lunes, 30 de septiembre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 14 -2º temporada-

Al despertar notas un calor a tu lado al que ya no estás acostumbrada. Abres los ojos y lo primero que ves son las alas que Harry tiene tatuadas en el pecho. Sonríes y alzas tus ojos para encontrarte con los suyos.

-Hola.
-Buenos días, bombón –sus labios se curvan hacia arriba pero no te parece que el gesto se refleje en sus ojos.

Entonces lo recuerdas. Recuerdas que es posible que estés embarazada. Y si no lo estás, puede que tengas algún otro problema serio. También cabe la posibilidad de que sea un simple retraso, pero nunca antes te ha pasado… También recuerdas que ayer te comportaste de forma extraña y Harry no paraba de preguntarte qué te pasaba. Y que no hiciste el amor con él aun sabiendo que él quería. Ahora te sientes ligeramente culpable.

-Styles.
-Dime.
-¿Tienes hambre? –lo miras.
-No me apetece salir de aquí…
-Jake no está, ha ido a ver a sus padres.
-Entonces vamos –aparta las sábanas y se incorpora.
-Ya suponía.

Durante el desayuno intentas que tu voz o tus expresiones no delanten tu preocupación, y hoy lo haces bastante mejor que ayer, eres capaz de actuar con bastante normalidad.

-Necesito estudiar un rato –comentas mientras metes vuestras tazas en el lavavajillas.
-Claro.
-Puedes irte a dar una vuelta o quedarte conmigo, como quieras.
-Prefiero quedarme por aquí, como cuando me iba a fregar el suelo de la biblioteca de tu instituto mientras tú estudiabas.

El recuerdo te hace sonreír, y esta vez de verdad.

-Mis notas bajaron.
-Sólo los días en los que pensabas que te había usado –te recuerda él-. El siguiente curso te fue muy bien.
-Tienes razón –te apoyas un momento en la encimera.
-Claro que la tengo. Así que tranquila, aquí tienes otra vez mi presencia, la musa de tus estudios –se alborota el pelo.
-Oh, gracias, no sé cómo logré sobrevivir sin ti los dicecisiete años antes de conocerte –pones los ojos en blanco.

Harry ríe levemente y te sigue hasta tu cuarto. Durante un rato te observa estudiar, y de vez en cuando te da besitos en el hombro, pero cuando te das cuenta de que no te está sirviendo de nada el estudio porque no eres capaz de concentrarte, dejas el bolígrafo encima del folio y miras a Styles.

-¿Te estoy molestando? –su voz suena preocupada.
-No, no –te masajeas el puente de la nariz con dos dedos.
-¿Entonces? –mueve tu silla giratoria para que quedes mirándole.

Sujetas con fuerza el asiento y te muerdes el labio, ejerciendo tanta presión que sientes que va a sangrar de un momento a otro.

-¿Estás bien? –vuelve a preguntar Harry, igual que hizo tantas veces ayer.
-No. Es posible que esté embarazada –las palabras se escapan de tu boca antes de que puedas sellar tus labios.

De repente parece que toda la sangre de la cara de Styles desaparece, y sus ojos se abren el doble que de costumbre.

-¿Qué? –la voz no le sale de la garganta, pero sabes lo que ha dicho.
-A ver, no lo sé, no estoy segura, no puedo estar segura –contestas atropelladamente-. Pero llevo bastantes días de retraso de la regla, y eso nunca me había pasado, y recuerdo que cuando viniste aquí por primera vez lo hicimos y no usamos nada y es posible que…
-Cálmate, por favor –se levanta de la cama y camina de aquí para allá.
-No puedo calmarme.
-A ver. Así que eso era lo que te pasaba ayer, ¿no? –te mira, luchando para que su respiración mantenga un ritmo normal.
-Sí, pero, ¿qué más da eso? –te levantas también, exasperada.
-A mí me da –se cruza de brazos, y tú no piensas que tal vez para él sea importante porque creía que era por otros motivos.

Te quedas quieta en mitad de la habitación.

