jueves, 5 de septiembre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 3 -2º temporada-

Algo menos de doce meses antes…

-¡Styles, no quiero!
-Venga, bombón, que te va a encantar –no puedes verlo, pero estás segura de que está sonriendo.
-¡Que no! –pataleas, haciendo que tus piernas choquen contra las suyas, pero él sigue caminando como si nada.

Te tiene sujeta por la cintura, un poco levantada del suelo para poder trasladarte mejor. Apoya parte de tu peso en su cadera derecha, y tú usas tus manos para intentar que el brazo que te rodea afloje la presión y puedas escapar, aunque sin mucho resultado. No parece ni siquiera inmutarse de que estás empleando todas tus fuerzas para que te suelte; es más fuerte de lo que pensabas.

-Harry, por favor… -cambias de estrategia.
-Mmmm… -finge que duda por un momento, pero luego suelta una carcajada- No.
-Eres odioso –sueltas con fuerza todo el aire que había contenido en tus pulmones.
-Y tú una quejica.
-Yo no te obligo a hacer cosas que no quieres –sigues pataleando.
-Eso es lo que tú crees.
-¡Venga ya!
-Al contrario que tú, yo hago cosas que no quiero pero sé que a ti te van a gustar sin protestar –se para y trajina con la mano que tiene libre.
-Pues no se nota –contestas, demostrando que no le crees.
-De eso se trata, de que no te des cuenta.
-Pues no quiero que hagas cosas que no quieres hacer sólo por mí –te cruzas de brazos.
-Yo sólo quiero ayudarte a superar tus miedos –dice Harry como quien le hablara a un loco.
-No le tengo miedo a tu moto.
-Entonces, súbete.
-No.
-Miedica.
-Eso no funciona conmigo.
-Sí que funciona. ¿Recuerdas a Deborah?

El estómago te da un vuelco al pensar en aquella chica con quien pensabas que Harry se había acostado después de haberte conocido. Sin darte cuenta, paras de forcejear y asientes con la cabeza.

-Pues ella se subió en mi moto el día en que nos conocimos. Ya ves, sólo necesitó unas horas para confiar en mí. ¿Es que tú no confías en mí?
-Eso es jugar sucio, Styles, muy sucio –reprochas.
-En el amor y en la guerra todo vale.
-Esto no tiene nada que ver con el amor.
-Cierto, parece más bien una guerra.

Suspiras y dejas tu peso muerto. Harry se da cuenta de que ya no vas a luchar más por escapar, y te suelta.

-Está bien –dices, al fin, y te giras para quedar cara a cara con él.
-¿Te subirás?
-Sí –pones los ojos en blanco.
-¿Ves? Sí que funcionaba contigo –sonríe con autosuficiencia.

Le das un golpe en el pecho y él te roba un beso en los labios.

-Las damas primero –señala a su moto, que está a vuestro lado, aparcada en la acera, y aparentemente inofensiva.
-Esta me la pagas, Styles –dices, sentándote en la parte trasera.
-¿Te vale con un strip-tease?

No consigues evitar sonreír.

-No estaría mal –asientes.
-Trato hecho –te guiña un ojo y te tiende su casco.

Bueno, al menos sacas algo bueno de aquello. Respiras hondo, sin saber que eso de ir en la moto con Harry al final incluso acabará gustándote.


De vuelta al presente…

Sonríes, aliviada de que por fin se haya acabado la comida, y por lo tanto la obligación de estar sentados en esa mesa. Los novios van a hacer su baile nupcial, y tú coges a Harry de la mano y prácticamente lo arrastras hasta la pista para verlo.

