miércoles, 25 de septiembre de 2013

#Imagina de Harry PARTE 13 -2º temporada-

Las semanas pasan rápidamente. Ya tienes algunos amigos en la facultad, Harry todavía ha podido venir todos los fines de semana y Jake y tú os habéis hecho buenos amigos. Además, Styles parece mucho más calmado en cuanto al tema de los celos, si bien cada vez que tiene a tu compañero de piso delante sus músculos se tensan. Algo es algo; en cualquier caso, y, para ser justos, dentro de lo posible todo va bastante bien.

Sin embargo, una tarde de viernes estás buscando tu pintauñas celeste por cielo y tierra cuando te encuentras por casualidad con una caja de compresas sin empezar. Al principio la apartas para seguir buscando, pero luego vuelves tu mirada hacia ellas. ¿Cuánto hace que no usas una de ésas? Haces el cálculo mental, y recuerdas que la regla te vino por última vez algo antes de que te fueras a esa casa. Es decir, hace algo más de cinco semanas. Un escalofrío te recorre la espalda, y tratas de pensar si en alguna de las visitas de Harry habéis sido lo suficientemente descuidados como para olvidar usar protección.

Entonces recuerdas la primera vez que Styles fue a verte al piso, cuando por la mañana empezó a hacerte cosquillas y acabasteis haciendo el amor. No, no usasteis nada. El miedo te paraliza, y sientes que el latido de tu corazón se acelera.

No puede ser.

No puedes estar embarazada.

No-es-posible.

¿O sí? Biológicamente, es posible. Pero no puedes creerlo.

Claro que también puede ser que sea un retraso por… cualquier otra causa natural, si bien sueles ser regular y a los veintinueve días siempre vuelve. No sabes qué te asusta más, si la opción de estar embarazada o la de que ahí dentro algo esté funcionando mal. Piensas en tumores, operaciones, cáncer…

Sigues sin poder moverte, con el paquete de compresas agarrado tan fuertemente entre tus dedos que el fino plástico amenaza con romperse.

De repente aparece en tu mente una imagen de Harry sosteniendo a un bebé en brazos, y luego te ves a ti misma haciendo lo mismo, sola. Piensas en la cantidad de veces que se escucha cómo chicas adolescentes se quedan embarazadas y los padres de las criaturas las abandonan para que las críen ellas solas. Harry no haría eso. No, claro que no. ¿Verdad que no?

La cabeza empieza a darte vueltas y tienes que sentarte en la tapadera del váter para no caerte al suelo. Te echas agua fría en la cara para intentar pensar con claridad. Tal vez deberías esperar varios días y ver qué pasa. Sí, eso es. Si después de varios días sigue sin venirte… Te sujetas al lavabo con fuerza. Si después de varios días sigue sin venirte, tendrás que hacerte una prueba a ver qué pasa. Y en algún momento deberías decírselo a Harry. Pero, ¿cuándo? ¿Hoy? ¿En unos días? ¿Cuando te hagas la prueba? Agg.

Entonces suena el portero.

¿El portero? ¡Claro! ¡Es viernes! ¡Harry!

Te miras fugazmente al espejo en busca de signos de desesperación, y lo único que encuentras es algo de palidez que de todos modos no puedes solucionar sin que se note que te has echado maquillaje. Sales precipitadamente y chocas con algo.

-Ay –protestas, apartándote un poco.
-Lo siento –se disculpa Jake-. Como no venías a abrir, lo he hecho yo. Iba a buscarte porque tampoco aparecías.

Asientes con la cabeza. Ni siquiera tiene que decirte quién es, pues es obvio. Te pones realmente nerviosa. Aún no has decidido si se lo vas a decir o no. Pero, ¿qué le dirías? “Hola, Harry, te he echado de menos. Ah, a lo mejor estoy embarazada”, te imaginas diciéndolo como si no tuviera importancia. No, imposible. No puedes decírselo. Te da demasiado miedo cómo reaccione. Pero…

-Hola, bombón –una boca se topa con la tuya, y tardas un momento en responder al beso.
-Hola –contestas no demasiado efusiva-. ¿Cómo has entrado?
-Yo también tenía ganas de verte –dice Harry, soltando un bufido-. Pues por la puerta, que estaba abierta.
-Ah, Jake debe haberla abierto.
-Qué amable por su parte –esboza una sonrisa irónica.
-Sí, bueno –estás lo suficientemente distraída como para no saber exactamente qué ha dicho.
-¿Te pasa algo? –agacha un poco la cabeza para que quede a la altura de la tuya.
-No, estoy bien –no debes parecer muy convincente por cómo te mira-. De verdad, Styles.
-Si tú lo dices… -sigue sin creérselo, pero lo deja estar.

