Te cruzas de
brazos con toda la fuerza que te gustaría estar empleando para darle puñetazos
a la pared.
-¡Tú no lo
entiendes! –gritas, sintiendo que te haces daño en la garganta.
-¡Pues claro
que no lo entiendo! ¡No entiendo qué ves en ese chico! –exclama tu padre desde
el otro lado de la habitación.
-¡Ni siquiera
tengo por qué explicártelo! LE QUIERO, Y PUNTO –tu cara debe estar
completamente roja, y por una vez no es por vergüenza-. ¡Debería bastarte con
eso!
-¡No me basta
si pienso que no es la persona a la que deberías querer!
Por tus labios
sale un sonido de impotencia, y tu madre se acerca unos pasos a ti.
-¿Te has parado
a pensar en cómo es ese chico? ¿Has pensado en cómo sería un futuro con él?
–pregunta tu madre con su calma de psicóloga.
-¡Mamá, eso da
igual! ¿Qué importa el futuro? ¡¿Y si me muriera pasado mañana?! –chillas,
desesperada por que te entiendan.
-Por Dios, no
digas eso –la expresión de tu madre se vuelve horrorizada.
-Pues puede
pasar –contestas con crudeza-. Además, tampoco tenéis motivos para pensar que
mi futuro sería malo estando con él.
-¡¿Pero qué
clase de persona llama a su novia “bombón”?!
–tu padre mira a tu madre como buscando su aprobación.
-A mí me gusta
–te defiendes.
-¡A mí no!
-¡Me da igual
que no te guste! ¡Queráis o no, estoy con él, y nada de lo que podáis hacer va
a cambiar eso! –sales de la habitación dando un fuerte portazo.
No te has
permitido llorar mientras estabas con tus padres, y ahora simplemente las
lágrimas se resisten a salir. Es como si todas estuvieran contenidas por ese
nudo que tienes en la garganta que casi te impide respirar. Puede que estés
demasiado enfadada como para llorar. O frustrada. O cansada. Caminas hasta la
estación de tren casi sin saber que lo estás haciendo, tus pies te llevan allí
por sí mismos; quizás saben que cuando llegues te encontrarás con Harry y
entonces todo cambiará, te sentirás mejor.
Picas tu tícket
del tren y te sientas en uno de los sillones de color verde que da a la
ventana. Te esperan casi dos largas horas de viaje. En el mismo momento en que
el vehículo empieza a moverse, el nudo que te oprime la garganta decide dejar
pasar las lágrimas que llevaba un rato reteniendo, así que sales disparada al
cuarto de baño. Te encierras ahí dentro, bajas la tapa del váter y te sientas
en ella. No sabes cuánto tiempo pasa, pierdes la cuenta de cuántas paradas hace
el tren mientras tú sigues ahí, dejando que las gotas saladas resbalen por tus
mejillas y provoquen pequeñas manchas en tu camiseta gris.
Tienes ganas de
odiar a tus padres, pero tampoco eres capaz de hacerlo. Lo que realmente
quieres es que entiendan que quieres a Harry, que él no es malo para ti, que te
hace feliz, que quieres estar con él. Pero no lo ven, sólo piensan que ese
chico no es el adecuado, han llegado incluso a insinuar que tal vez no deberías
estudiar en Londres, te han pedido, luego dicho, y luego ordenado que te alejes
de él. Pero no vas a hacerlo.
De repente, el
sonido de tu teléfono te hace reaccionar. Pretendes ignorarlo, pero la llamada
no cesa, así que lo sacas con desgana de tu bolsillo. Miras en la pantalla y
ves que se trata de Harry. Sorbes por la nariz varias veces antes de contestar,
e intentas que tu voz suene lo más neutral posible.
-Hola –dices.
-¿Todo bien? –se
ha dado cuenta incluso antes de lo que esperabas, aunque también es posible que
de todos modos supiera que no iba a ir bien.
-Hm –haces un
sonido que no es ni un sí ni un no.
-Ya veo… Esto
es muy estilo El diario de Noa, ¿no
te parece?
Consigue
arrancarte una sonrisa.
-Eh, sé que has
sonreído –te lo imaginas pasándose una mano por el pelo-. Deberíamos escribir
un libro.
-Mis padres no
lo comprarían –suspiras.
-Encontraremos
la forma de que me acepten.
-¿Y si no?
-Pues te
secuestro, nos casamos en Las Vegas, y listo –bromea.
Otra sonrisa.
-Me voy a
quedar en el piso que tenía con Julia este verano –dices.
-¿Sola?
-Sí. No podía
mentirles a mis padres, lo siento.
-Tranquila.
Aunque puede que me pase por allí de vez en cuando –sabes que sonríe.
-Yo también iré
a la tuya, ya lo sabes. Es sólo que mi
casa va a ser esa. No soy capaz de decirle a mis padres que me quedaré allí
e irme a vivir contigo. Y la opción de irme contigo ni siquiera se la he
propuesto –intentas explicarte.
-Lo sé, lo sé.
Por cierto, ¿cuándo llegas? Voy a irme ya a la estación.