-Harry… -susurras.
-¿Qué? –busca tus ojos rápidamente con los suyos.
-Esto no puede estar pasando –dices, a pesar de sentirte tremendamente egoísta por ello, por esa pequeña cosita que es posible que esté creciendo dentro de ti.
-No te preocupes, se va a arreglar –recorre la distancia que os separa y te estrecha entre sus brazos.
-¿Cómo?
-No lo sé –suspira-. A lo mejor ni siquiera estás embarazada.
-Podría ser aún peor –te cuesta respirar.
-Seguro que no es nada grave.
-¡No puedes saberlo! –no entiendes cómo es capaz de estar tan tranquilo.
-Pero…
-¿Me dejarías? –te separas un poco de él.
-¿Cómo?
-Si estuviera embarazada y tuviera al bebé, ¿me dejarías? –no deberías hacerlo, pero estás usando un tono acusador.
-¡Claro que no! –a pesar de eso, el temor se refleja de repente en sus ojos- ¿Cómo puedes decir eso?
-Muchos lo hacen –dices para defenderte.
-¡Yo no soy muchos! Y la decisión de tenerlo o no deberíamos tomarla entre los dos, ¿no crees?
-Ah, así que es eso. Querrías que no lo tuviéramos, sin más, para quitarte un probl…
-¡PARA! –grita, y tú das un respingo.

Se sienta en la cama otra vez, pero ahora parece haber envejecido diez años de golpe.

-Me duele que pienses que querría hacer todo eso –dice en voz baja, tanto que te cuesta oírlo.
-Harry, entiéndelo… -empiezas, pero él vuelve a interrumpirte.
-Pero en cualquier caso, antes de pelearnos por esto o echarnos cosas en cara, deberíamos estar seguros de si lo estás o no.
-¿Y si lo estoy?
-¡Pues ya decidiremos!

Te das cuenta entonces del gran esfuerzo que está haciendo por mantener la calma, pues la noticia debe haberle afectado tanto como a ti cuando te diste cuenta de que podrías estar embarazada, y en ese momento sentiste que te ibas a desmayar. Así que valoras que él siga de una pieza a pesar de todo lo que le has dicho, y te sientes mal por haberlo hecho. Te sientas a su lado en la cama.

-Está bien –te obligas a respirar de forma pausada-. Iremos a una farmacia y compraremos un aparato para hacerme el test. Depende de lo que diga, haremos.
-Exacto.

Harry pasa un brazo por tus hombros y te atrae hacia sí.

-Shhh, todo va a ir bien –repite una y otra vez, quizás más para sí mismo que para ti.

Después de un rato, cuando los dos parecéis más calmados, notas un dedo de Styles bajo tu barbilla que empuja con suavidad hacia arriba para que levantes la vista del suelo.

-¿Bombón? –tú luchas por no mirarle, pero al final lo haces.

De tu garganta sale un sonido ronco, y tienes que carraspear un par de veces hasta que el nudo que se te ha formado te permite hablar.

-¿Sí?
-A lo mejor no sería tan malo que hubiera un pequeño bomboncito ahí dentro –da un leve toque a tu vientre.

Una sonrisa asoma a tus labios.

-¿Y si fuera niño y se pareciese a ti?
-A eso me estaba refiriendo –el tan conocido por ti brillo prepotente aparece en sus ojos, aunque justo después se desvanece.

Ves que la mirada de Harry se ha posado en el reloj de tu mesita de noche.

-Podríamos ir a comprar lo de la prueba ahora –propone.
-No sé si no es un poco pronto, a lo mejor todavía no funciona si me lo hago…
-Bueno, por probar…
-Está bien –os levantáis de la cama y vais hacia la puerta de la casa.

La puerta está a punto de darte en la cara cuando se abre, pero Harry tira de ti antes de que eso ocurra. Sin poder creer lo que estás viendo, abres mucho los ojos mientras tus padres entran a la casa y van directos a abrazarte.

-¡Hola! –exclama tu madre, dándote un sonoro beso en la mejilla.
-Ho… hola –balbuceas, algo desorientada.

Cuando abrazas a tu madre, ves a Harry mirándote con una mezcla entre fastidio y decepción. El plan de ir a hacerte un test para ver si estás embarazada queda desechado, pues ahora que tus padres han llegado no vais a pedirles que se unan a la fiesta y os acompañen a la farmacia. Te encoges de hombros, pero en el fondo te ha molestado tanto como a él.

-¿Cielo? –tu madre acerca mucho su cara a la tuya.
-¿Eh?
-Dice tu madre que cómo estás –tu padre alza las cejas.
-Ah, bien, bien, muy bien –te apresuras a contestar.
-¿Interrumpíamos algo?

Todas las miradas se dirigen a Harry.

-Pues íbamos a salir… -comienza.
-Seguro que los planes se pueden modificar un poco –tu madre lo toma de la muñeca y tira de él hasta el salón.

