso le está haciendo sentir mal.
-¿Qué?
–pregunta secamente.
Le acaricias
con delicadeza un brazo, y sientes sus músculos relajarse ante tu contacto.
-No te
preocupes. Eres lo mejor que podría querer para mí, y serás lo mejor que mis
padres puedan querer para su hija –dices en voz bajita.
-No es justo,
tú vas con ventaja.
-¿Por?
-Tú no tienes
que gustarle a nadie. Con gustarme a mí es suficiente –protesta, aunque sonríe
ligeramente.
-Nota mental:
para la próxima vez, no tener padres –dices como si hablaras con una grabadora;
te permites bromear porque Harry lo ha hecho, y sabes que eso le hace sentirse
mejor.
Os sentáis en
vuestra mesa cuando por fin la encontráis. Aún no ha llegado nadie, así que
esperáis hablando de cosas sin importancia. Después de un año con Harry, tus
padres van a verlo por primera vez. Nunca te has parado a hablarles demasiado
de él, pero el momento tenía que llegar, y has pensado que el más adecuado era
en la boda, porque así no podrían montar un escándalo si no les gustaba. Y
conociéndoles, sabes que Harry no va a ser el novio perfecto que esperan que su
única hija tenga.
Un capítulo realmente bueno para empezar una 2ª temporada, me has dejado la intriga encima... Por favor, síguelo cuanto antes mejor.
ResponderEliminarme ha encantado, es que escribes genial!! Compraria un libro tuyo, en serio :D
ResponderEliminarAmo tus novelas y esta en especial, tienes mucho talento escribiendo :3 ME HA ENCANTADO !!!
ResponderEliminarBuah, me encanta como escribes. Ha sido genial, asi que súbelo pronto porfavor. Y enserio, haz un libro o algo.
ResponderEliminarMe encanta ^^
ResponderEliminarSigue así, en serio :)
Besitos
OMG! OMG! OMG! y muchos más "OMG!"
ResponderEliminarAna, cariño... ¿cuándo piensas sacar un libro? Amo cada vez más como escribes, eres asdfghnjklñ escribiendo. Provocas muchos "feels" con este capítulo en mí. Y, por si fuera poco, ¡me hiciste pensar que Harry y "bombón" se casaban" O sea, él y yo, o sea... ¡Tú ya me entiendes! ¡Me dio un vuelco al corazón! Pero he descubierto que, ha sido un mal pensamiento, me adelanté a los acontecimientos, pero es que con ese adelante... cada una piensa lo que quiera y lo que le da la imaginación.
Ya me voy despidiendo, que te dejo un testamento.
Besos, te quiero xx ATTE: @Rachelforever99
Madre mía cariño. Esto es increíble, estoy realmente impresionada. Son muchos los sentimientos que transmites escribiendo y cada vez que leo algo nuevo tuyo, creo que no puedes superarte. ¡Pero lo haces! Llegas, con toda la desfachatez del mundo y lo haces. Y me dejas petrificada, de verdad.
ResponderEliminarLeí este capítulo ayer, en el parque, con el móvil de una amiga. ¿Tú sabes lo que es tener que aislarme del mundo para sentir realmente lo que escribes? De verdad, Ana, sigue escribiendo.
Te tengo como ejemplo a seguir.
Te quiero,
@FlashDe1D
Per-fect!!!!
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