-Cómo os gustan estas cosas a las mujeres –te mira y alza una ceja.
-Encima de que te libro del interrogatorio…
-Vaya, entonces, gracias –sonríe.
-¿Han llegado a preguntarte el grupo sanguíneo?
-Creo que a tanto no ha llegado, no… ¿Es que no estabas prestando atención? –te lanza una mirada de reproche, pero sabes que es de broma.
-Lo siento, no tengo vocación de policía –te disculpas.
-Se ve que yo sí tengo vocación de criminal –se pasa una mano alborotándose los rizos.
-Shhh –le mandas callar, y miras a tu alrededor por si alguien lo ha oído.
-Bombón, por favor, relájate –apoya sus manos en tus hombros y comienza a darte un masaje.
-Así es difícil relajarse –dices con la respiración algo agitada.
-Hoy te noto especialmente… revolucionada –escuchas una leve carcajada detrás de ti.
-No eres el único que tiene derecho a estarlo –ladeas la cabeza.
-Me encanta.
-Lo sé.
-¿No podemos irnos ya? –te susurra al oído con voz seductora.
-Julia me va a matar.
-¿Por? –se hace el inocente.
-Llevo tres días sin dormir en el piso…
-Entonces me matará a mí, porque es por mi culpa –sigue moviendo sus manos sobre tus hombros.
-Pero tengo que ayudarla a quitar las cosas… -tu queja suena realmente débil.
-Mañana por la mañana voy con vosotras y os ayudo. De todos modos, es sólo empaquetar todas vuestras cosas en cajas, ¿no?
-Se dice rápido, pero no lo es.
-Sé que tienes tantas ganas de volver a quedarte a dormir conmigo como yo –dice en voz baja.
-Ya.
-Pues no hay más que hablar –sabes que sonríe.
-Pero tienes que ir a ayudarnos.
-Por supuesto.
-Ah, no debería dejarme convencer tan rápido –resoplas.
-Es que mi poder de convicción es muy grande.

Niegas con la cabeza, y cuando miras a la pista de baile ves que los novios ya han empezado a bailar. Ni siquiera te has dado cuenta. Es imposible, cuando estás con Harry, es como si el resto del mundo se desenfocara y fuera inevitable fijar los cinco sentidos en Styles. Te preguntas si algún día dejarás de sentir esa especie de atracción gravitatoria hacia él, pero la verdad es que no tienes ningún interés especial en que eso pase.

Observas a los novios bailar con la barbilla del joven su barbilla apoyada en tu hombro y sus manos entrelazadas sobre tu vientre. Piensas en cómo vas a decirles a tus padres que quieres mudarte al piso de Harry. Ellos creen que te quedarás en el que tenías alquilado con Julia, pero ahora que tu amiga se va a estudiar a Liverpool, no tienes ningún motivo para quedarte allí. Y si te fueras al piso de Styles, ni siquiera tendrías que pagar alquiler. Si te dejaron irte a un piso con una amiga cuando tenías dieciséis años para que pudieras estudiar en un instituto mejor… ¿por qué no te iban a dejar irte a vivir con tu novio ahora que eres mayor de edad? Ah, sí. Porque probablemente no quieren que él sea tu novio.

Al menos, el hecho de que tus padres vivan a un par de horas de la capital hace un poco más posibles tus intenciones, ya que en tu casa no puedes quedarte si quieres ir a la universidad de Londres.

Los novios terminan de bailar, aunque la música sigue sonando, y bastante gente se acerca a la pista de baile. Toca una canción lenta, y alguna parte de tu mente recuerda que ésta se llama “When I look at you”.

Giras tu rostro hacia el de Harry, pero él tiene la mirada perdida.

-Styles –le das un golpecito en el brazo.
-¿Sí? –te mira tras parpadear un par de veces.
-¿Me concedes este baile? –le tiendes una mano.

Él ríe y tú ladeas una sonrisa.

-¿Qué pasa? Las chicas también podemos tener iniciativa –alzas levemente la barbilla.
-Claro que sí.
-¿A lo de la iniciativa o a lo del baile?
-A ambas cosas –coge tu mano y te lleva hasta la pista.

Perdidos entre el gentío, coloca ambas manos en tu cintura, y tú apoyas las tuyas en su cuello. Vuestros cuerpos están totalmente pegados, y vuestros labios quedan a una distancia tan pequeña que se podría describir como dolorosamente dulce. Os movéis hacia derecha e izquierda, quizás lo que estáis haciendo ni siquiera sea bailar, pero para vosotros es suficiente.

“Yeah when my world is falling apart and there’s no light to break up the dark that’s when I, I, I look at you”

-Bombón…

Le miras.

-¿Crees que tu familia se asustará, o puedo besarte? –te mira con sus profundos ojos verdes.
-Creo que puedes besarme… depende de cómo lo hagas –esbozas una sonrisa.
-Entendido.

Sus labios recorren la distancia que los separaba de los tuyos, y ambos se unen en un delicado beso. Vuestras bocas se mueven una sobre la otra, bailando al igual que todo el mundo a vuestro alrededor. Es sencillamente un beso, un prolongado, dulce, delicioso beso.