-Pues… -haces
una mueca, no tienes ni idea de cuántas paradas quedan- Un momento.
Sales del baño
y miras en la pantalla informativa.
-En veinte
minutos estoy allí –dices.
-Vale, ahora
nos vemos. ¡Te quiero!
Cuelga. Vaya,
sí que debe notar que estás mal. Te dice te
quiero en muy contadas ocasiones, y el noventa y nueve por ciento de éstas
es cuando estás verdaderamente triste. Y hoy, entre la despedida de Julia y
esto, lo estás.
En lo que queda
de viaje, te dedicas a intentar no volver a llorar para que tus ojos recuperen
su color natural.
Harry te está
esperando en la estación de tren. Al verte, va hacia ti y te abraza con fuerza.
No dices nada, y él tampoco. Os subís a su moto y te lleva hasta tu casa. Te abrazas
a él una vez que os habéis tumbado en tu cama
-Harry…
-murmuras.
-¿Sí? –te
acaricia el pelo con suavidad.
-No me gustaría
que odiaras a mis padres…
-¿Por qué
debería odiarlos?
-Bueno, no
quieren que estemos juntos y van a poner todas las pegas que puedan si lo
estamos –fijas la vista en una foto vuestra que descansa en tu mesita de noche.
-Quieren
protegerte, eso es todo.
-Pues no veo
qué hay de malo en que me llames “bombón”
–suspiras.
-No debería
haberte llamado así delante de ellos –notas que te mira-. Y a ti al principio
tampoco te gustaba que te llamara así.
Te quedas
callada un momento, pues tiene razón.
-Ya, pero
después…
-Dales tiempo.
-Qué
comprensivo estás últimamente –lo miras por primera vez.
-Ya hice las
cosas mal y te perdí una vez –esboza una sonrisa algo triste-. No puedo dejar
que pase por segunda vez.
…
Dos semanas más tarde…
-Bu –te dicen
al oído desde detrás.
Das un respingo
y giras la cabeza. Te encuentras a Harry, sonriente.
-¿Todavía no
estás acostumbrada a verme por tu casa, bombón?
-Pues la verdad
es que no –frunces el ceño.
-Me parece muy
bonito eso de que no hayas esperado a que me despierte para levantarte –dice en
tono irónico.
-Llevo despierta
desde hace dos horas, Styles.
-¿Por qué?
–coge el cartón con el zumo de naranja y se echa en un vaso.
-No podía
dormir con tus ronquidos.
-Yo no ronco.
-Tienes razón
–suspiras-. Es que hoy es el día.
-¿Qué día?
-¡El día en que
recibo las respuestas a mis solicitudes! –exclamas.
-Ahhh –su
expresión cambia levemente-. ¿Estás nerviosa?
-Un poco
–admites.
-Lo mejor es
mirarlo cuanto antes.
Asientes con la
cabeza. No te apetece, porque aunque estás casi completamente segura de que
tendrás una plaza en alguna de las universidades de Londres, hay una mínima
posibilidad de que no la tengas, y no tienes ni idea de qué va a pasar si te
tienes que ir a estudiar a otra ciudad. Bueno, sí. Que tendrás que vivir un año
separada de Harry.
Antes de mirar
las cartas, preparáis el desayuno.
-Styles, dame
la Nutella –pides, haciendo un gesto con las manos como si la cogieras.
-¡Sí, mi
capitana! –te la pasa haciéndola deslizar por la mesa.
Coges el
cuchillo de untar y te preparas una tostada.
-Creo que eres
adicta al chocolate.
-Bueno, me
llamas bombón. Es lo menos que se
podría esperar de mí, ¿no?
Los dos
sonreís.
-Tienes razón.
¿Sabes por qué a la gente le gusta tanto el chocolate?
-Porque está
bueno.
-No, mujer, no
sólo por eso –pone los ojos en blanco.
-Ilumíname.
-Porque no
deberíamos comerlo–pone voz misteriosa.
-Claro. En las
tabletas de chocolate pone: “No comer” –bromeas.
-Ja, ja. Sabes
a qué me refiero.
-Sí, que
deberíamos estar comiendo frutas y verduras en vez de chocolate, papá –lo miras
con ojos de niña pequeña.
-¡Muy bien! –te
aplaude- Es un placer prohibido, como yo.
-Ya te estaban
faltando tus muestras de autosuficiencia –pones los ojos en blanco.
-Si te paras a
pensarlo, en realidad es una buena comparación –se defiende.
-Si tú lo
dices…
Os tomáis el
desayuno con tranquilidad, ninguno de los dos tenéis especial prisa por que acabe.
Pero al final los vasos se vacían, y las tostadas desaparecen de los platos.
-¿Voy contigo?
–te pregunta Harry.
-No hace falta
–abres la puerta-. Ahora vengo.
Bajas las
escaleras intentando que sea al ritmo normal, ni despacio ni deprisa. Cuando llegas
a los buzones buscas el tuyo –no lo has usado en los dos años que llevas
viviendo allí-, y lo abres con la pequeña llave que cuelga de tu llavero. Sientes
una pequeña punzada de nostalgia al ver que el nombre de Julia sigue inscrito
en la pequeña placa de la puertecita.