Te ríes por dentro pensando en que a Styles no debe haberle hecho ni pizca de gracia el gesto.

-Y… ¿cómo es que habéis venido? –te sientas en el sillón al lado de tu novio.
-Nos apetecía verte –dicen sin más.

Algo te hace tener la sensación de que sabían que Harry y tú íbais a estar a solas en el piso y querían vigilaros, pero eso es absurdo, ¿cómo lo iban a saber? Lo que te lleva a pensar otra cosa…

-¿Desde cuándo tenéis llave de la casa? –les lanzas una mirada de reproche.
-Pues desde que Jake nos la dio.
-¿Y por qué yo no lo sabía?
-Se suponía que era obvio.
-Al menos podríais avisar antes de venir –frunces el ceño.
-Y tú podrías recibirnos con algo más de alegría –tu madre se cruza de brazos.

Suspiras.

-Tienes razón –te obligas a decir.

La conversación continúa con tus padres haciéndote un interrogatorio completo de cómo estás allí; aunque ya habéis hablado por teléfono parecen querer volver a saberlo todo viéndote decirlo.

En algún momento te parece que Harry desconecta, pues a él no le preguntan nada, lo cual quizás lo estén haciendo a propósito esperando a que se largue. Sin embargo, te das cuenta de que su pie da golpecitos impacientes sobre la alfombra, y sabes que todavía no se ha ido porque está esperando para ir a la farmacia a comprar el test.

Tus padres, por el contrario, parecen plenamente tranquilos, realizándote todo tipo de preguntas que contestas mecánicamente sin saber muy bien siquiera qué estás diciendo. Tú también estás nerviosa.

-Se está haciendo tarde. Creo que debería irme –dice de repente Harry mientras tus padres toman aire para la siguiente pregunta.

Miras al reloj, y ves que son las siete y media de la tarde. Claro, todas las tiendas habrán cerrado ya. Normalmente se suele ir sobre las ocho y pico, pero hoy no hay nada que le impulse a quedarse, pues lo de tus padres tiene pinta de que va a alargarse. O quizás estarían así hasta que Harry dijera de irse. También es una posibilidad.

-¿Ya? –preguntas, deseando que se quede contigo un poco más.
-Sí –se levanta del sofá con decisión y camina hacia la puerta.
-Te acompaño –dices, levantándote tú también.
-Adiós, Harry –tu padre hace un gesto con la mano, sin mostrar ningún interés por que no se vaya.
-Adiós –masculla él.

Salís del salón bajo la atenta mirada de tus padres.

-Harry… -haces una mueca.
-Lo siento –dice él, abriendo la puerta-. Pero no se van a ir hasta que yo lo haga.
-Lo sé –suspiras.
-Bombón –roza tu barbilla con un dedo.
-¿Sí? –te estremeces.
-¿Podrás esperar a hacerte el test a que yo esté contigo? Por favor –sus ojos te miran, suplicantes.

“Una semana más”, piensas. A pesar de ello, asientes con la cabeza, pues sabes que será menos difícil si le tienes a tu lado.

-Gracias. Me gustaría estar contigo cuando sepamos si hay alguien ahí dentro –dice en un susurro a la vez que toca tu barriga.
-Yo también quiero que estés –te pones de puntillas y le besas.
-Hasta la semana que viene –Harry sale por la puerta con aire abatido.
-Hasta la semana que viene –respondes, aunque él ya no puede oírte.



[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

5 comentarios:

  1. hola que bien que sea yo la primera en comentar , bueno que decirte que ya no sepas , pues eso que es perfecta , escribes genial y como no me encanta . No nos puedes dejar asi por favor, asdfghjklñ , sigui asi :)
    Bss guapa

    ResponderEliminar
  2. Bdjshgjsfdjsksnvfvfjssmsmnsbdfjfjdj estoy enamorandaaaaaa

    ResponderEliminar
  3. Esta novela cada ves se pone mejor siguela por favor :3 saludos desde Colombia

    ResponderEliminar
  4. Da igual que no tengas tiempo, tú no te preocupes, escribe cuando puedas. Esto va genial, que intriga por si está embarazada o no :c Ah y enhorabuena porque puedas ir al WWAT!! ¡Disfrutalo!
    Atentamente, una anónima para que sonrías :D

    ResponderEliminar
  5. Por Dioooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooos seiguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa (:

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.