Os separáis al mismo tiempo, como por acuerdo tácito. Después de eso, apoyas tu cabeza en su pecho y seguís moviéndoos al ritmo de la música, o tal vez algo más despacio. Te parece ver a tu madre entre la gente, mirándote, y no sabes si sus ojos denotan reproche o ternura, así que cierras los tuyos y te abandonas a la música y al cuerpo de Harry sujetando el tuyo.

Cuando la canción acaba, empieza a sonar una más animada, y Styles y tú salís de la pista. Veis que han puesto una fuente de chocolate, al lado de la cual hay fresas, naranjas, nubes de gominola y otras frutas que no reconoces.

-¿Te apetece? –señalas a la fuente.
-Nunca es mal momento para un poco de chocolate –sonríe.

Camináis de la mano hasta allí, y cogéis cada uno un palito de madera para pinchar lo que vayáis a comer.

-Mmmm –miras entre todas las opciones.
-Yo quiero fresas –Harry pincha dos en su palo y las coloca bajo la cascada constante de chocolate.
-Pues yo nubes –haces lo mismo que él.

Al sacar vuestros palos de la fuente, el chocolate se enfría y se endurece.

-¡Está buenísimo! –dices, al probar la nube.
-Pues no veas la fresa –Harry se zampa una entera-. Toma.

Te tiende su palito de madera y le das un bocado a la fruta. Sí, está verdaderamente buena. Styles se come tu segunda nube también de un bocado.

Tu mirada se dirige a la cascada de chocolate y se te escapa una sonrisa pícara.

-¿En qué estás pensando ya? –él te mira, divertido.
-En esto –metes un dedo en la fuente y dejas que el líquido marrón resbale sobre él.

Harry te mira sorprendido, especialmente cuando sacas el dedo y se lo ofreces.

-¿Y todo eso de que tu familia blablablá? –pregunta.
-¡Oh, venga ya, es sólo un dedo! –ríes.
-Está bien –atrapa tu dedo entre sus labios y lame el chocolate.

Notas un cosquilleo sobre tu piel, y ves que Harry te mira con ojos brillantes.

-¿Te apetece que nos vayamos?

Tú asientes con la cabeza.

-Mucho –reconoces-. Voy a decirle a mis padres que me voy, espérame fuera.
-Genial –hace un gesto como tocándose el ala de un sombrero invisible y se marcha de allí.


Buscas a tus padres, y cuando los encuentras, les dices que estás cansada y te duele la barriga; has comido demasiado. No estás totalmente segura de que se lo hayan creído, pero eso ahora mismo no te importa demasiado. Te parece mucho más importante el hecho de que Harry esté esperándote fuera con su moto, y que, como es tradición cada vez que os montáis en ella, cuando lleguéis a su piso, toca que te haga uno de sus strip-teases de los que nunca te cansas. Montarse en moto puede ser interesante, después de todo.  

[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

6 comentarios:

  1. Hola Ana, me encanta, menos mal que no te desanimaste con los comentarios del imagina de Liam, fue perfecto, ahora me estoy leyendo "Cumbres Borrascosas" gracias a ti jaja. Sinceramente, nada de lo que has escrito no me ha gustado, gracias por la canción, es preciosa. Espero que sigas escribiendo y sigas haciéndome imaginar, un besito :)

    ResponderEliminar
  2. No se como lo has hecho pero mientras leia el imagina he llegado a la letra de la cancion justo en el momento en que sonabaa!!! Alskdjaka espero la siguiente parte muy impacientee!!!

    ResponderEliminar
  3. Meeeee encantooooo sube mañana!!! O lo mas pronto posible!! Lo ameee demasiadoooooo!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. Eres genial. Gracias por subir cada dia, enserio. Me encanta absolutamente todos tus imaginas, y aunque seguro que ya te lo habran dicho, tienes un don para escribir. Quiero un libro tuyo. Xx

    ResponderEliminar
  5. Ana, llevo un par de capítulos subidos que no comento, pero espero que me reconozcas por cierta cosa. Gracias por continuar este imagina, y como dice el primer comentario; por no desanimarte con todo el jaleo del imagina de Liam. Tienes una manera de escribir increíble, y unas últimas 'gracias' por subir capítulo cada día.
    Atentamente, una anónima para que sonrías.

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.