En efecto,
dentro hay ocho sobres procedentes de diferentes universidades. Cinco de fuera
y tres de Londres. Los coges sin mirarlos demasiado y cierras el buzón. Ahora
subes las escaleras con prisa. Tocas a tu propia puerta.
-¿Contraseña?
–escuchas la voz de Harry al otro lado.
-Styles, abre.
-Bueno, era
“sigo siendo tan simpática como siempre”, pero ésa también vale –la puerta se
abre.
-Gracias –dices
con sarcasmo.
-De nada –hace
una imitación de reverencia.
-Arg.
-Deberías tener
más sentido del humor, bombón –ladea la cabeza.
-¿Crees que en
estos momentos puedo tener sentido del humor?
-No te agobies,
que te van a dar aquí.
-El otro día
eras tú el que no estaba tan seguro…
-Uno de los dos
tendrá que estarlo, ¿no?
-O sea, que
también estás nervioso.
-Ahh –se encoge
de hombros, dejándolo ambiguo
Caminas hasta
el salón y te sientas en el sofá.
-Vamos
–murmuras, y abres el primer sobre al azar.
Harry se sienta
en el sillón que queda enfrente del tuyo.
-Essex… no
–lees.
-Hhm –asiente con
la cabeza.
-Norwich… no.
-Bueno…
-La primera de
Londres… tampoco –empiezas a preocuparte.
-Quedan dos
–dice Styles, refiriéndose a Londres, con una convicción que probablemente no
siente.
-La segunda de
Londres… no –tu voz suena algo desesperada.
-Aún falta una.
-Bath… sí.
-A dos horas de
aquí…
-Y es la única
que me ha aceptado por ahora –lo miras.
-Ya, ya, era
sólo un dato –se disculpa.
-Norwich…
también. Sí, ya sé que también está a dos horas –te adelantas al comentario de
Harry.
-No lo iba a
decir.
-Por si acaso.
Guildford… Sí –te alivia un poco saber que ya te han aceptado en varias.
-Queda una
–murmura él, casi como para sí.
-La última
opción en Londres… -abres el sobre y miras dentro; el alma se te cae a los pies
al leerlo- N… no.
[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]
Siguela!!!!!!!!! porfavor me ha encantado!!
ResponderEliminarQueriamos problemas, pero no asi!!! :( Esta perfecta :)
ResponderEliminarAna, ana, ana.......no,no,no ¿Como se te ocurre dejarme asi?!! Ehh?? Oh dios mios esque esta tan asdfghjkl!!!!! Por lo que mas quieras y ames en esta vida....sube pronto aaaaaaa!!!*grita como loca* por favor!!! Que me encanta demasiadoooooo!!! :-)
ResponderEliminarHola me encanta!!!!! Estoy como loca por ver el siguiente capitulo,no tardes mucho por favor. Y espero que todo siga bien :(((
ResponderEliminarHoli, Ana. Hace poco vi que dijiste que necesitabas tiempo porque "habías dejado de escribir bien". Que tu forma de escribir no es igual, y que es peor. Las cosas cambian, de un modo bueno o malo. Pero no para todos será para mal, o para bien. Cada uno es diferente. Pero no voy a decirte el típico rollo que te han puesto en Twitter... porque eso ya lo sabes. Simplemente para a pensar: Es mi #Imagina, es mi imaginación. Y si a alguien no le gusta... simplemente puede dejar de leer. La primera que tiene que estar cómoda eres tú. Y si a ti te gusta, bien, ¿no? E igual que tú habrá gente a la que le gustará y querrá seguir leyendo. Es normal que las críticas te hagan daño. Son lo peor, y siempre nos dan bajones, pero, todo el mundo tiene gustos diferentes. Y nadie lo va a poder cambiar. Ni siquiera tú. Y no vas a poder hacer nada. Y además no vale la pena "volver a escribir como antes" para que les guste. Y si lo haces será por TI. PORQUE ES TU #IMAGINA.
ResponderEliminarBueno... sólo eso.
Muchos besos, de una #SmokingSmiler que siempre estará aquí. Lots of love<3.
AY ANA ANA ANA, TE VOY A MATAR. ¿CÓMO TE ATREVES A DEJARLO ASÍ? ES QUE P,ÍQ`3R0MX04`RX0ÇMR0XM0RMX0MIR´QÇ3Ç^MX40UIGOWAE. Bf cada día te superas más, en serio. Sigue así.
ResponderEliminarUn beso <3
Hola ana no tengo tu twitter ni nada me han pasado el link por wa y tia me ha encantado te lo digo enserio siguela lo mas pronto posible porfa xoxo :)
ResponderEliminarAna! No, no, no, no me dejes así. Esta novela cada día me gusta más. Espero que la sigas pronto :)
ResponderEliminarAAHHH no se pueden separar, no lo dejes asi que stoy que me subo por las paredes!!! Jajajaj siguela por fiii
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