En ese momento Harry se queda mirando a algo en el fondo del pasillo y buscas qué está viendo. Claro, no se habría puesto así si no fuera por Jake, que camina hacia vosotros desde su dormitorio.

-Hola, Harry –su voz denota alegría, pero no te queda claro si es fingida o no; por algún motivo te parece que a Jake no le cae bien tu novio.
-Hola –aprieta con fuerza la mandíbula, haciendo las líneas inferiores de su cara algo más rectas que de costumbre.

Entonces se te ocurre algo. Quizás no sea lo mejor, sobre todo porque Harry no estará especialmente cómodo, pero necesitas que no se fije demasiado en lo confusa que te sientes, porque si lo hace acabará sonsacándote qué te pasa.

-Eh, Jake –giras tu cuerpo un poco hacia él para que no pase de largo.

Los dos chicos parecen sorprendidos.

-¿Sí? –ahora su sonrisa sí parece sincera.
-Bueno, esto… -lo miras a él y luego a Styles- He pensado que a lo mejor podríamos quedarnos aquí a cenar. Tampoco habéis tenido tiempo de conoceros demasiado, y eso habría que cambiarlo, ¿no?

Tienes la sensación de estar viendo un partido de tenis al mirarles a los dos, especialmente por el intercambio de miradas que está teniendo lugar entre Jake y Harry. ¿Qué se traen entre manos? Por un momento se te olvida que puede que tengas a un bebé dentro de tu barriga y tratas de encontrar significado a su conversación sin palabras. Jake da la impresión de estar ocultando una sonrisa y lo mucho que conoces a Harry te hace pensar que está angustiado.

-Por mí perfecto –declara finalmente tu compañero de piso.
-Claro, ¿por qué no? –dice Styles justo después, y aunque se te ocurre que él quizás tenga muchos motivos para no hacerlo, no dices nada- Nosotros lo preparamos, no te preocupes.

Las cejas de Jake se alzan de su posición unos milímetros, pero asiente con la cabeza y vuelve a tomar rumbo a su dormitorio.

-Me avisáis cuando esté –dice justo antes de cerrar la puerta.

Ni siquiera da las gracias. Aunque, ¿por qué iba a darlas? Os está dejando a solas, lo que supuestamente os beneficia a vosotros. Ah, te está empezando a doler la cabeza.

Harry te toma de la muñeca y te lleva hasta la cocina con ímpetu.

-Bombón, no juegues conmigo –se cruza de brazos.
-No sé por qué dices eso –retrocedes hasta chocar con la encimera.
-¿Se puede saber qué acaba de pasar ahí fuera? –señala a la puerta.
-Eso mismo me pregunto yo –tu voz se convierte en un susurro.
-No he sido yo el que ha invitado al ojitos azules a cenar con nosotros.
-Deberías conocerle antes de odiarle tanto.

Él ignora tus palabras.

-Antes de invitarlo con nosotros a la cama, me avisas, por si no me apetece –sus ojos te miran, fríos, y ese comentario te duele más de lo que él cree.
-Lo haré –te limitas a decir.
-¿Me vas a decir qué te pasa?

Sopesas la idea de decirle lo que te preocupa durante un momento, pero luego la descartas; ahora sí que sería la peor decisión, porque respondería de forma irracional.

-Styles, no es nada.
-No me lo creo.
-Pues muy bien.
-Es que no entiendo por qué…

Para evitar que siga, le besas. Él lo ha hecho muchas veces contigo, pero notas que le desconcierta que ahora seas tú la que lo usa con él, y no al revés. Y, a pesar de lo que estaba diciendo, responde a tu beso con pasión. Como si lo que le preocupara fuera que nunca más fueras a besarle. Mientras vuestros labios se deslizan los unos sobre los otros, te preguntas cómo sería tener un hijo junto a él. Te pegas a su cuerpo, sintiendo que le necesitas a tu lado, y él lo interpreta tal y como quizás es, una muestra de deseo, así que te sujeta por la cintura y hace que te sientes en la encimera. Automáticamente, rodeas su torso con tus piernas y dejas que bese todo tu cuello. Ni siquiera recuerdas cómo habéis llegado hasta ahí. ¿No estábais enfadados? Qué más da. Los labios de Harry en los tuyos hacen que te olvides de todo.

-Bombón –susurra entre tus labios.
-¿Qué?
-Nunca te alejes de mí, por favor –su tono de súplica te penetra y se apodera de todo tu cerebro como si tuviera garras, pues te duele el dolor con que él lo dice.
-No lo hagas tú –contestas, pensando lo que podría pasar si estuvieras embarazada.
-No lo haré –te besa.
-Entonces yo tampoco –le besas tú.
-Dios, soy un cursi –dice de repente.
-Muchísimo –asientes con la cabeza-. Y tenemos que preparar la cena.

De un salto, te bajas de la encimera, y Styles te sigue por la cocina con cara de pocos amigos. El fuego del momento anterior ya te ha abandonado, y de nuevo estás demasiado preocupada como para pensar con normalidad. Después de preparar algo que esperas que pueda comerse, llamáis a Jake.

-Qué buena pinta –dice él al ver los platos.
-Si tú lo dices –suspiras.
-¿Estás bien? –te pregunta Jake.

Te da la sensación de que Harry lo mira con algo de sorpresa.

-Ag, ¿qué os ha dado hoy a los dos? –tienes que esforzarte para que suene creíble- No me pasa nada.
-Voy conociéndote, y a mí no puedes engañarme, no estás normal –os sentáis a la mesa y la mirada de Harry de repente fulmina a tu compañero de piso.
-Lo que sea que le pase, ya lo dirá cuando ella quiera y a quien ella queira –interviene Styles.

Tu cerebro está bloqueado, así que dejas de prestarle atención a los dos chicos. Intentas pensar qué hacer, qué decir, o simplemente la idea de que puedas estar embarazada ocupa tu cabeza y parece estar dando golpes por toda la parte interior de tu cráneo, deseando salir y provocándote un horrible y creciente dolor de cabeza.

Cuando termináis de cenar, te das cuenta de que los dos están en un profundo silencio, cada uno mirando su plato.

-Lo siento, chicos, me duele la cabeza –te llevas una mano a la sien-. Me voy a ir a mi cuarto.

Eso sí se lo creen, quizás porque lo que has dicho es verdad. Aunque no toda la verdad.

-Está bien, vamos –Harry se levanta, recoge tu plato y el suyo y los mete en el lavavajillas.
-Mejórate… y que durmáis bien –dice Jake cuando estáis saliendo de la cocina, y a tu novio no parece hacerle ninguna gracia el comentario.

Al llegar a tu dormitorio te quitas la ropa y te quedas mirando a Harry.

-No es sólo que te duele la cabeza, ¿verdad? –pregunta él de repente.
-Harry, yo… -no sabes qué decir, así que no dices nada.
-Está bien –asiente con la cabeza con gesto de afectación.

Te metes en la cama y te tapas hasta el cuello, pues ya empieza a refrescar por la noche.

-Necesito dormir –dices con voz débil, evitando mirarle.

Sabes que él esperaba otra cosa de esa noche, y tú también lo hacías hasta que te ha surgido algo mucho más grave por lo que preocuparte.

-Lo siento… -te disculpas.

Styles no dice nada durante un momento, como si estuviera demasiado ocupado pensando en algo, algo que no parece nada bueno.

-No importa –te da un beso en la frente y sonríe, pero sabes que está decepcionado.
-Gracias –buscas sus labios con los tuyos para besarle brevemente, apoyas tu cabeza en su pecho y cierras los ojos deseando que al despertar nada de lo que a pasado por tu mente a lo largo de la tarde sea cierto.


E, independientemente de si es cierto o no, Harry está creándose una idea propia de por qué has actuado como lo has hecho hoy, y es posible que sus pensamientos estén muy, muy lejos de la verdad, y sin embargo sean aún peores que ésta. 


[Espero que os haya gustado. Por favor, mencionadme en twitter o comentad con vuestra opinión, y marcad en las casillas de abajo la opción que más se asemeje a lo que os ha parecido el #Imagina, ES MUY IMPORTANTE, gracias.]

7 comentarios:

  1. ayayay por favor¡¡¡¡ que es esto aayayay por dios , es perfecto en serio ,pero por favor no nos dejes asi eres la mejor , me encanta.
    Bsss guapa

    ResponderEliminar
  2. Dios mio!!!! No me hagas esto, no puede estar embarada!!!! Esta super interensante ana. Sigue asi :)

    ResponderEliminar
  3. No nos dejes asiii porfavooor :((( me encanta!!! ;D

    ResponderEliminar
  4. Ay ay ay ay ay OMG que fantastico

    ResponderEliminar
  5. NOOOO! Ahora Hazza se va a pensar que es porque ya no lo quiere :(

    ResponderEliminar
  6. Siguela por Dioooooooooooooos esta super buenaaaaaaaaa

    ResponderEliminar

Motivos para sonreír.